Agentes secretos en el fondo del mar
Los virus de las profundidades oce¨¢nicas trafican con la informaci¨®n gen¨¦tica para oxidar el azufre
Suele decirse que conocemos mejor la Luna que el fondo de nuestros propios mares, pero buena parte del drama de la biolog¨ªa y la geolog¨ªa terr¨¢queas se juega en esas profundidades oce¨¢nicas donde seguramente se origin¨® la vida, y donde hoy mismo se siguen cimentando los procesos vitales que reciclan los elementos de la biosfera y de nuestra atm¨®sfera. Los moradores de esas simas situadas a kil¨®metros bajo la superficie dejan hoy de ser un misterio: se trata de bacterias y, sobre todo, de virus que las infectan y empujan su evoluci¨®n para gestionar la energ¨ªa junto a las fisuras del infierno.
En tierra firme y en la superficie de los mares, la energ¨ªa que alimenta la vida ¨Cincluida la nuestra¡ª es la luz del Sol, que nos llega en una forma consumible a trav¨¦s de los microorganismos fotosint¨¦ticos, o placas fotovoltaicas de la biolog¨ªa. Pero el sol no llega a las profundidades abisales, y all¨ª la gran fuente de energ¨ªa es la oxidaci¨®n del azufre que emerge por las fumarolas hidrotermales, o g¨¦iseres del fondo oce¨¢nico.
Cient¨ªficos de la Universidad de Michigan han logrado secuenciar 18 genomas de fagos (virus bacteri¨®fagos, o que infectan a las bacterias) que moran en esas profundidades; y 15 de ellos llevan los genes esenciales para oxidar el azufre y gestionar as¨ª la energ¨ªa vital de ese h¨¢bitat. Los fagos parecen haber robado esos genes a las bacterias de las profundidades, pero tambi¨¦n los donan a otros microbios que los necesitan malamente. Son virus que trafican con esa informaci¨®n esencial y la transportan de unas especies bacterianas a otras durante su ciclo vital. El trabajo se publica en Science.
El ocean¨®grafo y microbi¨®logo marino Gregory Dick y sus colegas de Michigan han utilizado un submarino rob¨®tico del Instituto Oceanogr¨¢fico Woods Hole para tomar muestras en la Cuenca de Guaymas del Golfo de California y el Centro Lau del Pac¨ªfico Occidental, en ambos casos a 1.800 metros de profundidad y en las proximidades de fumarolas del fondo oce¨¢nico por donde emerge agua a 260 grados rica en minerales y part¨ªculas de azufre.
En lugar de intentar analizar los microorganismos de contenidos en esas muestras mediante cultivos convencionales de laboratorio ¨Clo que habr¨ªa fracasado, pues no crecen all¨ª¡ª, lo que hicieron fue secuenciar en masa todo lo que hubiera all¨ª. Esta t¨¦cnica ha descubierto en los ¨²ltimos a?os millones de nuevas especies bacterianas y virales que no crecen en cultivo y por tanto eran opacas a la microbiolog¨ªa tradicional. Pero esta es su primera incursi¨®n a grandes profundidades.
Dick y sus colegas concluyen que los fagos que han descubierto fuerzan a las bacterias a usar los genes de oxidaci¨®n del azufre del genoma viral, lo que incrementa mucho la eficacia de ese proceso y acaba consumiendo todo el combustible que las bacterias almacenan en forma de gr¨¢nulos de azufre. Cuando esto ocurre, el virus saca miles de copias de s¨ª mismo y mata a su hu¨¦sped. Es la forma que tienen estos fagos de aprovechar al m¨¢ximo la energ¨ªa del fondo marino en su propio beneficio. Pero tambi¨¦n en el nuestro, de forma indirecta.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.