La tensi¨®n pol¨ªtica cruza la l¨ªnea roja
Pere Navarro vincula la agresi¨®n recibida con la ¡°crispaci¨®n¡± soberanista Solo el PP comparte la tesis de los socialistas La mayor¨ªa de los pol¨ªticos se resigna a recibir insultos

Martes, a las puertas del Congreso. Pere Navarro, l¨ªder de los socialistas catalanes, mantiene una conversaci¨®n con Soraya Rodr¨ªguez, portavoz del PSOE, acompa?ado de los diputados del PSC Albert Soler y Francesc Vall¨¨s, en la que aquella le muestra su solidaridad por el pu?etazo que sufri¨® el domingo. Las c¨¢maras, con el consentimiento de los protagonistas, filman la escena. El di¨¢logo que mantienen es este:
Pere Navarro: Es como t¨² has dicho: ¡°Algo habr¨¢ hecho, algo habr¨¢ hecho¡±.
Soraya Rodr¨ªguez: ?Claro! Entonces qu¨¦ le decimos: ¡°Oye: no salgas de casa t¨ªo¡± [¡]. Es que, mira, me recuerda a lo de las violaciones: ¡°No salgas de casa t¨ªa. Es que vas provocando¡±.
Pere Navarro: Y si sales de noche, ya no te digo...
El independentismo divide y enrarece a la sociedad¡± Alicia S¨¢nchez-Camacho
El l¨ªder del PSC fue agredido cuando estaba delante de la Catedral del Sant Esperit, en Terrassa (Barcelona), a punto de asistir a la comuni¨®n de su sobrina. La ciudad no le es ajena: Navarro fue su alcalde durante una d¨¦cada (2002-2012) y, por decisi¨®n personal y al ser un acto privado, no llevaba escolta. De pronto, una se?ora de unos 50 a?os, de clase media-alta y enjoyada, seg¨²n testigos allegados al l¨ªder del PSC, se fue como una flecha hacia el pol¨ªtico y, al grito, de ¡°Bon dia, grand¨ªssim fill de puta¡± (Buenos d¨ªas, grand¨ªsimo hijo de puta), le dio un pu?etazo. La mujer sali¨® corriendo. Navarro, estupefacto, inst¨® a su entorno que la dejara huir.
No se sabe nada de la agresora: ni su identidad ni el m¨®vil que le indujo a lesionar al pol¨ªtico. Pero eso no impidi¨® que desde el primer momento el PSC asociara el incidente al proceso soberanista en la misma proporci¨®n que en las redes sociales internautas independentistas atribu¨ªan el pu?etazo a una indigente, conocida en la ciudad, a quien Navarro, en sus tiempos de alcalde, no dejaba mendigar. Fue ese el mensaje que el exconsejero del Tripartito Josep Huguet colg¨® en la Red.
El lunes, el diputado vincul¨® el ataque a la ¡°crispaci¨®n¡± por el debate independentista, alimentado, dice, por la falta de di¨¢logo entre Mariano Rajoy y Artur Mas. Fue cuando trascendi¨® que hab¨ªa recibido insultos en la caseta del PSC el d¨ªa de Sant Jordi y cuando se supo que hab¨ªa sido amenazado de muerte. El martes, dolido, afirm¨®: ¡°Es indignante que la v¨ªctima se convierta en sospechosa¡±.
El episodio ha sido condenado por todos los partidos, pero la mayor¨ªa han pedido al PSC cautela y que no extraiga teor¨ªas precipitadas. Josep Rull (CiU) reclam¨® que no eleve a categor¨ªa algo puntual; Josep Maria Terricabres (ERC) dijo que no hay datos para que se etiquete la agresi¨®n de pol¨ªtica y Laia Ortiz (ICV), que el PSC no haga uso partidista. Solo el PP se ha distanciado de esa tesis. Albert Rivera, de Ciutadans, no se ha pronunciado aunque el exdiputado Jordi Ca?as ¡ªacaba de dejar el esca?o al ser imputado¡ª achac¨® el hecho a la ¡°siembra del odio¡±.
Vallesp¨ªn asocia el malestar con los cargos p¨²blicos a la crisis
Alicia S¨¢nchez-Camacho se jact¨® de que Navarro haya tenido que ser agredido para hablar de crispaci¨®n. ¡°Hace meses que lo denunciamos¡±, dijo la l¨ªder popular. ¡°Hay que recapacitar. El independentismo divide y enrarece a la sociedad¡±. Esa es la sensaci¨®n del ministro del Interior, Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz, que revel¨® que el d¨ªa 6, cuando sal¨ªa de un restaurante en Barcelona, una se?ora le insult¨® y le llam¨® ¡°fascista¡±. El ministro afirm¨® en diciembre que la fractura social en Catalu?a es tal que hubo familias que no pudieron celebrar juntas la Navidad.
La tesis de la prudencia fue defendida por el departamento de Interior de la Generalitat, que invit¨® a Navarro a denunciar los hechos y ha ordenado una investigaci¨®n a los Mossos d¡¯Esquadra. El diputado socialista Ferran Pedret tambi¨¦n pidi¨® cautela y el exparlamentario Jaume Collboni, alcaldable del PSC por Barcelona, se desmarc¨® de su l¨ªder e inst¨® a los responsables pol¨ªticos administrar ¡°con contenci¨®n¡± sus valoraciones: ¡°No percibo ning¨²n clima de crispaci¨®n. Voy muy tranquilo por Barcelona¡±.
Francesc Homs, portavoz del Gobierno catal¨¢n, no encontr¨® mejor aliado que Collboni y le parafrase¨®. Su impresi¨®n es que solo existe una ¡°tensi¨®n pol¨ªtica¡± pareja a la que suscit¨® el debate sobre la abolici¨®n de las corridas de toros o el impacto de los recortes sociales. La explosi¨®n se produjo en junio de 2011, cuando una manifestaci¨®n bloque¨® el acceso a la C¨¢mara el d¨ªa que iban a aprobar los Presupuestos. Varios diputados fueron agredidos e increpados. ¡°Hay debates muy vivos¡±, arguy¨® Homs. ¡°Hay tensi¨®n pol¨ªtica, pero el debate a los dem¨®cratas ni nos asusta ni nos angustia¡±.
Un exdiputado del PP pide reflexi¨®n: ¡°Quiz¨¢ hay algo que no hacemos bien¡±
Insultos, abucheos, comentarios de mal gusto. No es algo nuevo. Est¨¢ en la misma g¨¦nesis de la democracia que los ciudadanos se sientan libres de poder replicar al pol¨ªtico que les defrauda. Cada uno de ellos tiene en su historial un lamentable episodio que recordar empezando, por ejemplo, por Esteban Gonz¨¢lez Pons, n¨²mero dos del PP al Parlamento Europeo, que, horas despu¨¦s de Navarro, recib¨ªa el impacto de un huevo en la entrada del Teatra del Raval en Castell¨®n. El Rubic¨®n se cruza cuando se pasa del insulto a la agresi¨®n como le sucedi¨® al l¨ªder del PSC, que no requiri¨® asistencia m¨¦dica ¡ªel pu?etazo no le dej¨® aparentemente secuelas f¨ªsicas¡ª o a Josep S¨¢nchez-Llibre, el diputado de Uni¨® que acab¨® en el hospital en la ¨²ltima Diada, la que culmin¨® con la V¨ªa Catalana.
El democristiano fue zarandeado dos veces ¡ªlas c¨¢maras del local muestran c¨®mo fue arrojado violentamente al suelo¡ª cuando una quincena de ultras irrumpieron al grito de Catalu?a es Espa?a en la librer¨ªa Blanquerna, la sede de la Generalitat de Madrid. El juez acaba de concluir la instrucci¨®n contra el grupo, que lesion¨® a varios de los asistentes adem¨¢s de lanzar un gas t¨®xico que imped¨ªa respirar. Rafael Entrena, letrado del diputado y de CiU, pide en sus conclusiones provisionales 15 a?os de prisi¨®n para todos ellos por ocho delitos. Su estrategia la compartir¨¢ el abogado de la Generalitat. ¡°El insulto forma parte del sueldo. Hay que ponerse en la piel del otro¡±, sosten¨ªa el martes S¨¢nchez-Llibre desde el Congreso. ¡°Otra cosa es una agresi¨®n, todas condenables. Ahora bien¡±, prosigue, ¡°es un grave error responsabilizar de un acto delictivo a toda la sociedad. Es como si yo hubiera dicho que la agresi¨®n de la Diada fue porque la sociedad madrile?a est¨¢ crispada en contra del soberanismo. Y dijimos lo contrario: que no era representativo de la sociedad madrile?a. A m¨ª, despu¨¦s de 20 a?os en Madrid, nunca me hab¨ªa pasado nada. Fue un hecho aislado¡±.
No lo son, desde luego, los intentos de agresi¨®n en los ¨²ltimos 25 a?os. El entonces presidente de la Generalitat Jordi Pujol protagoniz¨® dos episodios sonados: en 1988, un vecino de Santa Coloma apedre¨® su coche oficial tras una manifestaci¨®n. Ni corto ni perezoso, Pujol hizo parar el coche, baj¨® y le reprendi¨®. Un a?o despu¨¦s, unos payeses, contrarios al plan de residuos que la Generalitat proyectaba en For¨¨s (Tarragona) arrojaron piedras contra el helic¨®ptero en el que viajaba cuando estaba a punto de aterrizar.
Los populares no se quedan atr¨¢s: Alejo Vidal-Quadras, ahora candidato de Vox, recibi¨® insultos durante la gira de la antorcha ol¨ªmpica. Seguramente lo pasaron peor Rodrigo Rato, entonces vicepresidente del Gobierno, y Josep Piqu¨¦, l¨ªder del PP catal¨¢n, en una manifestaci¨®n en Barcelona tres d¨ªas despu¨¦s de los atentados del 11-M. En medio de una avalancha y mientras eran tachados de ¡°asesinos¡±, los dos pol¨ªticos tuvieron que refugiarse en un aparcamiento para evitar el linchamiento. Navarro tiene en las filas del PSC otros precedentes: el entonces presidente Jos¨¦ Montilla estuvo a punto de ser agredido en la manifestaci¨®n en 2010 contra la sentencia del Constitucional sobre el Estatuto; Miquel Iceta recibi¨® un huevo en la cabeza en la sede del PSC en la noche electoral de las auton¨®micas de 2012 y el exalcalde Hereu dos sonoros cachetes de una enojada vecina.
Homs equipara la tensi¨®n a la creada con la abolici¨®n de los toros
Josep Curto, exportavoz del PP en el Parlament, de la zona de las Tierras del Ebro, que ya se dio de baja de esa formaci¨®n tras 30 a?os de militancia, a¨²n recuerda de un tir¨®n, en cu¨¢nto se le pregunta, que le lanzaron tomates, una papeleta electoral en la cara cuando hac¨ªa un puerta a puerta en campa?a y unos huevos podridos durante una Diada. ¡°Me mancharon la americana y la met¨ª en el maletero para que su horroroso olor no quedara impregnado en el viaje entre Barcelona y Tortosa. Pues bien: tard¨® meses en desaparecer¡±, recuerda. No lo pas¨® bien durante la ¨¦poca del Trasvase del Ebro y se?ala que ¨¦l, contrario al proyecto, comprend¨ªa perfectamente a quienes le increpaban por oponerse al plan.
¡°Yo dec¨ªa cosas muy fuertes en el Parlament y creo que la tensi¨®n pol¨ªtica es la misma. Ahora hay mucho debate pol¨ªtico aunque algunos lo quieran confundir con crispaci¨®n¡±, avisa. ¡°Ahora bien, cuando nos insultan o nos tiran un huevo tendr¨ªamos que reflexionar y pensar por qu¨¦ pasa. Quiz¨¢s es porque hay algo que no hacemos bien¡±. Su an¨¢lisis no lo comparte el PP, que asegura que en los ¨²ltimos a?os ha registrado da?os en 70 de sus sedes catalanas. Camacho y la diputada Concepci¨® Veray han sido amenazadas de muerte. El peor momento para la senadora fue el d¨ªa que fue a buscar al colegio a su hijo y dos hombres, con el ni?o delante, la conminaron a irse de Catalu?a. El relato de los populares es, a ojo de los partidos soberanistas, tremendista. El consejero de Interior, Ramon Espadaler, se?ala que son los locales de Uni¨® y Converg¨¨ncia los que m¨¢s desperfectos sufren al igual que los del PP porque son partidos de Gobierno. Ciutadans, por ejemplo, ha contabilizado da?os 11 veces en sus sedes.
Anasagasti: ¡°El martes me insultaron. Nos va en el sueldo¡±
Fernando Vallesp¨ªn, catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad Aut¨®noma de Madrid, asocia ese malestar con los pol¨ªticos a los tiempos de crisis, y, sin ahondar en el caso catal¨¢n, sostiene que el momento cr¨ªtico fue desde 2012 a primeros de 2013, cuando se dispar¨® la prima de riesgo y se destaparon los casos de corrupci¨®n de B¨¢rcenas y Urdangarin. ¡°En Grecia los pol¨ªticos no pod¨ªan salir de casa. No fue el caso en Espa?a, pero es verdad que hubo un tiempo en que eran insultados o pod¨ªan estar inc¨®modos en restaurantes. Eso ya ha pasado¡±, asegura. Y apunta que la prueba del algod¨®n para captar el grado de enfado de la ciudadan¨ªa es que un pol¨ªtico acuda a un cine o a comer fuera de su ¨¢mbito natural.
Fuera de su espacio natural estaba el d¨ªa de Sant Jordi, en una caseta en Barcelona, el periodista Pedro J. Ram¨ªrez firmando libros. En la misma parada, I?aki Anasagasti dedicaba ejemplares de su ensayo Jarrones chinos. ¡°No not¨¦ crispaci¨®n. Todo muy civilizado. Los autores comimos juntos y Pedro J comparti¨® esa misma impresi¨®n¡±, sostiene el diputado del PNV, a quien le parece ¡°alarmista¡± la tesis del PSC. ¡°El martes me insultaron al salir del Senado y el mi¨¦rcoles cuando fui al quiosco. Nos va en el sueldo¡±, explica, relativizando los hechos y en contraste de la ¨¦poca en que ETA mataba y apenas sal¨ªa del hotel en Madrid, recuerda, al hacer algunos asociaciones enfermizas.
Ramon Jauregui, n¨²mero dos del PSOE a las europeas, defiende que Navarro ha hecho un ¡°diagn¨®stico¡± acertado. ¡°Es fruto del clima pol¨ªtico radicalizado en el que se plantean opciones extremas. Obviamente, me recuerda a lo vivido en el Pa¨ªs Vasco. No quiero hacer ning¨²n paralelismo pero es la visi¨®n homogeneizadora del fanatismo que rodea al nacionalismo¡±, afirma, aunque admite que puede ser precipitado llegar a conclusiones. ¡°Es que ha habido otros incidentes en las Diadas¡±, esgrime. ¡°Puede que haya personas que no se sientan c¨®modas. Cuando se fomentan determinados discursos, como en tertulias en Madrid donde se hace un totum revolutum contra los pol¨ªticos, las consecuencias entre la ciudadan¨ªa pueden no ser controlables¡±.
¡°Sin comparar, me recuerda a lo vivido en el Pa¨ªs Vasco¡±, avisa Jauregui
Navarro aclara que no quiere m¨¢s protecci¨®n policial pese a que el incidente fue ¡°muy duro¡± para su familia. ¡°Quiero que la gente vea que sigo yendo al teatro, a pasear o al cine¡±, afirma. El revuelo contrasta con la actitud que mantuvo Alfred Bosch, diputado de Esquerra, quien, en 2011, sufri¨® la agresi¨®n de un hombre que fue a atacar a sus hijos cuando esperaban al autocar para ir al colegio. Bosch acab¨® con un ojo morado, pero nunca quiso vincular la lesi¨®n a razones ideol¨®gicas aclarando que el agresor era un indigente. ¡°Disimul¨¦ la herida con maquillaje y el ¨²nico que d¨ªa que no me lo puse, en una tertulia de radio, me hicieron la foto¡±, bromea. No quiere juzgar al PSC, pero s¨ª lanzar un mensaje: ¡°El 99% de la gente pasa. Y del 1% restante, hay gente que te felicita, y uno de cada mill¨®n es el que te increpa. Sinceramente, no veo crispaci¨®n ni en Madrid ni en Catalu?a¡±.
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