¡°Deber¨ªa haber un desfibrilador en cada esquina¡±
Al cardi¨®logo le preocupa que los corredores aficionados no se hagan una revisi¨®n cardiol¨®gica
Aunque su padre se ganaba el pan matando conejos y gallinas, ¨¦l opt¨® por dedicarse a salvar vidas ¡ªhumanas¡ª. Con la mirada perdida, muy lejos de una taza de caf¨¦ que remueve con tino, Josep Brugada (Banyoles, 1958) asoma una sonrisa al recordar su infancia en un peque?o pueblo de Girona. El tenaz empe?o de su madre por aventurarle un porvenir ¡°menos sacrificado¡± que el que le aguardaba en el negocio familiar, un matadero de pollos, lo condujo, a ¨¦l y a sus dos hermanos, a estudiar Medicina en Barcelona. Los tres se convirtieron en reputados cardi¨®logos, descubridores de una enfermedad que lleva su nombre: el s¨ªndrome de Brugada, coloquialmente s¨ªndrome de la muerte s¨²bita.
Su hallazgo, en 1989, explic¨® por qu¨¦ ¡°gente con un coraz¨®n aparentemente normal se mor¨ªa de repente¡±. El cardi¨®logo deja a un lado la jerga m¨¦dica y resume: ¡°Descubrimos que unos pacientes ten¨ªan alteraciones gen¨¦ticas en la electricidad del coraz¨®n, que imped¨ªan que este se contrajese y dejase de bombear la sangre. Esto produc¨ªa una arritmia que te mataba repentinamente¡±. Su investigaci¨®n abri¨® las puertas a la ciencia para profundizar en el estudio de las arritmias y atajar una de las causas de la muerte s¨²bita. En Europa, una de cada 5.000 personas padece s¨ªndrome de Brugada.
Al doctor se le borra la cara amable que acompa?a la charla y frunce el ce?o. Le preocupa la avalancha de gente que se ha apuntado a la moda del running y los deportes de resistencia, como el triatl¨®n o las maratones. ¡°Puede ser peligroso si los corredores no hacen una revisi¨®n cardiol¨®gica previa¡±, advierte el facultativo. Y sabe de lo que habla. Entre sus pacientes est¨¢n los jugadores del FC Barcelona. ¡°Cuando uno hace un deporte intenso y continuo, tiene que asegurarse de que su coraz¨®n est¨¢ sano. Unas 100 personas al a?o fallecen repentinamente mientras practican deporte¡±. En el Bar?a, explica, hacen la misma exploraci¨®n a todos los jugadores, desde los juveniles hasta el primer equipo: ¡°Hay que verificar, una vez al a?o, que el coraz¨®n acepta el estr¨¦s al que lo sometes haciendo algunos deportes¡±.
El cardi¨®logo abandera la campa?a de prevenci¨®n de la muerte s¨²bita. ¡°Igual que hay un extintor a cada paso para evitar morir quemados, tambi¨¦n deber¨ªa haber un desfibrilador en cada esquina. La ¨²nica posibilidad de que alguien sobreviva a una muerte s¨²bita es que haya uno cerca¡±. Brugada consigui¨® convertir a Girona en una ¡°provincia cardioprotegida¡± y, junto a la Fundaci¨®n AXA, instal¨® desfibriladores en m¨¢s de un centenar de farmacias de Barcelona.
Este a?o, el m¨¦dico celebra el 25? aniversario de su hallazgo. Brugada, director m¨¦dico del Hospital Cl¨ªnic de Barcelona, echa la vista atr¨¢s y aplaude los avances m¨¦dicos para combatir la muerte s¨²bita: ¡°Ahora ya se pueden implantar peque?os desfibriladores en los corazones¡±. Sin embargo, con los nuevos h¨¢bitos de vida, advierte, tambi¨¦n ¡°tenemos m¨¢s posibilidades que hace 20 a?os de sufrir un infarto¡±.
Brugada apoya los brazos sobre su butaca tapizada y hace cuentas. ¡°Unas 50.000 personas fallecen al a?o en Espa?a de muerte s¨²bita, la mayor¨ªa por infarto. De ellas, unas 300 sufren s¨ªndrome de Brugada¡±. E insiste: ¡°Hay que cuidarse y revisar el coraz¨®n¡±. A sus 55 a?os, Josep predica con el ejemplo. ¡°Visito a mi cardi¨®loga cada a?o, hago deporte y dej¨¦ de fumar hace 16 a?os¡±. El doctor calla unos segundos, sonr¨ªe con picard¨ªa y confiesa: ¡°A m¨ª lo que me falla es que me gusta demasiado comer. Pero eso ya es otra historia...¡±.
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