Obama busca reducir las emisiones de carbono de EE UU un 30%
La reforma afectar¨¢ a 1.600 plantas y es la m¨¢s ambiciosa adoptada por un presidente estadounidense
La Agencia de Protecci¨®n Ambiental de Estados Unidos (EPA, en sus siglas en ingl¨¦s) adoptar¨¢ medidas para reducir las emisiones de carbono de las centrales energ¨¦ticas del pa¨ªs. La nueva regulaci¨®n, que ser¨¢ aprobada por el presidente Obama a trav¨¦s de sus poderes ejecutivos, es la reforma m¨¢s ambiciosa de un mandatario estadounidense en la lucha contra el cambio clim¨¢tico y la contaminaci¨®n.
El mandatario estadounidense insisti¨® este lunes en que la propuesta ¡°no es una idea nueva¡± y que equiparar¨¢ a EE UU con los l¨ªderes en la lucha contra el cambio clim¨¢tico. ¡°Las emisiones de di¨®xido de carbono son responsables de los efectos del cambio clim¨¢tico y las plantas energ¨¦ticas son responsables de esas emisiones¡±, afirm¨® Obama. ¡°Estas medidas nos ayudar¨¢n a proteger la salud de los ciudadanos m¨¢s vulnerables, como los ni?os y los mayores¡±.
Las pr¨®ximas normas de la EPA afectar¨¢n a las 1.600 plantas que ya funcionan en el pa¨ªs y reducir¨¢n en un 30% las emisiones en 2030 con respecto a los niveles de 2005. El presidente defendi¨® las medidas en su mensaje semanal de este domingo y afirm¨® que casi el 40% de la contaminaci¨®n por carbono proviene de las plantas energ¨¦ticas. El nuevo plan supone tambi¨¦n recortar la contaminaci¨®n por part¨ªculas, ¨®xidos de nitr¨®geno y azufre en m¨¢s del 25%, por lo que, adem¨¢s de ayudar a la lucha contra el calentamiento global, tendr¨¢ beneficios directos para la salud de los ciudadanos.
Como presidente y como padre, me niego a condenar a nuestros hijos a un planeta que ya no tenga salvaci¨®n¡±
¡°Hoy por hoy no existen l¨ªmites nacionales en la cantidad de contaminaci¨®n de carbono que liberan dichas plantas en el aire que respiramos. Ning¨²n tipo de l¨ªmites¡±, dijo Obama. El presidente explic¨® durante su discurso este fin de semana, grabado en el Centro M¨¦dico Nacional para Ni?os de la capital, que la legislaci¨®n estadounidense s¨ª limita la cantidad de productos qu¨ªmicos t¨®xicos, como el mercurio o el azufre, que pueden arrojar, pero no en el caso del carbono. ¡°Esto no es inteligente, no es sano y no tiene sentido¡±.
¡°Si sus hijos no tienen que utilizar un inhalador, pueden considerarse afortunados¡±, afirm¨® este lunes Gina McCarthy, directora de la EPA, durante el anuncio de este lunes. ¡°Uno de cada diez ni?os estadounidenses dependen de esa ayuda para respirar. Ning¨²n padre deber¨ªa preocuparse de esto¡±. McCarthy asegur¨® que la regulaci¨®n no supone una ruptura con el pasado, sino que EE UU emplear¨¢ tecnolog¨ªas ya existentes para avanzar ¡°en el progreso que ya hemos empezado¡±.
El presidente defendi¨® durante su discurso semanal que la reducci¨®n de las emisiones de carbono contribuir¨¢ a que, en el primer a?o se evitar¨¢n 2.100 infartos y otras 100.000 personas menos sufran ataques de asma. ¡°No tenemos que elegir entre la salud de nuestra econom¨ªa y la de nuestros ni?os. Como presidente y como padre, me niego a condenar a nuestros hijos a un planeta que ya no tenga salvaci¨®n¡±.
Tanto la Casa Blanca como la autoridad medioambiental han vinculado el impacto del cambio clim¨¢tico con los crecientes problemas de salud de los estadounidenses, as¨ª como sus costes econ¨®micos. ¡°La falta de acci¨®n contra el cambio clim¨¢tico nos est¨¢ costando m¨¢s dinero en m¨¢s sectores y m¨¢s a menudo¡±, afirm¨® McCarthy, quien cit¨® 2012 como el a?o m¨¢s caro para EE UU en desastres naturales.
Las medidas de la EPA llegan en un momento de profunda divisi¨®n pol¨ªtica en Washington, donde la mayor¨ªa republicana en la C¨¢mara de Representantes impide el avance de propuestas dem¨®cratas. El presidente ya fracas¨® en su intento para aprobar una ley medioambiental durante su primer mandato, por lo que en esta ocasi¨®n legislar¨¢ mediante los poderes ejecutivos que le reconoce la Ley de Aire Limpio de 1970, seg¨²n informa The New York Times.
Debemos convertir las amenazas del cambio clim¨¢tico en posibilidades de negocio. Las oportunidades son infinitas¡±
La nueva regulaci¨®n ha sido recibida en Europa como la acci¨®n ¡°m¨¢s contundente¡± por un gobierno estadounidense, en palabras de la comisaria Connie Hedegaard. ¡°Esto demuestra que EE UU se toma en serio el cambio clim¨¢tico¡±, afirm¨® en un comunicado.
McCarthy explic¨® este martes que las nuevas medidas han sido redactadas ¡°con una buena dosis de sentido com¨²n¡± y que incluye ¡°objetivos asequibles¡± para el sector. La decisi¨®n de c¨®mo abordarlos depender¨¢ de los gobiernos estatales, que podr¨¢n realizar cambios en su sistema el¨¦ctrico para adaptarlo a las nuevas normas, bien adoptando fuentes de energ¨ªas renovables o bien participando en un programa de intercambio conocido como ¡°cap-and-trade¡±. En este mercado, los Estados pueden comprar y vender permisos para contaminar a cambio de aceptar otros l¨ªmites a sus emisiones. ¡°Cuantos m¨¢s estados participen, mayor flexibilidad habr¨¢ y menores ser¨¢n los costes para todos¡±, defendi¨® la directora de la EPA.
La nueva regulaci¨®n puede afectar profundamente al funcionamiento de las plantas energ¨¦ticas, a las que se responsabiliza de la mayor emisi¨®n de gases de efecto invernadero y de contribuir al calentamiento del planeta. El pasado mes de mayo, la Casa Blanca present¨® un informe en el que demostraba los estragos del cambio clim¨¢tico, que ya ha dejado de ser una amenaza futura y se ha convertido en un problema real.
Obama encarg¨® hace un a?o a los responsables de la EPA que preparasen estas regulaciones en consulta con expertos, empresarios de los sectores afectados, as¨ª como gobiernos estatales y locales. Anticipando el rechazo que pueda sufrir esta normativa por parte de l¨ªderes republicanos, el presidente cit¨® en su discurso que una docena de Estados ya han puesto en marcha medidas similares y que es Washington quien debe ¡°ponerse al d¨ªa¡± y avanzar ¡°con el resto del pa¨ªs¡±. Este lunes, McCarthy aport¨® un argumento m¨¢s: ¡°Debemos convertir las amenazas del cambio clim¨¢tico en posibilidades de negocio. Las oportunidades son infinitas¡±.
La agencia medioambiental de EE UU revel¨® en septiembre del a?o pasado los dos ejes del plan de lucha contra el cambio clim¨¢tico de Obama, pero este solo afectaba a las plantas de nueva edificaci¨®n. Ese mismo a?o, en su discurso sobre el estado de la Uni¨®n, el presidente vincul¨® una vez m¨¢s los incendios o las grandes tormentas que asolaron zonas intactas d¨¦cadas antes como consecuencia de las emisiones, y anunci¨® que emplear¨ªa sus poderes ejecutivos si el Congreso no aprobaba una legislaci¨®n propia.
El cambio clim¨¢tico entra en campa?a
Convertido en un tema menor durante las ¨²ltimas convocatorias electorales, el impacto de la contaminaci¨®n y los gases de efecto invernadero en la econom¨ªa estadounidense va camino de convertirse en uno de los ejes centrales de las pr¨®ximas elecciones legislativas. EE UU renovar¨¢ en noviembre un tercio de sus senadores y la totalidad de la C¨¢mara de Representantes, donde la mayor¨ªa republicana impidi¨® que saliera adelante la ¨²ltima propuesta de Obama en materia medioambiental. En las ¨²ltimas semanas, destacados pol¨ªticos conservadores han rechazado que las emisiones de carbono est¨¦n vinculadas con el cambio clim¨¢tico.
La pr¨®xima ofensiva republicana contra las medidas de Obama estar¨¢ basada en su impacto econ¨®mico. La Casa Blanca alega que el cambio clim¨¢tico cada vez impone un gasto superior en la recuperaci¨®n tras los desastres naturales causados por tormentas, inundaciones e incendios devastadores. Los republicanos critican el coste que supondr¨¢ adaptar las plantas energ¨¦ticas a la nueva regulaci¨®n y el efecto que tendr¨¢ en la econom¨ªa local si se ven abocadas al cierre.
Antes de que Obama firme la nueva legislaci¨®n, Kansas, Virginia y Kentucky han aprobado leyes para crear sus propios planes para ajustar las emisiones seg¨²n el coste que suponga el ajuste de cada una de las plantas a la regulaci¨®n federal y defender as¨ª la poderosa industria del carb¨®n. Estados como Missouri han mostrado su preocupaci¨®n por el cambio que suponen las medidas de la EPA, ya que el 83% de su electricidad proviene de plantas tradicionales.
La Casa Blanca y la agencia medioambiental han defendido estos ¨²ltimos d¨ªas que su propuesta ofrece alternativas para aquellos Estados cuyos recursos energ¨¦ticos dependen de plantas altamente contaminantes. Sin embargo, la regulaci¨®n federal puede ser retratada como un nuevo ejemplo de la injerencia de la Administraci¨®n en un asunto que los conservadores prefieren relegar a los gobiernos locales.
El pasado mi¨¦rcoles, Obama vincul¨® tambi¨¦n esta regulaci¨®n con la relaci¨®n de EE UU con otros pa¨ªses, como China o India, y su dificultad para cerrar acuerdos en materia de medioambiente con ellos si Washington es el primero en incumplir las recomendaciones internacionales. El presidente reivindic¨® en la academia militar de West Point que quiere asegurarse de que la naci¨®n ¡°lidera la iniciativa global para salvar el planeta. La influencia de EE UU ¡°es siempre mayor cuando lideramos con nuestro ejemplo. No podemos quedar exentos de una norma que afecta a todos los dem¨¢s¡±.
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