M¨¢s mujeres, se?ores consejeros
Paridad en Acci¨®n lleva su feminismo a las juntas de accionistas del Ibex35
En el auditorio hay cientos de accionistas de Telef¨®nica; en el estrado donde se sienta el consejo de administraci¨®n, 16 hombres y una mujer. Y en el medio, de pie ante un micr¨®fono, Katharina Miller, abogada alemana de 33 a?os, que ha venido a pedir que le expliquen por qu¨¦ no hay m¨¢s mujeres all¨ª arriba.
Antes de plantarse en esta junta de accionistas, ha mandado lo que va a decir a la empresa. Quiere que conste en acta, y, de paso, tranquilizar a sus interlocutores. ¡°Que entiendan que no somos activistas tipo FEMEN, que no vamos a desnudarnos en su junta¡±. Y as¨ª arranca su discurso: ¡°No se confundan, no vengo aqu¨ª en calidad de activista de g¨¦nero, vengo aqu¨ª para proteger mi inversi¨®n¡±.
Todo en su intervenci¨®n est¨¢ pensado para tender puentes. No habla de feminismo, sino de l¨®gica empresarial. Las empresas con mujeres en su c¨²pula funcionan mejor, se?ores consejeros, dice, y esgrime los estudios que lo avalan. Nombren m¨¢s mujeres, se?ores consejeros, h¨¢ganlo por sus accionistas. Su estrategia es exponer la desigualdad sin agredir. Todo est¨¢ pensado. Su tono educad¨ªsimo, el hecho de presentarse como la Presidenta de la Asociaci¨®n de Juristas Alemanas en Espa?a, su atuendo. Pelo suelto, un vestido. ¡°Voy de inocente¡±, dice, ¡°s¨¦ que solo por ser rubia doy una imagen m¨¢s dulce, me da rabia el estereotipo, pero hay que jugar¡±.
Hace un a?o que la iniciativa Paridad en Acci¨®n practica el activismo accionarial en las juntas generales de las empresas del Ibex35. Compran acciones o piden a accionistas afines a la causa que les cedan sus derechos de asistencia. Lo han hecho 20 veces. Katharina ha lanzado sus preguntas ¡°inc¨®modas¡± a Emilio Bot¨ªn (Banco Santander), a Paolo Vasile (Mediaset) y a C¨¦sar Alierta, presidente de Telef¨®nica. Ella siempre empieza igual, dando el porcentaje de mujeres en el consejo de administraci¨®n de turno (25%, Banco Santander, 6,66% Mediaset, 5,56% Telef¨®nica). Ellos, en general, responden de manera similar: excusas, buenas intenciones, planes a futuro... No se preocupe usted tanto, le contestan, lo tenemos controlado.
Y sin embargo, la foto del Ibex rezuma testosterona. Solo el 16,8% de los consejos es femenino (79 mujeres frente a 389 hombres). Mujeres con poder ejecutivo solo hay dos: Ana Patricia Bot¨ªn, del Santader, y Dolores Dancausa, de Bankinter.
Para sacar los colores a las empresas por esta poca paridad ha llegado la reforma de la Ley de Sociedades de Capital que el ministro de Econom¨ªa present¨® el pasado 23 de mayo con un desafiante: ¡°Las empresas van a tener que retratarse¡±. La supuesta amenaza consiste en que las empresas se marcan un n¨²mero deseable de mujeres en su consejo y fijan la manera de conseguirlo. Si no cumplen su propio objetivo, tienen que explicar por qu¨¦. Pero no hay cuotas obligatorias.
¡°Ha sido una decepci¨®n gigante, aunque no esperaba otra cosa¡±, suspira la activista d¨ªas antes de la junta de Telef¨®nica, en el despacho en el que trabaja. ¡°Los compromisos voluntarios no son herramientas efectivas¡±. Y repite, como un mantra: ¡°No me gustan las cuotas, pero me gusta lo que consiguen¡±. Es una cita de Viviane Reding, vicepresidenta de la Comisi¨®n Europea, que acaba de financiar la iniciativa de Paridad en Acci¨®n para que llegue a 12 pa¨ªses europeos. En Alemania las activistas llevan 5 a?os pidiendo explicaciones, en 322 juntas, ante 40.000 personas: ?C¨®mo fueron reclutados los miembros de este consejo?, ?con cu¨¢ntas mujeres le gustar¨ªa contar en los pr¨®ximos cinco a?os?, ?c¨®mo piensan conseguirlo? ¡°?Eso es lo que yo llamo poder femenino!¡±, dice la vicepresidenta Reding por correo electr¨®nico. ¡°Es una iniciativa excelente, pone la igualdad en la agenda de las compa?¨ªas y les obliga a dialogar con los accionistas¡±.
Se trata de un dialogo necesario, porque en Europa las consejeras tambi¨¦n son minor¨ªa. De media, representan el 17,8% de los consejos importantes, muy por debajo del m¨ªnimo del 40% que la Comisi¨®n Europea defiende como un objetivo para 2020. ¡°Esto es una cadena¡±, dice Elena Gil, consejera de Jazztel. ¡°En la base hay muchas mujeres, gran parte de las nuevas contrataciones, que se escogen por curr¨ªculo, lo son; sin embargo, por el camino van pasando cosas que hacen que a lo alto de la pir¨¢mide lleguen muy pocas¡±. El gran tap¨®n, seg¨²n Gil, es que los nombramientos se hacen dentro de c¨ªrculos de confianza masculinos. ¡°Las mujeres lo tienen m¨¢s dif¨ªcil por su escasa participaci¨®n en estas redes sociales; no vale con el trabajo de hormiguita, por muy bueno que sea; hay que hacer networking¡±, opina la consejera de Jazztel.
¡°M¨¢s que una junta de accionistas, esto parece un happenning¡±, dice Katherina en el evento de Telef¨®nica. La ronda de intervinientes, donde los peque?os inversores pueden interpelar a los que mandan, es el momento m¨¢s colorido de las normalmente tediosas juntas. Un se?or pide que los directivos se bajen el sueldo, un jubilado ruega que el a?o que viene empiecen antes porque la una no son horas y los sindicalistas salen con soflamas y pancartas sobre la lucha obrera.
La cuota europea
"Soy consciente de que las cuotas son pol¨¦micas, pero no se puede negar que la presi¨®n regulatoria funciona", opina Viviane Reding, vicepresidenta de la Comisi¨®n Europea que defiende que las empresas cotizadas deber¨ªan tener un 40% de consejeras en 2020. Sin embargo, para conseguir ese objetivo, la directiva europea (aprobada por el Parlamento y pendiente de pasar por el consejo de ministros) no establece una cuota directa, sino una "cuota de procedimiento". Las empresas que no lleguen al 40% y no den prioridad a las mujeres cualificadas sobre los candidatos masculinos podr¨¢n ser sancionadas. Las sanciones, que a¨²n tienen que decidir los Estados, podr¨ªan ser desde una multa a la anulaci¨®n judicial de un nombramiento. Es decir, la sanci¨®n se aplica al proceso de selecci¨®n, que ha de ser transparente y equitativo, no a la cifra del 40%. A igualdad de condiciones, se escoge la mujer. Y as¨ª, hasta que ellas sean el 40% de los que mandan. Un camino intermedio entre la auto-rregulaci¨®n y la cuota de representaci¨®n. En todo caso, el objetivo del 40% se refiere siempre a cargos no ejecutivos. Si se cuentan las mujeres con poder ejecutivo, los porcentajes de representaci¨®n caen en picado por toda Europa. Un ejemplo: en Noruega, donde hay una cuota del 40% de consejeras, solo el 3% son ejecutivas. "El problema es que la v¨ªa natural para llegar a consejero ejecutivo es la alta direcci¨®n, y ah¨ª es donde s¨ª que no hay pr¨¢cticamente mujeres", se lamenta Elena Gil, consejera de Jazztel. "Las cuotas al consejo pueden funcionar a corto plazo", opina la consultora Eva Levy, "pero hay que trabajar en paralelo a nivel de direcci¨®n y jefaturas". Porque un par de escalones por debajo del consejo, las mujeres son todav¨ªa menos.
Katharina tiene otros planes. ¡°Para que el mensaje cale, es importante quedar bien con todo el mundo¡±, dice. ¡°Nosotras al principio ¨¦ramos abiertamente pro-cuota y hac¨ªamos preguntas m¨¢s agresivas, como en Alemania, pero hubo que suavizar el discurso: all¨ª nadie se ofende, pero en Espa?a no se critica abiertamente y est¨¢ mal visto preguntar¡±. Viendo que las peroratas de los otros intervinientes aburren al personal, la activista decide, boli en mano, acortar las cuatro preguntas que ten¨ªa previstas y hacer un llamamiento m¨¢s general para que la empresa mejore su diversidad. ¡°No queremos reventarle a nadie su junta¡±, dice, ¡°en el fondo son preguntas ret¨®ricas¡ No buscamos una contestaci¨®n, sino publicidad¡±. Despertar conciencias.
Antes de la reforma de la Ley de Sociedades, las empresas se autorregulaban por el C¨®digo ¨¦tico de Buen Gobierno y, de no cumplir, quien ped¨ªa explicaciones a las compa?¨ªas d¨ªscolas era la Comisi¨®n Nacional del Mercado de Valores. ¡°La reforma es un espaldarazo, explicita claramente que hay que fomentar por ley la presencia de mujeres¡±, opina Elvira Rodr¨ªguez, presidenta de la CNMV, que ha contado muchas veces c¨®mo al principio de su carrera la tomaban por la secretaria de sus subordinados. Ella no cree en las cuotas. ¡°A m¨ª me molestar¨ªa que me dijesen ¡®est¨¢s ah¨ª por ser se?ora¡±, dice. ¡°Las cuotas impulsan el g¨¦nero, no el m¨¦rito, aunque tambi¨¦n es cierto que vivimos una situaci¨®n an¨®mala y que los avances son paulatinos¡±. Para Eva Levy, consultora y ex-presidenta de la federaci¨®n de mujeres directivas Fedepe la nueva ley es ¡°una petici¨®n amable pero contundente del gobierno a los empresarios; toda una advertencia de que ya no se puede ignorar el cambio social¡±. ¡°Estudios muy respetables ¡ªde Columbia, Gallup, McKinsey, el MIT, el Instituto de Investigaci¨®n de Cr¨¦dit Suisse¡ª demuestran que las empresas con c¨²pulas mixtas, en general, han resistido mejor la crisis¡±, dice. ?Es Paridad en Acci¨®n la mejor forma de cambiar las cosas? ¡°Yo prefiero trabajar a otro nivel, pero me parece una iniciativa provocativa y curiosa¡±, responde.
En el atril de los intervinientes, la aparici¨®n de la melena de Katherina despierta curiosidad. Saluda a Cesar Alierta y despu¨¦s a Eva Castillo, la ¨²nica mujer del consejo. Dice que le gustar¨ªa poder saludar a otras. Explica que su intenci¨®n es preguntar ¡°de forma educada y serena¡± sobre la presencia femenina en las instancias de poder de las empresas. Sin subir el tono, dice que un 5,56% de consejeras es un dato ¡°alarmante¡±, ¡°inaceptable¡± y ¡°contrario a las corrientes de management de las empresas m¨¢s exitosas¡±. Algunos accionistas se levantan en medio de su intervenci¨®n. ¡°Es una pena que se vayan, este es un tema muy importante¡±, improvisa educadamente Katharina, que al final recibe un t¨ªmido aplauso.
</IL>Entre el p¨²blico, una joven empleada de Telef¨®nica habla sobre la conveniencia de las cuotas con un compa?ero accionista. Aunque ambos est¨¢n en contra, ella ve m¨¢s injusta la situaci¨®n. Una accionista jubilada admite que no se hab¨ªa fijado que solo hab¨ªa una mujer ¡°sentada all¨¢ arriba¡±. Desde all¨ª, Alierta contesta: ¡°En lo que respecta al tema de las se?oras¡ Se est¨¢ haciendo un esfuerzo; bueno, no es un esfuerzo, porque yo estoy convencido de que las se?oras son m¨¢s listas que los hombres¡±. ¡°Es el inter¨¦s de los accionistas y la compa?¨ªa que las mujeres ocupen cada vez m¨¢s puestos directivos¡±, dice el ejecutivo, y muestra un gr¨¢fico que divide a los empleados por edades y sexo. Por debajo de los 35 a?os hay el mismo n¨²mero de hombres y mujeres; por encima de esa edad, sobre todo mayores de 55, la mayor¨ªa son hombres. Cuando ¨¦l empez¨® a trabajar no hab¨ªa casi mujeres, explica. Es cuesti¨®n de tiempo que todo cambie.
Pero las mujeres tienen prisa. ¡°No hay que tener tanto miedo a las cuotas¡±, opina Katharina, ¡°una cuota no significa que haya que escoger a una mujer cualquiera; solo llegan las mejores¡±. Entre las mujeres con poder circula un chiste contra el consabido argumento de que las cuotas ascienden a quienes no lo merecen: ¡°La verdadera igualdad llegar¨¢ cuando en los consejos de administraci¨®n se sienten el mismo n¨²mero de tontas que de tontos¡±.
La acci¨®n ha ido bien. La activista ha podido decir lo que quer¨ªa, la gente habla del tema, la empresa ha dado explicaciones¡ No siempre es as¨ª. En la pasada junta de T¨¦cnicas Reunidas, una de las tres empresas del Ibex, junto a Gas Natural y Sacyr, que no tienen ninguna mujer en su consejo, Katharina pas¨® ¡°una experiencia horrible¡±. ¡°La gente me miraba como si fuese una loca, incluso algunas mujeres j¨®venes se re¨ªan con cara de ¡®?Pero ¨¦sta de qu¨¦ va!¡±, recuerda. ¡°Fue todo muy hostil. El presidente me contest¨® en un tono desagradable: ¡®Se?orita, no se preocupe por nosotros, aqu¨ª va todo muy bien¡± (la empresa no ha querido dar su versi¨®n de los hechos). ¡°Hay que tener respeto por un activismo que defiende una causa leg¨ªtima de manera responsable¡±, dice la consultora, Eva Levy. ¡°La igualdad de g¨¦nero no es una opci¨®n, no es un lujo, es un imperativo¡±, dice la vicepresidenta Viviane Reding. ¡°Europa puede y debe hacerlo mejor; el 60% de los titulados universitarios son mujeres, la poblaci¨®n envejece y el ¨ªndice de natalidad cae, necesitamos todos los cerebros que haya a mano¡±. Y el 50% de ellos son femeninos.
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