El Papa admite que hay un 2% de sacerdotes ped¨®filos

El papa Francisco reconoce que, seg¨²n datos fiables que le han proporcionado sus colaboradores, el porcentaje de ped¨®filos en el seno de la Iglesia es del 2%. ¡°Lo considero grav¨ªsimo¡±, declar¨® Jorge Mario Bergoglio en una conversaci¨®n con Eugenio Scalfari, el fundador del diario La Repubblica, ¡°porque son sacerdotes e incluso obispos y cardenales; y otros, todav¨ªa m¨¢s numerosos, saben pero callan¡±. El Papa, que hace solo unos d¨ªas pidi¨® perd¨®n ante seis v¨ªctimas en el transcurso de una misa celebrada en el Vaticano, volvi¨® a calificar los abusos sexuales a menores como ¡°la lepra de la Iglesia¡± y garantiz¨® que ser¨¢ implacable: ¡°Como Jes¨²s, usar¨¦ el bast¨®n contra los curas pederastas¡±.

?La textualidad de la conversaci¨®n, sin embargo, ha sido desmentida por el Vaticano. Su portavoz, el padre Federico Lombardi, asegura que algunos de los entrecomillados "han llamado mucho la atenci¨®n y no pueden ser atribuidas al Papa. Es decir que entre los pederastas haya cardenales, y que el Papa haya afirmado con seguridad, con respecto al celibato, que encontrar¨¢ las soluciones". Lombardi a?ade que, tal como ocurri¨® en un encuentro anterior del Papa y el fundador de La Repubblica, "lo que Scalfari atribuye al Papa, refiriendo entre comillas sus palabras, es fruto de su memoria de experto periodista, pero no de una transcripci¨®n precisa de una grabaci¨®n y a¨²n menos de una revisi¨®n de parte del interesado, a quien se le atribuyen afirmaciones".

Bergoglio se lamenta durante la conversaci¨®n de que, por diversos motivos y no todos ellos loables, ¡°la educaci¨®n de los hijos ha desaparecido de las familias como deber principal¡±. Dice el Papa que esa ¡°grav¨ªsima omisi¨®n¡± de la falta de valores abre la puerta a ¡°otros vicios¡± en los que pueden llegar a participar padres, parientes y amigos: ¡°La corrupci¨®n de un muchacho es lo m¨¢s terrible e inmundo que se pueda imaginar, especialmente si, como demuestran los datos que he podido examinar directamente, una gran parte estos hechos abominables se producen en el interior de las familias o entre las amistades cercanas¡±.

Es entonces cuando Francisco reconoce refiri¨¦ndose a la Iglesia: ¡°Tambi¨¦n nosotros tenemos esta lepra en casa¡±. Dice Bergoglio: ¡°Muchos de mis colaboradores que luchan conmigo [contra la pederastia] me aseguran con datos fiables que calculan la pedofilia dentro de la Iglesia al nivel del 2%. Esto tendr¨ªa que tranquilizarme, pero debo decirle que no me tranquiliza en absoluto. Lo considero m¨¢s bien grav¨ªsimo. El 2% de los ped¨®filos son sacerdotes e incluso obispos y cardenales. Y otros, todav¨ªa m¨¢s numerosos, saben pero callan. Me parece que esta situaci¨®n es insostenible y mi intenci¨®n es afrontarla con la severidad que requiere¡±.

En relaci¨®n a la connivencia entre las mafias y la Iglesia, puesta de manifiesto hace unos d¨ªas en Oppido Mamertina, un pueblo de Reggio Calabria donde la estatua de la Virgen fue detenida en se?al de reverencia ante la casa de un capo de la ¡®Ndrangheta, el papa Francisco volvi¨® a ser taxativo: ¡°Todo esto est¨¢ cambiando y cambiar¨¢. Nuestra denuncia de la mafia no ser¨¢ hecha una vez, sino que ser¨¢ constante. La pederastia y mafia tendr¨¢n entre el resto de mis tareas --la Iglesia, el pueblo de Dios, los sacerdotes, la comunidad¡ªun lugar principal¨ªsimo¡±. El pasado 21 de junio, durante un viaje a Calabria, el Papa dict¨® la excomuni¨®n de la mafia e involucr¨® a la Iglesia a comprometerse en su combate: ¡°La ¡®Ndrangheta [la mafia calabresa] es la adoraci¨®n del mal, el desprecio del bien com¨²n. Tiene que ser combatida, alejada. Y la Iglesia tiene que ayudar m¨¢s¡±.

Sobre otra de las cuestiones sobre las que Francisco parece abrir una puerta ¨Cla posibilidad de que los curas puedan casarse--, dijo: ¡°El celibato fue establecido en el siglo X, esto es, 900 a?os despu¨¦s de la muerte de nuestro Se?or. La Iglesia cat¨®lica oriental permite que sus sacerdotes se casen. El problema ciertamente existe, pero no es de gran entidad. Se quiere tiempo, pero hay soluciones y las encontrar¨¦¡±.