Horror en Casa de Mam¨¢ Rosa
La polic¨ªa mexicana acusa a una conocida educadora de tener en un internado a cientos de ni?os en condiciones de semiesclavitud y hacinamiento
El horror ten¨ªa parada en la mexicana ciudad de Zamora (Michoac¨¢n). All¨ª, en la llamada Casa de Mam¨¢ Rosa, viv¨ªan, seg¨²n la Procuradur¨ªa General de M¨¦xico, 592 personas en condiciones de hacinamiento y semiesclavitud. Eran desde ni?os abandonados hasta delincuentes adolescentes, a los que la polic¨ªa liber¨® ayer sacando a la luz un supuesto cat¨¢logo de abusos que har¨ªan palidecer a Charles Dickens. Los menores, muchos de ellos dejados al cuidado de la directora del internado, Rosa del Carmen Verduzco Verduzco, de 79 a?os, eran obligados a pedir limosna en casas y calles, se les alimentaba con comida en mal estado, carec¨ªan de camas para dormir e incluso eran sometidos a vejaciones sexuales. En la c¨²spide de los desmanes, siempre seg¨²n el relato oficial, figura una pr¨¢ctica negra: los beb¨¦s que llegaban a nacer en el albergue, casi todos fruto de la miseria, eran registrados como hijos de la fundadora, impidiendo a los padres cualquier decisi¨®n sobre los peque?os. Este ¨²ltimo hecho fue la clave que deton¨® la acci¨®n de la fiscal¨ªa. Al menos cinco progenitores presentaron denuncia por el secuestro de sus ni?os (a?os despu¨¦s de entregarlos) y lo que hasta entonces era un rumor desemboc¨® en un operativo conjunto del Ej¨¦rcito mexicano y la Polic¨ªa Federal en el que fue detenida Verduzco, junto con ocho empleados. La intervenci¨®n sac¨® de los muros del centro a 452 menores (278 chicos y 174 chicas, incluidos seis beb¨¦s) as¨ª como a 138 mayores de edad (de 18 a 40 a?os). En el aire queda la pregunta de c¨®mo una instituci¨®n con tantos cientos de internos, con acuerdos con entidades p¨²blicas y muy conocida en el pa¨ªs pudo cometer tal c¨²mulo de tropel¨ªas sin que nadie interviniese antes.
El hogar, tambi¨¦n conocido como La Gran Familia, llevaba abierto desde 1947 y funcionaba en r¨¦gimen de internado.?Su imagen p¨²blica era casi beat¨ªfica. En sus dependencias se impart¨ªan a los menores desamparados estudios que abarcaban desde infantil hasta secundaria y preparatoria. Todo ello mediante conciertos con la Secretaria de Educaci¨®n P¨²blica. Tambi¨¦n se ofrec¨ªan talleres de artes pl¨¢sticas, m¨²sica, costura y alba?iler¨ªa. Rosa del Carmen Verduzco, conocida como La Jefa, se presentaba en la p¨¢gina de Facebook como la ¡°mam¨¢¡± de todos los internos y dec¨ªa que los hab¨ªa tomado en adopci¨®n en un gesto de amor. ¡°Delincuentes, drogadictos o ni?os de la calle, todos llevan el apellido Verduzco¡±, se lee. ¡°Mi vida est¨¢ dedicada a educar a estos chicos¡±, ha dicho en repetidas ocasiones la directora, cuya cifra real de adopciones es un misterio.
El centro lleg¨® a ser visitado por los presidentes Vicente Fox y Felipe Calder¨®n. Incluso su gimnasio fue donado por la reina Isabel II de Inglaterra. Bien conocido, el albergue se hab¨ªa ganado el respeto entre muchos intelectuales por suplir las carencias del Estado en la asistencia de menores sin futuro. No en balde, al conocerse la intervenci¨®n policial,?pensadores de la talla de Enrique Krauze pidieron en las redes sociales respeto por la figura de Verduzco. Esta mujer, que ha pasado de la noche a la ma?ana de ser una venerada educadora a un ogro, llevaba 60 a?os dedicados al cuidado de los menores. "Por ah¨ª han pasado miles de ni?os, puede que haya alg¨²n caso de exceso, pero no se puede tirar por la borda toda su tarea educativa¡±, se?ala un conocedor del internado. ¡°Es un exageraci¨®n, conozco la casa desde 1979 y es una instituci¨®n extraordinaria, un milagro permanente¡±, indica el reputado historiador Jean Meyer.
El relato ofrecido por la polic¨ªa y la fiscal¨ªa no deja, sin embargo, resquicio, para estos cuestionamientos. En la investigaci¨®n, iniciada tras recibir las denuncias de los progenitores, los agentes fueron recabando testimonios que detallan abusos de toda ¨ªndole. El procurador general de M¨¦xico, Jes¨²s Murillo Karam, record¨® que una de las v¨ªctimas, por ejemplo, cont¨® c¨®mo al cumplir los 18 a?os de edad, se le impidi¨® recuperar la libertad, siendo obligada a trabajar sin remuneraci¨®n para la instituci¨®n otros 13 a?os. Esta mujer asegur¨® que, con posterioridad, sus dos hijas hab¨ªan sido adoptadas por Mam¨¢ Rosa y que s¨®lo las pod¨ªa ver una vez cada dos meses durante tres horas. En su desesperaci¨®n, esta madre ofreci¨® a La Jefa 10.000 pesos por recuperar a las ni?as. La respuesta de Verduzco, siempre seg¨²n el procurador, fue: ¡°Junta el dinero y me llamas¡±.
La principal imputada fue hospitalizada tras su detenci¨®n. Dos de las cinco ni?as supuestamente secuestradas han sido recuperadas. La polic¨ªa busca a los otros tres, al tiempo que ha iniciado la tarea de identificar a los internos. Entretanto, como destac¨® el procurador general, se ha empezado a fumigar el centro para acabar con la infestaci¨®n de ratas, chinches y pulgas.
¡°No quiero a esta ni?a, ?la quiere usted?¡±
¡°No quiero a esta ni?a, ?la quiere usted?¡±. La mujer, una madre soltera aquejada de un fuerte trastorno mental, acababa de intentar quitar la vida a la criatura, un beb¨¦ prematuro. Enfrente ten¨ªa a Rosa del Carmen Verduzco, una maestra de primaria, de 22 a?os, que hab¨ªa acudido al hospital avisada por un amigo sacerdote. Corr¨ªa 1957 y fue entonces cuando aquella joven voluntariosa, dedicada al cuidado de menores abandonados, se le ocurri¨® la idea. Tom¨® al beb¨¦ en brazos y se dirigi¨® al Registro Civil a inscribirlo como hijo natural suyo. En la casilla de progenitor puso ¡°padre desconocido¡±. Acababa de nacer Mam¨¢ Rosita, un personaje caleidosc¨®pico que igual levanta pasiones, que desata profundos rencores y sospechas.
A lo largo de los a?os, lo que empez¨® como un acto excepcional de caridad se ha convertido en una costumbre extendida. Verduzco ha adoptado a la luz p¨²blica a beb¨¦s, gemelos, trillizos, mayores de edad creando a su alrededor La Gran Familia, un n¨²cleo asistencial famoso en todo M¨¦xico y que nunca ha estado libre de pol¨¦mica. En su propia p¨¢gina web, se reconoce que a los menores se les disciplinaba ¡°a veces de forma dictatorial¡± y que desde sus albores se les obligaba a trabajar: ¡°Los mayores recolectaban fresas y vend¨ªan peri¨®dicos para llevar a casa alg¨²n dinero. A veces no alcanzaba para la comida¡±.
Con estos cimientos, la entidad fue creciendo. A principios de los sesenta, Mam¨¢ Rosa ya ten¨ªa a su cargo a 40 adoptados. Fue entonces cuando compr¨® el terreno de 8.000 metros que constituy¨® el n¨²cleo de su primer hogar. Para levantar aquel centro, los peque?os trabajaron duro: "Los ni?os de nueve a?os fabricaban ladrillos y los de seis los acarreaban". Aquel embri¨®n comunal, que supl¨ªa las carencias del Estado, fue creciendo. En 1973 se constituy¨® en asociaci¨®n civil. Su engarce con las redes asistenciales y educativas p¨²blicas de Michoac¨¢n era profundo. Presidentes, senadores, diputados e intelectuales, lo visitaron. Algunos, como el prestigioso historiador Enrique Krauze, escribieron sobre Verduzco, cuya tarea educativa era alabada por todos los agentes sociales.
¡°Es un caso de acoso del Gobierno a una vida dedicada a recoger hu¨¦rfanos¡±, se?ala Krauze en Twitter. Para muchos personajes que han conocido el hogar, el Gobierno ha actuado con desmesura. ¡°?Para qu¨¦ se necesitaba al Ej¨¦rcito, la han tratado como una narcotraficante?¡±, se pregunta un conocedor del centro.
Por La Gran Familia han pasado 4.000 personas, muchas d¨¦cadas e infinitud de vivencias. Ahora pesa sobre esta at¨ªpica instituci¨®n la sospecha y una dur¨ªsima acusaci¨®n de la procuradur¨ªa. Sea cual sea su resoluci¨®n, el esc¨¢ndalo est¨¢ servido.
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