Un juez investiga a Correos por el trato a dos carteras embarazadas
Las empleadas denunciaron a la empresa tras abortar mientras trabajaban
El Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 3 de Parla (Madrid) est¨¢ investigando el trato de Correos a dos empleadas que sufrieron un aborto mientras estaban en su puesto de trabajo. Seg¨²n la denuncia presentada ante la Fiscal¨ªa de Siniestralidad Laboral, las dos carteras hab¨ªan pedido a sus jefes cambiar temporalmente de puesto para evitar las tareas del reparto y la carga de peso, pero la empresa se lo deneg¨®. El juzgado ha llamado a declarar a las mujeres y ha abierto diligencias por un presunto delito contra la seguridad en el trabajo.
Los dos abortos de empleadas de la oficina de Parla ocurrieron con un a?o de diferencia: el primero en noviembre de 2011 y el segundo, en el mismo mes de 2012. En el primer caso, la mujer era trabajadora eventual de Correos, estaba en las primeras semanas del embarazo y hab¨ªa presentado un informe m¨¦dico que advert¨ªa de que su embarazo era de riesgo porque ven¨ªa precedido de un aborto anterior. En el segundo, se trata de una empleada fija en avanzado estado de gestaci¨®n que tambi¨¦n hab¨ªa comunicado por escrito su estado.
¡°Estas dos trabajadoras salieron a repartir bajo la amenaza del jefe de unidad de que de no ser as¨ª informar¨ªa a sus superiores para que le aplicaran el r¨¦gimen disciplinario por el incumplimiento de tales ¨®rdenes¡±, sostiene la denuncia presentada por el sindicato CGT.
La Fiscal¨ªa de Getafe ha estudiado el caso y lo ha trasladado a los Juzgados de Parla. Seg¨²n fuentes judiciales, el Juzgado ha centrado su investigaci¨®n en un supuesto delito contra la seguridad en el trabajo, contemplado en los art¨ªculos 316 y 317 del C¨®digo Penal, que castiga con penas de prisi¨®n de entre seis meses y tres a?os las infracciones en las normas de prevenci¨®n de riesgos laborales que pongan en peligro la vida o la salud de los trabajadores. La denuncia se?ala a diez jefes de Correos, entre ellos, el director de Recursos Humanos, Luis P¨¦rez Capit¨¢n; el director de la Subdirecci¨®n de Promoci¨®n de la Salud, Antonio D¨ªaz Ruiz; y el jefe de los Servicios M¨¦dicos, Manuel Alirangues Santos. Los otros siete denunciados son jefes de la Zona IV, en la que se integran las oficinas de Madrid, y los responsables del centro de Parla.
El juez ha pedido varios informes sobre el caso, el m¨¢s importante, seg¨²n fuentes judiciales, uno solicitado al Ministerio de Empleo a petici¨®n de la fiscal¨ªa. En funci¨®n de sus resultados decidir¨¢ si imputa a alguno de los denunciados. Seg¨²n el escrito del sindicato, las dos trabajadoras fueron obligadas a repartir la correspondencia en la calle sin tener en cuenta si la ruta asignada y el peso que ten¨ªan que llevar implicaba un riesgo a?adido para su embarazo.
El fiscal ve un posible delito contra la seguridad en el trabajo
La denuncia expone que la empresa ¡°orden¨®¡± a una de las mujeres a repartir correo certificado, ¡°lo que implic¨® un grave riesgo ya que tuvo que deambular m¨¢s que ning¨²n trabajador del centro, teniendo no solo que repartir una zona, sino varias¡±. A la otra, adem¨¢s de repartir, le instaron a clasificar todo el correo que entrara en su secci¨®n, lo que le oblig¨® a ¡°una mayor manipulaci¨®n de cargas¡± y a realizar m¨¢s desplazamientos.
A los dos casos que investiga el juez se suman al menos otras cuatro denuncias presentadas en los dos ¨²ltimos a?os ante la Inspecci¨®n de Trabajo por el trato de Correos a trabajadoras embarazadas. Todas explican casos similares en los que los jefes han puesto trabas o han rechazado cambiar a un puesto m¨¢s sedentario a carteras embarazadas que hab¨ªan pedido no salir a repartir en la calle.
Los problemas, seg¨²n el sindicato CGT, que se ha encargado de presentar las denuncias, empezaron tras la entrada en vigor, a finales de 2011, de un protocolo que supuestamente se hizo para proteger a las mujeres embarazadas. Sin embargo, en opini¨®n del sindicato y de las mujeres que han denunciado su caso, en la pr¨¢ctica el protocolo tiene el efecto contrario: mientras que antes a las trabajadoras embarazadas que lo solicitaban les facilitaban siempre un puesto en un centro de clasificaci¨®n o le adjudicaban tareas de oficina, las pautas fijadas ahora no contemplan ning¨²n cambio antes de la semana 18 de gestaci¨®n, tan solo la prohibici¨®n de hacer reparto en moto y de realizar carga y descarga en el muelle. A partir de la semana 18, las embarazadas quedan eximidas de algunas tareas, pero, seg¨²n las afectadas, estas directrices son poco compatibles con el trabajo diario.
Correos tiene constancia de estas denuncias, pero asegura que su protocolo para embarazadas es ¡°a¨²n m¨¢s proteccionista¡± que las pautas que establece la Sociedad Espa?ola de Ginecolog¨ªa y Obstetricia. Una empleada de una oficina de Madrid que dio a luz a su hija hace 20 d¨ªas y que prefiere permanecer en el anonimato asegura, sin embargo, que las restricciones del protocolo son ¡°impracticables¡±. ¡°Te dice que por cada hora de pie pases media sentada. ?D¨®nde? ?En un banco? ?Y si no hay? ?Y si llueve? A partir de la semana 22 te dicen que no arrastres m¨¢s de ocho kilos, y solo la puerta de algunos portales ya pesa m¨¢s. M¨¢s subir pisos sin ascensor o las escaleras que suele haber antes de todos los buzones¡±, se queja la mujer, que ha presentado una denuncia ante la Inspecci¨®n de Trabajo porque la empresa solo le eximi¨® de usar la moto y le cambi¨® a una ruta de reparto a pie. ¡°He tenido un embarazo buen¨ªsimo, sin v¨®mitos ni n¨¢useas en los primeros meses, pero no siempre es as¨ª y no te dan opci¨®n¡±, cuenta la mujer. A medida que el embarazo fue avanzando empez¨® a padecer dolores en la espalda cuando llevaba varias horas de trabajo. ¡°Le ped¨ª a mi jefe que me buscara otro puesto y me dijo que no. Que si no pod¨ªa trabajar, me cogiera una baja por enfermedad com¨²n, lo cual no me parec¨ªa l¨®gico porque hay trabajo que pod¨ªa hacer perfectamente y con la baja yo pierdo dinero y la asume la Seguridad Social en vez de la mutua, no tiene sentido¡±, sostiene. Cuando estaba de siete meses, claudic¨® y pidi¨® la baja.
El protocolo
- En 2011 Correos fij¨® un "procedimiento de actuaci¨®n para trabajadoras en situaci¨®n de embarazo, lactancia o parto reciente". Estas son algunas de las directrices que marca:
- No levantar de forma regular pesos de m¨¢s de diez kilos a partir de la semana 18.
- No arrastrar m¨¢s de ocho kilos o manejar m¨¢s de diez a partir de la semana 22.
- No subir y bajar escaleras "de forma repetitiva" m¨¢s de cuatro veces por turno desde la semana 26.
- No estar de pie de forma intermitente m¨¢s de 30 minutos por hora desde la semana 30.
En esta tesitura teme que se va a ver en breve Raquel (nombre ficticio), embarazada de 19 semanas y ejerce como cartera rural. ¡°Hoy estoy matada. Hac¨ªa mucho calor. He estado repartiendo desde las 9.30 hasta las 14.15, tengo los pies bastante hinchados¡±, cuenta por tel¨¦fono tras acabar su ruta, que incluye 32 portales de tres plantas sin ascensor y una zona de casas bajas sin buzones donde tiene que agacharse para meter las cartas por debajo de cada puerta. ¡°Por ahora puedo, pero llegar¨¢ un momento en que no¡±.
Raquel teme sobre todo el mes de septiembre, cuando le han dicho que le tocar¨¢ cubrir las vacaciones de un compa?ero cuyo trabajo incluye ir cada d¨ªa a otro pueblo en furgoneta, cargar la mercanc¨ªa y descargarla en otra localidad. ¡°Les dije que para entonces estar¨ªa ya de seis meses y medio y que no cre¨ªa que pudiese hacer esa tarea, pero no me dijeron nada¡±, se?ala. Despu¨¦s de que el sindicato CGT pidiera informaci¨®n sobre su caso, un delegado de Prevenci¨®n de Riesgos Laborales le acompa?o hace unas semanas en la ruta. ¡°Tengo dif¨ªcil cambiar de puesto porque en el pueblo no hay opci¨®n. Me gustar¨ªa saber qu¨¦ ha dicho el m¨¦dico y la empresa. Y si veo que no puedo hacer mi trabajo, que me digan que no pueden adaptarme el puesto y me den la baja a cargo de la mutua, no de la Seguridad Social¡±, argumenta esta trabajadora.
El protocolo de la empresa establece que, al margen de las pautas generales, siempre hay que analizar ¡°de forma individualizada¡± cada caso, un aspecto clave pero que en muchas ocasiones, seg¨²n las afectadas, no se cumple. As¨ª lo dictamin¨® tambi¨¦n la Inspecci¨®n de Trabajo en respuesta a la denuncia de Sara Formento, una empleada que se quej¨® de que la empresa le orden¨® seguir repartiendo sin conocer los riesgos. La inspecci¨®n hizo un requerimiento a Correos y le orden¨® evaluar ¡°de forma individualizada y actualizada su puesto de trabajo¡±. ¡°No miran si tienes m¨¢s o menos escaleras, no hay distinciones si llueve o hace mucho calor¡±, explica Sara. Ella es hija de la secretaria general del sindicato federal de Correos en CGT y cree que esta circunstancia ayud¨® para que, en su caso, acabaran ofreci¨¦ndole un puesto de interior. ¡°En mi oficina ¨¦ramos tres embarazadas a la vez y a todas nos cambiaron y nos trataron fenomenal, pero s¨¦ que no siempre es as¨ª. Hay mujeres por toda Espa?a que no saben a qui¨¦n pedir ayuda¡±, asegura.
Con esta opini¨®n coincide Violeta Figueruelo, delegada de personal de CGT en una oficina de Madrid. Su caso tambi¨¦n lleg¨® en 2012 a la Inspecci¨®n de Trabajo despu¨¦s de que, tras comunicar su embarazo, la empresa le eximiera de ir en moto pero le ordenara hacer la misma ruta a pie. Ante la falta de alternativas, acord¨® con CGT dejar el reparto y liberarse con labores sindicales. ¡°Pero las dem¨¢s no tienen esa opci¨®n, est¨¢n vendidas a que le toque un jefe con m¨¢s o menos sensibilidad¡±, asegura.
investigacion@elpais.com
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