Palizas al grito de ¡°?arriba Espa?a, maricones!¡±
Las agresiones hom¨®fobas aumentan, pero solo las denuncia el 18% Las v¨ªctimas callan para no revelar su identidad sexual o por desconfianza en la polic¨ªa
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
¡°Acab¨¢bamos de salir de la discoteca. Eran las cuatro menos diez de la ma?ana. Dos hombres bien vestidos, con camisa blanca, de 25 o 30 a?os, nos preguntaron: ¡®?Qu¨¦ tal chicos?¡¯ Dijimos que nos ¨ªbamos a casa y uno de ellos dijo: ¡®?No te vas a ning¨²n sitio, maric¨®n!¡¯ y empez¨® a pegarnos. Fue una locura. Gritaba: ¡®?Fuera de aqu¨ª, maricones! A mi pareja le rompi¨® la nariz. Yo tengo contusiones por todo el cuerpo¡±. Miguel y su novio han denunciado esta semana en los juzgados de Madrid la agresi¨®n hom¨®foba. ¡°Otros dos chicos que creen que fueron agredidos por la misma persona se han puesto en contacto con nosotros, pero ellos no denunciaron¡±, relata a EL PA?S. Miguel prefiere aparecer sin apellidos. Tiene miedo.
A Adolfo Infante y su marido les atacaron el 12 de octubre de 2013, cuando sal¨ªan de cenar de un restaurante c¨¦ntrico de Palencia. ¡°Dos hombres nos pegaron pu?etazos y patadas mientras gritaban ¡®?Arriba Espa?a, maricones!¡¯¡±, explica. ¡°Est¨¢bamos tan asustados que dijimos que no eramos gais para que dejaran de pegarnos, pero siguieron haci¨¦ndolo. Los golpes se curan, pero quedan secuelas de otro tipo. Los dos estuvimos en tratamiento psicol¨®gico. Lo que m¨¢s da?o hace es la humillaci¨®n, la impotencia¡±. Adolfo y su marido lo denunciaron ¡ªel caso sigue abierto¡ª, pero no fue f¨¢cil. ¡°La primera reacci¨®n es callarte, pero son los agresores los que deber¨ªan esconderse, no las v¨ªctimas¡±.
Ellos denunciaron, pero son la excepci¨®n. Las agresiones hom¨®fobas, seg¨²n los colectivos gais, van a m¨¢s, pero solo una minor¨ªa las denuncia. La Comisi¨®n Europea pidi¨® en 2010 a la Agencia Europea de Derechos Fundamentales que recabara datos sobre discriminaci¨®n y delitos motivados por prejuicios contra gais, lesbianas y transexuales. El informe, una macroencuesta entre 93.079 personas de toda la UE m¨¢s Croacia, se present¨® en mayo de 2013. Un 46% de los encuestados en Espa?a dijo haber sido atacado o amenazado con violencia en el ¨²ltimo a?o (un punto por encima de la media del estudio); solo el 18% lo hab¨ªa denunciado (un punto menos que la media) y a la pregunta de por qu¨¦ no lo hab¨ªan hecho, los gais, lesbianas y transexuales agredidos en Espa?a dieron varias razones: ni se le hab¨ªa ocurrido (48%), porque pens¨® que no servir¨ªa de nada (32%); por miedo a una reacci¨®n hom¨®foba de la polic¨ªa (19%); por temor a represalias (16%); por verg¨¹enza, porque no quer¨ªa que nadie lo supiera (15%)...
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¡°En esto est¨¢ pasando como hace a?os con las mujeres maltratadas¡±, explica Ra¨²l Garc¨ªa, del Colectivo de gais, lesbianas y transexuales de Madrid (Cogam). Nosotros les aconsejamos que denuncien, pero no podemos obligarles¡±.
Cuanto m¨¢s baja es la edad, m¨¢s posibilidades de que la v¨ªctima no haya revelado a¨²n su orientaci¨®n sexual en su entorno. Amanda Rodr¨ªguez, coordinadora de Arc¨®poli, asociaci¨®n de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales de las Universidades Polit¨¦cnica y Complutense de Madrid, asegura que la mayor¨ªa de v¨ªctimas que no denuncian pero consultan a la asociaci¨®n ¡°no han salido del armario¡±. Las agresiones, a?ade, suelen concentrarse en ¡°zonas de ambiente¡±, y el agresor suele ser m¨²ltiple: ¡°Va en pareja o grupo¡±. La Federaci¨®n Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB) ha lanzado la campa?a No te calles, ?denuncia! en la que anima tanto a v¨ªctimas como a testigos a no ocultar estas agresiones.
La fiscal¨ªa se?ala que jueces y polic¨ªa tienden a minimizar los hechos
Tanto Miguel como Adolfo se quejan del trato policial que recibieron tras ser v¨ªctimas de la paliza. ¡°Fueron desagradables¡±, explica Miguel. ¡°Por eso decidimos denunciar directamente en el juzgado¡±. ¡°Tienden a quitarle importancia, a tratarlo como una pelea, pero es un delito de odio¡±, a?ade Adolfo. ¡°Y si hacen mal el atestado hay muy pocas posibilidades de que la denuncia prospere. Es fundamental que los polic¨ªas reciban una formaci¨®n espec¨ªfica y que se cree un protocolo de actuaci¨®n para estos casos. Como se hizo con las mujeres maltratadas¡±.
El pasado abril, siguiendo las recomendaciones del Consejo de Justicia y Asuntos de Interior de la UE, el Gobierno public¨® por primera vez un balance de los llamados ¡°delitos de odio¡±, que no est¨¢n tipificados como tales en el c¨®digo penal, sino que se consideran una agravante cuando el que delinque lo hace por racismo, discriminaci¨®n por orientaci¨®n sexual, creencias religiosas, discapacidad, antisemitismo o aporofobia (rechazo al pobre).
Para hacer ese estudio se modific¨® el sistema estad¨ªstico de criminalidad. El resultado: de los 1.172 delitos de odio registrados en 2013, la mayor¨ªa (452) hab¨ªan sido motivados por la orientaci¨®n sexual de la v¨ªctima, seguidos por racismo (381) y discriminaci¨®n al discapacitado (290).
Ra¨²l Garc¨ªa (Cogam): ¡°Pasa igual que hace a?os con el maltrato a mujeres¡±
Seg¨²n la Secretar¨ªa de Estado de Seguridad del Ministerio del Interior, m¨¢s de 14.500 agentes de polic¨ªa y guardia civil han recibido cursos espec¨ªficos. Pero Miguel y Adolfo a¨²n no han notado ese cambio de sensibilidad policial. El consejero de Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid, Jes¨²s Fermosel, pide a la polic¨ªa que ¡°act¨²e de manera rotunda contra estos peque?os grupos de intolerantes¡± que atacan a vecinos como Miguel por su orientaci¨®n sexual.
En Madrid se produjeron el a?o pasado 38 agresiones de este tipo, seg¨²n el programa de atenci¨®n a homosexuales y transexuales de la comunidad. El fiscal jefe dict¨® en octubre del a?o pasado una instrucci¨®n para todos los fiscales madrile?os sobre los ¡°criterios a seguir en la investigaci¨®n y persecuci¨®n de los delitos de odio y discriminaci¨®n¡± para ¡°facilitar la m¨¢xima protecci¨®n a las v¨ªctimas¡±. La memoria de la fiscal¨ªa de Madrid, presentada este mes, habla de un ¡°auge¡± de estas agresiones y coincide con la cr¨ªtica de Miguel y Adolfo: ¡°La praxis diaria evidencia que muchos de estos asuntos pueden llegar a ser considerados como hechos de trascendencia menor por fuerzas de seguridad, jueces y fiscales, siendo relativamente frecuente que se reputen como meras faltas sin que la investigaci¨®n policial ni la instrucci¨®n judicial profundicen, en no pocos casos, en todo el reproche que merece la conducta¡±.
Adolfo: ¡°Son los agresores los que deben esconderse, no nosotros¡±
Tambi¨¦n la ¨²ltima memoria de la Fiscal¨ªa General del Estado advierte que con frecuencia este tipo de agresiones no son ¡°debidamente catalogadas¡±, lo que atribuye tanto a la investigaci¨®n policial o judicial como al hecho de que muchas v¨ªctimas no denuncian ¡°por circunstancias personales, temor a represalias, sensaci¨®n de vulnerabilidad, desconfianza en las fuerzas de seguridad o situaci¨®n de irregularidad en Espa?a¡±.
Colectivos gais, v¨ªctimas y fiscales comparten, a grandes rasgos, el mismo diagn¨®stico: los delitos de odio aumentan y no se identifican ni castigan adecuadamente. La Federaci¨®n Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales pide al Gobierno una ley integral de igualdad de trato ¡ªestuvo en proyecto en la legislatura anterior¡ª. ¡°Necesitamos una ley espec¨ªfica, como la que lucha contra el maltrato a las mujeres¡±, insiste Adolfo, a punto de cumplir un a?o de su brutal agresi¨®n
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