Un pa¨ªs por su infancia
Es imprescindible una alianza de pa¨ªs para proteger a nuestros conciudadanos m¨¢s vulnerables, los ni?os
En el cl¨¢sico Historia de la Infancia, Lloyd de Mause afirma que ¡°la historia de la infancia es una pesadilla de la que solo hemos despertado recientemente¡±. Desde que el mundo es mundo, algunas familias han abandonado o se han ocupado poco de sus hijos, los han maltratado, o incluso los han sometido a abuso. Un sinf¨ªn de personajes de la historia y la mitolog¨ªa son hijos abandonados, como Edipo, Mois¨¦s, o R¨®mulo y Remo. Durante la Edad Media proliferan los hospicios dedicados a recoger ni?os abandonados por sus padres, ya sea por incapacidad de asegurarles sustento econ¨®mico o por ser fruto de una relaci¨®n ileg¨ªtima. En aquellas casas de exp¨®sitos la vida era dura y cruel, lo que se traduc¨ªa en elevados ¨ªndices de mortalidad.
Hist¨®ricamente, los ni?os han sido concebidos como peque?os adultos que a partir de edades tempranas participaban en las mismas actividades que ¨¦stos. Ni?os de corta edad trabajaban en actividades agr¨ªcolas y las chicas en la pubertad eran ofrecidas en matrimonio. En la adolescencia, muchos abandonaban la casa de sus padres para buscar empleo en el servicio dom¨¦stico (las mujeres), aprender un oficio en alg¨²n taller (los varones), o emigrar. Durante la Revoluci¨®n Industrial, los ni?os fueron empleados en f¨¢bricas bajo condiciones de trabajo extremas, como reflej¨® Dickens en sus novelas.
La situaci¨®n mejora sustancialmente en el ¨²ltimo siglo, coincidiendo con la aparici¨®n de discursos que reconocen la infancia como una etapa de especial vulnerabilidad, necesitada de protecci¨®n espec¨ªfica, y abogan por el desarrollo de derechos singulares. Tales derechos han sido consagrados en acuerdos internacionales de amplio alcance ¡ªcomo la Convenci¨®n Internacional de Derechos de la Infancia, o la Carta de Derechos fundamentales de la Uni¨®n Europea¡ª. Hoy, D¨ªa internacional de la Infancia, celebramos estos avances civilizatorios, pero tambi¨¦n ponemos el foco en asignaturas pendientes.
Evidentemente, las garant¨ªas y protecciones de que disfrutan hoy los ni?os y ni?as constituyen un freno para buena parte de las situaciones de maltrato, abuso y negligencia que se han dado hist¨®ricamente, pero ni mucho menos las erradican. Tampoco consiguen asegurar condiciones de vida dignas que posibiliten, para todas las ni?as y ni?os, un desarrollo pleno de sus facultades y capacidades. Demasiadas veces su talento natural se malogra en contextos de pobreza y falta de oportunidades. En Espa?a algo m¨¢s de dos millones de ni?os viven en riesgo de pobreza, medio mill¨®n en carencia material extrema. Las tasas de fracaso y abandono escolar nos sit¨²an en el furg¨®n de cola de Europa, y los ¨ªndices de obesidad en la infancia son inaceptablemente altos, realidades que afectan especialmente a la infancia vulnerable.
Para corregir estas situaciones es imprescindible liderazgo pol¨ªtico y social: innovaci¨®n y determinaci¨®n de los gobiernos, sentido de Estado de las fuerzas de oposici¨®n, dinamizaci¨®n y coordinaci¨®n de las distintas instancias de las Administraciones p¨²blicas, iniciativa y empuje de las entidades sociales, compromiso social de las empresas... Es imprescindible una alianza de pa¨ªs para proteger a nuestros conciudadanos m¨¢s vulnerables, los ni?os.
Pau Mar¨ª-Klose es el alto comisionado del Gobierno para la lucha contra la pobreza infantil.?
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