Nahir Galarza: ¡°Ten¨ªa ganas de que me tragara la tierra, pero ac¨¢ estoy, viva¡±
A un a?o de asesinar de dos disparos a su novio Fernando Pastorizzo, la joven de 20 a?os habla desde la c¨¢rcel argentina donde cumple una condena a cadena perpetua
Nahir Galarza?(Entre R¨ªos, 1998) jura que no recuerda el asesinato que cometi¨® hace un a?o en Gualeguaych¨², una ciudad argentina situada a 232 kil¨®metros de Buenos Aires. La joven de 20 a?os dice que la madrugada del 29 de diciembre de 2017, la mente se le puso en blanco. Que un disparo la aturdi¨®, luego otro, y que no supo qu¨¦ hacer. Al final sinti¨® el impulso de volver a su casa. Sobre la calle qued¨® el cuerpo de la v¨ªctima, y al costado la moto en la que iban. ¡°Fue un accidente¡±, declar¨®. No le creyeron. Para los jueces que?la condenaron a cadena perpetua, ese d¨ªa mat¨® a sangre fr¨ªa y por la espalda a su novio Fernando Pastorizzo.
El 3 de julio?pasado, Nahir fue sentenciada y trasladada a una c¨¢rcel de mujeres. Trascendi¨® que se puso de novia con un joven acusado de narcotr¨¢fico, aunque ella lo desmiente. ¡°Inventan cosas. La realidad es que no puedo creer que haya pasado un a?o. Todo pas¨® volando. Siento que eso ocurri¨® en otra vida. Al dolor de haber causado una muerte lo llevar¨¦ siempre¡±, le dice Nahir a EL PA?S en la c¨¢rcel donde cumple su condena.
En prisi¨®n asiste a un taller de poes¨ªa y lee sobre numerolog¨ªa y astrolog¨ªa. Dos de sus libros de cabecera son La interpretaci¨®n de los sue?os, de Sigmund Freud y El hombre y sus s¨ªmbolos, de Carl Jung. Estudiaba Derecho, pero ahora quiere probar con Psicolog¨ªa.
¡°Los medios me siguen como si fuera una actriz. Me siento un objeto que es observado todo el tiempo. No se habla de m¨ª como una persona, s¨ª como un producto en venta¡±, se queja la joven. En el comienzo del caso su familia se apoy¨® en un agente de prensa que lleg¨® a difundir un book de fotos en los que la joven posaba como modelo, con vestidos o bikini.
¡°Me hicieron quedar como una princesa, yo era una chica simple¡±, dice. Hasta un escultor cre¨® una mu?eca suya, rubia, con pantalones jeans cortos, un arma en la mano derecha y esposas en la izquierda. La vendi¨® a 20 euros a un enigm¨¢tico coleccionista. Y en Internet llegaron a venderse remeras rosas con su cara y la leyenda ¡°Estoy aburrida¡±. Es la frase que ella pronuncia mientras le practica sexo oral a Fernando en un v¨ªdeo que se viraliz¨® tras la condena.
El m¨®vil del crimen es uno de los mayores enigmas del caso que conmocion¨® a Argentina. El relato de Nahir, que declar¨® entre l¨¢grimas durante dos horas en el juicio en su contra, no convenci¨® a la justicia. Dijo que Fernando, de 20 a?os, la golpeaba y la insultaba y que la noche del homicidio ¨¦l tom¨® la pistola calibre nueve mil¨ªmetros del padre ¡ªque es polic¨ªa¡ª de Nahir, que hab¨ªa sido dejada sobre la heladera, y que luego se la apoy¨® en la panza porque cre¨ªa que lo enga?aba con otros. "Se pon¨ªa muy celoso, aunque no era mi novio. Me dec¨ªa zorra y desesperada. Y pronunciaba la palabra que m¨¢s me her¨ªa: depresiva", cont¨® Nahir.
La ¨²ltima discusi¨®n, de acuerdo con la versi¨®n de la condenada, ocurri¨® en su casa, mientras sus padres dorm¨ªan. ¡°Luego salimos en su moto y en un momento le saqu¨¦ el arma porque pens¨¦ que iba a matarme. Fue un accidente. No pod¨ªa quedarme pero tampoco irme. Se me hab¨ªa apagado la mente. Me fui a mi casa y no sab¨ªa qu¨¦ hacer. Sab¨ªa que Fernando hab¨ªa recibido un disparo, pero del otro disparo no sab¨ªa. Estar herido no significa que te vas a morir. No se me cruz¨® eso por la cabeza. Por m¨¢s cosas que me hubiera hecho nunca le hubiese causado da?o. Nunca se me cruz¨® por la cabeza matar a alguien. Pensaba en mi pap¨¢ y no quer¨ªa que lo culparan porque era su arma. Estaba desesperada", cont¨® a los jueces.
Los medios me siguen como si fuera una actriz. Me siento un objeto que es observado todo el tiempo. No se habla de m¨ª como una persona, s¨ª como un producto en venta
A su pesar, Nahir parece haber ingresado al oscuro Olimpo ic¨®nico de la historia criminal argentina. ¡°Me compararon con Robledo Puch, que mat¨® a once personas. Solo por ser rubia, joven y supuestamente linda¡±, se queja la joven.
Durante el juicio, decenas de personas la esperaban en la puerta de los tribunales para gritarle asesina cada vez que era trasladada por la polic¨ªa. No faltaban los curiosos que iban por la repentina fama de Nahir. ¡°Vine porque nunca vi a una asesina de cerca¡±, lleg¨® a decir una mujer. Otra dijo: ¡°Se viste como si estuviera en una fiesta. Son hermosas las plataformas que usa. Hasta tachas tienen. Dicen que durante el juicio se peina, sonr¨ªe y mira desafiante¡±.
Nahir extra?a sus d¨ªas de anonimato. Ahora busca olvidar su crimen. ¡°Trato de que se borre ese momento¡±, dice. Luego hace una pausa, mira con los ojos llorosos, y confiesa: ¡°Creo que todo pasa por algo, y que si no estuviera ac¨¢, en la c¨¢rcel, estar¨ªa en un lugar peor. Ten¨ªa ganas de que me tragara la tierra, pero ac¨¢ estoy, viva, confiando solo en mis padres, mientras afuera todos hablan de m¨ª y nadie me conoce¡±.
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