Operar a coraz¨®n abierto sin miedo al error
La simulaci¨®n es una herramienta vital en el aprendizaje de la medicina. Cada vez m¨¢s centros universitarios cuentan con tecnolog¨ªa que permite recrear cualquier procedimiento m¨¦dico en un entorno seguro y controlado
Es un mu?eco pero parece un ser humano. Est¨¢ tumbado en una cama, conectado a un aparato que monitoriza todas sus constantes. El t¨®rax sube y baja, las pupilas se dilatan, la boca se mueve. Al entrar en su habitaci¨®n, si no se recibe aviso, el falso paciente puede provocar un susto de lo real que resulta. Con este aut¨®mata, estudiantes de medicina y enfermer¨ªa operar¨¢n, pondr¨¢n sondas, realizar¨¢n traqueotom¨ªas, inyectar¨¢n f¨¢rmacos, manejar¨¢n infartos. Lo har¨¢n sin miedo a equivocarse: esta estancia est¨¢ dise?ada para aprender, tanto de los aciertos como de los errores, en un entorno controlado y seguro. Forma parte del hospital virtual de la Universidad Alfonso X el Sabio (UAX) de Madrid, uno de los centros educativos que han incorporado la simulaci¨®n al plan de estudios de las carreras m¨¦dicas.
"El uso de la simulaci¨®n en las facultades se est¨¢ introduciendo poco a poco", considera Jos¨¦ Mar¨ªa Quintill¨¢, presidente de la Sociedad Espa?ola de Simulaci¨®n Cl¨ªnica y Seguridad del Paciente y coordinador de un programa de este tipo en el Hospital Sant Joan de D¨¦u de Barcelona. "Es muy buena noticia por partida doble. Por un lado, incorporas a la formaci¨®n una herramienta poderosa. Por otro, las nuevas generaciones de profesionales crecen familiarizadas con ella, por tanto es m¨¢s f¨¢cil que la promuevan como elemento habitual en los hospitales".
Para Quintill¨¢, la meta es universalizar esta t¨¦cnica. "Hemos de conseguir que la simulaci¨®n sea tan cotidiana que se conciba no solo como un m¨¦todo de ense?anza, sino como un m¨¦todo de mejora de la seguridad del paciente. Que los propios profesionales lo tomen como parte de su trabajo, como los pilotos de avi¨®n hacen horas de vuelo simuladas durante su carrera".
Un ejemplo de integraci¨®n en la educaci¨®n de esta t¨¦cnica es el hospital virtual de la UAX. Ubicado en el campus de Villanueva de la Ca?ada (Madrid), el complejo, de unos 2.000 metros cuadrados, emula la actividad cotidiana de cualquier hospital. Desde enero, por ¨¦l han pasado 2.000 alumnos para adquirir las capacitaciones que necesitar¨¢n cuando salten a la vida profesional.
"La metodolog¨ªa cl¨¢sica, que de las clases magistrales y los seminarios pasaba directamente a la pr¨¢ctica cl¨ªnica, era insuficiente. Hac¨ªa falta una metodolog¨ªa que trabajase los fallos que se cometen¡±, explica el doctor Antonio L¨®pez Rom¨¢n, director de este centro, el m¨¢s grande de estas caracter¨ªsticas en Espa?a. "Aqu¨ª, el equivocarse es una forma de aprendizaje. Al final, la simulaci¨®n repercute en el paciente: los futuros m¨¦dicos les van a tratar con m¨¢s seguridad, con m¨¢s experiencia y con m¨¢s aplomo".
En el hospital virtual los estudiantes cogen sus batas, sus zuecos y sus fonendoscopios. Se lavan las manos antes de entrar al quir¨®fano y levantan los brazos para que les pongan la bata verde. Las paredes son grises, las salas acristaladas y se respira pulcritud y orden. En la zona funcional se adquieren las llamadas destrezas, como poner una v¨ªa o explorar el cuerpo humano en busca de patolog¨ªas, habilidades para las que se utilizan maniqu¨ªs adaptados a cada t¨¦cnica. La auscultaci¨®n, por ejemplo, se practica primero con torsos de simulaci¨®n y, posteriormente, con actores formados por el personal docente. La zona quir¨²rgica alberga robots de alta fidelidad, aut¨®matas que responden fisiol¨®gicamente a las acciones del alumno y que pueden incluso emular un escenario de parto con un robot naciente.
Ver lo infrecuente, repetir y reflexionar
"Nos basamos en tres erres. Aqu¨ª podemos ver cosas raras o poco frecuentes que un residente quiz¨¢ no experimente en meses de pr¨¢cticas. Podemos repetir cada t¨¦cnica las veces necesarias hasta asimilarla. Y, quiz¨¢ la m¨¢s importante, reflexionamos sobre todo lo que hacemos¡±, explica L¨®pez Rom¨¢n.
El objetivo de este hiperrealismo, que permite recrear cualquier escenario, desde una rutinaria sutura a una operaci¨®n a coraz¨®n abierto, no es solo interiorizar la ejecuci¨®n. Apunta tambi¨¦n a esa reflexi¨®n que enumera el Dr. L¨®pez Rom¨¢n. "Un hospital de simulaci¨®n sin espacio para el an¨¢lisis no sirve de nada", incide el director, que detalla que todos los procedimientos se graban para su posterior visionado. "No queremos formar a meros ejecutores. Previamente hay que adquirir conocimiento, teor¨ªa y capacidad de toma de decisiones. Y entonces puedes pasar a la simulaci¨®n".
El poder de la herramienta reside tambi¨¦n en el uso de las tecnolog¨ªas. Adem¨¢s de los robots de alta fidelidad, un alumno puede ver mediante gafas de realidad aumentada los diferentes sistemas del cuerpo humano suspendidos en el aire, superpuestos unos a otros o separados en capas. U observar c¨®mo un coraz¨®n bombea sangre y qu¨¦ direcci¨®n lleva el flujo correspondiente.
Pero no todo descansa en las m¨¢quinas. La relaci¨®n m¨¦dico-paciente tambi¨¦n es una parte central del sistema. "Trabajamos much¨ªsimo la empat¨ªa. C¨®mo dar las malas noticias, c¨®mo explicar las dolencias", detalla el director. Procedimientos como la anamnesis, las preguntas que se hacen a un paciente para elaborar su historia cl¨ªnica, se emulan con actores en las consultas del centro. El componente humano, al final, convive y potencia la simulaci¨®n. "Ganarse la confianza del paciente es primordial. Es la manera de ofrecerle la mejor asistencia".