Un jurado halla culpables del asesinato de una ni?a de cuatro a?os a su madre y a su pareja
La progenitora est¨¢ acusada de comisi¨®n por omisi¨®n porque no protegi¨® a su hija
Un jurado popular ha considerado este s¨¢bado culpable, por unanimidad, a Roberto H. H. del asesinato, violaci¨®n y maltrato de la ni?a de cuatro a?os Sara, hija de su pareja. La madre de la peque?a, Davinia M.G. fue considerada responsable de causar la muerte y de varios delitos de maltrato, en la modalidad de comisi¨®n por omisi¨®n, al mirar para otro lado y no proteger a su hija como deb¨ªa. La peque?a falleci¨® el 3 de agosto de 2017 en el Hospital Cl¨ªnico Universitario de Valladolid, donde hab¨ªa ingresado el d¨ªa anterior, ag¨®nica, tras recibir una brutal paliza. Hab¨ªa sido violada vaginal y analmente.
Al veredicto le seguir¨¢ en los pr¨®ximos d¨ªas la sentencia que dictar¨¢ el magistrado que ha presidido la sala, Feliciano Trebolle. Roberto H. H. deber¨¢ responder por un delito de agresi¨®n sexual, cuatro de maltrato con lesi¨®n y de otro de maltrato habitual. No ha sido considerado autor de otros dos delitos de lesiones. En el caso de la madre de la peque?a, Davinia ha quedado libre de la agresi¨®n sexual, del delito de abandono de la ni?a y de un total de tres delitos de maltrato con lesi¨®n.
La fiscal del caso, la acusaci¨®n particular ¡ªen representaci¨®n del padre de la ni?a¡ª y las acusaciones populares, las asociaciones Clara Campoamor y Adavasymt, han mantenido su petici¨®n de prisi¨®n permanente revisable para el hombre, por un delito de asesinato con agravantes de odio y ensa?amiento.
En cuanto a la madre, tan solo las acusaciones populares han decidido mantener la petici¨®n de prisi¨®n permanente revisable para ella, adem¨¢s de otras penas de entre 21 y 22 a?os. La acusaci¨®n p¨²blica pide 25 a?os de prisi¨®n y 10 de libertad vigilada.
En algunas fases, como el d¨ªa de la pericial forense, el juicio se ha celebrado a puerta cerrada debido a la crudeza de las fotograf¨ªas de la autopsia de la peque?a. La madre de Sara inici¨® un noviazgo con Roberto H.?H. a mediados de mayo de 2017, cuando a¨²n segu¨ªa conviviendo con el padre biol¨®gico de la peque?a. A partir de ah¨ª, han coincidido las acusaciones, la ni?a comenz¨® a padecer todo tipo de lesiones, golpes y hasta alguna quemadura.
El 11 de julio de 2017 la madre, una militar destinada en el Palacio Real de Valladolid, decidi¨® llevar a la peque?a al Servicio de Pediatr¨ªa del Hospital Campo Grande para ser atendida de un fuerte hematoma en los labios. Los facultativos, alertados por la cantidad de lesiones halladas en todo el cuerpo de Sara, activaron el protocolo de malos tratos. ¡°Ten¨ªa el culete, literalmente, cosido a hematomas¡±, explic¨® en el juicio la m¨¦dica que la atendi¨®. Los Servicios Sociales de la Junta, sin embargo, no recibieron el encargo de Fiscal¨ªa de iniciar una investigaci¨®n, por correo ordinario, hasta el d¨ªa 25 del mismo mes. Casi 15 d¨ªas despu¨¦s. Los funcionarios de la Junta mantuvieron una entrevista al d¨ªa siguiente con Davinia que les hizo sospechar, pero no lograron volver a contactarla. El 2 de agosto, las t¨¦cnicos de los Servicios Sociales llamaron a la madre por tel¨¦fono para comunicarle que se hac¨ªan cargo de la tutela de Sara, pero ya era tarde. La madre les cont¨® entonces que su hija se encontraba en estado de muerte cerebral, en la UCI del Hospital de Valladolid.
La autopsia practicada observ¨® una multiplicidad de lesiones, caracter¨ªsticas del denominado "s¨ªndrome del ni?o apaleado", con moratones de distinta evoluci¨®n por todo el cuerpo que no eran accidentales, as¨ª como evidentes muestras de haber sufrido una violaci¨®n anal y vaginal.
Como vestigios objetivos de la culpabilidad de Roberto H.?H., las acusaciones indicaron en el juicio el hecho de que era el ¨²nico adulto que hab¨ªa en la casa y, sobre todo, los restos biol¨®gicos encontrados bajo las u?as de la ni?a. En cuanto a la propia madre, los acusadores afirmaron, en palabras de la fiscal, que ¡°conoc¨ªa y consent¨ªa¡± los malos tratos sufridos por la peque?a. Pero, pese a ello, ¡°dio prioridad absoluta a su relaci¨®n de pareja, antepuso su inter¨¦s ego¨ªsta y jug¨® a la ruleta rusa con su hija¡±, lo que, en su opini¨®n, es tan o m¨¢s grave que la actitud del hombre que en ese momento era su pareja.
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