El Acuerdo de Par¨ªs resiste (de momento) a Trump

Aquel 1 de junio de hace dos a?os el presidente de la principal potencia del mundo ¨Cy segundo pa¨ªs que m¨¢s gases de efecto invernadero expulsa¨C compareci¨® en la Casa Blanca y anunci¨® lo que ya se tem¨ªa desde su victoria en las elecciones de noviembre de 2016: que EE UU iba a abandonar el Acuerdo de Par¨ªs contra el cambio clim¨¢tico. Donald Trump ¨Cque para entonces ya hab¨ªa paralizado el plan de la anterior Administraci¨®n contra las emisiones¨C se situaba en las ant¨ªpodas de su predecesor, Barack Obama, que fue uno de los l¨ªderes que empuj¨® a que en 2015 se cerrara el Acuerdo de Par¨ªs; un pacto que busca limitar el aumento de la temperatura para que el calentamiento se quede dentro de unos l¨ªmites manejables.

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¡°Trump fue un gran susto tras el momento de euforia pol¨ªtica que supuso la firma de Par¨ªs¡±, recuerda David Howell, experto en negociaciones clim¨¢ticas de SEO/BirdLife. Pero, dos a?os despu¨¦s de su anuncio, el acuerdo no se ha desmoronado, aunque la lucha contra el calentamiento se ha llenado de ¡°incertidumbre¡±, dice. Se tem¨ªa un abandono en cadena que finalmente no ha ocurrido.

La comunidad internacional sigue con el desarrollo de los reglamentos para que a partir de 2020 (cuando expirar¨¢ el Protocolo de Kioto) las medidas de recorte de emisiones de todos los firmantes del pacto se empiecen a aplicar. El prop¨®sito es que los planes nacionales permitan que el aumento global de la temperatura no supere a finales de siglo el umbral de los dos grados respecto a los niveles preindustriales.

¡°Aunque fue una mala noticia para la comunidad internacional, la retirada de EE UU no condujo a la destrucci¨®n del acuerdo¡±, apunta el economista Gianfranco Gianfrate, especialista en cambio clim¨¢tico. ¡°Despu¨¦s del anuncio, China, Europa, Canad¨¢ y otros pa¨ªses reafirmaron su compromiso. Y China, el mayor emisor de CO2, pondr¨¢ en marcha un sistema de comercio de di¨®xido de carbono para reducir las emisiones en 2020¡±, se?ala Gianfrate. Tampoco se produjo una desbandada. ¡°El Acuerdo de Par¨ªs continuar¨¢ con o sin el compromiso formal de EE UU. Y no hay ning¨²n dato que indique que otras naciones tambi¨¦n vayan a dejarlo¡±, a?ade Alexandre Strapasson, investigador del Imperial College de Londres. Brasil amag¨® con hacerlo pero finalmente desisti¨® por ¡°las presiones internas y externas¡±.

El riesgo de contagio era uno de los temores. Pero tras el anunci¨® de 2017 ha aumentado el n¨²mero de pa¨ªses que han ratificado el pacto y nadie lo ha abandonado; en estos momentos son 185 los Estados que lo han ratificado y, de las grandes potencias, solo falta Rusia por hacerlo (aunque Putin ha repetido en varias ocasiones que lo har¨¢).

Elecciones 2020

La salida de EE UU no se ha materializado a¨²n porque antes de llegar Trump, Estados Unidos hab¨ªa ratificado el pacto y ¨Cgracias a una cl¨¢usula del tratado¨C este pa¨ªs no podr¨¢ ¡°retirarse completamente antes del 4 de noviembre de 2020¡±, recuerda Gianfrate. De hecho, EE UU ha seguido participando en las cumbres del clima de la ONU en las que se han desarrollado los reglamentos de aplicaci¨®n para el Acuerdo de Par¨ªs.

El riesgo, coinciden estos expertos consultados por EL PA?S, ser¨ªa un segundo mandato de Trump a partir de noviembre de 2020. ¡°Prefiero no pensar en eso, porque la pr¨®xima d¨¦cada va a ser clave en la lucha contra el cambio clim¨¢tico¡±, dice Howell. ¡°Lamentablemente, en caso de una victoria de Trump lo previsible es que se completara la retirada¡±, dice Gianfrate. ¡°Si se reeligiera al se?or Trump ser¨ªa un golpe muy duro¡±, opina Mario Molina, premio Nobel de Qu¨ªmica en 1995 por sus estudios sobre la degradaci¨®n de la capa de ozono. ¡°Ser¨ªa tr¨¢gico para el planeta que fuera reelegido, porque implicar¨ªa que no se van a poner a trabajar todos los pa¨ªses¡±, a?ade Molina.

Los expertos coinciden tambi¨¦n en el papel que est¨¢n jugando otros actores. ¡°La lucha contra el calentamiento ya no est¨¢ restringida a lo que digan los Gobiernos¡±, apunta Mar¨ªa Jos¨¦ Sanz, directora cient¨ªfica del Centro de Investigaci¨®n para el Cambio Clim¨¢tico BC3 del Pa¨ªs Vasco. Muchas empresas ven una oportunidad de negocio en esta lucha¡±, a?ade Sanz. ¡°Empresas de todo el mundo est¨¢n preocupadas con el impacto del clima en sus perspectivas de futuro y empiezan a tomar medidas para ser m¨¢s resistentes¡±, explica Strapasson.

Strapasson es m¨¢s pesimista sobre el da?o a la ciencia. Apunta a un ¡°debilitamiento constante de la ciencia del clima¡±, ya que ¡°la Administraci¨®n estadounidense no solo trata de negar el cambio clim¨¢tico ante la opini¨®n p¨²blica, sino tambi¨¦n de desmantelar y sesgar el trabajo de los cient¨ªficos¡±. Gianfrate, por su parte, advierte del ¡°creciente escepticismo sobre el cambio clim¨¢tico¡± desde algunos ¨¢mbitos pol¨ªticos y empresariales est¨¢ llevando a un aumento de ¡°las teor¨ªas conspiratorias y comportamientos nacionalistas en muchos pa¨ªses contra la evidencia cient¨ªfica¡±. ¡°Es una falta de responsabilidad terrible¡±, lamenta Molina. ¡°Los hechos son objetivos y no dependen de lo que piensa el se?or Trump¡±, concluye este premio Nobel.