Mayores LGTBI, la generaci¨®n silenciada
Algunos mayores LGTBI se encuentran con viejos escenarios de contenci¨®n de libertades cuando tienen que acceder a las residencias p¨²blicas. Federico Armenteros es el presidente de la Fundaci¨®n 26 de Diciembre, un espacio dise?ado para acoger, defender y dar servicios residenciales a este colectivo
Si la historia de Federico te ha hecho pensar y t¨² tambi¨¦n quieres ayudar a esta causa para cambiar el mundo
A 10 kil¨®metros del centro de Madrid, entre las v¨ªas del ferrocarril y el Puente de Vallecas, sobrevive un barrio de 700 viviendas llamado Las Domingueras. Casas levantadas a finales de los 50 por inmigrantes andaluces, manchegos o gallegos entre los campos de cereales que abastec¨ªan a las panificadoras de medio Madrid. Aquello que se llam¨® con l¨®gica el barrio de la Panader¨ªa y hoy es el distrito de Entrev¨ªas.
Muchas de estas humildes casas obreras, ba?adas por el olor a pan y a oportunidad, fueron construidas por los propios vecinos con la nocturnidad que da el miedo a no contar con el benepl¨¢cito de la autoridad. Las viviendas crecieron las noches de los fines de semana en torno a patios y calles de juego y tertulia vecinal y, posteriormente, fueron legalizadas bajo los programas urban¨ªsticos de los poblados dirigidos para favorecer, con cierto control t¨¦cnico, la absorci¨®n del chabolismo de la capital.
Federico Armenteros (Madrid, 1959) era uno de aquellos ni?os que correteaban entre ladrillos y gavetas de cemento en aquellas noches domingueras, mientras sus familiares pon¨ªan los primeros cimientos de un futuro esperanzador. Esa sensaci¨®n de clandestinidad mezclada con el deseo constante de prosperar le acompa?ar¨ªa el resto de su vida: primero construyendo su casa; luego reivindicando su identidad sexual y hoy defendiendo la de los dem¨¢s.
Levantar un andamio durante 36 a?os
Su vida, como Las Domingueras, no se ha construido bajo plano, sino con la improvisaci¨®n de aquel a quien le hacen sentir un bicho raro. Federico se dio cuenta pronto de que algo pasaba. No encajaba en los patrones de conducta que se esperaban de un ni?o de su edad: jugaba con las ni?as, a las comiditas, saltaba a la comba... ¡°Todo eso te iba diciendo cosas que no quer¨ªas o¨ªr¡±, nos cuenta durante la entrevista.
Cuando no encajas en un puzle normativo, cuando la heterosexualidad es vista como lo normal, no como lo com¨²n, buscas aislarte para acotar tu espacio de seguridad. Federico lo encontr¨® en la soledad, en las tardes de lluvia y lectura encerrado en casa de sus padres lejos de insultos y reproches. All¨ª empez¨® a construir un andamio con una de esas lonas gigantes de publicidad que te vende una historia diferente, colorida y llena de felicidad fingida. Una estructura que le permit¨ªa cumplir el patr¨®n establecido ocultando su verdadera identidad.
En esa lona publicitaria hab¨ªa la foto de una familia feliz. Un hombre que abandon¨® la agresividad de Madrid y los estudios en el seminario para reencontrarse con los ritmos de Galicia y de Lolita, la mujer con la que se acab¨® casando y teniendo una hija. Un hombre agradecido por encontrar personas que realmente le quer¨ªan. Pero un hombre atormentado por no saber corresponder, que buscaba el refugio constante en el voluntariado, en el sufrimiento ajeno para ser m¨¢s emp¨¢tico, para aportar la experiencia de todo lo que ¨¦l hab¨ªa sufrido. Un hombre bueno cansado de sumar nuevos pisos a ese andamio infinito.
¡°Mi mujer empieza a decirme: ¡®?Te pasa algo?¡¯. Yo ten¨ªa que resolver, pero no quer¨ªa resolver. Fue un momento muy doloroso. Intento quitarme de en medio porque no me veo con fuerzas para lo que me ven¨ªa. Lo que me salva es mi hija. Yo iba con el coche a toda velocidad, quer¨ªa darme un hosti¨®n¡ me vino mi hija a la cabeza y fren¨¦¡±, cuenta muy emocionado Federico.
La libertad de ser uno mismo
Gracias al trabajo de compa?eros y profesionales, Federico pudo desmontar la lona y mostrar la fachada escondida de aquel maravilloso edificio que iba a cambiar su entorno, su barrio, su ciudad. ¡°Todo eso te da una alegr¨ªa. Fui como el ave f¨¦nix. Sali¨® todo el plumer¨ªo. Te permites ser t¨² mismo y eso es maravilloso¡±. Aquel maric¨®n arrojado con malicia por unos ni?os malcriados, hoy es recogido como el grito ir¨®nico de toda una reivindicaci¨®n: ¡°Soy maric¨®n, pero tambi¨¦n soy persona¡±.
Federico sale del armario como un b¨²falo en estampida. Mientras sus compa?eros se agachaban al paso de las televisiones en la carroza del Orgullo, ¨¦l decide no esconderse. Es el momento de canalizar toda la energ¨ªa contenida durante 36 a?os para trabajar por la diversidad, por todos aquellos que le hab¨ªan marcado el camino. Ya no hay caretas ni dobles vidas, su mujer e hija han quemado con ¨¦l su pasado; han sufrido tambi¨¦n lo suyo, pero ahora son compa?eras de lucha.
Cuando termina de construirse empieza a reconstruir lo que han perdido los dem¨¢s. A trabajar por esa generaci¨®n que no ten¨ªa referentes porque fueron los pioneros en la reivindicaci¨®n, los que salieron por primera vez a la calle en el 79, los que tumbaron el 26 de diciembre de ese a?o la Ley de Peligrosidad Social, esa que consideraba a gays y lesbianas elementos antisociales para poder meterlos en la c¨¢rcel. A trabajar por aquellos que, con 50 a?os m¨¢s, tienen que disimular su pluma por miedo al rechazo en algunas residencias, volver al armario por el qu¨¦ dir¨¢n.
M¨¢s de 70.000 madrile?os de aquella generaci¨®n de gays y lesbianas viven hoy en riesgo de exclusi¨®n social. ¡°Nos est¨¢n vendiendo la moto de que el mundo LGTBI es joven, guapo, consumidor y bailar¨ªn... Esto no me gusta. Veo esa gran necesidad de que debemos a nuestros mayores un respeto, un trabajar con ellos¡±, nos recuerda, convencido.
Federico cre¨® en 2010 la Fundaci¨®n 26 de Diciembre en honor de aquel episodio: un espacio de confianza que da servicios socioeducativos y residenciales al colectivo m¨¢s mayor. Tienen cinco pisos cedidos por el Ayuntamiento de Madrid con 20 plazas funcionando y est¨¢n a punto de abrir en Villaverde la primera residencia de atenci¨®n especializada con la idea de inclusi¨®n, no de exclusividad, porque se trata de generar un espacio para todos, sin los guetos que ellos vivieron. Las 62 plazas ofertadas ya han volado. ¡°Cuando llegas a mayor no quieres volver a sufrir porque ya has sufrido mucho. Tenemos unas necesidades de apoyo distintas a una persona que no ha vivido un problema legal, de enfermo, de delincuente, de pecador...¡±, insiste ir¨®nicamente Federico.
Su sede es un patio m¨¢s en el coraz¨®n mestizo de Lavapi¨¦s, un sitio de charla y fiesta hoy, o de encuentro y acogida ma?ana. Siempre hay gente participando en los talleres de cocina de la abuela, en los de ganchillo, en el teatro reivindicativo o hasta en el mindfulness. Las paredes est¨¢n llenas de cromos que ilustran todo el viaje del movimiento, estampas del Orgullo mezcladas con viejos recuerdos y obras de arte na¨ªf. Hay muebles de Ikea entre jarrones chinos y viejas gramolas. Y es que la decoraci¨®n se explica como met¨¢fora del lugar: esto es el para¨ªso de los colores, de las mezclas y diferencias. Una realidad creada con la suma de todos que ha adquirido identidad genuina, como aquellas viviendas de Las Domingueras, como aquel hombre que super¨® su pasado gracias a la ayuda de sus seres queridos y que hoy quiere devolver lo aprendido a sus referentes mayores, los que pusieron esa primera piedra para que esta diversidad y riqueza sean hoy una realidad.
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Contenido adaptado del v¨ªdeo de Federico
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En Madrid hay 70.000 mayores de 80 a?os del colectivo LGTBI que viven solos. Algunos tienen que volver al armario por miedo al rechazo en las residencias. Federico Armenteros cre¨® la Fundaci¨®n 26 de Diciembre, una fundaci¨®n que acoge, apoya y protege a este colectivo.
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Mi infancia pas¨® en el barrio de Entrev¨ªas. Los chicos de all¨ª no me admit¨ªan porque me dec¨ªan que era maric¨®n. En ese momento t¨² ya ves que no encajas en este mundo, entonces era un silencio, un callarte y cerrar la boca.
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Y entonces encuentro a la que iba a ser mi mujer. Y entonces vivir poniendo m¨¢s refuerzos a ese armario.
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Yo no quer¨ªa resolver, yo no quer¨ªa resolver, yo no quer¨ªa resolver¡ Intento quitarme de en medio. Pero lo que me saca es mi hija. Digo ¡°no tengo el derecho a prohibirle o a dejarla sin su padre".
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Con 36 a?os me digo que soy gay, que soy maric¨®n, entonces ah¨ª es cuando empiezo a ser yo mismo, a no tener que ocultarme de nada y a no tener miedo a nada.
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El activismo yo lo empiezo cuando ya estoy fuerte. Y empiezo a pensar y a ver que los mayores no existen; que est¨¢n solos, que no van a los servicios sociales, que se han quedado en el proceso de v¨ªctimas y entonces vi la figura jur¨ªdica de una fundaci¨®n.
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El fin de la fundaci¨®n es la atenci¨®n residencial de personas mayores LGTB, por eso estamos intentando generar espacios donde esas personas puedan vivir sus ¨²ltimos momentos muy tranquilos, que se lo merecen, que hemos sufrido mucho.
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Se consigui¨® por fin que la Comunidad de Madrid nos cediera una residencia gratuita por 30 a?os, que ahora mismo la estamos remodelando. Vamos a abrir la primera residencia en el mundo de car¨¢cter p¨²blico de personas mayores LGTB.
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No estamos con la idea de la exclusividad. Nosotros estamos mucho m¨¢s con la idea de la inclusi¨®n. Tenemos que trabajar en esta sociedad para que todos y todas tengamos espacios y tenemos que ser visibles porque si no eres visible no existes.
Este contenido ha sido elaborado por Yoigo.