La vida en la basura
La cooperativa de reciclaje Bella Flor intenta mejorar las condiciones de una poblaci¨®n nacida y desarrollada sobre un vertedero de Buenos Aires
¡°Metemos cada d¨ªa las manos en la mierda y ayudamos a salvar el planeta¡±. Es una forma de verlo. Lorena Pastoriza, una de las personas m¨¢s respetadas del asentamiento 8 de Mayo, sabe de qu¨¦ habla: siempre ha vivido en un barrio que naci¨® en la basura, creci¨® en la basura y come gracias a la basura. Esto ¨²ltimo, a veces, es literal. Pastoriza trabaja como coordinadora general de la cooperativa Bella Flor, dedicada al reciclaje de residuos en un gigantesco vertedero al norte de Buenos Aires. La tarea de los cirujas, el t¨¦rmino que reivindican, es dura e insalubre. Pero permite mantener la dignidad en un entorno miserable.
La dictadura militar argentina decidi¨®, en 1976, clausurar los incineradores urbanos y crear nuevos vertederos alrededor de Buenos Aires. Uno de ellos se situ¨® en el t¨¦rmino municipal de Jos¨¦ Le¨®n Su¨¢rez, junto al r¨ªo Reconquista. Era un terreno pantanoso limitado por uno de los r¨ªos m¨¢s contaminados del pa¨ªs. En 1998, cuando estall¨® la crisis que culmin¨® en el colapso de 2001, varias familias se instalaron en el vertedero y empezaron a vivir de ¨¦l. Fue en un 8 de mayo, de ah¨ª el nombre del asentamiento que fundaron. ¡°Tiene su l¨®gica verter basura cerca de barrios pobres, porque es como poner queso cerca de los ratones¡±, comenta Pastoriza. De forma clandestina, los primeros habitantes de 8 de Mayo se dedicaron a rescatar del basural comida y productos que pudieran ser consumidos o revendidos. En 2002, ya eran m¨¢s de un millar de personas. ¡°Los ni?os jug¨¢bamos en la basura y com¨ªamos lo que encontr¨¢bamos en ella¡±, recuerda la coordinadora.
En un pa¨ªs como Argentina, donde una de cada tres personas es pobre (no puede pagarse los alimentos b¨¢sicos) y una de cada diez es indigente, 8 de Mayo viene a ser, en palabras de Pastoriza, ¡°un parque tem¨¢tico de la pobreza¡±.
¡°En este barrio, eres ciruja o eres delincuente¡±, dice Waldemar Cubilla, que estudi¨® Sociolog¨ªa en la c¨¢rcel. Bastantes de los 120 miembros de la cooperativa Bella Flor han pasado por la prisi¨®n y han sido adictos a la droga m¨¢s barata y destructiva, el paco, un subproducto de la coca similar a lo que en otros pa¨ªses se conoce como crack. La cooperativa fue fruto de la lucha cotidiana contra la tentaci¨®n de la droga y la delincuencia: gestiona un centro de formaci¨®n profesional para cirujas (el trabajo no es f¨¢cil), un comedor gratuito y diversas actividades culturales. La obsesi¨®n es mantener a los ni?os en la escuela y alejarles del delito y del paco.
V¨ªctor Chaco G¨®mez fue de los primeros en ¡°subir a la monta?a¡± de basura, casi 25 a?os atr¨¢s. Ahora tiene 52 y 19 hijos de tres mujeres. ¡°Esto es un oficio y no lo cambiar¨ªa por nada; de hecho, a m¨ª me ofrecieron empleos como alba?il y los rechac¨¦, porque aqu¨ª ganaba m¨¢s¡±, dice. Entre lo que cobra de la cooperativa y las ayudas p¨²blicas por hijo saca unos 20.000 pesos mensuales, algo m¨¢s de 400 d¨®lares. ¡°Cada d¨ªa viene gente a pedirnos trabajo, por aqu¨ª no hay m¨¢s opciones¡±, explica.
Laura Ram¨ªrez, de 35 a?os, casada y con tres hijos, vecina de 8 de Mayo y una de las coordinadoras de la cooperativa, dice tambi¨¦n que no cambiar¨ªa de barrio o de empleo. ¡°Es muy importante el trabajo colectivo con gente a la que conoces, hay calor humano. Lo que nos falta es reconocimiento social¡±, comenta.
El hangar de Bella Flor se encuentra dentro del llamado Reciparque, una gigantesca instalaci¨®n de la Corporaci¨®n Ecol¨®gica ?rea Metropolitana Sociedad del Estado (Ceamse), la empresa p¨²blica que gestiona el tratamiento de basuras de Buenos Aires y su entorno. Una y otra vez, los miembros de la cooperativa se quejan por la falta de derechos laborales y sociales. Ceamse exige que las preguntas sean formuladas personalmente y por escrito en su sede central, y a requerimiento de este peri¨®dico comunica lo siguiente, tambi¨¦n por escrito: ¡°Ceamse mantiene una relaci¨®n contractual con la cooperativa Bella Flor, habi¨¦ndose suscrito un comodato [pr¨¦stamo de uso] inmobiliario y mobiliario, acordando entrega de materiales para el desarrollo de su trabajo y se ha convenido la retribuci¨®n por el tratamiento de los residuos s¨®lidos urbanos que se le entregan¡±.
La empresa p¨²blica, por alguna raz¨®n, parece inc¨®moda con Bella Flor. No muestra ning¨²n entusiasmo por la aparici¨®n de un documental sobre la cooperativa, dirigido por Ulises de la Orden y titulado Nueva Mente. El documental se proyect¨® la pasada semana como preestreno en el mismo hangar de la cooperativa, ante sus protagonistas. ¡°Estas personas tienen un m¨¦rito enorme, y alguien como Lorena Pastoriza deber¨ªa, por su inteligencia, disponer de un asiento en el Senado¡±, asegura De la Orden.
Cada d¨ªa llegan unas 15.000 toneladas de basura al Reciparque junto a 8 de Mayo. Son los residuos s¨®lidos generados por casi 20 millones de personas. Bella Flor recicla unas 140 toneladas mensuales. Hay otras diez cooperativas en la zona ¡°y hay trabajo para otras cien¡±, dice Ernesto Lalo Paret, jefe de los cirujas. ¡°Nuestra tarea consiste en reducir todo lo posible el mont¨®n de basura que acabar¨¢ enterrado¡±, a?ade. Se trata de una tarea minuciosa. Cada bolsa de basura se abre con cuidado (de ah¨ª el t¨¦rmino ciruja, por el parecido con la cirug¨ªa) y el contenido se esparce sobre una cinta transportadora. ¡°Vendemos el pl¨¢stico, por ejemplo, a dos pesos por kilo, si est¨¢ semitransformado, o a 50 c¨¦ntimos¡±, explica Paret. Eso supone que para ganar un d¨®lar hay que reunir, al mejor precio, casi 50 kilos de pl¨¢stico.
El trabajo no solo es duro y desagradable. Tambi¨¦n es insalubre. Los miembros de la cooperativa (y, en general, todos los vecinos de 8 de Mayo) sufren enfermedades cut¨¢neas. ¡°Los for¨²nculos son algo continuo e inevitable¡±, se?ala Pastoriza. Abundan las lumbalgias. Un estudio de 2006 detect¨® entre los habitantes de la villa niveles alt¨ªsimos de plomo en la sangre. Los registros de c¨¢ncer y leucemia est¨¢n muy por encima de la media argentina.
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