La noche en que Pl¨¢cido Domingo desapareci¨® del Met sin dejar rastro
Solo una breve nota daba cuenta de la salida por la puerta de atr¨¢s del espa?ol, que cancel¨® su aparici¨®n en el Macbeth despu¨¦s de 51 a?os de ¨¦xitos en el teatro neoyorquino
Un min¨²sculo trozo de un folio encartado en la p¨¢gina 21 del programa dio cuenta, sin explicaciones, del final de 51 a?os de carrera de Pl¨¢cido Domingo en el Metropolitan Opera de Nueva York, uno de los templos mundiales de la ¨®pera. ¡°En la representaci¨®n de Macbeth de esta noche, el papel principal ser¨¢ cantado por Zelico Lucic, en sustituci¨®n de Pl¨¢cido Domingo¡±, rezaba la escueta misiva. Dos l¨ªneas. Sin decir por qu¨¦, aunque todos los asistentes eran conscientes de que tras la decisi¨®n se encuentran las denuncias por acoso sexual de una veintena de mujeres, de las que solo dos han dado su nombre.
El tenor ya hab¨ªa anunciado que renunciaba en un comunicado enviado a The New York Times el martes, un d¨ªa antes del estreno y presionado por la direcci¨®n del teatro y por algunos colegas, que primero le apoyaron y luego exigieron su renuncia. ¡°Aunque rechazo firmemente las acusaciones en mi contra, y me preocupa el ambiente en el que la gente es condenada sin el debido proceso, tras reflexionar creo que mi aparici¨®n en esta producci¨®n de Macbeth quitar¨ªa atenci¨®n al duro trabajo de mis colegas en el escenario y detr¨¢s del tel¨®n. Como resultado, he pedido ser retirado [del cartel] y doy las gracias a los responsables del Met por aceptar mi petici¨®n¡±, se?alaba el texto.
El cantante espa?ol debut¨® en el Met con 27 a?os. En 2018, se organiz¨® un gran homenaje por sus 50 a?os de triunfos, 21 de ellos como la estrella que abr¨ªa la temporada, un r¨¦cord que super¨® los 17 del m¨ªtico Enrico Caruso. Solo en el Met, el tenor ha cantado 700 veces con 52 papeles diferentes, seg¨²n recordaba el programa que no dio tiempo a cambiar y que le tendr¨¢ ya para siempre como la estrella de este ¨²ltimo Macbeth que nunca cantar¨¢. Su regreso parece imposible tras el esc¨¢ndalo.
Si alguien echaba de menos a Domingo, no lo hizo saber. El espectacular teatro se hab¨ªa llenado para asistir a la actuaci¨®n del espa?ol y de la soprano Anna Netrebko, una estrella absoluta que enloqueci¨® al p¨²blico neoyorquino y triunf¨® con su cruel lady Macbeth como si nada hubiera pasado. Netrebko fue precisamente de las que apoyaron hasta el final que su compa?ero deb¨ªa actuar, y lo dijo p¨²blicamente. Pero viendo la ¨®pera y el montaje final, no es dif¨ªcil imaginar los momentos de tensi¨®n que podr¨ªan haberse vivido en el p¨²blico con algunas escenas del matrimonio Macbeth en la cama tramando sus cr¨ªmenes. La posibilidad de que se produjera alg¨²n abucheo era real.
Todo indica, seg¨²n el New York Times, que fueron representantes del coro y la orquesta del teatro los que m¨¢s presionaron para que el tenor no actuara por respeto a las v¨ªctimas que han denunciado los abusos. Finalmente, el cantante y el teatro se pusieron de acuerdo en que la situaci¨®n era insostenible y la carrera del espa?ol en uno de sus grandes templos de su arte se cerr¨® por la puerta de atr¨¢s.
En los corrillos, algunos aficionados comentaban el parecido f¨ªsico que guarda el sustituto, Lucic, con Domingo, pero no en la voz, que consideraban inferior. Desde lejos ambos se pod¨ªan incluso confundir entre los espectadores menos informados, aunque los aficionados conoc¨ªan perfectamente la situaci¨®n, otro de los temas de conversaci¨®n en los pasillos del fastuoso teatro de la ¨¦lite intelectual y econ¨®mica neoyorquina. Pero despu¨¦s de un arranque dubitativo y con muy pocos aplausos en las primeras arias ¡ªno es f¨¢cil sustituir a un gigante en el ¨²ltimo momento¡ª Lucic acab¨® triunfando. Menos que Netrebko, aclamada en pie y a gritos, pero fue un ¨¦xito al fin y al cabo. Solo se oy¨® un leve silbido de cr¨ªtica que fue r¨¢pidamente acallado por los aplausos.
Si hubiera tenido tiempo, la organizaci¨®n seguramente habr¨ªa borrado el nombre del tenor del programa impreso. Por delante, tiene una decisi¨®n m¨¢s complicada. La leyenda de Domingo en este teatro es tan importante que en un lugar muy destacado, bajo la escalera principal, a la entrada del museo y a la vista de todos los que entran, hay un enorme cuadro del tenor en pose majestuosa, en el momento cumbre de su larga carrera. ?Lo quitar¨¢n? El caso Domingo no ha hecho m¨¢s que empezar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.