El mapa de las violencias

No es solo un empuj¨®n o un pu?etazo. No es solo un tir¨®n de pelo o una bofetada. No es solo un ara?azo ni solo tiene que ver con las heridas sobre la piel. La violencia de g¨¦nero, esa que se ejerce sobre las mujeres solo por ser mujeres en cualquier parte del mundo y a cualquier hora, tiene m¨²ltiples formas. Ni las cifras oficiales de los pa¨ªses que las recogen ¡ªlo hacen 106, seg¨²n ONU Mujeres¡ª ni las globales computan el total de estas violencias ni las desgranan. La mayor¨ªa de ellas est¨¢n presentes en las cifras oficiales por maltrato, aunque no se desagreguen: no solo no son excluyentes sino que, en su mayor¨ªa, son inherentes unas a otras. Cuando se habla de violencia machista se tiende a pensar en la f¨ªsica, la sexual o la psicol¨®gica. Y algunas pasan casi desapercibidas, como la violencia econ¨®mica, la patrimonial o la social. De otras no se habla con regularidad en los pa¨ªses desarrollados, donde apenas ocurren, como los matrimonios forzosos o la mutilaci¨®n genital femenina; y de ellas solo hay datos aproximados de los estados donde esas pr¨¢cticas siguen extendidas. Organizaciones internacionales, cuerpos de seguridad y expertas coinciden: es imposible saber el n¨²mero exacto, de cualquier violencia. Solo se conoce lo que se denuncia. La OMS estima que una de cada tres mujeres (35%) en el mundo ha sufrido violencia machista, f¨ªsica o sexual. Tambi¨¦n se calcula que solo denuncia una de cada tres. Aqu¨ª, un repaso a las distintas violencias y sus cifras [cuando las hay] en Espa?a.

Es la m¨¢s f¨¢cil de reconocer, la m¨¢s evidente y la que siempre recogen los datos. La produce cualquier acci¨®n que provoque da?o en el cuerpo de la mujer ¡ªun empuj¨®n, un pellizco o un ara?azo tambi¨¦n son violencia f¨ªsica¡ª. Su forma m¨¢s extrema es el asesinato. Este a?o son 51 las mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas, 1.027 desde que se registran datos oficiales, en 2003. Adem¨¢s, en 2018 se interpusieron 166.620 denuncias por violencia de g¨¦nero; y el sistema Viog¨¦n, la herramienta de seguimiento de la polic¨ªa para estos casos, registr¨® hasta octubre de este a?o 513.308 v¨ªctimas y 570.387 casos (60.538 de ellos activos).

Tocamientos en bares y discotecas, roces sin permiso en el transporte p¨²blico o una violaci¨®n. Toda aquella intromisi¨®n no permitida en el cuerpo de una mujer, con o sin penetraci¨®n, es violencia sexual. El pasado a?o, estos delitos fueron los que m¨¢s crecieron: un 23,2%, seg¨²n la Fiscal¨ªa. Los datos de Interior cifran en 1.702 los delitos de violaci¨®n y en 12.109 las agresiones y abusos sin penetraci¨®n en 2018. Y dos tendencias preocupantes para el Ministerio Fiscal: el aumento de las denuncias de violaciones grupales; y los datos de delitos contra la libertad sexual cometidos por menores, no por los n¨²meros absolutos (648 casos) sino por el crecimiento, un 43% m¨¢s que en 2017.

Amenazar, humillar, ridiculizar, aislar, hostigar... El maltrato psicol¨®gico puede llegar a ser tan sutil que no se perciba. Mina la confianza, destruye la autoestima, es repetitivo, tiende a intensificarse con el tiempo y se produce de dos maneras: activa (insultar o cuestionar de forma constante las acciones o sentimientos) o pasiva (ignorar a la pareja o imponer silencio, por ejemplo). Organizaciones internacionales describen multitud de consecuencias?¡ªtristeza, angustia, depresi¨®n, ansiedad, comportamientos de autolesi¨®n, consumo abusivo de drogas...¡ª que pueden desembocar en el suicidio. Aunque no existen datos espec¨ªficos de esta violencia [se engloban con los de violencia f¨ªsica], siempre acompa?an, y casi siempre anteceden, a esa violencia.

La frase ¡°te voy a quitar lo que m¨¢s quieres¡± corresponde a esta violencia, la que ejercen los maltratadores contra terceras personas para hacer el mayor da?o posible a su pareja o expareja. Pueden ser hijos e hijas, madres o padres, hermanas o hermanos. En Espa?a solo se contabilizan como v¨ªctimas de violencia machista, y desde 2013, los menores asesinados. Son 34 desde entonces, tres en lo que va de 2019.

Ejercer, de una u otra forma, control sobre el dinero para conseguir un menoscabo psicol¨®gico y mermar la independencia de la mujer es violencia econ¨®mica. Seg¨²n los ¨²ltimos datos disponibles, en la Macroencuesta de violencia contra la mujer del Ministerio de Sanidad, de 2015, el 7,2% de las mujeres que han tenido pareja alguna vez han sufrido que ¨¦l se negara a darle dinero para gastos del hogar; el 7,5% que se le impidiera tomar decisiones sobre la econom¨ªa familiar o hacer compras libremente; y el 5,1% afirman que no las dejaban trabajar o estudiar fuera de casa. En Espa?a, este tipo de violencia se recoge en la ley de 2007, de medidas de prevenci¨®n y protecci¨®n integral contra la violencia de g¨¦nero, en la adhesi¨®n de Espa?a al Convenio de Estambul y en el Pacto de Estado contra la violencia de g¨¦nero y, aunque es com¨²n, no est¨¢ a¨²n muy reconocida socialmente y no existen datos actualizados.

Romper objetos de valor de la pareja, ocultarlos, impedir el acceso a documentos o a estancias de la casa, esconder el correo o documentaci¨®n personal son algunos ejemplos de violencia patrimonial, una forma de violencia econ¨®mica.?En la ley de 2007, de medidas de prevenci¨®n y protecci¨®n integral contra la violencia de g¨¦nero, se recoge este tipo, en el art¨ªculo tres: "... que incluye la privaci¨®n intencionada y no justificada legalmente de recursos, incluidos los patrimoniales, para el bienestar f¨ªsico o psicol¨®gico de la v¨ªctima, de sus hijos o hijas o de las personas de ella dependientes, o la discriminaci¨®n en la disposici¨®n de los recursos que le correspondan legalmente o el imposibilitar el acceso de la mujer al mercado laboral con el fin de generar dependencia econ¨®mica".

En Espa?a, la brecha de g¨¦nero tiene una cifra oficial, del INE: la diferencia entre el sueldo de hombres y mujeres es del 22,34%. Pero no todo tiene que ver con el sueldo, los cargos que se ostentan o a los que se te tiene acceso tambi¨¦n general desigualdad; por ejemplo, el ¨²ltimo informe Cient¨ªficas en cifras, del Ministerio de Ciencia e Innovaci¨®n, cifr¨® en un 21% los puestos de mayor responsabilidad cient¨ªfica que ocupan las mujeres. Y no sucede solo en la vida laboral, tambi¨¦n en las pensiones existe desigualdad: la pensi¨®n promedio de una mujer el pasado a?o fue de 740,2 euros, para ellos fue de 1.162,3 euros.

No es un t¨¦rmino reciente aunque solo ha empezado a tener atenci¨®n social y medi¨¢tica en los ¨²ltimos a?os. Ya en 1993, la Declaraci¨®n sobre la Eliminaci¨®n de la violencia contra la mujer de la Asamblea General de la ONU la recogi¨®; describi¨® esa violencia como "la violencia f¨ªsica, sexual y psicol¨®gica perpetrada o tolerada por el Estado, dondequiera que ocurra". Y en su art¨ªculo cuatro a?ad¨ªa: "Los Estados deben condenar la violencia contra la mujer y no invocar ninguna costumbre, tradici¨®n o consideraci¨®n religiosa para eludir su obligaci¨®n de procurar eliminarla. Los Estados deben aplicar por todos los medios apropiados y sin demora una pol¨ªtica encaminada a eliminar la violencia contra la mujer". As¨ª, el da?o institucional es toda aquella acci¨®n de organismos p¨²blicos que desprotege o da?a a las mujeres: desde los recortes de presupuesto destinado a este fin a la falta de educaci¨®n en perspectiva de g¨¦nero para los operadores jur¨ªdicos o la ausencia de credibilidad de las v¨ªctimas.?

La trata y la prostituci¨®n est¨¢n estrechamente relacionadas, como apunta la Oficina de las Naciones Unidas sobre la Droga y el Delito y la UE: ¡°Las mujeres y ni?as representan el 71% de las v¨ªctimas detectadas en todo el mundo y el 80% de las identificadas en Europa occidental. El 95% de ellas acaban explotadas por la prostituci¨®n, lo que pone de manifiesto la muy estrecha relaci¨®n que hay entre la trata y la prostituci¨®n y un claro componente de g¨¦nero¡±. En Espa?a, ¡ªdonde la prostituci¨®n es alegal a la espera de una nueva legislaci¨®n de la que ya se hizo un borrador el pasado a?o y que prev¨¦ el Pacto de Estado¡ª, se estima que la explotaci¨®n sexual de mujeres mueve 3.700 millones de euros anuales. Interior registr¨®, en 2017, 14.000 prostitutas en Espa?a, aunque cree que esa cifra puede ser el triple; y la polic¨ªa estima que el 80% de ellas son v¨ªctimas forzadas, aunque no existen cifras oficiales.

El ciberacoso contempla m¨²ltiples formas que, adem¨¢s, van ampli¨¢ndose seg¨²n van cambiando las tecnolog¨ªas. Puede ir desde el control de las redes sociales hasta la amenaza con publicar im¨¢genes, v¨ªdeos o informaci¨®n personal sexual de la pareja. Ya ha sido recogido en varios documentos y estudios de diversos organismos, como la Delegaci¨®n del Gobierno contra la violencia de g¨¦nero, que la define como una forma de violencia de g¨¦nero que limita la libertad, genera dominaci¨®n y relaciones desiguales entre hombres y mujeres que tienen o han tenido una relaci¨®n. "Supone una dominaci¨®n sobre la v¨ªctima mediante estrategias humillantes que afectan a la privacidad e intimidad, adem¨¢s del da?o que supone a su imagen p¨²blica", apunt¨® el organismo hace casi una d¨¦cada en uno de sus informes sobre esta cuesti¨®n. Y ya adelantaba que las mujeres eran v¨ªctimas de esta violencia con mayor asiduidad que los hombres. Sobre todo, en los ¨²ltimos a?os, ni?as y adolescentes. Seg¨²n el ¨²ltimo informe de Save the Children sobre la violencia en l¨ªnea Violencia viral, de todas las denuncias en las que la v¨ªctima era menor de edad, 2.286 ¡ªcon datos del Ministerio de Interior¡ª el 65,44% eran ni?as.

Aunque en Espa?a el aborto es legal durante las primeras 14 semanas de gestaci¨®n, seg¨²n la ley de plazos de 2010, nunca ha parado la presi¨®n sobre las mujeres que toman la decisi¨®n de interrumpir su embarazo por parte de distintos colectivos. El pasado septiembre, 62 organizaciones feministas, sindicales y civiles agrupadas en la Plataforma Pro-Derechos, denunciaron un hostigamiento creciente a las puertas de las cl¨ªnicas que practican abortos y pidieron la creaci¨®n de un nuevo tipo penal para actuar contra ¡°los grupos antiderechos y antielecci¨®n¡± que lo perpetran. Seg¨²n sus datos, alrededor de 8.000 mujeres lo han sufrido desde que entr¨® en vigor la ley de plazos.

La violencia social y simb¨®lica es aquella ejercida por la sociedad, en su conjunto o desde distintas organizaciones, contra las mujeres. El machismo, construido socialmente, tambi¨¦n se refuerza socialmente. As¨ª, se considera violencia social acciones como la cosificaci¨®n que se hace de ciertas mujeres, frases que minusvaloran, estereotipos sexistas, insultos, la culpabilizaci¨®n medi¨¢tica o el vilipendio que en ocasiones se hace de las v¨ªctimas, sobre todo de violencia sexual, o el silencio ante abusos o agresiones de mayor o menor gravedad.

Las cifras globales son muy elevadas para algo que la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo ya considera una forma de esclavitud moderna. Seg¨²n datos de Unicef, alrededor de 650 millones de mujeres se han casado siendo ni?as y, cada a?o lo hacen aproximadamente 12 millones m¨¢s, aunque tambi¨¦n apunta que la tendencia es a la baja. En Espa?a, los matrimonios forzosos apenas han tenido relevancia en la agenda p¨²blica y medi¨¢tica porque apenas ocurr¨ªan ¡ªy los datos de matrimonios infantiles que registra el INE suponen alrededor de un 0,03% de todos los enlaces¡ª, sin embargo, los movimientos migratorios, crecientes en los ¨²ltimos a?os, han hecho que esta pr¨¢ctica aparezca en Europa. El pasado a?o, la Fundaci¨®n de Mujeres Progresistas realiz¨® un estudio con el objetivo de aproximarse a esta forma de violencia en Espa?a a trav¨¦s de reuniones y entrevistas con organizaciones y personal del tercer sector que trabajan con personas migrantes; pero no existen cifras oficiales.

Como ocurre con los matrimonios forzosos, la mutilaci¨®n genital femenina no es una pr¨¢ctica habitual en Espa?a, por lo que no tiene cifras, aunque s¨ª est¨¢ recogida como delito en el C¨®digo Penal, desde 2003. En el mundo, los datos tambi¨¦n tienden a la baja pero siguen siendo elevados: seg¨²n las organizaciones internacionales, m¨¢s de 200 millones de mujeres han sido sometidas a la mutilaci¨®n genital, de ellas, al menos medio mill¨®n en Europa. Y se estima que tres millones de ni?as est¨¢n en situaci¨®n de riesgo cada a?o en pa¨ªses, sobre todo, de Asia, ?frica subsahariana y Oriente Pr¨®ximo. Distintas asociaciones y entidades en Espa?a intentan contabilizar cu¨¢ntas mujeres migrantes provenientes de culturas donde esta pr¨¢ctica sigue arraigada viven en Espa?a o cu¨¢ntas ni?as pertenecen a n¨²cleos familiares que mantienen esa tradici¨®n, para valorar el riesgo. Una de ellas es la Fundaci¨®n Wassu UAB, seg¨²n sus datos, son alrededor de 70.000, un 5,2% m¨¢s que en 2012.

Al igual que las dos violencias anteriores, los cr¨ªmenes de honor no se recogen en Espa?a. Esa violencia, arraigada en algunos pa¨ªses de Asia y Oriente Medio, se traduce en el asesinato de una persona, normalmente una mujer, a manos de su familia. Dentro de esta violencia tambi¨¦n se recogen los ataques con ¨¢cido, las mutilaciones o las privaciones de libertad. Creen que el desprestigio que ha causado a la familia por algo que ha hecho (tener relaciones sexuales con alguien que no acepta) o a lo que se ha negado (como a un matrimonio acordado) les da derecho a matarla, torturarla o aislarla. Los expertos apuntan a la dificultad de hacer un c¨¢lculo, global o por pa¨ªses, porque muchos de esos asesinatos no se denuncian como tales, a veces se reportan como suicidios o accidentes. La estimaci¨®n del Fondo de Poblaci¨®n de Naciones Unidas es de 5.000 mujeres asesinadas cada a?o.