¡®Le Monde¡¯: 75 a?os de identidad propia
El diario franc¨¦s, fundado tras la liberaci¨®n de Par¨ªs, defiende la independencia de la Redacci¨®n, estrena nueva sede y supera los 200.000 abonados digitales
Le Monde celebra sus 75 a?os en un momento de relativa calma y optimismo despu¨¦s de a?os de turbulencias. Est¨¢ a punto de inaugurar una nueva sede que ser¨¢ propiedad del diario. Ha cerrado, temporalmente al menos, la ¨²ltima crisis por la independencia period¨ªstica de la Redacci¨®n. Y exhibe la cifra de m¨¢s de 200.000 suscriptores digitales, s¨ªmbolo de una transici¨®n digital que parece consolidarse.
¡°Le Monde ha logrado, con la conversi¨®n en web, un ¨¦xito comercial fundado sobre una excelencia de la redacci¨®n: sigue siendo el diario de referencia¡±, resume Patrick Eveno, autor de Historia del diario Le Monde, biograf¨ªa can¨®nica del rotativo.
Le Monde es una excepci¨®n en el paisaje medi¨¢tico occidental. En su edici¨®n en papel nunca ha dejado de ser un diario de tarde, que llega a los quioscos a la una con puntualidad. La Redacci¨®n, que hasta hace una d¨¦cada era la primera accionista del diario, perdi¨® el control econ¨®mico, pero disfruta de un derecho de veto sobre los cambios en la estructura accionarial.
Demasiado parisino, arrogante¡ La lista de reproches, como en toda instituci¨®n de referencia, es larga. Los libros en contra son casi un g¨¦nero. El de mayor impacto en la moral del diario, quiz¨¢, La cara oscura de Le Monde, de 2003, de los periodistas Pierre P¨¦an y Philippe Cohen. Le Monde es, todav¨ªa, un diario sesudo y con voluntad de estilo. Capaz, por ejemplo, de publicar una serie de seis cap¨ªtulos en plenas v¨ªsperas navide?as sobre el escritor Milan Kundera y dedicarle al tema honores de portada. O de arrancar la cr¨®nica de una noche electoral ¡ªla de la victoria de Emmanuel Macron el 7 de mayo de 2017¡ª no con las informaciones b¨¢sicas que se ense?an en las escuelas de periodismo (el qu¨¦, el qui¨¦n, el c¨®mo, el d¨®nde, el cu¨¢ndo), sino con esta frase: ¡°Es de noche, hace fr¨ªo¡±.
J¨¦r?me Fenoglio, director desde 2015, conserva en su despacho el reloj de Hubert Beuve-M¨¦ry, el legendario fundador en 1944 y director hasta que se jubil¨® en 1969. Listo para el traslado desde el bulevar Auguste Blanqui, sede desde 2004, a la nueva en la avenida Pierre Mend¨¨s France, un reloj rotundo, a la vieja usanza: un mueble rococ¨®, m¨¢s una pieza de museo o de anticuario que un aparato funcional. Pero ah¨ª sigue, testimonio de otro tiempo y s¨ªmbolo de la continuidad.
¡°Se necesitan s¨ªmbolos que definan una historia que contin¨²a, y hay muchos puntos en com¨²n con el diario de los fundadores¡±, dice Fenoglio. Empezando por el nombre ¡ªel mundo, en espa?ol¡ª, ¡°un programa por s¨ª mismo¡±, declara. ¡°Ser hoy Le Monde significa tentar esta mirada larga, que piensa que los problemas actuales solo pueden resolverse por cooperaciones internacionales, y que el enemigo principal es el repliegue identitario y nacionalista¡±.
Par¨ªs fue liberado el 25 de agosto de 1944; el primer n¨²mero de Le Monde se public¨® el 19 de diciembre. Naci¨® sobre las ruinas del gran diario liberal Le Temps, condenado a la desaparici¨®n por su proximidad con el r¨¦gimen colaboracionista del mariscal P¨¦tain. Beuve-M¨¦ry, que hab¨ªa trabajado en Le Temps antes de la guerra y despu¨¦s entr¨® en la Resistencia, fue el elegido por el general De Gaulle y los dirigentes del MRP, el movimiento que lo apoyaba, con el objetivo de crear un nuevo diario para la nueva Francia.
Raros son los peri¨®dicos tan marcados por la personalidad del fundador, cuyo nombre sigue invoc¨¢ndose en la redacci¨®n como una gu¨ªa fantasmal. ?Qu¨¦ har¨ªa Hubert Beuve-M¨¦ry? ?Qu¨¦ dir¨ªa de esto o de aquello? Un reproche habitual de algunos lectores es hoy: ¡°Beuve-M¨¦ry se revolver¨ªa en su tumba...¡±.
Para Beuve-M¨¦ry, la independencia econ¨®mica y editorial fue pronto una prioridad. Tambi¨¦n un tipo de periodismo institucional, pero no partidista, y m¨¢s anal¨ªtico que marcado por el frenes¨ª de la ¨²ltima hora (en algunos periodos se le achac¨® despreciar las exclusivas en favor del comentario y el an¨¢lisis). Y, sin ser oposici¨®n, con una media distancia respecto al poder. ¡°Una de sus frases m¨¢s c¨¦lebres dec¨ªa: ¡®Nuestros lectores, adultos de cuerpo y esp¨ªritu en su mayor¨ªa, no deben ser adoctrinados, sino que hay que darles los elementos para construir su propio camino¡±, recuerda Eveno.
?Libertad editorial
La tensi¨®n por la independencia de la Redacci¨®n ha sido uno de los hilos conductores de estos 75 a?os. ¡°La historia de Le Monde¡±, dice Fenoglio, ¡°son 65 a?os de una Redacci¨®n que pose¨ªa el diario y, desde hace 10 a?os, es la de una Redacci¨®n que mantiene la libertad editorial sin poseer el diario, por lo que siempre debe buscar ganarse protecciones suplementarias para que esta libertad editorial no est¨¦ amenazada y se garantice¡±.
En 2010, en un momento de graves dificultades econ¨®micas, el empresario tecnol¨®gico Xavier Niel, el banquero Matthieu Pigasse y el fil¨¢ntropo Pierre Berg¨¦ se convirtieron en accionistas mayoritarios. Los periodistas dejaron de ser los amos. Hace un a?o, la venta por parte de Pigasse de una parte de sus acciones al magnate checo Daniel Kretinsky, dispar¨® la alarma en la Redacci¨®n. El temor era que Pigasse y Kretinsky se hicieran con el control del diario mediante la compra de las acciones de PRISA, empresa editora de EL PA?S, y rompiesen as¨ª los delicados equilibrios establecidos en 2010. La Redacci¨®n logr¨® que Niel y Pigasse firmaran un documento que les compromete a aceptar el derecho de veto de los periodistas ante un cambio en el control del capital.
El traslado al nuevo edificio, que ha costado 200 millones de euros financiados por un pr¨¦stamo bancario, es m¨¢s que una operaci¨®n inmobiliaria. Todo el grupo Le Monde ¡ªque incluye a las revistas T¨¦l¨¦rama, La Vie, Courrier International y L¡¯Obs y en parte sostienen al diario¡ª compartir¨¢ la sede. ¡°La mentalidad, aqu¨ª, siempre es pensar. Eso nos protege¡±, dice el director. ¡°Con este activo el futuro es m¨¢s seguro, podremos venderlo si alg¨²n d¨ªa tenemos enormes problemas¡±. La superaci¨®n de la barrera de los 200.000 suscriptores que pagan por la informaci¨®n (m¨¢s 100.000 en papel) es un s¨ªmbolo tambi¨¦n. Desde 2010, el n¨²mero de periodistas ha aumentado en un centenar, hasta los 450 actuales. ¡°Hemos encontrado el modelo econ¨®mico. Hoy la Redacci¨®n produce m¨¢s del 60% del volumen de negocios del diario¡±, dice Fenoglio. ¡°En contra de lo que algunos predec¨ªan¡±, explica en otro momento, ¡°lo digital no nos ha matado, al contrario: nos ha salvado¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.