¡°Soy una monta?a rusa emocional¡±
Familias numerosas, ancianos solos y madres con dependientes a cargo relatan la primera semana de encierro
¡ª ¡°?Qu¨¦ haces en el armario?¡±
¡ª¡°Me escondo del coronavirus, mam¨¢¡±.
Hugo tiene tres a?os, una hermana de siete, otro hermano de cinco y dos hermanos mellizos de cuatro meses. ¡°El cumple de Martina, la mayor, fue este domingo. Lleva meses so?ando con la fiesta con sus amigas¡±, explica Ana Garc¨ªa, su madre, desde Badajoz. ¡°Para que no estuviera triste, hemos montado un fiest¨®n con karaoke y carrera de cucharas con huevos¡±. Ana y su marido, Nacho, no duermen m¨¢s de tres horas seguidas. Con dos beb¨¦s, siete personas en la casa en total, pasan el d¨ªa en lo que llaman ¡°la cadena de mont...
¡ª ¡°?Qu¨¦ haces en el armario?¡±
¡ª¡°Me escondo del coronavirus, mam¨¢¡±.
Hugo tiene tres a?os, una hermana de siete, otro hermano de cinco y dos hermanos mellizos de cuatro meses. ¡°El cumple de Martina, la mayor, fue este domingo. Lleva meses so?ando con la fiesta con sus amigas¡±, explica Ana Garc¨ªa, su madre, desde Badajoz. ¡°Para que no estuviera triste, hemos montado un fiest¨®n con karaoke y carrera de cucharas con huevos¡±. Ana y su marido, Nacho, no duermen m¨¢s de tres horas seguidas. Con dos beb¨¦s, siete personas en la casa en total, pasan el d¨ªa en lo que llaman ¡°la cadena de montaje¡±: biberones, desayunos, deberes, tareas dom¨¦sticas, juegos, ba?os, cuentos... Antes ten¨ªan dos personas que les ayudaban, pero con la cuarentena, por la seguridad de todos, han decidido que cada uno se quede en su vivienda. ¡°Les seguimos pagando porque las empleadas del hogar no tienen derecho a paro¡±, explica Ana. La empresa que comparte con Nacho, Marna Studio, de marketing digital y dise?o de p¨¢ginas web, era un negocio creciente. "Est¨¢bamos contratando nuevos empleados, pero desde el encierro hemos perdido clientes. Me preocupa mucho la incertidumbre. Quiz¨¢ haya que empezar de cero y con cinco ni?os da mucho respeto¡±.
47 millones de espa?oles cumplieron este domingo una semana de encierro. El segundo pa¨ªs del mundo que m¨¢s turistas recibe, el que atesora la mayor ratio de bares por habitante, ha cerrado a cal y canto para contener el contagio de un virus que se ha cobrado ya m¨¢s de 1.700 vidas. El primer anexo del BOE sobre el estado de alarma enumeraba hasta 70 actividades y espacios prohibidos, a los que hubo que incorporar otros posteriormente, porque en la batalla contra lo inimaginable, el Estado hab¨ªa olvidado, por ejemplo, prohibir las playas. Tambi¨¦n que para algunas personas, como ni?os con autismo, el confinamiento era otro riesgo, quiz¨¢ mayor, y una instrucci¨®n del Gobierno lo corrigi¨® el viernes.
La cuarentena es dura para cualquiera. El miedo y la incertidumbre se han extendido por todos los barrios, por las casas bajas y por los ¨¢ticos. Pero hay quien lo tiene a¨²n m¨¢s dif¨ªcil, y esa es una de las conversaciones m¨¢s repetidas estos d¨ªas, para darse ¨¢nimo o para zanjar una discusi¨®n de parejas que ni en verano ¨Ccuando repuntan los divorcios¨C, hab¨ªan pasado tanto tiempo juntos. Hay mujeres que quedaron encerradas con su maltratador, como Karina Andr¨¦s, la v¨ªctima n¨²mero 17 de la violencia machista este a?o, asesinada el jueves por su marido, de 35 a?os. Hay quien vive un doble encierro, como Mar¨ªa Jim¨¦nez, viuda e invidente.
¡°Estoy escuchando la tele¡±, explica Mar¨ªa, de 73 a?os, al tel¨¦fono desde su casa de El Palo (M¨¢laga). Una mujer va dos horas para hacerle la comida. Maeva Arcas, la voluntaria de la fundaci¨®n Harena con la que sal¨ªa a pasear junto al mar, ya no puede visitarla porque es grupo de riesgo. ¡°Soy diab¨¦tica, ciega, he pasado un c¨¢ncer y tengo problemas de circulaci¨®n. ?De todo menos dinero!", cuenta riendo. ¡°Tambi¨¦n tengo el bot¨®n¡±, a?ade Mar¨ªa, en alusi¨®n al servicio de teleasistencia municipal. ¡°Ahora oigo las olas desde casa. Mis vecinos tambi¨¦n me cuidan. Todos los d¨ªas me preguntan si necesito algo¡±. Con todo, a veces se siente sola. ¡°Hablo con los cuadros. Tengo uno de mi marido en un lado de la mesita de noche y otro de mi madre y hablo con ellos. A veces paso el d¨ªa llorando. Otros no lloro nada¡±.
La fundaci¨®n Harena acompa?a a 760 ancianos que est¨¢n solos. La asociaci¨®n Adopta un abuelo busca ahora la manera de teletrabajar con los 900 voluntarios que visitaban a mayores en residencias, pero su fundador, Alberto Cabanes, explica que ¡°los centros est¨¢n saturados¡± y no es f¨¢cil contactar con todos. De momento les han grabado un v¨ªdeo para hacerles saber que los echan de menos.
El encierro ha puesto a todos a prueba, cumpliendo a rajatabla el t¨®pico de que las crisis sacan lo mejor y lo peor de cada uno. El pa¨ªs que arras¨® con las existencias de papel higi¨¦nico, fabric¨® luego cientos de memes sobre el asunto para arrancar una sonrisa a los confinados. La cuarentena ha disparado la creatividad y las iniciativas solidarias, como las m¨¢s de 30.000 cartas enviadas a los pacientes aislados, y ha sepultado en su categor¨ªa, la de vulgares excepciones, otros llamamientos, como el de toser sobre los militares en Catalu?a que sugiri¨® un concejal de la CUP.
¡°El tel¨¦fono es el juguete del momento. No me da tiempo a responder a tantos chats¡±, dice Aurelia Gil, de 79 a?os, con un excelente buen humor. Lleva 11 d¨ªas encerrada en su casa de Oviedo, cuatro m¨¢s que el estado de alarma, porque se lo pidi¨® su hijo Pedro. ¡°Tengo muchas papeletas, problemas de salud muy serios. No salgo y no dejo que nadie entre. Por m¨ª y por los dem¨¢s. Algunas conocidas s¨ª salen y les he re?ido¡±, explica. Hace unos d¨ªas le ri?eron a ella. ¡°Hice un grupo de WhatsApp con los compa?eros de universidad. Dije que estaba sola y me dijeron que de eso nada, que estaban todos ah¨ª conmigo¡±.
Pilar Larrinaga tiene 47 a?os y cuida de dos hijos de 15 y 13. Nicol¨¢s, el mayor, tiene autismo y una discapacidad del 82%. ¡°Estoy sola con ellos porque su padre falleci¨® hace tres a?os y el encierro est¨¢ siendo muy complicado. No puedo dejarlos solos y Nicol¨¢s no es el t¨ªpico ni?o autista que imagina la gente que puede tirarse horas mirando a la pared o con un puzle. Demanda atenci¨®n constante, quiere salir, no hay manera de explicarle por qu¨¦ no puede hacerlo y su manera de expresar frustraci¨®n es autolesionarse¡±, explica. Ha recibido con alivio la correcci¨®n del Gobierno para poder pasear un poco con su hijo y despejarse. Las rutinas, clave en el autismo, son dif¨ªciles de llevar en un estado de alarma, y Pilar pide que ante situaciones dif¨ªciles, las instituciones no dejen solas a familias con dependientes a cargo. Ella es administrativa de una bodega de Gipuzkoa y le ha tocado organizar el ERTE de la empresa. ¡°Soy una monta?a rusa emocional. Vivimos en un piso sin terraza y eso tambi¨¦n pesa. No nos despegamos. El peque?o lo lleva bien. En el colegio le han puesto deberes y los profesores hacen seguimiento. Mi ¨²nico rato de descanso es por la noche, cuando nos sentamos ¨¦l y yo en el sof¨¢ y nos re¨ªmos de las cosas que nos pasan¡±.
R¨¦gimen de visitas
Ana Doblado sali¨® hace 15 d¨ªas del hospital, donde hab¨ªa estado ingresada por una depresi¨®n severa. ¡°Acababa de reincorporarme a la vida normal, todav¨ªa muy fr¨¢gil, y de repente esto¡±. Tiene un hijo de seis a?os, Omar, y est¨¢ separada. ¡°Soy aut¨®noma, traductora, y los primeros d¨ªas tras el alta asum¨ª muchos trabajos, para compensar. El padre de Omar vive con dos personas que trabajan en un supermercado y una fruter¨ªa, est¨¢n muy expuestos a contagiarse, y me daba miedo que el ni?o estuviera all¨ª para cumplir el r¨¦gimen de visitas, pero a la vez necesitaba tiempo. Al final decidimos que se quedara conmigo y que el padre le visitara aqu¨ª. En el colegio nos dieron unas sugerencias de horarios, pero me da la sensaci¨®n de que el ni?o ve demasiado la tele porque yo tengo que trabajar. Todo me genera dudas, me cuesta tomar decisiones, esto me ha pillado muy floja. Y econ¨®micamente es un desastre. En el trabajo del padre de Omar ya han hecho un ERTE y nadie sabe c¨®mo ni cu¨¢ndo acabar¨¢ esto...¡±.
Ana puede acudir a su psiquiatra y el psic¨®logo la atiende por tel¨¦fono. Manuel Mart¨ªn, vicepresidente de la Sociedad Espa?ola de Psiquiatr¨ªa, explica que ¡°las personas con problemas de salud mental tienden al aislamiento y que la cuarentena puede potenciarlo¡±. Advierte de que ¡°las situaciones de estr¨¦s prolongado son las que m¨¢s favorecen la aparici¨®n de patolog¨ªas psiqui¨¢tricas¡±. ¡°Estos d¨ªas, a modo de an¨¦cdota, se sienten reconfortados los pacientes obsesivos, preocupados por la contaminaci¨®n, que se lavan constantemente las manos¡±. Aconseja a todos un consumo moderado de la informaci¨®n sobre la pandemia, mantenerse en contacto con los dem¨¢s, practicar ejercicios de relajaci¨®n y pensar en el d¨ªa a d¨ªa.
La felicidad a la vuelta. Y est¨¢ ser¨¢ mucho m¨¢s barata que antes: el pa¨ªs ha aprendido que consiste, antes de nada, en la libertad.
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