Trump se plantea suavizar las restricciones para frenar el coronavirus por el da?o econ¨®mico que provocan
Estados Unidos es ya el tercer pa¨ªs del mundo con m¨¢s casos confirmados de Covid-19
Estados Unidos es ya el tercer pa¨ªs del mundo con m¨¢s casos registrados de Covid-19. El virus avanza imparable por el pa¨ªs, alterando todos sus tejidos, del social al econ¨®mico, del pol¨ªtico al moral. Hasta este lunes por la ma?ana, al menos 35.000 personas hab¨ªan dado positivo en las pruebas de coronavirus y 458 hab¨ªan fallecido. El n¨²mero de casos se ha duplicado desde el viernes por la tarde. Los n¨²meros crecen exponencialmente a medida que se expanden las pruebas de diagn¨®...
Estados Unidos es ya el tercer pa¨ªs del mundo con m¨¢s casos registrados de Covid-19. El virus avanza imparable por el pa¨ªs, alterando todos sus tejidos, del social al econ¨®mico, del pol¨ªtico al moral. Hasta este lunes por la ma?ana, al menos 35.000 personas hab¨ªan dado positivo en las pruebas de coronavirus y 458 hab¨ªan fallecido. El n¨²mero de casos se ha duplicado desde el viernes por la tarde. Los n¨²meros crecen exponencialmente a medida que se expanden las pruebas de diagn¨®stico por toda la geograf¨ªa. A principios de marzo, cuando el acceso a las pruebas era a¨²n extremadamente limitado, apenas hab¨ªa 70 infecciones constatadas. El presidente Donald Trump apunta a la posibilidad de suavizar los confinamientos y otras restricciones por el zarpazo econ¨®mico que suponen: "No podemos permitir que la cura sea peor que el problema, al final del periodo de 15 d¨ªas, tomaremos una decisi¨®n sobre a d¨®nde debemos ir¡±, escribi¨® el domingo cerca de la medianoche.
La expansi¨®n de la pandemia paraliza la vida p¨²blica ya en la mayor¨ªa de los Estados. Colegios cerrados, negocios vac¨ªos, eventos cancelados, reuniones prohibidas. Uno de cada tres estadounidenses vive ahora sujeto a medidas de confinamiento.
En Nueva York se anunciaron 4.800 nuevos casos el domingo. Ya hay m¨¢s de 15.000 infecciones en el Estado, casi la mitad de las documentadas en el pa¨ªs, la gran mayor¨ªa en el ¨¢rea metropolitana de la ciudad de Nueva York.
La Gran Manzana es hoy uno de los epicentros globales de la pandemia. Casi uno de cada 20 casos confirmados en el mundo est¨¢ en la ciudad. La semana pasada se orden¨® el confinamiento de la poblaci¨®n y el cierre de negocios no esenciales. Hoy se levantan hospitales de campa?a en Manhattan y en los suburbios, ante el previsible desbordamiento de la red sanitaria.
¡°Esta semana se va a poner muy mal. Necesitamos unirnos como naci¨®n. De verdad, de verdad, necesitamos que todo el mundo se quede en casa¡±, imploraba el lunes por la ma?ana el director general de Salud P¨²blica, Jerome Adams. Durante el fin de semana, circularon las im¨¢genes de gente que desafiaba las recomendaciones de las autoridades y sal¨ªa a la calle. En las playas de Florida o en los parques de la capital, donde centenares de personas se congregaban para contemplar el espect¨¢culo anual del florecimiento de los cerezos. ¡°As¨ª es c¨®mo se expande¡±, advert¨ªa Adams. ¡°Los n¨²meros que estamos viendo ahora reflejan lo que pas¨® hace dos semanas. No queremos que Dallas, Nueva Orleans o Chicago se conviertan en el nuevo Nueva York¡±.
A medida que se extiende el coronavirus, surgen las dudas sobre si el pa¨ªs est¨¢ preparado para responder a la amenaza. Errores burocr¨¢ticos provocaron una deficiente distribuci¨®n de pruebas de diagn¨®stico que impidi¨® valorar a tiempo el avance real del virus. El personal m¨¦dico alerta de la falta de mascarillas y respiradores. La Guardia Nacional ha desplegado 7.300 efectivos por todo el pa¨ªs. Miles de trabajadores pierden sus empleos. Los mercados financieros se han dejado una tercera parte de su valor en solo un mes.
Y en el centro de todo, un presidente que ha construido su poder sobre la polarizaci¨®n y el aislamiento lidera la respuesta a una crisis que, m¨¢s que ninguna otra, requiere unidad y cooperaci¨®n. Un comandante en jefe acostumbrado a guiarse por su instinto y su vanidad, ante una crisis donde inevitablemente ha de dejarse guiar por los expertos.
Donald Trump empez¨® cuestionando la doctrina cient¨ªfica sobre la gravedad de la amenaza. Cuando esta era innegable, arremeti¨® una vez m¨¢s contra la prensa y, desafiando de nuevo a los expertos, convirtiendo al coronavirus en el ¡°virus chino¡±, dise?¨® un enemigo extranjero, a la medida de sus obsesiones geoestrat¨¦gicas, para inflamar a sus bases con su combustible predilecto.
A apenas siete meses de las presidenciales, el presidente asiste impotente a c¨®mo un enemigo microsc¨®pico destruye sin contemplaciones la econom¨ªa del pa¨ªs, cuyo vigor ve¨ªa como el principal argumento para su reelecci¨®n. Mientras los l¨ªderes de todo el mundo tratan de concienciar a los ciudadanos para una lucha que podr¨ªa prolongarse durante meses, Donald Trump apunta a los l¨ªmites de las dr¨¢sticas medidas para ralentizar la expansi¨®n del virus. ¡°No podemos permitir que el remedio sea peor que el problema en s¨ª mismo¡±, tuiteaba la madrugada del lunes, todo el texto en letras may¨²sculas. ¡°?Al final del periodo de 15 d¨ªas, tomaremos una decisi¨®n sobre el camino que queremos seguir!¡±.
El 16 de marzo, la Casa Blanca public¨® unas directrices, con una vigencia de 15 d¨ªas, que ped¨ªan a los estadounidenses evitar reuniones de m¨¢s de 10 personas y salidas innecesarias, y recomendaban trabajar desde casa. Numerosos Estados, empezando por California, con 40 millones de habitantes, han impuesto desde entonces medidas m¨¢s severas y la Casa Blanca las ha aplaudido. De California a Nueva York, de Illinois a Nueva Jersey, de Washington a Massachusetts o Michigan, las cuarentenas se extienden por el pa¨ªs.
La idea es ganar tiempo para que un aluvi¨®n de pacientes no colapse los servicios sanitarios. Su sugerencia de que el pr¨®ximo lunes, fecha en la que vencen las directrices, habr¨ªa que replantearse la estrategia de contenci¨®n, vuelve a enfrentar a Trump con las autoridades m¨¦dicas: el propio Anthony Fauci, experto en enfermedades infecciosas del equipo de trabajo formado por la Casa Blanca, ha dicho reiteradamente que cree que faltan a¨²n varias semanas para que la gente pueda reemprender su vida normal.
En la comparecencia diaria ante la prensa en la Casa Blanca del equipo de trabajo contra el coronavirus, Trump ha vuelto a sugerir este lunes que las medidas de confinamiento podr¨ªan no extenderse m¨¢s all¨¢ de la semana que viene. ¡°Nuestro pa¨ªs no se construy¨® para estar cerrado. Estados Unidos volver¨¢ a estar pronto abierto para los negocios¡±, ha dicho. ¡°Esto era un problema m¨¦dico, no vamos a permitir que se convierta en un problema financiero¡±.
Preguntado acerca de cu¨¢nto tiempo de confinamiento contempla, el presidente ha respondido: ¡°No estoy pensando en meses¡±. ¡°Esto se est¨¢ marchando ya¡±, ha concluido, a pesar de que el incremento exponencial de los casos de Covid-19 en el pa¨ªs.
Con la inc¨®gnita sobre un posible cambio de estrategia en la Administraci¨®n Trump, la tramitaci¨®n de un paquete de rescate a la econom¨ªa sin precedentes, propuesto por el Tesoro y de un valor de casi dos billones de d¨®lares, segu¨ªa el lunes atascado en un Congreso que ni siquiera ante una amenaza existencial es capaz de superar las divisiones que lo lastran. En el Senado, los dem¨®cratas consideraban que las medidas propuestas tienen el foco en las corporaciones y no en los trabajadores, los hospitales o las Administraciones locales. Los republicanos les acusaban de bloquear una legislaci¨®n necesaria en medio de una emergencia. ¡°Esta crisis nacional no va a esperar si el Congreso vuelve a caer en su pol¨ªtica convencional y regatea sin fin sobre los puntos m¨¢s finos¡±, advert¨ªa el l¨ªder de la mayor¨ªa republicana en el Senado, Mitch McConnell.
Diversas autoridades estatales y locales han pedido al presidente Trump que autorice, bajo la Ley de Producci¨®n de Defensa, introducida al comienzo de la guerra de Corea, la movilizaci¨®n de la industria para fabricar material m¨¦dico que escasea. El presidente se resiste. ¡°Llamen a alguien en Venezuela y preg¨²ntenle c¨®mo ha funcionado la nacionalizaci¨®n de sus empresas¡±, dijo el domingo en rueda de prensa.
Mientras tanto, las alarmas suenan de costa a costa, alertando de los terribles efectos que puede producir el impacto de miles de pacientes de Covid-19 en el sistema sanitario. ¡°Abril y mayo van a ser mucho peores¡±, advert¨ªa Bill de Blasio, alcalde de Nueva York, desde el epicentro de la crisis. ¡°Las cosas se van a poner peor antes de mejorar¡±, aseguraba Jerome Adamsi, en un programa de televisi¨®n matinal. ¡°Necesitamos que todo el mundo comprenda esto¡±.
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