Sue?o con barcos piratas
El v¨ªdeo de Boris Johnson ha sido impresionante, desde que los reyes combat¨ªan en el campo de batalla y mor¨ªan con sus soldados no ve¨ªamos que un conflicto salpicara a alguien que manda
Por la noche, lo ¨²ltimo que veo es un avioncito. Es el dibujo del m¨®vil, que me dice que est¨¢ desconectado. Duermo en modo avi¨®n, pero tengo pesadillas en las que voy en barco. Al menos no son cat¨¢strofes a¨¦reas o, como otras veces, que me echan del peri¨®dico porque hubo una confusi¨®n de nombres y me contrataron por error. Mi querida vecina de columna so?¨® con un lenguado. El cerebro act¨²a po¨¦ticamente, menos mal, no aguantar¨ªamos una vida en sesi¨®n doble, y transforma la cuarentena en una nave a merce...
Por la noche, lo ¨²ltimo que veo es un avioncito. Es el dibujo del m¨®vil, que me dice que est¨¢ desconectado. Duermo en modo avi¨®n, pero tengo pesadillas en las que voy en barco. Al menos no son cat¨¢strofes a¨¦reas o, como otras veces, que me echan del peri¨®dico porque hubo una confusi¨®n de nombres y me contrataron por error. Mi querida vecina de columna so?¨® con un lenguado. El cerebro act¨²a po¨¦ticamente, menos mal, no aguantar¨ªamos una vida en sesi¨®n doble, y transforma la cuarentena en una nave a merced de los vientos. Bajo de la cama como si desembarcara, buscando tierra, aunque echas un vistazo a las noticias al amanecer y solo se divisa un mar agitado y sin horizonte. Cualquier d¨ªa me levanto con mejillones en el pelo. Si encima encuentras arena de playa en las p¨¢ginas de un libro te sientes melanc¨®lico por los d¨ªas felices. Qu¨¦ envidia el otro d¨ªa, ver a mi hija abrir por primera vez La isla del tesoro.
Estos hallazgos, al ordenar libros, son evocadores. Encuentras en las hojas un billete de tren, una tarjeta de un hotel o una pesta?a que no sabes si es tuya. Ponerse a ordenar, otra tentaci¨®n de estos d¨ªas que nos descolocan tanto, es peligroso, no hay que subestimar sus consecuencias. Se remueven capas geol¨®gicas de recuerdos enterrados, dormidos en las cosas. El orden en las prioridades es esencial, sino pones la radio y oyes dram¨¢ticas noticias de que ha dimitido parte del equipo de Gobierno y habr¨¢ elecciones en 2021¡, hasta que comprendes que hablan del F¨²tbol Club Barcelona.
Tambi¨¦n me levanto tambaleante. Estoy m¨¢s torpe, no s¨¦ cu¨¢ntos coscorrones me he dado ya, y se me caen las cosas. Quiz¨¢ la cuarentena afecta a los electrodom¨¦sticos, la lavadora y el lavaplatos empiezan a comportarse de forma extra?a, y rezamos para que no se estropeen, porque a ver qui¨¦n encuentra un t¨¦cnico. Todo est¨¢ ya tan enrarecido que en casa quieren que me deje bigote porque, total, no me ve nadie y les parezco muy gracioso. Adem¨¢s, si salgo, con la mascarilla tampoco se ve. En Australia se ha puesto de moda disfrazarse para ir a tirar la basura. As¨ª, por hacer el tonto. En cambio, algunos se vuelven serios. Ha sido impresionante el v¨ªdeo de Boris Johnson, hablando al pa¨ªs tras curarse del virus. Mal afeitado, la mirada sin brillo, se le hab¨ªa quitado la tonter¨ªa. A la muerte no le puedes enga?ar con una noticia falsa, a ver si se la traga, porque la noticia falsa eres t¨². No esper¨¢bamos de Johnson que fuera, precisamente ¨¦l, quien contribuyera con un instante de lucidez. Completa el mundo al rev¨¦s. El d¨ªa que Bolsonaro empiece a copiar 100 veces ¡°soy un bocazas¡± ya estaremos todos.
Johnson dio las gracias a sus m¨¦dicos y mencion¨® en especial a dos inmigrantes: Jenny, neozelandesa y Lu¨ªs, portugu¨¦s. Muchos extranjeros siguen trabajando y nos est¨¢n salvando. Luego apareci¨® la foto del equipo sanitario, 10 chicas y dos chicos. Muy j¨®venes, casi todos veintea?eros. La mayor¨ªa de quienes se parten la cara con el virus en los hospitales te parecen chavalines. En un hospital, ya normalmente, lo ¨²nico que quieres es salir de all¨ª cuanto antes, no te explicas c¨®mo hacen los m¨¦dicos, ir all¨ª todos los d¨ªas, por trabajo, como a la oficina. Pero, si adem¨¢s eres un pipiolo y te toca esto, debe de ser un impacto bestial, nadie te hab¨ªa preparado.
Hab¨ªa algo m¨¢s en Johnson, nuevo, distinto, hasta que ca¨ª: desde que los reyes combat¨ªan en el campo de batalla y mor¨ªan con sus soldados no ve¨ªamos que un conflicto salpicara a alguien que manda. En 2008 no vimos a un primer ministro ojeroso decir que se hab¨ªa quedado en paro o iba a ser desahuciado de su casa, ni a un primo lejano suyo. Antes s¨ª que ca¨ªa alg¨²n pez gordo de vez en cuando en pleno caos. H¨¦ctor, en Troya; Ricardo III buscando su caballo en 1485 (hoy ser¨ªa ¡°mi reino por una mascarilla¡±); Francisco I en Pav¨ªa en 1525, capturado por un soldado guipuzcoano; o Napol¨¦on III, en 1870, prisionero del ej¨¦rcito prusiano. Su ca¨ªda dio lugar a la Comuna de Par¨ªs, que suspendi¨® nueve meses los alquileres. Malditos rojos, maquinando maldades desde hace siglo y medio. Luego ya se han perfeccionado las guerras para que no lleguen a los despachos. Que esta haya trepado hasta palacio es una novedad, este bichito es realmente sorprendente, habr¨ªa que pedirle una entrevista.
Me alegr¨¦ por Boris Johnson. Bienvenido a la realidad. Pod¨ªa haber sido antes del Brexit, pero la historia tiene sus propios tiempos dram¨¢ticos. Tambi¨¦n al ver descender el n¨²mero de muertos, y que parece asomar la cuesta abajo, pens¨¦ que me pondr¨ªa mucho m¨¢s contento, que ser¨ªa como la monta?a rusa del Dragon Khan, pero siento un gran pesar, como un mar de fondo, y por las noches sue?o con barcos piratas.
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