Cada d¨ªa mueren 106 dependientes en Espa?a esperando a ser atendidos
La media de fallecidos diarios en lista de espera en lo que va de a?o aumenta respecto a la de 2019
En Espa?a han muerto en lo que va de a?o cerca de 16.000 personas que estaban en la lista de espera de la dependencia. Ten¨ªan el derecho reconocido, pero no recib¨ªan ninguna prestaci¨®n o servicio. Son 106 fallecimientos cada d¨ªa. La cifra es una estimaci¨®n de la Asociaci¨®n de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales en base a datos oficiales. El a?o pasado esta misma organizaci¨®n calcul¨® que hubo de media 85 muertes diarias. ¡°La ley de dependencia es una cuesti¨®n de supervivencia. El sistema peligra¡±, alert¨® este viernes en el Congreso Jos¨¦ Manuel Ram¨ªrez, presidente de la asociaci¨®n. Ahora...
En Espa?a han muerto en lo que va de a?o cerca de 16.000 personas que estaban en la lista de espera de la dependencia. Ten¨ªan el derecho reconocido, pero no recib¨ªan ninguna prestaci¨®n o servicio. Son 106 fallecimientos cada d¨ªa. La cifra es una estimaci¨®n de la Asociaci¨®n de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales en base a datos oficiales. El a?o pasado esta misma organizaci¨®n calcul¨® que hubo de media 85 muertes diarias. ¡°La ley de dependencia es una cuesti¨®n de supervivencia. El sistema peligra¡±, alert¨® este viernes en el Congreso Jos¨¦ Manuel Ram¨ªrez, presidente de la asociaci¨®n. Ahora mismo hay cerca de 254.000 personas en lista de espera. Otras 150.000 aguardan a ser valoradas para saber si se les reconoce alg¨²n grado de dependencia.
En medio de su intervenci¨®n en el grupo de trabajo de pol¨ªticas sociales y el sistema de cuidados de la comisi¨®n para la reconstrucci¨®n social y econ¨®mica del Congreso, Ram¨ªrez guard¨® un minuto de silencio por quienes mueren sin ser atendidos. Algo que los expertos llevan a?os denunciando y las familias sufriendo, pero que se ha visto agravado durante este estado de alarma. ¡°Mueren sin tener apoyo ni asistencia¡±, dijo. Las cifras constatan que la situaci¨®n de la dependencia es alarmante. En abril se registr¨® el mayor descenso en el n¨²mero de atendidos desde julio de 2014. Cayeron los beneficiarios, las solicitudes y las resoluciones. El sistema, ya debilitado tras el recorte de m¨¢s de 5.800 millones de euros desde 2012, sufri¨® un par¨®n a consecuencia de la pandemia.
La historia se repite, aunque cambiando nombres, caras, dramas. Miles de personas esperan un tiempo que no tienen, resisten a base del sobresfuerzo de las familias. Quienes tienen posibilidades econ¨®micas se saben afortunados. Pero la Administraci¨®n llega muchas veces tarde. Ocurri¨® as¨ª para ?ngeles Ferre, que se rompi¨® la cadera a los 97 a?os. Hasta ese momento hab¨ªa vivido con sus hijos, turn¨¢ndose de una casa a otra. Con achaques, pero iba tirando. Pero lleg¨® la ca¨ªda que lo cambi¨® todo. A principios de 2015 iniciaron los tr¨¢mites de la ley de dependencia. En mitad del proceso la situaci¨®n se volvi¨® insostenible, cuenta su nieto, Ismael Ribera, trabajador social en una residencia. As¨ª que decidieron ingresarla all¨ª, haciendo frente a los 1.500 euros que cuesta la plaza. Un a?o despu¨¦s lleg¨® la resoluci¨®n: grado tres de dependencia, el m¨¢s grave.
Pero Ferre muri¨® esperando. ¡°Decidimos que fuera a la residencia para que estuviera atendida como correspond¨ªa. Pudimos ser su apoyo econ¨®mico, pero por muy buenos ahorros que tengas, a los dos a?os te los comes¡±, explica al tel¨¦fono su nieto, que vive en Alicante. ¡°Es mucha la frustraci¨®n por que no llegaran los recursos¡±, cuenta Ribera. Tres a?os antes su abuela paterna hab¨ªa pasado por lo mismo. Se le reconoci¨® una gran dependencia. Tampoco recibi¨® nunca un servicio o prestaci¨®n. As¨ª que fueron a los tribunales, algo que repitieron tras el fallecimiento de Ferre. ¡°Por suerte o por desgracia, conoc¨ªamos el proceso judicial. Pero no todo el mundo es consciente de sus derechos, ni tiene dinero para meterse en un juicio¡±, recalca. Ahora la justicia les ha dado la raz¨®n por la demora en el caso de Ferre. Est¨¢n pendientes del pago de ¡°unos 9.000 euros¡±, explica ¨¦l.
La abogada Sandra Casas, experta en el sistema de la dependencia, ha llevado cientos de casos y corrobora que no todo el mundo puede permitirse recurrir a un proceso ¡°que conlleva un coste econ¨®mico y emocional¡±, si bien en muchas ocasiones es ¡°el ¨²nico camino para conseguir un recurso¡±. Reclama que las personas en situaci¨®n de dependencia puedan recibir servicios. La prestaci¨®n por cuidados familiares se contemplaba en la ley como excepcional, pero se otorga en el 30% de los casos. ¡°Cargar a la familia con el cuidado de un gran dependiente por 300 euros al mes es indignante¡±, critica Casas.
Ram¨ªrez clama por una inyecci¨®n que d¨¦ aire a la dependencia. Actualmente, las comunidades aut¨®nomas, competentes en la materia, cargan con la mayor¨ªa del peso de la financiaci¨®n. ¡°En 2017 se acord¨® en la conferencia de presidentes que hac¨ªan falta 1.500 millones de euros para que la Administraci¨®n General del Estado aporte el 50% de lo que cuesta la ley¡±, explica. ¡°Se dar¨ªa atenci¨®n a la lista de espera y se crear¨ªan 80.000 puestos de trabajo¡±, detalla. La Asociaci¨®n de Directoras y Gerentes ya alertaba el a?o pasado de que el sistema no era capaz de absorber la demanda y que eran urgentes unos presupuestos. ¡°Ahora no podemos esperar a las nuevas cuentas. Es necesario aumentar la financiaci¨®n ya¡±, reclama. As¨ª lo dijo tambi¨¦n en el Congreso.
Concuerda Aurelia Jerez, presidenta de la Coordinadora Estatal de la Dependencia. ¡°La pandemia ha agravado a¨²n m¨¢s la situaci¨®n, hemos estado abandonados durante muchos a?os. No era una prioridad para los Gobiernos anteriores, esperemos que la situaci¨®n cambie. Hace falta dinero y hace falta personal¡±, se queja. ¡°Hay que darle una vuelta al sistema, es preciso que haya rapidez, eficacia. En este tiempo se han suspendido las valoraciones y se han vivido situaciones dram¨¢ticas en las casas de quienes no recib¨ªan atenci¨®n", dice. ¡°Los familiares ven c¨®mo sus expedientes se han quedado en un limbo y no saben c¨®mo ni cu¨¢ndo van a salir de ¨¦l¡±.
¡°Intento hacerme cargo de todo, pero ya no puedo m¨¢s¡±
Cuando son¨® el tel¨¦fono, no estaba preparada para lo que iba a escuchar. Preguntaron por su padre, ten¨ªan noticias sobre la ley de dependencia. ¡°Hab¨ªa muerto casi un a?o antes¡±, cuenta Luz Marina Rodr¨ªguez. Le resulta incomprensible ¡°que las Administraciones no crucen los datos¡±, haber tenido que explicar a una voz que se disculpaba una y otra vez que su padre ya no estaba. Por ello, cuando el a?o pasado su madre sufri¨® un ictus no tard¨® en tramitar los papeles. Sigue esperando, aguantando sobre sus hombros el peso de su familia.
Las cosas se torcieron hace tiempo, cuenta por tel¨¦fono esta mujer de 46 a?os que vive en San Mateo, un municipio de Gran Canaria con 7.500 vecinos. Vive puerta con puerta con su madre, que ahora tiene 73. En enero de 2019 golpe¨® el ictus, que le afect¨® al lado izquierdo. Necesitaba su ayuda para todo: levantarse, ducharse, vestirse. ¡°Luego mejor¨® algo, pero una operaci¨®n de est¨®mago la hizo ir para atr¨¢s¡±, relata.
En verano despidieron a Rodr¨ªguez, pero no cobra paro porque no estaba asegurada. En octubre muri¨® su marido. ¡°Tengo una ni?a de 13 a?os, le est¨¢ costando mucho¡±, afirma. Sus silencios al tel¨¦fono tambi¨¦n hablan. Retoma fuerzas y contin¨²a la historia. ¡°Al principio, tras la operaci¨®n de mi madre, pasaba las noches de una casa a otra, vigil¨¢ndola a ella y cuidando a mi hija, que no se dorm¨ªa¡±, dice.
Le tocaba levantar a su madre, asearla, la medicaci¨®n, preparar dos men¨²s diferentes, uno apto para diab¨¦ticos, limpiar dos casas, tratar de sostener a su hija, a su madre, ¡°que dice que no vale, que no puede hacer nada¡±. Sostenerse a s¨ª misma. ¡°Intento hacerme cargo de todo, pero ya no puedo m¨¢s¡±, reconoce. Por ello contrat¨® a alguien que cuida a su madre. ¡°Su pensi¨®n va ¨ªntegra al sueldo¡±, a?ade. ¡°La comida y los gastos de ambas casas los afronto con la pensi¨®n¡ no me gusta decirlo, de viudedad¡±, dice, y parece que esa palabra pesa como una losa.
As¨ª, a¨²n sin levantar cabeza, lleg¨® el estado de alarma que las confin¨® en casa y la dej¨® sin ayuda. Su hermano, que ¡°trabaja muchas horas¡± y va cuando puede, viv¨ªa en otro municipio, as¨ª que estaba sola con todo. Vuelta a empezar. ¡°Hac¨ªa lo que pod¨ªa. Cuando pasamos a la fase 2 volvi¨® a venir la cuidadora y ahora respiro algo m¨¢s¡±, a?ade. ¡°Menos mal que no tenemos que pagar un alquiler ni una hipoteca. Si no, no s¨¦ c¨®mo lo har¨ªamos. Tuve que comprar un andador, pero me han prestado la silla para poder ba?ar a mi madre. Vamos tirando as¨ª, pidiendo favores¡±. Sin noticias de la dependencia, m¨¢s de un a?o despu¨¦s.
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