Colombia celebra su biodiversidad mientras la deforestaci¨®n se desboca en medio de la pandemia
El Gobierno de Iv¨¢n Duque fue el anfitri¨®n del D¨ªa Mundial del Medio Ambiente
Con sus bosques bajo asedio, y en medio de una crisis sanitaria sin precedentes, el Gobierno de Colombia puso su mejor cara para celebrar la reconocida biodiversidad de su territorio. En un 2020 marcado a fuego por la pandemia del coronavirus, el pa¨ªs fue elegido este a?o como ¡°anfitri¨®n¡± este viernes del D¨ªa Mundial del Medio Ambiente, promovido por la ONU. El presidente, Iv¨¢n Duque, aprovech¨® esa vitrina ¨Coriginalmente programada como un evento presencial en Bogot¨¢¨C para hacer una pausa en la gesti¨®n de la emergencia y debatir de manera virtual con l¨ªderes y expertos mundiales sobre desaf¨ªos...
Con sus bosques bajo asedio, y en medio de una crisis sanitaria sin precedentes, el Gobierno de Colombia puso su mejor cara para celebrar la reconocida biodiversidad de su territorio. En un 2020 marcado a fuego por la pandemia del coronavirus, el pa¨ªs fue elegido este a?o como ¡°anfitri¨®n¡± este viernes del D¨ªa Mundial del Medio Ambiente, promovido por la ONU. El presidente, Iv¨¢n Duque, aprovech¨® esa vitrina ¨Coriginalmente programada como un evento presencial en Bogot¨¢¨C para hacer una pausa en la gesti¨®n de la emergencia y debatir de manera virtual con l¨ªderes y expertos mundiales sobre desaf¨ªos como la lucha contra la deforestaci¨®n.
¡°No podemos pretender estar sanos en un mundo que est¨¢ enfermo. Las heridas provocadas a nuestra madre Tierra son heridas que sangran tambi¨¦n en nosotros¡±, reflexion¨® el papa Francisco en una comentada carta que envi¨® al mandatario para la ocasi¨®n. El mensaje del pont¨ªfice se hace eco cinco a?os despu¨¦s de su enc¨ªclica Laudato Si. ¡°No podemos permanecer mudos ante el clamor cuando comprobamos los alt¨ªsimos costos de la destrucci¨®n y explotaci¨®n del ecosistema. No es tiempo de seguir mirando hacia otro lado, indiferentes ante los signos de un planeta que se ve saqueado y violentado, por la avidez de ganancia y en el nombre ¨Cmuchas veces¨C del progreso¡±, se?al¨® en la misiva.
Los colombianos recitan de memoria algunas de sus muchas riquezas ambientales. Es un pa¨ªs con costas en dos oce¨¢nos, que alberga cerca de la mitad de los p¨¢ramos del planeta, con la mitad de su territorio revestido por selvas tropicales y bosques y un 30 por ciento de territorio amaz¨®nico, como record¨® Duque. ¡°Nuestras especies son un patrimonio incalculable¡±, dijo en una ceremonia virtual que cont¨® con la participaci¨®n del secretario general de la ONU, Ant¨®nio Guterres. Cerca del meridiano de sus cuatro a?os de mandato, el presidente de Colombia se?al¨® que se propone pasar de 50 a 2.500 megas de capacidad instalada de energ¨ªas renovables, postul¨® al pa¨ªs para liderar la transici¨®n de la movilidad limpia en Am¨¦rica Latina y record¨® la meta de sembrar 180 millones de ¨¢rboles para agosto de 2022, cuando entregue el poder ¨Cen 2019 se sembraron 34 millones, seg¨²n las cifras del Gobierno¨C.
Uno de los anuncios del d¨ªa fue el aporte de 288.000 millones de pesos por parte del Reino Unido para apoyar la conservaci¨®n de los bosques tropicales de Colombia por medio del programa ¡®Territorios Forestales Sostenibles¡¯. De acuerdo con el ministro de ambiente, Ricardo Lozano, es la mayor donaci¨®n bilateral en materia ambiental que ha recibido la administraci¨®n Duque.
Pero otras se?ales no son tan prometedoras. La gran paradoja radica en que Colombia escenific¨® esa celebraci¨®n de sus riquezas naturales justamente en momentos en que varios ambientalistas advierten que, a pesar de las medidas obligatorias de confinamiento decretadas por el Gobierno durante una cuarentena nacional que dur¨® m¨¢s de dos meses, la deforestaci¨®n est¨¢ desbocada. Esa es la principal causa de cambio clim¨¢tico en el pa¨ªs sudamericano, donde los bosques naturales cubren casi 60 millones de hect¨¢reas.
El anterior Gobierno de Juan Manuel Santos (2010-2018) esperaba que el acuerdo de paz con la extinta guerrilla de las FARC, sellado a finales de 2016 tras casi cuatro a?os de arduas negociaciones, se tradujera muy pronto en dividendos ambientales. Sin embargo, luego de la firma de los acuerdos la deforestaci¨®n aument¨® en varias regiones, hasta alcanzar un m¨¢ximo de unas 220.000 hect¨¢reas en 2017. En un primer momento, el Gobierno Duque utiliz¨® esa cifra r¨¦cord como referencia en una movida criticada por los ambientalistas. Pero con el apoyo de Alemania, Reino Unido y Noruega, estableci¨® metas algo m¨¢s ambiciosas para reducir el fen¨®meno en la cumbre del clima de Madrid de finales del a?o pasado. Se comprometi¨® a mantenerla en l¨ªmites de hasta 100.000 hect¨¢reas o menos para el 2025, y 155.000 hect¨¢reas o menos para el 2022.
Colombia ya ha reducido la destrucci¨®n de bosques con respecto a ese pico de 2017, pero todas las alarmas est¨¢n encendidas por lo que ha ocurrido en este a?o. ¡°La deforestaci¨®n en la Amazonia no se detiene¡±, conclu¨ªa un reciente monitoreo de la Fundaci¨®n para la Conservaci¨®n y el Desarrollo Sostenible (FCDS) que registr¨® m¨¢s de 75.000 hect¨¢reas arrasadas solo hasta el 15 de abril. ¡°Las carreteras que est¨¢n abriendo frontera agropecuaria son una alerta temprana de lo que se puede venir para los pr¨®ximos a?os¡±, advert¨ªa en una reciente entrevista con este peri¨®dico Rodrigo Botero, director de la FCDS.
A la espera de los reportes oficiales sobre deforestaci¨®n, diversas fuentes se?alan que el fen¨®meno est¨¢ desbocado y sigue afectando importantes enclaves de biodiversidad, incluyendo los territorios amaz¨®nicos, se?alaba el mes pasado la Fundaci¨®n Ideas para la Paz (FIP). ¡°Las autoridades ambientales y organismos de control han manifestado su preocupaci¨®n porque quienes est¨¢n talando y tumbando los bosques ¡ªactores armados, colonos y acaparadores de tierras, entre otros¡ª est¨¢n sacando provecho de la emergencia sanitaria. Mientras tanto, las autoridades ambientales se encuentran con las manos atadas debido a las restricciones en la movilidad¡±, se?alaba en su informe sobre las din¨¢micas de la confrontaci¨®n armada y su impacto ambiental en los primeros cuatro meses de 2019.
La pesada herencia de la guerra agrava el panorama. Las disidencias de las FARC que se apartaron del proceso de paz han distribuido panfletos amenazantes en los que rechazan los proyectos de cooperaci¨®n ambiental en varias regiones y han expulsado de ¨¢reas protegidas en la Amazonia al personal de Parques Nacionales Naturales (PNN). ¡°No podemos cantar victoria¡±, suele repetir el presidente Duque en sus intervenciones diarias sobre los esfuerzos por contener el coronavirus. Un mensaje que bien podr¨ªa replicar tambi¨¦n en alusi¨®n a los desaf¨ªos ambientales.