¡°La fauna corre r¨¢pidamente a ocupar los espacios que dejamos en las ciudades al confinarnos¡±
La experta en medio ambiente colombiana asegura que las cuarentenas obligatorias han visibilizado animales con los que compartimos espacios pero usualmente no reconocemos
Como uno de los pa¨ªses m¨¢s biodiversos del mundo, Colombia es un ejemplo ilustrativo. En dos semanas que llevan los colombianos encerrados en sus casas, como parte de la cuarentena general ordenada por el Gobierno para frenar la propagaci¨®n del coronavirus, los habitantes de las ciudades han visto el impacto de ese aislamiento en el medio ambiente. Zorros que se pasean en los barrios vecinos a los cerros orientales en Bogot¨¢, delfines en una bah¨ªa de Cartagena que volvi¨® a exhibir aguas transparentes, una zarig¨¹eya que carga en su lomo a sus cr¨ªas en la ciudad de Neiva y un oso hormiguero que cruza una calle en el municipio Paz de Ariporo, en Casanare, son algunas de las postales que ha dejado el repliegue humano obligado por la pandemia.
La bi¨®loga Brigitte Baptiste es una de las mayores expertas en temas ambientales y biodiversidad en Colombia. Actual rectora de la Universidad Escuela de Administraci¨®n de Negocios (EAN), estuvo m¨¢s de una d¨¦cada al frente del Instituto de Investigaci¨®n de Recursos Biol¨®gicos Alexander von Humboldt. ¡°Soy ec¨®loga, entonces no le otorgo ninguna agencia a la naturaleza para decir que nos est¨¢ castigando o que nos est¨¢ recordando cual es nuestro lugar en el mundo¡±, declara de entrada en esta entrevista telef¨®nica con EL PA?S. ¡°Esa es una interpretaci¨®n que nosotros hacemos de nuestra propia culpa. Realmente una pandemia como estas emerge en medio de la evoluci¨®n del planeta con cierta regularidad, sab¨ªamos el riesgo que est¨¢bamos corriendo, se hab¨ªa advertido¡±, se?ala. ¡°Es parte de la conectividad creciente que tenemos los seres vivos a medida que la poblaci¨®n humana crece, entra en contacto con otras especies, construye ciudades¡±.
Pregunta. ?Cu¨¢l es el efecto de las cuarentenas obligatorias?
Respuesta. Claramente es una ralentizaci¨®n, una disminuci¨®n del ritmo de la econom¨ªa, de todas las actividades humanas, y eso se refleja en menos emisiones de carbono, en menos ruido, en menos consumos innecesarios. De manera que hay muchas cosas por aprender de una experiencia a la que no est¨¢bamos expuestos desde hac¨ªa muchas d¨¦cadas.
P. Se han documentado varios episodios de fauna silvestre irrumpiendo en las ciudades
R. Es una fauna que siempre ha estado ah¨ª, o que se ha venido acercando a las ciudades y los h¨¢bitats construidos por los humanos desde hace 20 o 30 a?os. Se han ido adaptando a las condiciones del h¨¢bitat humano, pero no los hab¨ªamos visto. Porque nuestro propio bullicio, nuestro ritmo de vida, nuestro movimiento vertiginoso los espantaba y los manten¨ªa dentro de una frontera de capacidades adaptativas. Tan pronto eso cesa por un minuto, la fauna r¨¢pidamente corre a ocupar esos espacios que dejamos. Es un fen¨®meno de visibilidad. Es bonito, en la medida en que nos hace ganar consciencia de que compartimos el espacio con muchos animales que usualmente no reconocemos.
Un zorro esta ma?ana en el conjunto de un amigo, en Bogot¨¢! pic.twitter.com/FKr4vnNtyy
— Mart¨ªn Pe?alosa (@Martin_Penalosa) March 20, 2020
P. Hemos visto zorros en Bogot¨¢, delfines en la bah¨ªa de Cartagena, osos hormigueros en Casanare, zarig¨¹eyas en Neiva¡
R. Ese es el m¨¢s bonito de todos, la zarig¨¹eyita con sus cr¨ªas caminando por las calles. Insisto, siempre han estado ah¨ª, lo que pasa es que no nos hab¨ªamos detenido a verlo o tenido el tiempo para apreciarlo, pero las zarig¨¹eyas son un animal absolutamente com¨²n, frecuente, sobretodo en climas c¨¢lidos. Lo nuevo es el ojo con que estamos mirando.
Los delfines est¨¢n en la bah¨ªa de Cartagena, en la de Santa Marta, en todo el Caribe, pero ellos no van a exponerse al bullicio de las lanchas, a los motores el¨¦ctricos que los est¨¢n aturdiendo. Entonces, tan pronto cesa un poco el ruido, el delf¨ªn sale y demuestra que ah¨ª ha estado, un poco silencioso para no despertar la violencia humana. Porque tan pronto aparece un animalito todo el mundo empieza a acosarlo, a aturdirlo, a perseguirlo. En el Instituto Humboldt ten¨ªamos una referencia permanente de fauna urbana. En Medell¨ªn tenemos pumas en Envigado reportados hace bastante tiempo.
P. ?C¨®mo deber¨ªa reaccionar un habitante urbano ante un avistamiento?
R. Nosotros no tenemos los jabal¨ªes que tienen en Barcelona o Mil¨¢n, que son peligrosos. Aqu¨ª estos zorros son muy ariscos, no se recomienda tratar de interactuar con ellos. En general no es bueno que la gente sienta que por la cercan¨ªa con animales silvestres estos est¨¢n en condiciones de interactuar. Hay que ser muy cuidadosos, siguen transmitiendo la rabia y de hecho pueden transmitir otras zoonosis como las del Covid-19.
LLEGA A NEIVA COL. CON TODA SU FAMILIA LA ZARIG?EYA OPITA. En tiempo del coronavirus pic.twitter.com/GGJlL6RhjJ
— G Garc¨ªa Realpe (@GGarciaRealpe) March 23, 2020
P. Hay otros indicadores, como el descenso de la contaminaci¨®n. En un sentido m¨¢s amplio, ?cu¨¢les son las lecciones ambientales de esta ralentizaci¨®n de la vida urbana?
R. La limitaci¨®n a la movilidad genera menos consumo de todo, sobre todo de energ¨ªa. Tal vez hay una transacci¨®n interesante que se le propone a la sociedad, y es que puede bajar el ritmo y disfrutar de algunas cosas que de otra manera no podr¨ªa comprar. Un poco de tiempo para nosotros mismos, en familia, en casa, en nuestros barrios, en los parques urbanos, un poco de mejor calidad de vida, distinta al mundo acelerado de trabajo para conseguir cosas que no necesariamente van a hacernos sentir mejor. El impacto m¨¢s importante es la evidencia de que podemos vivir de otra manera, de que tal vez no hay que dar todo por sentado y que podemos cuestionar muchas cosas a las que est¨¢bamos acostumbrados.
P. ?Por ejemplo?
R. Tal vez no es necesario ir todos los d¨ªas al trabajo, y quedarnos en casa un par de d¨ªas por semana ser¨ªa muy positivo. Hoy estamos viendo mucha gente que prefiere saltarse un intermediario y comprarle a un productor rural. Estamos encontrando alternativas, formas de hacer las cosas distintas que pueden inspirar cambios m¨¢s profundos. Sin los avances de la tecnolog¨ªa, especialmente las comunicaciones digitales, la virtualidad y las redes sociales, estar¨ªamos condenados. Eventualmente el mundo del post-Covid es un mundo que nos demuestra que hay dimensiones en las que podemos replantear nuestra velocidad, nuestros consumos, nuestra manera de hacer las cosas, pero que eso solamente se va a poder hacer en el contexto de las nuevas ofertas tecnol¨®gicas.
Estamos abocados a un mundo distinto, donde necesitamos los tel¨¦fonos inteligentes, los ordenadores, los sat¨¦lites, las antenas de transmisi¨®n, que van a ser una parte fundamental del nuevo ecosistema de este planeta. He escuchado una gran cantidad de manifestaciones de ambientalistas nost¨¢lgicos, y estoy en desacuerdo con esa mirada nost¨¢lgica de los modos de vida.
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