Los tres meses m¨¢s locos del BOE

Uno de los muchos efectos sorprendentes de la pandemia ha sido volver interesante algo tan aparentemente previsible y aburrido como el Bolet¨ªn Oficial del Estado (BOE). Durante tres meses ha llegado a crear casi expectaci¨®n, porque ha sido lo ¨²nico que pon¨ªa orden en la confusa avalancha de medidas que organizaban la vida de los espa?oles. Al salir publicado ya quedaba claro. Pero precisamente esa responsabilidad de consagrar lo escrito en medio del caos ha desencadenado en la instituci¨®n los tres meses m¨¢s agitados y estresantes que se recuer...

Uno de los muchos efectos sorprendentes de la pandemia ha sido volver interesante algo tan aparentemente previsible y aburrido como el Bolet¨ªn Oficial del Estado (BOE). Durante tres meses ha llegado a crear casi expectaci¨®n, porque ha sido lo ¨²nico que pon¨ªa orden en la confusa avalancha de medidas que organizaban la vida de los espa?oles. Al salir publicado ya quedaba claro. Pero precisamente esa responsabilidad de consagrar lo escrito en medio del caos ha desencadenado en la instituci¨®n los tres meses m¨¢s agitados y estresantes que se recuerdan. Porque adem¨¢s han hecho el BOE, por primera vez, teletrabajando.

Normalmente sale de lunes a s¨¢bado a las siete y media de la ma?ana, pero en este periodo ha afrontado 17 ediciones extraordinarias, publicadas a cualquier hora. Y es algo realmente raro, hasta ahora solo han sido necesarias en acontecimientos como la abdicaci¨®n de Juan Carlos I, la aplicaci¨®n del art¨ªculo 155 en Catalu?a o el estado de alarma por la huelga de controladores a¨¦reos. Eso ha llevado a un ritmo desconocido de trabajo durante las 24 horas del d¨ªa, porque en la vida normal el cierre ordinario de la edici¨®n era en torno a las seis de la tarde.

El caso m¨¢s ag¨®nico fue el del domingo 29 de marzo, previo al lunes en que entraban en vigor las denominadas actividades esenciales. Se terminaba el d¨ªa, llegaba la medianoche, y el BOE no acababa de salir. Se public¨® pasadas las 11.30 de la noche. ¡°Es el momento m¨¢s complicado¡±, admiten responsables de la entidad. ¡°Cuando una disposici¨®n entra en vigor al d¨ªa siguiente de su publicaci¨®n, debe de publicarse antes de las 12.00 y esa hora final se acerca sin disponer de la disposici¨®n. Puede ocurrir que la llegada en horas tard¨ªas genere un acortamiento de los plazos de gesti¨®n¡±. Es decir, hay que hacer todo corriendo. Maquetar y revisar posibles errores en el texto. Hasta ahora cualquier edici¨®n extraordinaria exig¨ªa la presencia del personal en la sede, pero ahora se han hecho 17 desde la distancia de las casas de todos.

La plantilla total de la entidad es de 315 personas, pero todas trabajan desde casa, salvo el director y un grupo de 10 personas que garantizan la coordinaci¨®n de los procesos. Otras 150 realizan su trabajo en turnos, desde las siete de la ma?ana hasta las cuatro o cinco de la madrugada. Siempre hay alguien de guardia para producir, si lo pide el Gobierno, una publicaci¨®n extraordinaria. Ning¨²n trabajador contactado por este peri¨®dico ha querido hacer declaraciones, aunque admiten que est¨¢n agotados y ¡°la cosa est¨¢ caliente¡±. La Moncloa reconoce que los empleados han desarrollado un trabajo monumental. La plantilla del BOE, con una media de edad de 57 a?os, es variopinta. El jefe de la imprenta es doctor ingeniero agr¨®nomo, su adjunto es matem¨¢tico. El jefe de nuevas tecnolog¨ªas es ingeniero aeron¨¢utico. Sus adjuntos, f¨ªsicos o inform¨¢ticos. Otros empleados son licenciados en derecho, ingenieros industriales, bibliotecarios, documentalistas o especialistas en artes gr¨¢ficas. ¡°Todos llevan mucho tiempo. Es normal encontrar personas cuyo padre ya trabajaba aqu¨ª¡±, explican sus responsables.

La pandemia ha puesto a prueba la resistencia del BOE, que tiene que salir publicado cada d¨ªa como sea, salvo el domingo, porque es la voz del Estado. ¡°El proceso de edici¨®n est¨¢ organizado de tal manera que podr¨ªa realizarse con una destrucci¨®n total de su sede¡±, se?alan los responsables del bolet¨ªn. ¡°Incluso se podr¨ªa editar desde fuera de Espa?a. Existen simulacros que recrean esas situaciones extremas. Por eso la declaraci¨®n del estado de alarma no nos cogi¨® desprevenidos¡±. El bolet¨ªn es la constante vital de la existencia de un Estado y que se siga publicando garantiza la normalidad. En la Guerra Civil hubo un diario oficial de cada bando: la Gaceta de la Rep¨²blica y el Bolet¨ªn Oficial del Estado.Tambi¨¦n en la de Independencia y en las guerras carlistas. ¡°El diario oficial siempre ha acompa?ado al legislador del que es su voz, bien en C¨¢diz, Madrid o Burgos¡±. En estos meses el reto ha sido el contrario, publicarlo sin moverse de casa. La entidad asegura que el sistema telem¨¢tico no se ha bloqueado nunca, ni para los trabajadores ni para los ciudadanos que lo consultan. Tampoco ha sufrido ataques inform¨¢ticos.

Otro detalle muy an¨®malo es que adem¨¢s todos los boletines han hablado de lo mismo. ¡°Ha sido un periodo totalmente distinto, la pandemia ha monopolizado el BOE, tambi¨¦n porque muchos otros actos administrativos estaban parados¡±, cuenta Eva Belmonte, periodista, autora del blog El BOE nuestro de cada d¨ªa y directora de Civio.es. Desde hace ocho a?os se levanta temprano para leer el bolet¨ªn, extraer lo m¨¢s interesante y traducirlo al lenguaje com¨²n. Tambi¨¦n reconoce que ha trabajado a destajo estos meses.

Esta trepidaci¨®n y los continuos ajustes del confinamiento han propiciado situaciones parad¨®jicas. Belmonte se?ala que hay muchas medidas que se anunciaron pero nunca se materializaron y otras que no se anunciaron y, de repente, se supieron por el BOE, como la autorizaci¨®n de la salida de los ni?os. Y lo m¨¢s curioso es un tercer caso: decisiones que se anunciaban en la rueda de prensa de La Moncloa pero luego en el BOE no est¨¢n por ninguna parte y, por tanto, t¨¦cnicamente no han entrado en vigor, aunque todo el mundo lo da por hecho y se comporta en consecuencia. El ejemplo m¨¢s llamativo es el de los perros: S¨¢nchez anunci¨® que se podr¨ªa sacar a pasear a las mascotas, pero en realidad luego no est¨¢ refrendado en ning¨²n bolet¨ªn oficial. Aunque a estas alturas ya da igual. Ocurri¨® lo mismo con el permiso para viajar a la segunda residencia en la primera fase. A S¨¢nchez le preguntaron en su rueda de prensa y dijo que s¨ª, que se podr¨ªa. As¨ª que empez¨® a hacerse tranquilamente, pero en realidad nunca se introdujo ese detalle en el BOE.

Belmonte no cree que en toda la avalancha de normas de la pandemia se haya colado alguna extra?a de tapadillo, aunque admite que le mosque¨® que al principio, cuando se par¨® todo, una de las primeras medidas del Gobierno fue garantizar que se pudieran seguir aprobando indultos. ¡°Luego no se ha usado, quiz¨¢ fue para las tradiciones de Semana Santa, entonces a¨²n no imaginar¨ªan que no se celebrar¨ªa¡±. Pero s¨ª opina que ha habido un exceso de decretos ley donde, ¡°como un potaje, se mete de todo, y son poco democr¨¢ticos, porque luego se tienen que aprobar en bloque¡±.

El inter¨¦s por el BOE se traduce en n¨²meros de visitas sin precedentes en su web, que tiene 300.000 lectores diarios: ha registrado un mill¨®n de descargas de los documentos espec¨ªficos sobre la pandemia, cuando el mism¨ªsimo c¨®digo penal ha tardado seis a?os en llegar a esa cifra. La expectaci¨®n por lo que se iba o no a poder hacer llev¨® incluso en alg¨²n momento a que comenzaran a circular ediciones fake del BOE por redes sociales. Eran falsos boletines con el adelanto de las supuestas normas que se pon¨ªan en marcha. Es ins¨®lito, porque nadie se hab¨ªa molestado hasta ahora en fabricar boletines oficiales de pega, una prueba del repentino inter¨¦s que han despertado.

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