El coronavirus silencia a Miami
Calles vac¨ªas, locales cerrados y pocas mascarillas en el centro financiero de Florida, el segundo Estado con m¨¢s contagios
Miami amanece cada d¨ªa como si fuese primero de enero. Un silencio extra?o habita el centro de la ciudad. Los pocos transe¨²ntes que deambulan lo hacen en una actitud quejosa por el sol abrasador. No corre el viento, ni la prisa. Algunos negocios parecen no rendirse y sintonizan a todo volumen una m¨²sica cubana que no invita a bailar a nadie. Los locales sin terraza est¨¢n a oscuras y de lejos no se percibe si est¨¢n abiertos o no. Da un poco igual. En ambos casos est¨¢n vac¨ªos. En una urbe donde ir de compras es un deporte, y la fiesta, parte de la rutina, las medidas para atajar el coronavirus le han robado la identidad. Pese a todo, todav¨ªa no est¨¢n sirviendo para contener el avance de la pandemia.
Miami y su condado acumulan 131.000 contagios en una poblaci¨®n de 2,7 millones de personas. Y Florida, el Estado de 21,4 millones de habitantes al que pertenece, es, tras California, el segundo m¨¢s golpeado por n¨²mero de casos ¡ªseg¨²n la Universidad Johns Hopkins tiene 526.000¡ª. Las cifras crecen diariamente en el pa¨ªs con m¨¢s contagios del mundo, Estados Unidos, que alcanz¨® este domingo los cinco millones. La semana pasada, Florida super¨® cuatro d¨ªas seguidos su r¨¦cord de muertes en 24 horas, que qued¨® fijado el viernes en 257 fallecidos. En total, hay 8.109 muertos.
El aterrizaje en la ciudad ofrece algunas pistas de la situaci¨®n. Nadie controla ¡ªni tomas de temperatura ni preguntas¡ª a los que llegan de vuelos locales. A finales de mayo, todav¨ªa con bajos ¨ªndices de contagio, el gobernador republicano, Ron DeSantis, cant¨® victoria sobre su flexible estrategia para contener el coronavirus frente a las ¡°draconianas¡± medidas restrictivas adoptadas por otros territorios. D¨ªas despu¨¦s, restaurantes, centros comerciales y gimnasios reabrieron sus puertas con un aforo del 50%. Pero poco dur¨® la ¡°nueva normalidad¡± celebrada por DeSantis, que se ha negado a imponer el uso de la mascarilla o prohibir las misas presenciales por considerar que violan las libertades individuales.
El repunte de los nuevos casos durante junio provino, en su mayor parte, de enfermos de entre 20 y 30 a?os, seg¨²n el Departamento de Salud de Florida. A finales de mes, el gobernador decret¨® el cierre de los bares y urgi¨® a los ciudadanos a llevar mascarilla. El alcalde del condado de Miami-Dade, Carlos Gim¨¦nez, orden¨® el cierre de todos los restaurantes, excepto los de comida para llevar y entregas a domicilio, junto con los gimnasios y discotecas. Otros alcaldes del Estado hicieron lo propio. Todav¨ªa permanece el toque de queda en el centro financiero de Florida a partir de las diez de la noche y, en algunas ¨¢reas, desde las ocho. A mediados de julio, Miami, que tiene m¨¢s casos que todo Canad¨¢ o Ecuador, volvi¨® a abrir sus playas despu¨¦s de tres meses cerradas.
¡°?Aleluya!¡±, grita Claudia Machado, de 54 a?os, cuando sale del mar transparente de Miami Beach. ¡°It¡¯s heaven [Esto es el cielo]¡±, le contesta Zandy Rodon, de 68. Las amigas no ven¨ªan a la playa desde hace cinco meses. ¡°Lo necesit¨¢bamos, llev¨¢bamos demasiado tiempo encerradas, sin vernos¡±, explican. Guardan la distancia recomendada cuando se sientan frente al mar a beber sangr¨ªa. Est¨¢n conversando y comiendo, por lo que no llevan mascarilla. Casi ninguno de los usuarios de la playa lo hace. El letrero en la entrada informa de que debe usarse en los ba?os o cuando no se pueda mantener la distancia de seguridad. El socorrista afirma que no puede estar fiscalizando si la gente lo cumple, porque debe preocuparse de las vidas de los que se ba?an. Aclara que hay un equipo de profesionales para eso, pero es incapaz de encontrar alguno.
Beatriz Castro, de 60 a?os, baja temprano a la playa para evitar las aglomeraciones. Hace unos d¨ªas vio a un grupo de 20 mujeres practicando yoga dentro del mar sin respetar la distancia ni cubrirse la boca y la nariz. En las calles el panorama no cambia mucho. Es igual de probable toparse a alguien con mascarilla que sin. La llevan en la mu?eca, descolgada de una oreja o tapando solo la boca. Los que incumplen son de todas las edades. ¡°En Miami hay mucha gente que no cree que exista el virus, es incre¨ªble¡±, lamentan Rodon y Machado. Ambas admiran c¨®mo se gestion¨® la pandemia en Nueva York que, como Florida ahora, tambi¨¦n fue el epicentro. Celebran las instrucciones claras del gobernador y el alcalde neoyorquinos, algo que, seg¨²n sostienen, no ha ocurrido en su Estado.
A unos metros de estas amigas, est¨¢n dos chicas de 18 a?os. Uno de los principales factores a los que se atribuye la propagaci¨®n del virus es que los j¨®venes no est¨¢n cumpliendo con las normas. Isabella dice que es la primera vez que visita la playa desde la crisis sanitaria y Ariana ya lo ha hecho un par de veces. Est¨¢n de vacaciones y no han salido de fiesta, aunque les han llegado v¨ªdeos de j¨®venes en Miami que s¨ª se han reunido a bailar, violando las normas locales. Para ellas, el problema est¨¢ en que no han cerrado del todo. ¡°Hay gente que no quiere perder sus negocios, as¨ª que los mantienen abiertos. Piden que usen mascarillas, pero la gente tampoco cumple eso¡±, apunta Isabella. H¨¦ctor, un aut¨®nomo de 33 a?os, es m¨¢s tajante con su generaci¨®n: ¡°Le perdimos el respeto al virus¡±. Pese a que se est¨¢ cuidando, dice, sale a trabajar y cree que hay que abrir la econom¨ªa porque si el coronavirus no mata a las personas, ¡°lo har¨¢ el desabastecimiento¡±.
Reparto de comida
La tasa de positivos en Florida supera el 17%, seg¨²n la Universidad Johns Hopkins. En el Centro de Convenciones de Miami Beach se ofrecen pruebas gratuitas. Cada cuarto de hora se asoma un coche. Apenas hay demanda: las colas est¨¢n en otro lado. El viernes por la ma?ana, cerca del barrio Little Haiti, la polic¨ªa, asociada con el restaurante Chef Creole, regala 500 cajas de alimentos. La entrega arranca a las diez, pero a las nueve ya hay una fila de coches. Un dj pincha temas que ponen a los agentes a bailar y a aplaudir. En cuanto entra un coche, lo reciben como si fuese uno de f¨®rmula 1 que necesita repuestos: Un polic¨ªa le indica d¨®nde instalarse, otro despeja el maletero, otro saca la caja, el otro la mete y el ¨²ltimo lo despacha r¨¢pidamente.
Uno de los que recibe la donaci¨®n de leche, frutas y verduras es Alan Socvi, de 46 a?os. Perdi¨® su trabajo en el ¨¢mbito de las finanzas en abril y su pareja, que ten¨ªa dos empleos en el sector hotelero, uno de los m¨¢s golpeados en la tur¨ªstica ciudad, tambi¨¦n. ¡°Ella solicit¨® la ayuda extra por desempleo en abril y todav¨ªa no recibe un d¨®lar. Yo estoy en bolsas de trabajo y nadie llama¡±, lamenta. En Florida la ayuda por desempleo es de 275 d¨®lares semanales (unos 233 euros), una de las cifras m¨¢s bajas de EE UU. En los ¨²ltimos cuatro meses, el Gobierno federal ha entregado 600 adicionales (509 euros) para mitigar el impacto de la pandemia, que ahora se reducir¨¢ a 400 (alrededor de 339 euros). El caucus dem¨®crata del Senado de Florida inform¨® el mi¨¦rcoles de que 1,45 millones de floridanos contin¨²an esperando sus cheques por desempleo.
Cinco millones de infecciones, la cifra m¨¢s alta en el mundo
Estados Unidos, el pa¨ªs con m¨¢s casos de coronavirus del mundo, ha alcanzado este domingo los cinco millones de contagios, muy por encima de los siguientes en la lista: Brasil, con tres millones, y la India, con 2,1 millones, seg¨²n los datos de la Universidad Johns Hopkins. El 40% de esos cinco millones se han registrado en solo cinco de los 50 Estados del pa¨ªs norteamericano: California, Florida, Texas, Nueva York y Georgia.
La media de nuevos positivos diarios de la ¨²ltima semana se ha situado en 53.910, seg¨²n el recuento de The New York Times, un 19% menos que el dato de 14 d¨ªas antes. Pero no se logra bajar de los 50.000.
EE UU encabeza tambi¨¦n la lista de muertes debido a la covid-19, con 162.441, seguido de Brasil, con 100.477, M¨¦xico, con 52.006; y el Reino Unido, con 46.651. Los fallecidos este s¨¢bado, 965, suponen un 11% m¨¢s que los registrados hace dos semanas. Casi la mitad de los territorios estadounidenses presentan alzas en sus n¨²meros de muertos. El presidente Donald Trump rebaj¨® al principio las estimaciones de la propia Casa Blanca de que la pandemia causar¨ªa entre 100.000 y 240.000 decesos en el pa¨ªs. Posteriormente, pronostic¨® que los fallecidos no superar¨ªan los 110.000, cifra tambi¨¦n rebasada.
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