El dif¨ªcil blindaje de las residencias ante el coronavirus
Los geri¨¢tricos acumulan 1.200 contagios. Los expertos defienden el cribado peri¨®dico a trabajadores que Gobierno y comunidades aprobaron solo como recomendaci¨®n
Son sus manos y sus pies. Quienes los levantan de la cama, los asean y les dan de comer. Los cuidadores de los mayores dependientes no pueden guardar la distancia de seguridad en las residencias. Es un imposible. Esta falsa normalidad tras la desescalada asent¨® las mascarillas, exacerb¨® la higiene de manos, la desinfecci¨®n de superficies y las visitas de allegados a un par de metros de separaci¨®n. Sin un abrazo. Pero es inconcebible evitar el contacto f¨ªsico entre los trabajadores y los ancianos e inevitable que los centros sigan conectados con el resto de la comunidad. Los empleados entran y ...
Son sus manos y sus pies. Quienes los levantan de la cama, los asean y les dan de comer. Los cuidadores de los mayores dependientes no pueden guardar la distancia de seguridad en las residencias. Es un imposible. Esta falsa normalidad tras la desescalada asent¨® las mascarillas, exacerb¨® la higiene de manos, la desinfecci¨®n de superficies y las visitas de allegados a un par de metros de separaci¨®n. Sin un abrazo. Pero es inconcebible evitar el contacto f¨ªsico entre los trabajadores y los ancianos e inevitable que los centros sigan conectados con el resto de la comunidad. Los empleados entran y salen, tienen sus vidas, sus casas. Igual que las familias. Extremar las precauciones es vital. Pero, mientras circule el virus, seguir¨¢ col¨¢ndose en los geri¨¢tricos. La clave, coinciden los expertos, es intentar blindarlos al m¨¢ximo. El riesgo cero no existe.
¡°Las residencias no son hospitales, en ellas se vive de manera social. Y por mucho que se mantengan las distancias, la higiene y se lleven mascarillas, no todos los residentes la aguantan, hay enfermedades respiratorias que las hacen incompatibles¡±, explica Susana Ruiz, miembro de la junta directiva de la Federaci¨®n Lares, patronal que agrupa a un millar de centros de entidades sin ¨¢nimo de lucro. Otros tienen alzh¨¦imer o demencias, lo cual complica la situaci¨®n. ¡°Si el virus entra, es una mecha, por eso es importante la rapidez al comunicar un caso y hacer pruebas a todo el centro¡±, afirma. La soluci¨®n no es ¡°volver a confinar en la habitaci¨®n¡±.
El verano tranquilo que se esperaba no se ha dejado ver. Los rebrotes encienden la intranquilidad porque el horror de hace meses sigue grabado a fuego. El Ministerio de Sanidad est¨¢ preocupado por la subida de casos en los centros, con cerca de 1.200 contagios, seg¨²n datos del departamento. Arag¨®n (563) y Catalu?a (362, a 6 de agosto) tienen las peores cifras, seg¨²n datos auton¨®micos. Por ello, ante la fragilidad de los mayores, el ministerio y las comunidades pactaron el viernes limitar al m¨¢ximo las salidas de los ancianos de los centros, restringir las visitas a un familiar y una hora al d¨ªa (a excepci¨®n de quienes est¨¦n al final de su vida), y hacer pruebas PCR a las personas que ingresen, as¨ª como a los trabajadores nuevos o que vuelvan de vacaciones. Tambi¨¦n incluyeron, como recomendaci¨®n, hacer pruebas peri¨®dicas a los empleados. Las patronales, que hab¨ªan reclamado test masivos, piden extenderlos a los mayores, especialmente en zonas con mucha incidencia y comunidades que a¨²n desconocen cu¨¢ntos pasaron la enfermedad y, por tanto, tienen anticuerpos. Que se haya hecho la prueba, al menos, a cada uno de los residentes. Ceaps, que agrupa a unos 2.000 centros privados, y Lares critican adem¨¢s que sea solo una recomendaci¨®n.
La forma de ganar tiempo es ¡°ir a buscar el virus en mayores con pocos s¨ªntomas en las poblaciones donde crece mucho la incidencia¡±, opina Manel Cervantes, jefe del servicio de enfermedades infecciosas del hospital Parc Taul¨ª de Sabadell. ¡°La posibilidad de encontrar asintom¨¢ticos con PCR no es muy alta, pero con hallar la mitad, tiene sentido. Ya les proteges¡±. Sin embargo, matiza que si los ancianos no salen de los centros, las visitas se controlan y ¡°de vez en cuando¡± se hace la prueba al personal, ¡°no tiene sentido hacer PCR a los mayores¡± de forma generalizada, sino estar muy atento a los s¨ªntomas. Antoni Trilla, jefe de Medicina Preventiva del hospital Cl¨ªnic de Barcelona, coincide en esto ¨²ltimo: ¡°Lo l¨®gico ser¨ªa una buena vigilancia de casos sintom¨¢ticos y PCR a todos los contactos. La zonificaci¨®n y el aislamiento son muy importantes¡±. Considera que los test peri¨®dicos a mayores no son una ¡°estrategia sostenible ni necesaria¡±. Aunque a?ade que los cribados a trabajadores en zonas con alta transmisi¨®n pueden ¡°ayudar al mejor control de la epidemia en residencias¡±, dado que ¡°si est¨¢n infectados y son asintom¨¢ticos pueden ser la puerta de entrada del virus¡± en los centros.
Disparidad auton¨®mica
Esto mismo anunci¨® Catalu?a el jueves. Entre las comunidades hay divisi¨®n de opiniones. Tambi¨¦n la semana pasada, Gipuzkoa inform¨® de que, a trav¨¦s de un cribado en una residencia, detect¨® el contagio de una mujer de 92 a?os sin s¨ªntomas y la aisl¨®. En Arag¨®n, su presidente, Javier Lamb¨¢n, ha pedido a los trabajadores que extremen la precauci¨®n y ha reconocido que los centros m¨¢s expuestos son los que no tuvieron casos la primera oleada (porque no hay inmunidad), pero no se plantean test peri¨®dicos. Castilla-La Mancha est¨¢ haciendo pruebas a todos los empleados, y La Rioja iniciar¨¢ un nuevo cribado a residentes y trabajadores en septiembre.
Cada comunidad es un mundo y cada residencia, otro. Los centros deben tener un plan de contingencia. Pese al aumento de contagios, todos los consultados reiteran que la situaci¨®n ha mejorado. En la primera semana de abril, la letalidad era del 30% para los mayores de 80 a?os (para toda la poblaci¨®n, no solo en residencias). Del 21 al 27 de julio baj¨® al 5,4%, seg¨²n el Ministerio de Sanidad. Hace meses se detectaban los casos graves; ahora se hacen m¨¢s test y afloran los leves y asintom¨¢ticos. Y en las residencias hay equipos de protecci¨®n.
Pese a ello, han trascendido casos con decenas de contagios en Arag¨®n, Madrid, Catalu?a o Andaluc¨ªa. Si se usan mascarillas y se guardan las distancias, ?c¨®mo es posible? ?Se debe a un fallo? ¡°No es cuesti¨®n de mala pr¨¢ctica general. El virus entra ahora en menos residencias, pero mientras no haya un porcentaje elevado de mayores que lo hayan pasado, puede hacer el mismo da?o que en marzo¡±, apunta Cervantes, del hospital Parc Taul¨ª. ¡°La mascarilla reduce el riesgo, pero no implica una protecci¨®n absoluta¡±, explica Jes¨²s Molina Cabrillana, portavoz de la Sociedad Espa?ola de Medicina Preventiva, Salud P¨²blica e Higiene, que insiste en que hay que usarla bien. Insta adem¨¢s a ¡°analizar en detalle¡± los casos con tanta afectaci¨®n, pues puede indicar una ¡°detecci¨®n tard¨ªa¡±. No obstante, menciona inmediatamente el riesgo asociado a los asintom¨¢ticos. ¡°Si no te das cuenta de que el virus est¨¢ dentro, en una semana puedes tener a todo el centro contagiado¡±, abunda Cervantes. En los 69 geri¨¢tricos del ¨¢rea de influencia del hospital Vall d¡¯Hebron (Barcelona), el 24% de los mayores tiene anticuerpos, y de ellos, el 70% fue asintom¨¢tico.
Pero se desconoce este porcentaje para todo el pa¨ªs. Que los expertos apunten que en autonom¨ªas en que la cifra sea elevada la transmisi¨®n puede ser ahora menos potente es una buena noticia para Madrid, por ejemplo. Seg¨²n los resultados preliminares de un estudio de seroprevalencia que ha testado a 18.500 personas de las 70.000 previstas, el 61% de los residentes tienen anticuerpos. En La Rioja son el 30%. ¡°No me tranquiliza que haya mayores que pasaron la enfermedad porque no sabemos cu¨¢nto tiempo permanecen los anticuerpos¡±, precisa Cristina Bravo, directora del centro del grupo Casaverde en Navalcarnero (Madrid). A¨²n esperan a que vayan a hacerles el test a todos.
¡°Ni un solo euro¡±
Jos¨¦ Manuel Ram¨ªrez, presidente de la Asociaci¨®n de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales, reclama m¨¢s medidas: ¡°Habr¨¢ menos muertes si se habilitan centros a los que trasladar a los mayores leves o asintom¨¢ticos; si hay buena coordinaci¨®n con el sistema de salud para garantizar la atenci¨®n m¨¦dica, y con la monitorizaci¨®n de las residencias que prepara el Ministerio de Derechos Sociales, que llega tarde pero es una buena noticia¡±. Y avisa de que hace falta financiaci¨®n. ¡°En los acuerdos anunciados no se contempla ni un solo euro [a las comunidades]¡±, advierte.
Coincide Lourdes Bermejo, vicepresidenta de la Sociedad Espa?ola de Geriatr¨ªa y Gerontolog¨ªa. ¡°Es imposible pensar que las organizaciones pueden sufragar todos los gastos¡±, indica, y enumera las bajas del personal, el refuerzo de las plantillas, la compra de equipos de protecci¨®n individual o los test. ¡°Lamentablemente, en muchos territorios la Administraci¨®n ha dejado de proporcionar material de protecci¨®n y las pruebas se realizan de forma muy escasa¡±, critica. Tambi¨¦n ella cree que la coordinaci¨®n con la atenci¨®n primaria y los servicios de salud p¨²blica es ¡°el reto pendiente¡±.
Las patronales tambi¨¦n mencionan la necesidad de coordinaci¨®n sociosanitaria. La presidenta de Ceaps, Cinta Pascual, considera que la mitad de las comunidades siguen sin estar preparadas ante rebrotes. Pide a las autonom¨ªas que se garantice que cada centro tenga un stock de un mes de equipos de protecci¨®n individual y reclama recursos para poder realizar la sectorizaci¨®n de los centros (dividir en m¨®dulos peque?os para facilitar el aislamiento en caso de positivos) y contratar personal. Los sindicatos, que ya antes de la pandemia reclamaban elevar las ratios y las inspecciones, insisten tambi¨¦n en que deben mejorar la formaci¨®n y el sueldo de los trabajadores.
Por lo pronto, los esfuerzos se centran en protegerse. Los protocolos deben aplicarse ¡°a rajatabla¡±, opina Fran?ois Lacopino, director de la residencia privada Almorad¨ª Casaverde, en Alicante. Permanecen libres de covid. ¡°Desinfectamos los pies al entrar, los uniformes se lavan en el centro, los trabajadores guardan la distancia entre ellos... Hay que ser muy estrictos¡±, afirma. Y mentalizarse: ¡°Hay que vivir con esto, y vivir al d¨ªa¡±.
Contin¨²a el baile de cifras
A¨²n se desconoce el dato oficial de fallecidos en residencias por covid. El Ministerio de Sanidad, en un informe interno en el que dudaba de la calidad de las cifras auton¨®micas, hablaba de cerca de 19.000. Ahora, el 8% de los focos se dan en residencias sociosanitarias, seg¨²n el ministerio, donde hay 78 brotes activos (el 69,2% tiene menos de 10 casos). Pero solo Catalu?a reporta 71. Y Arag¨®n, 55. De nuevo, los datos no cuadran. El Ministerio de Derechos Sociales se comprometi¨® a desarrollar, junto a las comunidades, una monitorizaci¨®n de las residencias con un sistema de alerta temprana. Se prev¨¦ que est¨¦ lista en septiembre. El ministerio tambi¨¦n ha acordado con las autonom¨ªas un documento de recomendaciones sobre los puntos m¨ªnimos que deben contener los planes de contingencia que ya han ido aprobando los centros.
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