El irregular reparto del Tajo entre Espa?a y Portugal
El Convenio de Albufeira determina las cantidades m¨ªnimas de agua a transferir entre los dos pa¨ªses, pero la irregularidad del caudal en la parte lusa altera los ecosistemas y genera malestar en las poblaciones fronterizas
¡°Hay d¨ªas en los que solo quiero llorar¡±, dice Francisco Pinto, un pescador de 52 a?os que se lamenta porque el r¨ªo ya no es lo que era. En los pueblos portugueses del otro lado de la frontera con Espa?a, la vida siempre ha transcurrido al ritmo del Tajo, pero ahora nadie puede seguir su corriente. Cuando el caudal sube, llega con tanta fuerza que los pescadores tienen dificultades para bajarse de sus barcos. ¡°Pero la mayor¨ªa de las veces la marea es tan baja que se rompen los cascos de las embarcaciones al chocar con las rocas del fondo, y no conseguimos lanzar las redes¡±, cuenta Francisco. ¡°Y cuando las lanzamos, las recogemos vac¨ªas. Los peces ya no suben hasta aqu¨ª¡±.
Ortiga es un pueblo del concejo de Ma??o, cerca de la peque?a presa de Belver, a 68 kil¨®metros de la frontera espa?ola. Sus 450 habitantes han vivido siempre de la pesca hasta el cambio de milenio, especialmente de la lamprea, la especie reina del Tajo que entre enero y abril atra¨ªa a cientos de personas de toda la regi¨®n para su captura. ¡°Llegamos a ser 50 las familias que viv¨ªamos de la pesca. Hoy solo somos tres o cuatro¡±, afirma el pescador. Con las repentinas subidas y bajadas de caudal, los peces terminaron desapareciendo. Y con ellos, en parte, la riqueza de este lugar.
Para Francisco, las cosas empezaron a empeorar en 1998, cuando se firm¨® el Convenio de Albufeira entre Portugal y Espa?a, un acuerdo que regula la cantidad y periodicidad del agua que cruza la frontera desde la presa de Cedillo, en Extremadura. Anteriormente, la regulaci¨®n se basaba en un acuerdo de 1912 por el que a cada pa¨ªs se le asignaba la mitad del caudal del agua existente en las distintas ¨¦pocas del a?o en los tramos fronterizos. Francisco confiesa que, al menos, en ese momento ¡°el Tajo era el Tajo¡±.
Cada a?o, Ma??o organiza el Festival Gastron¨®mico de la lamprea. Durante dos meses, atrae a gente de todo Portugal. ¡°Cientos de personas vienen a comer nuestro arroz, pero el atractivo principal son los productos que pescamos¡±, dice Pinto, que adem¨¢s de pescador es propietario de Lena da Barragem, un restaurante a orillas del Tajo. ¡°En estos momentos servimos unas 20 lampreas al d¨ªa, pero, ?sabes cu¨¢ntas he logrado pescar este a?o? Ni una sola¡±. La temporada para capturar a esta especie, considerada por muchos como un manjar exquisito, va de enero a abril.
En los ¨²ltimos 10 a?os, pescar una lamprea es cada vez m¨¢s complicado. En lugar de ir al r¨ªo, los lugare?os tienen que comprarla en otras zonas porque aqu¨ª no hay suficiente. ¡°Este a?o compr¨¦ a un proveedor de Burdeos, pero la lamprea no ten¨ªa la misma calidad y apestaba¡±, se?ala Francisco Pinto. ¡°Sigo yendo al r¨ªo todas las ma?anas y nada: ni lamprea, ni bogas, ni s¨¢balo. El agua siempre sube y baja y los peces ya no suben para desovar¡±.
¡°La pesca ha desaparecido, los restaurantes est¨¢n cerrando, no hay turismo por la irregularidad del caudal y las playas del r¨ªo est¨¢n llenas de barro. No tenemos la m¨¢s m¨ªnima posibilidad de sobrevivir aqu¨ª¡±, sentencia el pescador, con la seguridad propia de quien lleva viviendo del agua del Tajo toda la vida.
300 kil¨®metros de agua embalsada
Los problemas de Ortiga se originan a unos kil¨®metros r¨ªo arriba, al cruzar la frontera con Espa?a. ¡°El Tajo en Extremadura no existe como r¨ªo. Son cinco grandes embalses que acumulan m¨¢s de 5.000 hect¨®metros c¨²bicos de agua donde no hay ni siquiera un metro lineal de bosque de rivera de r¨ªo vivo¡±, critica el ecologista Miguel ?ngel Sanch¨¦z, portavoz de la Plataforma en Defensa de los r¨ªos Tajo y Alberche.
¡°Son grandes almacenajes de agua que, junto con la central nuclear de Almaraz, suponen un negocio formidable para Iberdrola, el operador hidroel¨¦ctrico. Los pueblos, la gente, no existe: aquello es una reserva para producir dinero y beneficios¡±, sentencia.
Por su parte, la el¨¦ctrica espa?ola se defiende: ¡°Las actuaciones que realiza la compa?¨ªa responden a los compromisos establecidos entre el Reino de Espa?a y la Rep¨²blica Portuguesa¡±. Y afirman que colaboran ¡°con el cumplimiento de esta obligaci¨®n y entrega el volumen de agua establecido en cada periodo¡± en coordinaci¨®n con las administraciones competentes y bajo la supervisi¨®n de la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Tajo.
Azut¨¢n es el primero de los cinco pantanos que gestiona la compa?¨ªa hidroel¨¦ctrica espa?ola y que se suceden hasta la frontera con Portugal. Todav¨ªa sin entrar en Extremadura, este embalse se ubica a 10 kil¨®metros desde Talavera de la Reina, en Toledo. La masa de agua contrasta con el recorrido que realiza el Tajo entre Madrid y la localidad toledana.
¡°El agua limpia se queda retenida en los embalses de la Comunidad de Madrid y luego llega a Toledo en mal estado¡±, asegura S¨¢nchez. Despu¨¦s del reparto del agua en la cabecera del Tajo, donde se distribuye con el trasvase hacia el sureste espa?ol y hacia su curso natural, el r¨ªo m¨¢s largo de la pen¨ªnsula ib¨¦rica empieza a transformarse a su paso por la Comunidad de Madrid. ¡°Los afluentes del Tajo est¨¢n retenidos para abastecer a la poblaci¨®n de Madrid cada a?o y para tener garant¨ªas en los a?os secos. Y cuando llegan afluentes como el Jarama, vierten al Tajo agua que devuelven las depuradoras en mala calidad¡±.
En Azut¨¢n, el Tajo coge aire y poder¨ªo, pero tambi¨¦n es el punto a partir del cual el r¨ªo pierde su curso natural para convertirse en un mar de agua embalsada. Desde los a?os cincuenta, Iberdrola ¡ªen aquel momento Iberduero¡ª cuenta con una concesi¨®n para hacer uso del agua que hay en un tramo de casi 300 kil¨®metros y que va desde este embalse hasta la frontera portuguesa. Adem¨¢s de Azut¨¢n, gestiona los pantanos de Valdeca?as, Torrej¨®n-Tajo, Cedillo y Alc¨¢ntara. Entre los cinco, suman una producci¨®n media anual de 2.180 gigavatios por hora (Gwh). Para hacerse a una idea de la capacidad que tienen de generaci¨®n de energ¨ªa hidroel¨¦ctrica, podemos hacer cuentas sabiendo que su embalse m¨¢s grande, Alc¨¢ntara (1.038 Gwh de media al a?o), puede suministrar el doble de lo que consume la regi¨®n de Extremadura en sus momentos de mayor demanda. El pantano puede almacenar hasta 3.162 hect¨®metros c¨²bicos de agua, 462 m¨¢s de lo que Espa?a est¨¢ obligada a enviar anualmente hacia Portugal.
¡°Cuando se construy¨® la presa dio mucho trabajo. Habr¨ªa unas 3.000 personas en aquel momento¡±, cuenta Manuel Magro mientras atiende detr¨¢s de la barra del Lisboa Caf¨¦ Bar, situado en la plaza del pueblo de Alc¨¢ntara, a un par de kil¨®metros del embalse. A sus 72 a?os, se mantiene en plena forma. ¡°Me gusta estar con la gente¡±, dice. Y se nota: mientras atiende a una decena de clientes, nos muestra varias fotos de cuando era joven, en las tierras de cultivo, vestido de gala, y otras de c¨®mo era el Tajo antes de la construcci¨®n del gigantesco pantano.
¡°Ahora la central est¨¢ muy automatizada y se controla desde Madrid. En el poblado habr¨¢ unos 50 trabajadores¡±. El poblado al que se refiere Manolo ¡ªas¨ª es como le llaman todos en el bar¡ª es donde residen los trabajadores de Iberdrola que trabajan en la central hidroel¨¦ctrica de Alc¨¢ntara. Situado en lo alto de la gigantesca presa, desde all¨ª se divisa la espectacular vista de dos obras de ingenier¨ªa hidr¨¢ulicas separadas por m¨¢s de 2.000 a?os: la de la presa inaugurada en 1969 y el puente romano de Alc¨¢ntara, que fue construido durante la ¨¦poca de Trajano, entre los a?os 103 y 104.
¡°Con la pandemia esto no lo endereza ni Dios¡±, dice el due?o del bar. A pesar de contar con un mar de agua dulce, extraen agua de charcas y de pozos de sondeo por lo que el pueblo poco se aprovecha de este enorme recurso, m¨¢s all¨¢ de cierta afluencia por el turismo fluvial o para visitar el puente y la presa. ¡°Vivimos del turismo nacional, aunque tambi¨¦n vienen portugueses. Pero ahora...¡±.
Por la plaza se ve a grupos de j¨®venes en las terrazas y a varios jugando la partida de cartas. Es verano y hay gente, pero en invierno probablemente tenga un aspecto m¨¢s desolador. Este peque?o pueblo extreme?o ya vivi¨® sus a?os de esplendor con la construcci¨®n del embalse. ¡°El agua del embalse no nos sirve para nada¡±, se queja Manolo.
Oscilaciones peligrosas
Donde cobra importancia el agua del pantano de Alc¨¢ntara es en el Parque Nacional de Monfrag¨¹e, una de las joyas naturales de toda la Cuenca del Tajo. Adem¨¢s de recibir el caudal que llega de Valdeca?as, a Monfrag¨¹e le entra el agua de Alc¨¢ntara, al ser el gran regulador de la zona y, en parte, de las transferencias hacia Portugal. Las subidas y bajadas del caudal que sueltan afectan a las especies que habitan en el parque, como la cig¨¹e?a negra.
¡°Es un ave que anida junto a la orilla, en cuotas muy bajas, y cuando las oscilaciones del caudal son muy severas, puede producir la inundaci¨®n de los nidos¡±, explica Marcelino Cardalliaguet, delegado en Extremadura de la ONG ambiental decana en Espa?a, SEO Birdlife. Muchos turistas aficionados (o no) a la ornitolog¨ªa se acercan al popular mirador del Salto del Gitano para observar a la cig¨¹e?a negra sobrevolando el r¨ªo de roca en roca. Es este punto uno de los pocos lugares de Europa donde se la puede ver, ya que es una especie muy reservada.
La cig¨¹e?a negra est¨¢ en peligro de extinci¨®n y es una de las estrellas de Monfrag¨¹e junto a los buitres leonados y negros. ¡°Se podr¨ªa producir la muerte de los pollos si sube el agua muy r¨¢pidamente si anidan muy bajo¡±, advierte Cardalliaguet. Para evitarlo, explica que est¨¢n en coordinaci¨®n con la Junta de Extremadura y con Iberdrola por si se producen avenidas u oscilaciones fuertes en el caudal.
¡ª?Por qu¨¦ se producen estas variaciones en la cota del nivel del agua?
¡ª¡°El cambio clim¨¢tico supone una irregularidad cada vez mayor en las lluvias que adem¨¢s son cada vez m¨¢s intensas en periodos cortos de tiempo. Y esto se refleja en la oscilaci¨®n de los embalses por las tomas de decisiones de gesti¨®n, que cada vez son m¨¢s inesperadas. Por otro lado, el aumento de las temperaturas hace que el consumo el¨¦ctrico crezca en determinados meses del a?o, sobre todo el verano, y obligue a una gesti¨®n cada vez m¨¢s agresiva¡±.
El momento en el que visitamos el parque es a finales de junio y el agua que transcurre por el r¨ªo parece una sopa verde, como si hubieran arrojados residuos. Lo provoca una microalga que se da en aguas empantanadas y con exceso de nutrientes procedentes de las explotaciones agr¨ªcolas. Adem¨¢s, se une un calor intenso. Meses antes, en mayo, el agua sufri¨® la invasi¨®n de otra especie invasora: la azolla. ¡°Las temperaturas cada vez m¨¢s elevadas por los efectos del cambio clim¨¢tico, el agua estancada que no corre y la contaminaci¨®n difusa proveniente de la ganader¨ªa o la agricultura, son caldo de cultivo perfecto para que la azolla se desarrolle¡±, argumenta Marcelino Cardalliaguet.
Un paso irregular por la frontera
Cae la tarde y la calma en el embalse de Alc¨¢ntara es total. No hay ni un alma y no se perciben las oscilaciones porque la central no est¨¢ a pleno rendimiento y no toca enviar agua hacia Portugal. A vista de dron, impacta observar una masa acu¨ªfera tan enorme de la que dependen la vida de las especies de cig¨¹e?a negra en Monfrag¨¹e, pero tambi¨¦n la de ciudadanos portugueses que viven cerca del embalse de Cedillo. Desde la presa de este pantano, a menos de una hora en coche desde Alc¨¢ntara, entra el agua en el pa¨ªs luso.
Seg¨²n la Convenci¨®n de Albufeira, el acuerdo que regula la gesti¨®n de los r¨ªos internacionales de la pen¨ªnsula ib¨¦rica, Espa?a tiene que transferir anualmente un m¨ªnimo de 2.700 hect¨®metros c¨²bicos de agua del Tajo a Portugal ¡ªnormalmente, si no hay sequ¨ªa y hay excedentes, suele llegar m¨¢s agua, incluso cantidades superiores a los 8.000 hect¨®metros c¨²bicos¡ª.
En el ¨²ltimo a?o hidrol¨®gico, que transcurri¨® entre octubre de 2018 a septiembre de 2019, desde el embalse de Cedillo s¨®lo hab¨ªan liberado 1.900 hect¨®metros c¨²bicos a finales de julio. Para cumplir con el protocolo, se transfirieron 800 en s¨®lo cinco semanas, vaciando pr¨¢cticamente el embalse, y secando los afluentes portugueses que desembocan en Cedillo y que mantienen el caudal del r¨ªo en Portugal.
En octubre, el Tajo se sec¨® tanto que se pod¨ªa cruzar a pie hasta el castillo templario de Almourol, ubicado en un islote en un tramo del r¨ªo a su paso por Portugal. ¡°Con el cambio clim¨¢tico y la prolongaci¨®n del verano, las sequ¨ªas son cada vez m¨¢s extremas¡±, dice Paulo Constantino, portavoz de proTejo - Movimento pelo Tejo. ¡°La irregularidad del caudal est¨¢ empeorando y ya era muy grave. Toda la econom¨ªa del r¨ªo, alrededor de la cual se concentra la mitad de la poblaci¨®n de la pen¨ªnsula, est¨¢ en juego¡±.
El ecologista portugu¨¦s es un cr¨ªtico feroz del Convenio de Albufeira. ¡°Hay 2.700 hect¨®metros c¨²bicos acordados entre los dos pa¨ªses que en la mayor¨ªa de los a?os se han cumplido¡±. Hasta 2008, Espa?a pod¨ªa pasar el agua cuando le conviniese, pero a partir de entonces, los dos pa¨ªses establecieron cuotas semanales de 7 hect¨®metros c¨²bicos y trimestrales de entre 130 y 350. ¡°El problema es que el acuerdo solo obliga a transferir de forma peri¨®dica el 37% del total. No hay cifras diarias para asegurar un flujo ecol¨®gico y el 63% del agua se descarga seg¨²n los intereses de un pa¨ªs. As¨ª que a veces el agua viene con una fuerza endiablada y la mayor¨ªa de las veces sin ninguna fuerza. Aqu¨ª nos morimos de sed¡±, se queja Paulo Constantino.
Portugal y Espa?a coinciden, sin embargo, en que el acuerdo alcanzado en 1998 en Albufeira satisface a ambas partes. ¡°Creo que es un acuerdo ejemplar, y siempre se lo contamos al resto del mundo¡±, dice Teodoro Estrela, director general del Agua en Espa?a. ¡°Seguramente en el futuro tendremos que ajustarlo, tanto en indicadores como en vol¨²menes de agua¡±. Por contra, Jo?o Pedro Matos Fernandes, ministro de Medio Ambiente de Portugal, dice que no tiene inter¨¦s en revisar el acuerdo. ¡°Si pensamos que el Tajo ha perdido el 25% de su caudal en dos d¨¦cadas, intuimos que habr¨¢ que negociar en cualquier momento: y si hay menos agua, Portugal recibe menos. Y eso no nos interesa¡±.
¡°Creo que es un acuerdo ejemplar, y siempre se lo contamos al resto del mundo. Seguramente en el futuro tendremos que ajustarlo, tanto en indicadores como en vol¨²menes de agua¡±Teodoro Estrela, director general del Agua en Espa?a
Los ecologistas de ambos lados de la frontera lamentan la actitud de Lisboa y no entienden c¨®mo Portugal ha renunciado a luchar por una mayor regularidad en el agua que pasa al lado portugu¨¦s. ¡°Intentaremos reforzar los caudales semanales en las pr¨®ximas negociaciones, pero me parece m¨¢s importante que el agua que nos llegue sea de buena calidad, algo que no ocurre hoy en d¨ªa¡±, dice Matos Fernandes, quien critica el tratamiento de las aguas residuales que se devuelven al curso del r¨ªo desde Madrid. Por su parte, Teodoro Estrela admite el problema, y lo achaca a la antig¨¹edad de las plantas depuradoras, que son de la d¨¦cada de los 80. Asegura que es una de las principales preocupaciones de la Direcci¨®n General del Agua y promete que el pr¨®ximo Plan de Cuenca tratar¨¢ de solventarlo.
"Si hay menos agua, Portugal recibe menos. Y eso no nos interesa¡±Jo?o Pedro Matos Fernandes, ministro de Medio Ambiente de Portugal
En lo referente a las cr¨ªticas a Iberdrola por su poder de decisi¨®n sobre el agua que pasa a Portugal, Estrela sale al paso: ¡°El sector hidroel¨¦ctrico est¨¢ sujeto al inter¨¦s general de la gesti¨®n de la cuenca hidrogr¨¢fica¡±. Y subraya: ¡°Iberdrola tiene la autonom¨ªa que se puede tener dentro de lo que es una gesti¨®n integrada de la cuenca. En ciertas situaciones, como los per¨ªodos de sequ¨ªa, tiene que estar a lo que se le diga desde la Administraci¨®n General¡±.
El ministro portugu¨¦s tampoco se?ala con el dedo a las compa?¨ªas hidroel¨¦ctricas espa?olas y cree que es Portugal quien tiene que resolver sus problemas. ¡°A finales de este a?o pondremos en marcha un estudio de impacto ambiental para construir un embalse en el r¨ªo Ocreza, en nuestra zona fronteriza. Una presa con fines ecol¨®gicos, que solucionar¨¢ las irregularidades actuales¡±, promete Matos Fernandes.
¡°Resulta dif¨ªcil entender c¨®mo un r¨ªo internacional se sigue administrando por dos gobiernos con dos planes diferentes¡±, opina Paulo Constantino, ambientalista del movimiento proTejo. ¡°El Tajo es una entidad ¨²nica, y debe ser visto como un todo. Al dividirlo, lo est¨¢n destruyendo en pedazos¡±, concluye, y cita el ejemplo del Danubio, cuyo plan de gesti¨®n se realiza conjuntamente por 14 pa¨ªses.
En la frontera, algunos se preguntan c¨®mo es posible que la gesti¨®n conlleve tantos problemas. ¡°Aqu¨ª el agua se evapora con el sol, y s¨¦ muy bien lo que sucede en Portugal¡±, comenta Manolo, el propietario del Lisboa Caf¨¦ Bar, en Alc¨¢ntara. No conoce a Francisco Pinto, el pescador de Ortiga que ya no puede pescar lampreas. Uno vive en el borde de un embalse que es como un mar y del que apenas saca partido y, el otro, en la orilla de un r¨ªo del que no sabe nunca qu¨¦ caudal va a pasar. A ambos les separa una frontera.
Esta serie de reportajes sobre el r¨ªo Tajo se ha realizado gracias a la beca Reporters in the Field, promovida por la asociaci¨®n n-ost y la Fundaci¨®n Robert Bosch, y se publica simult¨¢neamente en EL PA?S (Espa?a), Di¨¢rio de Not¨ªcias (Portugal) y Contacto (Luxemburgo).