Amenazados en Espa?a por la subida del mar
La adaptaci¨®n de vecinos, agricultores, empresarios y autoridades de seis zonas de Espa?a que sufrir¨¢n inundaciones provocadas por el cambio clim¨¢tico si no se toman medidas
Amenazados por la subida del mar
Chiringuitos destrozados por temporales cada vez m¨¢s frecuentes e intensos, urbanizaciones con las olas a la puerta, playas que desaparecen, v¨ªas con trenes detenidos por el oleaje o marismas y deltas en peligro. La incesante subida del nivel del mar se cierne sobre los 8.000 kil¨®metros del litoral espa?ol empujada por el cambio clim¨¢tico ¡ªla temperatura media en Espa?a es 1,7 grados m¨¢s alta que en la ¨¦poca preindustrial (1850-1900)¡ª. Este calor provoca un importante deshielo de los glaciares y el colapso de las plataformas de hielo al entrar en contacto con el mar. A ello se suma la mala gesti¨®n del terreno, v¨ªctima en muchas ocasiones de un urbanismo excesivo, que incrementa la erosi¨®n y la p¨¦rdida de ecosistemas, que, adem¨¢s de ser refugio para la fauna, suponen un dique de contenci¨®n natural contra los temporales, como, por ejemplo, las praderas de posidonia en el mar Mediterr¨¢neo.
A corto plazo (2026-2045) los modelos clim¨¢ticos apuntan a una subida del mar m¨¢s o menos uniforme de entre 17 y 25 cent¨ªmetros (dependiendo de si es el escenario es mejor o peor) en toda la costa espa?ola, indica el nuevo Plan de Adaptaci¨®n al Cambio Clim¨¢tico (PACC). Las perspectivas se pueden complicar a¨²n m¨¢s. Para finales de siglo ¡°se va a acelerar considerablemente y en el peor de los supuestos, ser¨ªa de 1,1 metros¡±, indica ??igo Losada, miembro del grupo de expertos del IPCC (Panel Intergubernamental del Cambio Clim¨¢tico, por sus sigas en ingl¨¦s) y director del Instituto de Hidr¨¢ulica Ambiental de la Universidad de Cantabria.
Un estudio de todo el mundo publicado en la revista cient¨ªfica Nature Communications se?ala diversos lugares de la costa espa?ola como los m¨¢s susceptibles de sufrir inundaciones si el calentamiento persiste. Losada advierte de que todav¨ªa no se han trasladado esas estimaciones globales al ¨¢mbito regional, lo que puede provocar variaciones importantes en los resultados. Pero ya hay muchas personas que ven c¨®mo el mar se aproxima cada vez m¨¢s a sus viviendas, a sus negocios, a los campos que cultivan, a las infraestructuras que utilizan o al patrimonio arqueol¨®gico herencia de sus ancestros. Estas son sus historias.
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La playa menguante de La Manga
¡°La playa empez¨® a retraerse hace unos 10 a?os y har¨¢ siete que no estaba en invierno y volv¨ªa en verano. Despu¨¦s, desapareci¨®¡±, relata Javier Caballero al lado del bloque de viviendas donde reside. El mar golpea ahora contra el muro de la urbanizaci¨®n, situada en la zona conocida como Cavanna, en la que Caballero, que tambi¨¦n preside la Asociaci¨®n de Vecinos de La Manga del Mar Menor, posee una casa desde hace 40 a?os. ¡°?El motivo de estos cambios? Lo desconozco, pero como pintan las cosas puede estar detr¨¢s alguna actividad humana que haya influido en la hidrodin¨¢mica, ser un avance de lo que nos espera por el cambio clim¨¢tico o que el mar Menor tiene cada vez menos fondo por los vertidos que recibe y el agua busca salida¡±, responde. De momento, nadie ha explicado a los vecinos qu¨¦ pasa, pero les gustar¨ªa contar con m¨¢s informaci¨®n, para tener claro si ¡°se trata de un hecho aislado o si esto va a ser el futuro de las playas del mar Menor¡±. Las casas, devaluadas debido a estos problemas, no se han inundado todav¨ªa, pero s¨ª los s¨®tanos que se encuentran bajo la piscina en los episodios de danas o gotas fr¨ªas cuya frecuencia va en aumento.
La Manga del Mar Menor, con una anchura de entre 100 metros y 1,5 kil¨®metros de ancho, es una firme candidata a sufrir inundaciones por la subida del mar. El Ayuntamiento de Cartagena ¨Dal que pertenecen una parte de estos terrenos¨D explica que la subida del agua en la costa mediterr¨¢nea tiene un efecto significativo en su litoral. ¡°Hay regresi¨®n en las playas con p¨¦rdida de arena¡±, constatan fuentes municipales. Sin embargo, les es m¨¢s complicado identificar qu¨¦ parte es culpa del cambio clim¨¢tico y qu¨¦ de otras causas como los puertos o espigones, responsables del cambio de la erosi¨®n y sedimentaci¨®n de las arenas. El Ayuntamiento cuenta con un plan de Acci¨®n por el Clima y la Energ¨ªa Sostenible, que, de momento, se comenzar¨¢ a aplicar con ¡°actividades de concienciaci¨®n y participaci¨®n ciudadana¡±. Antonio Mart¨ªnez, concejal de Medio Ambiente de San Javier ¡ªel otro municipio con suelo en La Manga¡ª indica que su nuevo planeamiento urban¨ªstico, que sustituir¨¢ al actual, de hace 35 a?os, incluye el retranqueo de la l¨ªnea de edificaci¨®n. Tambi¨¦n propone la construcci¨®n de paseos mar¨ªtimos para unir los que ya existen y crear una ¡°l¨ªnea de defensa¡± frente al mar. El Gobierno murciano se?ala, por su parte, que ¡°no existe ning¨²n plan espec¨ªfico de la regi¨®n destinado a un posible aumento del nivel del mar vinculado al cambio clim¨¢tico¡± y que el problema de los edificios pegados al agua ¡°ya exist¨ªa desde su construcci¨®n hace d¨¦cadas y no ha variado".
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Chiringuitos gaditanos en peligro
El mar se trag¨® las mesas y sillas que los trabajadores del chiringuito El Potito, en la playa de La Victoria en C¨¢diz, colocaron en marzo de 2018 para evitar que entraran las olas provocadas por la tormenta Enma, que se uni¨® a una pleamar viva. No consiguieron nada: el agua rebas¨® la playa, el murete que la separa del paseo mar¨ªtimo e inund¨® aceras y calles del ¨¢rea de Extramuros, famosa por su concentraci¨®n hotelera. El Potito est¨¢ en una las zonas llamadas a desaparecer si no se act¨²a. ¡°Ahora estamos preparados¡±, explica su due?o, Miguel ?ngel S¨¢nchez, director general del Grupo Hostelero Potito, que posee dos chiringuitos m¨¢s en la misma zona, de los primeros en reabrir tras el confinamiento, que ha mantenido todos los puestos de trabajo, unos 68, este verano y se plantea seguir abierto en invierno.
S¨¢nchez invirti¨® 200.000 euros en reparar los destrozos y aprovech¨® para sustentar la construcci¨®n de madera con pilotes del mismo material. ¡°Adem¨¢s, apostamos por el medioambiente, hemos obviado los pl¨¢sticos, animamos a los clientes a recoger pl¨¢sticos y colillas¡¡±, resume el empresario. Pero sabe que si el escenario de subida de los mares se cumple har¨¢n falta m¨¢s medidas: ¡°Una posible soluci¨®n ser¨ªa construir los chiringuitos elevados, como los palafitos que hay en el Caribe¡±.
En 2050 C¨¢diz podr¨ªa perder suelos portuarios, barrios completos como La Laguna o Puntales, el ¨²nico acceso terrestre que posee y amplias partes de costa. Javier Benavente, profesor del departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de C¨¢diz, estudia desde hace a?os los riesgos costeros a los que se enfrenta la Bah¨ªa de C¨¢diz. La zona se ver¨¢ perjudicada por un ascenso del mar de entre 20 y 30 cent¨ªmetros y por la ausencia de sedimentos del r¨ªo Guadalete, mermado por la construcci¨®n de pantanos a lo largo de su cauce.
Benavente apunta para C¨¢diz solo soluciones parciales, como la construcci¨®n de diques y espigones, paseos mar¨ªtimos elevados o m¨¢s estaciones de bombeo para el alcantarillado. Por ahora, el profesor se?ala que ni la Junta de Andaluc¨ªa ni el Gobierno han iniciado acciones para poner en marcha estas medidas, m¨¢s all¨¢ de la promesa de la Administraci¨®n andaluza de elaborar un plan de emergencia en la costa ante posibles maremotos. Por su parte, el Ayuntamiento de C¨¢diz asegura estar preocupado y apunta que ha comenzado la elaboraci¨®n de un plan municipal concreto para fen¨®menos costeros que se sumar¨¢ a los de emergencias, que ya posee, para tsunamis o vertidos contaminantes en el mar.
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El Castro de Baro?a, la Venecia gallega
¡°Baro?a es nuestra Venecia; algunos inviernos el mar lo cubre por completo¡±, indica ?ngel Concheiro, arque¨®logo formado en los trabajos de recuperaci¨®n de este singular castro (poblado celta fortificado) ubicado en el municipio de Porto do Son (A Coru?a). La emblem¨¢tica fortaleza fue asentamiento de pescadores durante la Edad de Hierro. Sus habitantes lo abandonaron en el siglo I antes de Cristo. Y est¨¢ en peligro. ¡°La mitad est¨¢ sobre las rocas y la otra mitad, bajo el agua; gran parte de los cimientos de la Edad de Bronce est¨¢n sumergidos¡±, sostiene Concheiro, art¨ªfice de los trabajos de consolidaci¨®n. El especialista est¨¢ alarmado por la falta de protecci¨®n y el abandono. Asegura que recibe unas 100.000 visitas anuales ¡°y con la etapa post-covid que impuls¨® el turismo local, fue tremendo; hubo gente que se llev¨® piedras a casa¡±, denuncia.
Concheiro reclama un plan estrat¨¦gico entre Administraciones que lo preserve. ¡°Habr¨ªa que aplicar un sistema que evite la erosi¨®n mar¨ªtima y su completa desaparici¨®n bajo el agua¡±, insiste, convencido de que es posible hacerlo ¡°como se est¨¢ demostrando ahora con Venecia¡±.
La Xunta de Galicia no contempla por el momento ninguna actuaci¨®n en el Castro de Baro?a, declarado Bien de Inter¨¦s Cultural (BIC) en 2011, encaminada a preservarlo del bocado del mar. La Consejer¨ªa de Infraestructuras sostiene que es Augas de Galicia el organismo responsable de delimitar las zonas de riesgo de inundaci¨®n en las ¨¢reas fluviales de la demarcaci¨®n Galicia-Costa, ¡°mientras que en las zonas costeras la responsabilidad es de la Demarcaci¨®n de Costas del Estado¡±. En el caso del municipio de Porto do Son ¡°la ¨²nica zona de riesgo determinada por Costas del Estado y, por lo tanto, incluida en los planes de la Xunta es el puerto mar¨ªtimo¡±, afirma un portavoz oficial de Infraestructuras del Gobierno gallego que puntualiza que la Demarcaci¨®n del Estado no les ha comunicado la existencia de riesgo en el castro. El alcalde de Porto do Son, Luis Oujo, ha eludido atender las reiteradas peticiones de este diario para conocer posibles actuaciones o reivindicaciones municipales encaminadas a salvaguardar este BIC.
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El mar reclama su isla bilba¨ªna
Anabel Toyos tiene 54 a?os y es la octava generaci¨®n de habitantes de esa parte de la Ribera de Deusto que, convertida en isla, representa una de las zonas de desarrollo de la ciudad. ¡°Antes solo entraba el agua con las mareas bravas de septiembre y octubre, ahora es algo habitual¡±, explica que le contaba su madre. Anabel es consciente de que se trata de uno de los efectos del cambio clim¨¢tico y de que lejos de remitir, solo va a empeorar. El a?o pasado, los vecinos se quedaron aislados seis horas cuando el agua cort¨® la ¨²nica salida que tiene la isla. Toyos, presidenta de la asociaci¨®n de vecinos, Erriberako Auzo Elkartea, recuerda que durante las inundaciones de 1983 en Bilbao, el agua subi¨® unos cuatro metros en la isla. ¡°Eso fue excepcional¡±, dice, pero a rengl¨®n seguido reconoce que lo habitual es que el agua entre en la isla. ¡°Creemos que el Ayuntamiento no tiene claro qu¨¦ hacer, porque un d¨ªa nos dice que va a subir el pretil un metro, y eso ser¨ªa horrible, y otras nos hablar de unos hinchables para evacuar la isla si se inunda¡±. De momento ¡°no hay ni un plan de evacuaci¨®n listo¡±, asegura. Aunque ¡°saben perfectamente que estamos en una zona de riesgo¡±.
En la isla artificial de Zorrotzaurre, en Bilbao, cada pleamar es un riesgo. El agua se cuela por los cortes del pretil que separa la R¨ªa de la carretera que la circunda. De hecho, desde que la prestigiosa arquitecta iran¨ª Zada Hadid dise?ara all¨¢ por 2004 un ¡°nuevo Manhattan¡± para Bilbao en sus casi 850.000 metros cuadrados, el nivel para la construcci¨®n de edificios se ha elevado ya un metro. La construcci¨®n de dos tanques de tormentas que estaban previstos en la isla, para evitar que una marea alta y las lluvias torrenciales la inunden, se han retrasado por la incidencia de la CoVid 19.
Euskadi puso la primera piedra en la lucha contra las consecuencias del cambio clim¨¢tico con la firma de la Estrategia Ambiental de Desarrollo Sostenible del Pa¨ªs Vasco 2002-2020. Despu¨¦s llegaron varios programas marco y actuaciones para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero y adaptar Euskadi a los impactos del cambio clim¨¢tico. La Estrategia de Cambio Clim¨¢tico Klima 2050, que persigue reducir las emisiones de CO2 el 40% en 2030 respecto a las de 2005 y usar un 40% de energ¨ªa renovable sobre el consumo final. En el litoral, el oleaje extremo puede dar lugar a inundaciones en el 12% de la red de carreteras y ferrocarriles.
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Las olas quieren coger este tren catal¨¢n
Oriol Cuevas tiene 32 a?os es peluquero canino y profesor de Artero Internacional Academy, una escuela para todos aquellos que quieran aprender a cortar el pelo a perros y gatos. La academia se encuentra en la calle Caldes de Estrac de Matar¨® a escasos metros de la l¨ªnea del tren y, por tanto, justo al lado del mar. ¡°Fund¨¦ la academia en octubre de 2018 y me decant¨¦ por este local porque es una zona de f¨¢cil acceso y muy bien comunicada con el tren. El problema es que con los temporales hay veces que los alumnos llegan tarde por los cortes en la l¨ªnea f¨¦rrea¡±, lamenta. ¡°Dicen que en 2050 el nivel del mar aumentar¨¢ mucho y, si es as¨ª, me quedar¨¦ sin casa ¨Cvivo en Matar¨® muy cerca de la Nacional II¨C, y sin negocio. Me quedar¨¦ sin nada y con m¨¢s de 60 a?os¡±, ironiza pensando que faltan muchos hasta que eso ocurra. Lo que s¨ª le preocupa es el funcionamiento del tren: ¡°Estamos cerca de Barcelona, cerca del aeropuerto y cerca de la playa. Es el lugar ideal para que vengan alumnos de aqu¨ª y de cualquier parte del mundo a mi escuela. Las conexiones deben estar garantizadas. Por carretera lo est¨¢n. Ahora necesito, igual que otros trabajadores y empresarios, que la l¨ªnea del tren funcione correctamente¡±, a?ade.
El previsible aumento del nivel de mar y las consecuencias que tendr¨¢ ya son muy evidentes en una v¨ªa f¨¦rrea tan b¨¢sica como la l¨ªnea R1 de Cercan¨ªas de Renfe entre los municipios barceloneses de Matar¨® y Cabrera. Es un recorrido superpuesto al primer trazado ferroviario de Espa?a entre Barcelona y Matar¨® (1848) que circula en paralelo y a entre cinco y 10 metros de la orilla del mar. Cada d¨ªa, m¨¢s de 105.700 viajeros utilizan la R1 para ir a trabajar o estudiar a la capital catalana desde los municipios de la comarca del Maresme. Y cada vez que hay un temporal sufren parones, retrasos e interrupciones del servicio ya que las olas afectan a las v¨ªas y a la catenaria.
El alcalde de Matar¨®, David Bote, lleva a?os buscando una soluci¨®n para este problema. ¡°Construir una l¨ªnea alternativa a la actual tiene un coste tan elevado que ninguna administraci¨®n puede, ni siquiera, plantearlo en estos momentos. Por eso, nuestras peticiones se concentran ahora en exigir a Costas que se refuerce el actual rompeolas que protege la v¨ªa ya que el actual es muy peque?o y emp¨ªricamente no es suficiente. No existe playa en este tramo. Exigimos al Gobierno central que se ampl¨ªe en, al menos, cinco metros m¨¢s la escollera actual¡±, reclama. Bote sabe que con esa ampliaci¨®n del rompeolas no se salvar¨¢ de las previsibles consecuencias que conllevar¨¢n el aumento del nivel del mar, pero cree que arreglar¨¢ el problema ferroviario. Para todo lo dem¨¢s, dice, se necesitan ¡°soluciones globales¡±.
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Sin lluvias en los arrozales del Guadalquivir
Do?ana, la desembocadura del Guadalquivir y sus marismas son unas de las zonas m¨¢s expuestas de Andaluc¨ªa al riesgo de inundaci¨®n ante la subida del mar provocada por el cambio clim¨¢tico. Incrustada en estas marismas surge Isla Mayor, el epicentro del mayor arrozal de Espa?a que se enfrenta a la salinizaci¨®n, al cambio de temperaturas y a la falta de embalses. El municipio, de casi 6.000 habitantes, capta el agua para inundar sus plantaciones del estuario del r¨ªo. Antonio Olivares, de 83 a?os, 65 de ellos dedicado al cultivo del arroz, preside la Junta Central de Regantes de la margen derecha del r¨ªo Guadalquivir. Explica que como el estuario tiene muy poco desnivel se encuentran bajo la influencia de las mareas, de tal forma que el agua dulce se mezcla con la salada. ¡°El cultivo se ve afectado por la escasez de lluvia y de pantanos, que unido a las altas temperaturas que llegan a destiempo, est¨¢n afectando al cultivo. La media es de 9.500 kilos por hect¨¢rea y el a?o pasado en varias tablas del margen derecho [el m¨¢s afectado por la salinizaci¨®n], se obtuvieron entre 3.000 y 4.000 kilos¡±. La lluvia tard¨ªa de este a?o ha hecho que se plantara tarde y la recolecci¨®n a¨²n no ha empezado.
A esto hay que a?adir la proliferaci¨®n de plagas ¡ªel insecto pudenta, en 2017, los hongos, en 2018 y las malas hierbas, en 2019¡ª que se multiplican por el desorden clim¨¢tico y la obligatoriedad de mantener inundadas hasta enero las plantaciones para que las aves del coto puedan alimentarse. De momento, el mosquito del virus del Nilo, que tiene en vilo a los municipios de la ribera del Guadalquivir, no ha afectado las cosechas, asegura el agricultor.
Olivares advierte de que la p¨¦rdida de esta forma de vida da?ar¨ªa no solo a toda una comarca que vive del arroz, sino al medio ambiente. ¡°Tenemos a las aves del coto [de Do?ana] que comen aqu¨ª todo el a?o; y somos la depuradora m¨¢s importante que tiene el estuario del Guadalquivir. Aqu¨ª las aguas entran como si fueran chocolate y salen transparentes. Y esto beneficia a los animales que vienen a desovar: peces, crust¨¢ceos, cefal¨®podos¡¡±, explica entusiasmado.
Los agricultores de la zona demandan desde hace m¨¢s de una d¨¦cada un cambio en la forma de abastecerse. Han puesto en marcha un plan de modernizaci¨®n con un nuevo tipo de riego, que consume menos energ¨ªa, pero, tras superar la farragosa etapa de impacto ambiental, la covid ha paralizado el estudio de la dotaci¨®n de fondos.
La Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Gudalquivir (CHG) est¨¢ trabajando en la revisi¨®n del plan de gesti¨®n de riesgo de inundaci¨®n de su demarcaci¨®n geogr¨¢fica ¨CGuadalquivir, Ceuta y Melilla¨C. Entre sus objetivos se encuentran: incrementar la percepci¨®n del riesgo de inundaci¨®n y las estrategias de autoprotecci¨®n en la poblaci¨®n, los agentes sociales y econ¨®micos; mejorar la capacidad predictiva ante avenidas de agua y lograr una coordinaci¨®n administrativa entre todos los actores involucrados. Se han identificado 43 nuevos tramos potencialmente inundables, con una longitud total de 143,226 kil¨®metros, que han generado 18 nuevas ¨¢reas de riesgo potencial significativo y la ampliaci¨®n de las 13 ya existentes, lo que abarca una longitud total de 1.010,99 kil¨®metros. Actualmente, se est¨¢n generando los mapas de peligrosidad y riesgo de inundaci¨®n, una fase en la que, adem¨¢s de la identificaci¨®n y ampliaci¨®n cartogr¨¢fica de zonas inundables, tambi¨¦n se han redactado proyectos de infraestructuras verdes, integraci¨®n paisaj¨ªstica y restauraci¨®n fluvial.
La CHG ha establecido unas normas urban¨ªsticas y de construcci¨®n para que sean tenidas en cuenta en los planes de ordenaci¨®n urbana. Al mismo tiempo, ha movilizado 10,4 millones de euros para mantenimiento, protecci¨®n y conservaci¨®n de los cauces.
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- Coordinaci¨®n: Esther S¨¢nchez.
- Redacci¨®n: Esther S¨¢nchez (Murcia), Jes¨²s Ca?as (C¨¢diz), Cristina Huete (A Coru?a), Pedro Gorospe (Bilbao), Alfonso L. Congostrina (Barcelona) y Eva Saiz (Sevilla).
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