Los tres errores m¨¢s comunes (y casi invisibles) a la hora de ahorrar
T¨² crees que salvaste dinero pero en realidad estas son las ocasiones en que lo has desperdiciado y, quiz¨¢, ni cuenta te diste
Los recursos econ¨®micos son como el tiempo. Muchas personas manejan en una agenda sus citas, pendientes y dem¨¢s para aprovechar al m¨¢ximo las horas, e incluso quienes no son tan organizados saben exactamente en qu¨¦ momento y por qu¨¦ razones perdieron parte del d¨ªa. As¨ª con el dinero: deber¨ªamos saber exactamente d¨®nde est¨¢ o en qu¨¦ se nos fue.
Pero la realidad es que no siempre sucede as¨ª y muchas veces nos llevamos la sorpresa de que el dinero que tenemos no es el que esper¨¢bamos o que no alcanza tanto como quisi¨¦ramos. Esto es lo que podr¨ªa estar pasando:
1. Guardas dinero en tu tarjeta de d¨¦bito. Llevar tu ahorro a instituciones financieras formales como los bancos es una gran idea para mantenerlo seguro; sin embargo, si solo lo dejas all¨ª, tu capital puede disminuir su valor debido a la inflaci¨®n, que no es otra cosa que el aumento sostenido y generalizado de los precios de los bienes y servicios de una econom¨ªa a trav¨¦s del tiempo.
La inflaci¨®n en M¨¦xico cerr¨® 2019 en 2.83% y para la primera quincena de octubre de este 2020 alcanz¨® 4.09%, es decir, tu dinero ahorrado te ha alcanzado, a lo largo del a?o, un promedio de 3% menos para comprar cualquier cosa. As¨ª que una de las metas al ahorrar tambi¨¦n debe ser ganarle a la inflaci¨®n.
Compara las opciones disponibles para guardar tu dinero, averigua cu¨¢nto te cobran de comisiones y cu¨¢nto te dan de rendimientos. Y no olvides preguntar si cuentan con alternativas que te ofrezcan una mayor rentabilidad.
2. No controlas tus ingresos y egresos. La gente que sabe cu¨¢nto gasta rengl¨®n por rengl¨®n, normalmente llega a la c¨²spide de la administraci¨®n del hogar: el ahorro. Y por otro lado est¨¢n las personas que gastan 10 cuando solo ganan ocho.
Puede ser que t¨² est¨¦s a la mitad del camino: procuras no gastar de m¨¢s pero a final de quincena no llegas a la meta de ahorro que esperabas. Prueba organizar tus egresos de esta forma:
- Gastos fijos. Los que tienes que solventar s¨ª o s¨ª. Aqu¨ª entran el pago de luz, tel¨¦fono, renta, comida, cr¨¦ditos y gasolina, entre otros.
- Gastos variables. Aquellos que no son constantes pero siempre suceden (ropa, entretenimiento, restaurantes¡) y los inesperados pero que siempre deben contarse (por ejemplo, enfermedades y reparaciones en el hogar).
- Gastos peri¨®dicos. Los pagos obligatorios que no son mensuales pero que en alg¨²n momento del a?o debes cubrir: tenencia, predial, seguros, vacaciones¡. Apunta en una libreta o aplicaci¨®n (una especie de agenda de caja) todo el dinero que sale. Te recomendamos llevar una contabilidad diaria o semanal de lo que gastas, as¨ª ser¨¢ m¨¢s sencillo. Una vez que tienes claras tus salidas de dinero y las comparas con tus ingresos, los n¨²meros, fr¨ªos y calculadores que son, te revelar¨¢n la verdad sobre d¨®nde est¨¢ la fuga de recursos. El registrar tus gastos diarios de forma manual te ayuda a concientizarte sobre el valor del dinero y replantear tu estilo de vida.
3. Ahorras ahora, pagas de m¨¢s despu¨¦s Si has ca¨ªdo en la tentaci¨®n de adquirir bienes o servicios m¨¢s econ¨®micos con la idea de ahorrarte algo de dinero, sabes sobre los sentimientos que esto acarrea: si has corrido con suerte, la inversi¨®n fue todo un ¨¦xito y tu cartera sonr¨ªe; de no ser as¨ª, conoces lo frustrante que es volver a pagar por algo que ya deber¨ªa estar resuelto.
Ejemplos de malas experiencias de este tipo hay muchos: la impermeabilizaci¨®n que le encargaste a tu primo porque te cobraba menos, la herramienta que compraste para tu trabajo pero que se descompuso despu¨¦s de un par de servicios, el mueble que arruinaste por no pagar el servicio de armado, la blusa que se decolor¨® a la primera lavada¡
La gran lecci¨®n que nos dejan estas situaciones es comprender que el ahorro no es algo que debamos dejar a la fortuna, sino que es la consecuencia de h¨¢bitos financieros y decisiones inteligentes, como reconocer que a veces es mejor pagar un precio que parece m¨¢s alto pero que a la larga te evitar¨¢ dolores de cabeza.