China impone la censura frente a la ira ciudadana por la epidemia
El Politbur¨® refuerza el control de los medios e Internet y env¨ªa a 300 propagandistas a Hubei tras publicarse irregularidades sobre las cifras de muertos y el reparto de mascarillas
No todos los que fallecen en Wuhan por el coronavirus aparecen en las listas oficiales. El desbordamiento es tal que solo un peque?o n¨²mero, los m¨¢s graves, son admitidos finalmente en los hospitales. El resto debe volver a sus domicilios con la orden de someterse a una cuarentena estricta, y esperar. Los que mueren esperando no se incluyen en el recuento de v¨ªctimas, por lo que la cifra real puede ser mucho m¨¢s alta de la que cada ma?ana anuncia la Comisi¨®n Nacional de Salud. La respetada revista econ¨®mica china Caijing as¨ª lo denunciaba el fin de semana en un extenso art¨ªculo titulado Fuera de las estad¨ªsticas. El reportaje ha desaparecido de su p¨¢gina web.
Despu¨¦s de que, tras conocerse la verdadera gravedad de la epidemia, el Gobierno chino prometiera transparencia, las ¨²ltimas dos semanas han sido, para la prensa china, un peque?o oasis de libertad. Las informaciones publicadas en torno a la situaci¨®n en Wuhan y su provincia, Hubei, han sido ins¨®litamente incisivas. La apertura se extendi¨® a las redes sociales, a trav¨¦s de las cuales han circulado informaciones que dejaban claro hasta qu¨¦ punto se ocult¨® informaci¨®n en la provincia al comienzo de la crisis. Una oleada de v¨ªdeos que denunciaban la precaria situaci¨®n de los hospitales en el foco de la infecci¨®n, que ya ha contagiado a m¨¢s de 24.000 personas y ha matado a 492. Las im¨¢genes de m¨¦dicos exhaustos, con la cara deformada por las horas ininterrumpidas de trabajo con la mascarilla puesta, han dado la vuelta al mundo.
¡°En este clima, las ¨¦lites gobernantes en China se vieron arrojadas de repente a un coliseo virtual en el que sus destrezas pol¨ªticas se vieron puestas a prueba sin piedad. Y fracasaron de modo espectacular¡±, apunta el comentarista social Ma Tianjie en su blog Chublic Opinion.
El mapa de la expansi¨®n del coronavirus
Consulta la situaci¨®n de la enfermedad con datos actualizados a 6 de febrero. Ver gr¨¢fico -->
Pero ese breve lapso de relativa libertad informativa parece tener las horas contadas. La ira ciudadana no es un fen¨®meno con el que el Gobierno chino se encuentre a gusto. La estabilidad social siempre ha sido su principal objetivo, por encima incluso de las metas econ¨®micas. El domingo se reun¨ªa por segunda vez en ocho d¨ªas ¨Calgo extraordinario, apenas se ha producido un pu?ado de estos encuentros en los ¨²ltimos cinco a?os¨C el comit¨¦ permanente del Politbur¨® del Partido Comunista, el m¨¢ximo ¨®rgano de poder en China, para analizar la respuesta al virus.
Ausente en p¨²blico desde hace ocho d¨ªas, toda una rareza, el presidente chino, Xi Jinping, instaba en la reuni¨®n a contener r¨¢pidamente la epidemia, un esfuerzo que ¨Crecalcaba¨C tendr¨¢ un impacto en la salud p¨²blica, la econom¨ªa del pa¨ªs y la paz social. Y entre las recetas que la reuni¨®n ha acordado aplicar se encontraba una de siempre: ¡°Fortalecer el control de los medios e Internet¡±.
Imponerse al virus es una cuesti¨®n vital para el r¨¦gimen y quien no cumpla su parte se ver¨¢ duramente castigado. ¡°Es una prueba clave del sistema de China y su capacidad de gobierno¡±, apuntaba Xi, seg¨²n ha recogido la agencia oficial de noticias china, Xinhua.
Las redes y los medios destapaban este fin de semana irregularidades en el reparto de donativos de m¨¢scaras y otro material protector. Sal¨ªan a la luz denuncias de que la Cruz Roja china, un organismo estatal no afiliado con la Cruz Roja Internacional y que arrastra una p¨¦sima reputaci¨®n de corrupci¨®n desde hace a?os, era la instituci¨®n que centralizaba la recepci¨®n de esos suministros, aunque se hubiesen enviado a un hospital concreto. Y que, en lugar de repartirlos en los hospitales que m¨¢s los necesitaban, los desviaba hacia los altos cargos de la zona o centros m¨¦dicos dudosos, lejos de la l¨ªnea de frente contra la enfermedad.
Mientras, en el epicentro de la crisis, algunos m¨¦dicos ten¨ªan que recurrir a protegerse con chubasqueros en lugar de trajes especiales, o confeccionar sus propias mascarillas. Los llamamientos de ayuda se multiplicaban en redes. Fotos y v¨ªdeos en los que se ve a los m¨¦dicos protegidos con simples mascarillas quir¨²rgicas mientras los pol¨ªticos con los que se re¨²nen llevan las codiciadas N95 ¨Cagotadas en toda China¨C desataron una oleada de indignaci¨®n en Internet. ¡°Es muy frustrante¡±, comenta Niao, un estudiante de Ingenier¨ªa en su ¨²ltimo a?o de Universidad, ¡°se supon¨ªa que estas lecciones ya se hab¨ªan aprendido hace 17 a?os, con la epidemia del SARS. Y estamos en las mismas otra vez¡±.
Hasta tal punto que las autoridades han tenido que ceder y permitir que los hospitales puedan recibir directamente los donativos que se les env¨ªen.
Pero el cambio de tono en los medios, a ra¨ªz de la reuni¨®n del comit¨¦ permanente, comienza a notarse. Adem¨¢s de la desaparici¨®n del reportaje de Caijing ¨Cdisponible, no obstante, en algunos agregadores¨C, ya las b¨²squedas en Internet de palabras clave (¡°esc¨¢ndalo cruz roja¡±, por ejemplo) arrojan muchos menos resultados o ninguno. El Departamento Central de Propaganda ha enviado este martes a m¨¢s de 300 periodistas a Hubei para que hagan una "cobertura en la l¨ªnea de frente", informaba la televisi¨®n estatal CCTV.
La revista Caixin, uno de los medios privados de mayor renombre en China, que ha sido estos d¨ªas una de las publicaciones m¨¢s combativas, publicaba este martes un editorial de llamamiento a la transparencia. ¡°Pedimos transparencia a lo largo de todo el proceso. La transparencia deber¨ªa reflejarse en todos los aspectos de la investigaci¨®n cient¨ªfica, tratamiento m¨¦dico y despliegue de personal y material, con todos los niveles y departamentos obligados a rendir cuentas. La difusi¨®n de informaci¨®n deber¨ªa ser veraz, precisa, completa y r¨¢pida, sin omisiones arbitrarias ni silencios sobre cuestiones importantes que solo reconocen problemas peque?os, y sin huir de la realidad¡±.
Pero el Gobierno, a trav¨¦s de los medios de comunicaci¨®n estatales, ya trata de tomar las riendas del relato. La construcci¨®n en tiempo r¨¦cord de dos hospitales en Wuhan ¨Cel primero ya est¨¢ en funcionamiento y el segundo lo har¨¢ a finales de esta semana¨C era primordial tanto desde el punto de vista sanitario como el de propaganda: un modo de demostrar que, cuando se lo propone, China puede acometer proyectos prodigiosos de los que ning¨²n otro pa¨ªs es capaz.
Aunque el propio Gobierno ha admitido que contin¨²an los problemas de suministros m¨¦dicos para Wuhan y el resto de ciudades en cuarentena, que acumulan cerca de 50 millones de personas desde que se sumase Wenzhou, la ¨²nica fuera del foco de la infecci¨®n. ¡°Lo que China necesita urgentemente son m¨¢scaras m¨¦dicas, trajes protectores y gafas de seguridad¡±, ha precisado el Ministerio de Exteriores¡±. Tras el par¨®n por el A?o Nuevo Lunar, las f¨¢bricas chinas a¨²n se encuentran solo al 70% de su capacidad de producci¨®n de 20 millones de mascarillas al d¨ªa. La epidemia dista mucho a¨²n de estar bajo control.
El m¨¦dico que lanz¨® la alerta y ahora es un enfermo m¨¢s
El 30 de diciembre, el oftalm¨®logo Li Wenliang, de 34 a?os, escribi¨® un mensaje alarmante en su grupo de amigos de la Facultad. En su hospital hab¨ªan ingresado siete pacientes, todos relacionados con un mercado de pescado y con s¨ªntomas muy similares al SARS, la epidemia causada por otro coronavirus que mat¨® a casi 800 personas en 2003.
No ten¨ªa intenci¨®n de diseminar la informaci¨®n m¨¢s all¨¢ de su c¨ªrculo de amistades. Simplemente, ped¨ªa a sus antiguos compa?eros que advirtieran a sus familias y tuvieran cuidado. Pero el mensaje se hizo viral. Cuatro d¨ªas m¨¢s tarde, la Polic¨ªa le acusaba de difundir rumores, un cargo que puede acarrear hasta siete a?os de c¨¢rcel en China. Otros siete m¨¦dicos recibieron la misma acusaci¨®n.
En comisar¨ªa, el m¨¦dico tuvo que firmar una declaraci¨®n en la que admit¨ªa su falta y promet¨ªa no reincidir, antes de que se le permitiera regresar a su casa.
Pocos d¨ªas m¨¢s tarde trat¨® a un enfermo, sin saber que su paciente estaba infectado con el virus. El d¨ªa 10 empez¨® a mostrar s¨ªntomas, y el 12 qued¨® ingresado en un hospital, donde su estado continu¨® empeorando. El s¨¢bado pasado conced¨ªa una entrevista a la revista Caixin. Le acababan de confirmar su diagn¨®stico: ten¨ªa el coronavirus
El s¨¢bado pasado, en una entrevista con la revista Caixin, Li revelaba que ¨¦l mismo hab¨ªa contra¨ªdo la enfermedad. Hab¨ªa empezado a sentirse enfermo el 10 de enero, despu¨¦s de tratar a un paciente infectado, y qued¨® ingresado en un hospital.
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