Castilla y Le¨®n retoma la vacunaci¨®n con AstraZeneca entre el desconcierto y la indignaci¨®n: ¡°Es un desastre¡±
Los vaivenes con el f¨¢rmaco y las imprecisas comunicaciones oficiales provocan incertidumbre entre los que acuden a recibir la inyecci¨®n
Minutos antes de las diez de la ma?ana, Jes¨²s Rodr¨ªguez, de 64 a?os, encabeza la cola para vacunarse de la covid este jueves en el Centro Cultural Miguel Delibes, de Valladolid. ¡°?Estamos hasta las narices!¡±, exclama, por la falta de informaci¨®n oficial. Un escueto comunicado de la Junta de Castilla y Le¨®n en la noche del mi¨¦rcoles se?alaba que ¡°en las pr¨®ximas horas, a medida que sea factible¡±, se retomar¨ªa, ...
Minutos antes de las diez de la ma?ana, Jes¨²s Rodr¨ªguez, de 64 a?os, encabeza la cola para vacunarse de la covid este jueves en el Centro Cultural Miguel Delibes, de Valladolid. ¡°?Estamos hasta las narices!¡±, exclama, por la falta de informaci¨®n oficial. Un escueto comunicado de la Junta de Castilla y Le¨®n en la noche del mi¨¦rcoles se?alaba que ¡°en las pr¨®ximas horas, a medida que sea factible¡±, se retomar¨ªa, aunque solo para las personas de entre 60 y 65 a?os, la vacunaci¨®n con AstraZeneca, suspendida esa ma?ana por ¡°precauci¨®n¡±. En la fila, en la que se mezclan personas citadas anteriormente para este jueves y otras a las que les cancelaron el mi¨¦rcoles y que se han pasado a informarse, hay una mezcla de resignaci¨®n, desconcierto e indignaci¨®n. Rodr¨ªguez comenta que muchos acudieron a primera hora y se encontraron con el centro cerrado, por lo que se marcharon pensando que no se vacunar¨ªa.
El corrillo formado junto al acceso saluda a una enfermera que acarrea una bolsa de vacunas; ella sonr¨ªe y pide calma: ¡°Tranquilos, que ahora os atendemos¡±. Rafael ?lvarez y sus colegas de fila le dicen: ¡°Te vamos a aplaudir a ti¡±. Menos loas recibe la consejera de Sanidad, Ver¨®nica Casado, impulsora de la interrupci¨®n del uso de AstraZeneca: ¡°Es un desastre¡±.
Las puertas de la gran sala de vacunaci¨®n habilitada se abren a las 10.22. El vigilante de seguridad toma la temperatura y ejerce de orientador ante la falta de personal institucional que asista a los pacientes. A su letan¨ªa de ¡°hola, qu¨¦ hay, buenos d¨ªas¡± tiene que a?adir respuestas para los rangos de edad que se vacunar¨¢n y el dato de que van a vacunar a los de la jornada anterior y los del jueves. Asimismo, polivalente, anima a los recelosos. Una se?ora murmura ¡°ay, qu¨¦ miedo¡±. ?l contesta con un ¡°no se preocupe¡±, y sigue dando la vez a las personas que piden su turno al mismo tiempo que atiende a los despistados que no saben si les toca a ellos por fin. Cuando reciben la noticia, se apresuran a llamar o escribir a sus allegados. El boca a boca se ha convertido, en la era de la informaci¨®n, en la forma m¨¢s eficaz de que una poblaci¨®n sepa si la van a inmunizar contra un virus mort¨ªfero.
Yolanda Villaf¨¢?ez, de 63, sale del Delibes ya vacunada y corre apurada hacia su perro, Gustavo, que ha permanecido fuera ladrando junto a la fila. Una vez lo tranquiliza, critica que las decisiones de la Consejer¨ªa de Sanidad la han ¡°asustado¡± y que ha accedido a inmunizarse porque ha preguntado por curiosidad y le han confirmado que segu¨ªa el proceso: ¡°Si me lo pienso, no entro¡±.
La caprichosa primavera de Valladolid muestra un crisol de estilos bajo el enga?oso sol. Un hombre abre su paraguas mientras unos metros m¨¢s all¨¢ Gregorio Mu?oz, de 64, luce pantorrillas. ¡°?Hay que refrescar las piernas!¡±, bromea, aunque se pone serio para denunciar ¡°la incertidumbre¡±, un trastorno que los hace sentirse ¡°como monigotes¡± porque nadie se ha parado a precisarles el porqu¨¦ de las cosas. Adolfo Morales, un a?o mayor, amaga con el alzamiento de una poblaci¨®n hastiada: ¡°Somos demasiado civilizados, es una gran falta de respeto¡±. No hace falta que Ver¨®nica Casado ¡°se ponga de rodillas¡±, pero s¨ª reclama ¡°explicaciones¡± sobre el miedo creado hacia los trombos y los efectos de una vacuna que cree necesaria. Castilla y Le¨®n fue el ¨²nico territorio que suspendi¨® la vacunaci¨®n con AstraZeneca hasta que, horas despu¨¦s, la Agencia Europea del Medicamento (EMA, en sus siglas en ingl¨¦s), confirm¨® que existen riesgos ¡°muy raros¡± de trombos, pero que los beneficios superan con mucho el peligro.
Incluso la ¡°precauci¨®n¡± que esgrimi¨® la Junta encuentra detractores en el personal sanitario. Amada P¨¦rez, de 64 a?os, trabaja en el gremio y alcanza a comprender que se act¨²e con prudencia hacia un f¨¢rmaco, pero cree que el panorama es el que es ¡°y se genera desconcierto¡±. P¨¦rez, conciliadora, expresa que ¡°la intenci¨®n era buena¡± pero el resultado de tanto carrusel de medidas acaba provocando una ¡°incertidumbre¡± indeseable en estos momentos. En un rato recibir¨¢ la inyecci¨®n, que no le hace mucha ilusi¨®n pero ¡°es lo que toca¡±. ¡°Estoy mentalizada¡±, dice.
Aquellos que se han vacunado salen del Miguel Delibes con un peso menos encima, pero no precisamente contentos. Jes¨²s Rodr¨ªguez, que se pone parsimoniosamente su camisa, jersey y cazadora tras pasar por manos de las enfermeras, destaca que los sanitarios han admitido que no sab¨ªan nada sobre si iban a continuar vacunando o no. ¡°Lo que han hecho no tiene justificaci¨®n¡±, proclama, con la esperanza de que el cabreo se le pase en las 12 semanas que tiene que aguardar hasta la siguiente dosis.