Un regalo de la Tierra
Por ser el lugar donde la vida nace y desde el cual los seres humanos nos hemos desarrollado y evolucionado, la tierra encarna el eje principal de nuestro presente y futuro, adem¨¢s de clamar un llamado urgente por procurar y retribuir aquello que se nos ha dado
Dentro de la mitolog¨ªa griega existe la figura de Gea en lat¨ªn, o bien Gaia para el griego antiguo, nombres que literalmente significan Tierra y que de alguna forma representa uno de los primeros referentes de la humanizaci¨®n para con el planeta que habitamos. As¨ª, como una mujer que brinda vida, la Tierra es para los pueblos ancestrales es una madre que nos ha regalado lo m¨¢s valioso y esencial, la vida.
Ya sea en forma de aire o l¨ªquidos esenciales para la vida, complejos ecosistemas que nos proveen de alimento, vestido y sustento, adem¨¢s de inspiraciones que han hecho posible el desarrollo de la ciencia, el arte, la ingenier¨ªa, arquitectura y todas las disciplinas que nos han hecho evolucionar como especie.
Estas analog¨ªas hist¨®ricas, a¨²n vigentes, hoy ponderan a¨²n a la Madre Tierra como el motor de la vida y dinamismo en todos los ¨¢mbitos que han hecho posible el desarrollo hasta ahora, y que seguramente seguir¨¢n estimulando nuestro paso en el tiempo. Sin embargo, el estado actual por el que atraviesa nuestro hogar en el universo puede poner en riesgo su permanencia.
De acuerdo con la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas, a trav¨¦s de su informe anual El Estado del Clima Global, el de 2020 fue uno de los tres a?os m¨¢s c¨¢lidos registrados en la historia del planeta, a pesar del enfriamiento natural ocasionado por el fen¨®meno de La Ni?a. La temperatura media global este a?o fue de aproximadamente 1.2 grados Celsius por encima del nivel preindustrial (1850-1900).
A este escenario se suma el hecho de que, seg¨²n las previsiones del observatorio de referencia mundial en la medici¨®n de di¨®xido de carbono, la acumulaci¨®n de CO2 en la atm¨®sfera rebasar¨¢ este a?o cerca del 50% de esos mismos niveles preindustriales. Asimismo, el hecho de que del 70.8% de la superficie terrestre sea agua, pero tan s¨®lo el 2.5% es apta para el consumo de 6.000 millones de personas no es un problema menor, ya que al ritmo de consumo actual el futuro de la biodiversidad de muchas zonas del planeta est¨¢ en riesgo.
Procurar esos regalos que se nos han dado para la vida no s¨®lo deben ser resguardados de manera urgente, sino que se deben encontrar diversos mecanismos que frenen y reviertan los efectos negativos que la huella humana provoca constantemente en su deterioro; un llamado real que involucra a todos los actores y ¨¢mbitos de la vida humana, incluyendo el productivo y financiero.
Planteamientos en torno a c¨®mo ser m¨¢s productivos con menos recursos e impacto ambiental, de qu¨¦ manera la movilizaci¨®n puede ser m¨¢s ecol¨®gica y a nuestro favor, as¨ª como la constante incorporaci¨®n verde al ADN empresarial o el desarrollo de negocios, financiamientos e inversiones sostenibles que promuevan las bajas emisiones, son algunas de las iniciativas que incentivan un presente mucho con valores ambientales, sociales y econ¨®micos mucho m¨¢s ¨¦ticos y propicios para el planeta.
Esta es una oportunidad hist¨®rica para que haya un mejor futuro y procurar la vida a todos niveles, que ese regalo milenario que se nos ha dado hasta ahora, la vida, sea retribuido como es debido, preserv¨¢ndolo y poni¨¦ndolo al frente de las prioridades, colaborando en conjunto y de forma consciente: un regalo de la tierra para la tierra misma.