Mil ri?ones trasplantados, mil vidas nuevas
El Cl¨ªnic de Barcelona alcanza el millar de trasplantes renales de donante vivo. El ex secretario general de la OTAN Javier Solana y la estanquera Agustina Jan¨¦ comparten sus experiencias
Ni un segundo se lo piensa Agustina Jan¨¦, de 73 a?os. ¡°Donar un ri?¨®n a mi hijo fue la decisi¨®n m¨¢s f¨¢cil de mi vida¡±, suelta sin titubeos. Tampoco Javier Solana, de 78, vacila un instante: ¡°Cualquier duda que pudiese tener me importaba muy poco. Lo que me importaba era la salud de mi hijo¡±, resuelve. Nada tienen que ver el uno con el otro ¡ª ella, de Esparreguera (Barcelona) y estanquera de profesi¨®n; ¨¦l, natural de Madrid y ex secretario general de la OTAN¡ª, pero ambos guardan una historia paralela en sus mochilas: dieron un ri?¨®n a sus hijos para salvarles la vida. Las suyas solo son dos his...
Ni un segundo se lo piensa Agustina Jan¨¦, de 73 a?os. ¡°Donar un ri?¨®n a mi hijo fue la decisi¨®n m¨¢s f¨¢cil de mi vida¡±, suelta sin titubeos. Tampoco Javier Solana, de 78, vacila un instante: ¡°Cualquier duda que pudiese tener me importaba muy poco. Lo que me importaba era la salud de mi hijo¡±, resuelve. Nada tienen que ver el uno con el otro ¡ª ella, de Esparreguera (Barcelona) y estanquera de profesi¨®n; ¨¦l, natural de Madrid y ex secretario general de la OTAN¡ª, pero ambos guardan una historia paralela en sus mochilas: dieron un ri?¨®n a sus hijos para salvarles la vida. Las suyas solo son dos historias de tantas. Dos de las mil caras, por ejemplo, que ilustran el hito que acaba de alcanzar el hospital Cl¨ªnic de Barcelona: el millar de trasplantes renales de donante vivo. El centro sanitario es el hospital de Espa?a que m¨¢s intervenciones de este tipo ha acometido.
Ya ha llovido desde aquel 22 julio de 1965 cuando los doctores Josep Mar¨ªa Gil-Vernet y Antoni Caralps completaron, precisamente en el Cl¨ªnic, el primer trasplante renal en Espa?a: implantaron a una mujer de 35 a?os un ri?¨®n procedente de un fallecido en accidente de tr¨¢fico. Desde entonces, la t¨¦cnica se ha profesionalizado, con donantes muertos y vivos y con procedimientos menos invasivos, hasta convertir la recepci¨®n de un ri?¨®n en el trasplante m¨¢s com¨²n. En Espa?a se han hecho cerca de 68.000 intervenciones de este tipo, la inmensa mayor¨ªa (63.000) con ¨®rganos procedentes de donantes muertos. Con ri?ones de personas vivas se han practicado m¨¢s de 4.700 trasplantes en toda Espa?a y el Cl¨ªnic, que ha seguido en la avanzadilla desde aquella primera operaci¨®n, ha estado detr¨¢s de m¨¢s del 21% de ellos.
Pau Ibars ten¨ªa 37 a?os cuando en 2010 un an¨¢lisis peri¨®dico revel¨® alteraciones en el ri?¨®n. El hijo de Agustina Jan¨¦ lo explica as¨ª: ¡°Me hicieron una biopsia y se vio que hab¨ªa un problema de filtrado: los gl¨®bulos blancos se quedaban en el ri?¨®n provocando una inflamaci¨®n y cada vez empeoraba m¨¢s el funcionamiento renal¡± . Solo hab¨ªa dos alternativas: di¨¢lisis o trasplante. ¡°En cuanto plante¨¦ que hab¨ªa la posibilidad de trasplante de donante vivo, apareci¨® mi madre y dijo: ¡®Presente, me apunto¡¯. Pero claro, t¨² tampoco quieres que la otra persona pase por ese trago¡±, admite Ibars.
Las dudas asaltan a cada tanto durante el proceso de trasplante, pero, parad¨®jicamente, m¨¢s al receptor que al donante. Josep Maria Campistol, nefr¨®logo y director del Cl¨ªnic, se?ala: ¡°El trasplante de donante vivo es la mejor opci¨®n, pero cada operaci¨®n es un reto. Hay que plantearlo con transparencia y objetividad, con conocimiento. Y, a partir de aqu¨ª, despejar las dudas porque creo que las hay desde el momento cero. Siempre que acepte el trasplante de un donante vivo, el receptor tendr¨¢ un sentimiento de culpabilidad¡±. Coincide Antonio Alcaraz, ur¨®logo y el cirujano al frente de casi dos tercios de los mil trasplantes del Cl¨ªnic: ¡°Habitualmente quien tiene m¨¢s reservas es el receptor, que no quiere que nadie se arriesgue. Nuestra labor es trasmitirle todas las opciones y tranquilizarle en cuanto a los potenciales efectos secundarios. Somos absolutamente garantistas con el donante. Rechazamos al 50% de los potenciales donantes porque pensamos que tienen alguna condici¨®n m¨¦dica que no los hace favorables¡±.
Tambi¨¦n Solana recuerda que su hijo, Diego, era reticente a que le donase un ri?¨®n. ¡°No quer¨ªa hacerme algo que supon¨ªa que era malo para m¨ª, pero como yo sab¨ªa que no era as¨ª, nos empe?amos y sali¨® muy bien¡±, relata el exministro socialista. Su intervenci¨®n fue en 2012. ¡°La ecuaci¨®n era muy clara: yo ten¨ªa dos ri?ones que funcionaban bien y a otra persona a quien yo quer¨ªa mucho le faltaba uno. La resoluci¨®n del problema era sencilla: yo le doy un ri?¨®n a ¨¦l y estamos los dos en igualdad de condiciones. Mi hijo sigue viviendo y yo sigo viviendo. No es ning¨²n drama. La tecnolog¨ªa est¨¢ muy avanzada¡±, zanja el ex secretario general de la OTAN.
La maquinaria del dispositivo de trasplantes ya est¨¢ muy rodada en Espa?a y, en el caso de donaciones de vivo, el proceso es muy garantista. Para asegurar que se trata de un acto altruista y no hay ning¨²n tipo de contraprestaci¨®n econ¨®mica o de otro tipo, el donante tiene que pasar por tres filtros: superar una entrevista m¨¦dica y psicosocial con los profesionales del circuito de trasplantes, tener el aval del comit¨¦ de ¨¦tica del hospital y hacer una declaraci¨®n jurada ante el juez de que su decisi¨®n es informada y libre. El donante es la pieza fundamental del proceso y todos los ojos miran a ¨¦l. Ibars a¨²n recuerda con una sonrisa c¨®mo, antes de la intervenci¨®n, todas las atenciones y los cuidados se focalizaban en su madre: ¡°El doctor me dijo un d¨ªa: ¡®T¨² eres el enfermo y te curaremos. Pero el que da, el que tiene ese momento de generosidad, es el donante y es al que hay que llevar en volandas¡±.
En los ¨²ltimos 20 a?os, los trasplantes se han perfeccionado y las secuelas son m¨ªnimas o nulas para el receptor y el donante. Alcaraz relata: ¡°Los resultados son excelentes, aunque no est¨¢n exentos de algunos fracasos, que son precisamente los que m¨¢s nos duelen. Pero sabemos que funcionan al a?o el 97% de estos ri?ones y es una historia de ¨¦xito¡±. El ur¨®logo agrega que la recuperaci¨®n del donante es ¡°muy r¨¢pida¡± y en apenas tres d¨ªas se va a casa. El receptor tiene que estar hospitalizado un tiempo m¨¢s y seguir vinculado al centro, pero las estancias son cada vez m¨¢s cortas gracias a la mejora de las t¨¦cnicas quir¨²rgicas. ¡°Hemos vivido un refinamiento de la t¨¦cnica que ha evolucionado con los a?os. El primer hito fue en 2002, cuando introdujimos la nefrectom¨ªa laparosc¨®pica, con la que ya no ten¨ªamos que abrir al paciente para quitarle el ri?¨®n y eso result¨® un impulso brutal del n¨²mero de trasplantes de donante vivo. El segundo gran cambio ha sido el implante rob¨®tico, con el que empezamos a hacer trasplantes en 2015: se trata de aplicar t¨¦cnicas m¨ªnimamente invasivas al paciente que m¨¢s lo necesita¡±, sostiene Alcaraz.
Tampoco el perfil de donantes y receptores es el que era. Campistol explica: ¡°La enfermedad renal, en general, es de personas de edad avanzada. La media de inicio de di¨¢lisis est¨¢ en los 70 a?os. Estamos hablando de una persona adulta, aunque hay trasplantes infantiles y adolescentes, y enfermedades hereditarias. Pero la diabetes es hoy la causa principal de la insuficiencia renal cr¨®nica. Nos encontramos con personas de 55 o 60 a?os que tienen una enfermedad renal vascular o diab¨¦tica y les ha planteado la opci¨®n de trasplante¡±. Los donantes, que hace tres d¨¦cadas sol¨ªan ser los padres de receptores de 25 a?os ¡ªhab¨ªa m¨¢s reservas a operar a personas de edad avanzada¡ª, tambi¨¦n han mutado. El director del Cl¨ªnic cuenta: ¡°Como estamos planteando trasplantes a personas de 55 o 60 a?os, buscamos cierta similitud de edad con el donante. Las parejas son una buena opci¨®n. Para los casos m¨¢s j¨®venes, obviamente los padres son otra opci¨®n, pero no descartamos a los abuelos¡±.
El a?o pasado, la pandemia trastoc¨® la buena racha de los trasplantes, que iba de r¨¦cord en r¨¦cord cada a?o. Y al tener la alternativa de la di¨¢lisis, las intervenciones renales fueron, adem¨¢s, las peor paradas. En Espa?a se realizaron 2.702 trasplantes de ri?¨®n en 2020, un 21% menos que el a?o anterior. De ellos, 259 fueron de donante vivo, un 23% menos. Beatriz Dom¨ªnguez-Gil, directora de la Organizaci¨®n Nacional de Trasplantes, asume: ¡°La primera ola fue devastadora, pero desde junio hemos estado en un ritmo cercano al de 2019. Este a?o, la actividad ha sido razonable: en los primeros cuatro meses de 2021, un 7% m¨¢s de donantes y un 29% m¨¢s de trasplantes que en el mismo per¨ªodo de 2020. Pero todav¨ªa seguimos por debajo de las cifras de 2019 y, con la coexistencia de la pandemia, admito que es dif¨ªcil acabar el a?o con el r¨¦cord de 2019¡å.
¡°Hoy no existe la incompatibilidad¡±
Medio siglo de historia de trasplantes renales dan para mucho. Mil trasplantes, mil vidas y mil historias. Algunas, grabadas a fuego en el coraz¨®n de los sanitarios que participan en el proceso. Como aquella abuela que don¨® un ri?¨®n a su nieta, recuerda Campistol, o la exmujer de un paciente en di¨¢lisis que entr¨® a su despacho para ofrecerse de forma voluntaria a ser donante. ¡°Respecto a la compatibilidad¡±, apostilla el director del Cl¨ªnic, ¡°la ¨²nica que tiene que haber es el amor y que sea un acto altruista. Hoy no existe la incompatiblidad. Existen problemas inmunol¨®gicos o de grupo sangu¨ªneo, pero tenemos tratamientos inmunosupresores potentes que consiguen vencerlos¡±.
Alcaraz, veterano entre los veteranos en el quir¨®fano, todav¨ªa recuerda su estreno como primer cirujano. ¡°Como si lo estuviera viviendo en este momento. Fue una nefrectom¨ªa laparosc¨®pica, algo absolutamente disruptivo. Lo recuerdo como si estuviera jugando la final de Champions¡±, relata. Desde entonces, por sus manos han pasado 600 trasplantes de donante vivo en el Cl¨ªnic, m¨¢s de medio centenar en la cl¨ªnica Puigvert y otros tantos en ?frica, adonde viaja a operar siempre que puede escaparse. Dice que trasplantar es, para ¨¦l, ¡°un momento de relajaci¨®n¡±. Y no se inmuta, pase lo que pase. Est¨¦ en la camilla una estanquera de Esparraguera o un exministro. ¡°?Si cambia el tener un paciente con notoriedad p¨²blica? Rotundamente no. No hay ninguna diferencia. Cuando entro al quir¨®fano soy el hombre de hielo¡±, zanja. Aunque hay historias que llegan al alma: ¡°Me impact¨® un hombre con una atrofia caudal, una persona que carece de extremidades inferiores y el abdomen se afila. Era extremadamente complejo poderlo trasplantar y el donante era su hermano. Recuerdo que la dificultad era tanta y el riesgo de que no funcionara tan alto, que sal¨ª a hablar con la familia para ver si quer¨ªan tirar para adelante o parar el procedimiento. Y me impact¨® la fortaleza extraordinaria de este receptor: no he visto a nadie con tanta alegr¨ªa de vivir ante una adversidad tan grande como era su discapacidad f¨ªsica¡±.
A toro pasado, la intervenci¨®n queda como una an¨¦cdota m¨¢s para los donantes y los receptores. Solana ni siquiera encuentra la cicatriz y Jan¨¦ se olvida a menudo de que solo tiene un ri?¨®n. Lo mejor del trasplante, dice Ibars, ¡°es que no sientes que est¨¦s trasplantado¡±: ¡°Lo que me ha regalado mi madre no es un ri?¨®n, es la continuidad de mi vida tal y como la he vivido siempre¡±.