Un sindicato legal en el limbo de la prostituci¨®n

Exultantes, con camisetas donde se pod¨ªa leer ¡°trabajadores sexuales en lucha¡±, las integrantes de la Organizaci¨®n de Trabajadoras Sexuales (Otras) han celebrado p¨²blicamente este lunes la sentencia del Tribunal Supremo que reconoce el derecho a que se sindiquen, entre otros trabajadores sexuales, las prostitutas que no trabajen ¡°por cuenta ajena¡±. El fallo del Supremo, sin embargo, deja m¨¢s interrogantes que respuestas. Permite unirs...

Exultantes, con camisetas donde se pod¨ªa leer ¡°trabajadores sexuales en lucha¡±, las integrantes de la Organizaci¨®n de Trabajadoras Sexuales (Otras) han celebrado p¨²blicamente este lunes la sentencia del Tribunal Supremo que reconoce el derecho a que se sindiquen, entre otros trabajadores sexuales, las prostitutas que no trabajen ¡°por cuenta ajena¡±. El fallo del Supremo, sin embargo, deja m¨¢s interrogantes que respuestas. Permite unirse al sindicato a prostitutas que trabajen por cuenta propia, cuyo n¨²mero se desconoce. No es posible darse de alta como prostituta en la Seguridad Social ni est¨¢ claro con qui¨¦n se puede negociar, puesto que al proxeneta la ley no lo reconoce como empleador. Las integrantes de Otras piden reuniones con las ministras de Igualdad y Trabajo. Ninguno de los dos departamentos ha valorado a¨²n el contenido de la sentencia del Supremo sobre unos estatutos que el Gobierno consider¨® en 2018 ¡°un gol por la escuadra¡±.

Todo arranca en agosto de 2018, cuando por un ¡°error¡± del Ministerio de Trabajo que cost¨® el puesto a la directora general de Trabajo, Concepci¨®n Pascual, se publicaron en el Bolet¨ªn Oficial del Estado (BOE) los estatutos de Otras. La entonces ministra, Magdalena Valerio, consider¨® que formalizar su creaci¨®n en el bolet¨ªn fue ¡°un gol por la escuadra¡±. Cuando la causa estaba en la Audiencia Nacional, Trabajo se?al¨® en un informe que esta organizaci¨®n estaba creada ¡°en fraude de ley¡± para fines distintos a los previstos legalmente. Trabajo se?alaba entonces que los estatutos de Otras ofrecen una ¡°apariencia de legalidad¡± que no es tal. Y recordaba que la legislaci¨®n penal espa?ola no permite trabajar como prostituta por cuenta ajena porque la figura de un posible empresario ¡°en cuanto a proxeneta, queda criminalizada¡±. El actual Ministerio de Trabajo, que encabeza Yolanda D¨ªaz, no ha valorado las posibles repercusiones del fallo del Supremo.

La sentencia del tribunal, que acaba de hacerse p¨²blica, rechaza efectivamente que se pueda ejercer la prostituci¨®n por cuenta ajena y solo incluye con un condicional otras formas posibles de prostituci¨®n que s¨ª podr¨ªan contemplarse en el sindicato: ¡°Si se considera que la prostituci¨®n por cuenta propia s¨ª es legal en nuestro ordenamiento, el sindicato Otras puede dar cabida a estas personas¡±. No se conoce el n¨²mero de prostitutas que ejercen para s¨ª mismas ni el sindicato ofrece el n¨²mero de personas sindicadas en su organizaci¨®n que ejercen la prostituci¨®n.

¡°La cuesti¨®n que se nos plantea es de pura naturaleza sindical, y en este sentido va a desarrollarse la presente resoluci¨®n¡±, se?ala el fallo del Supremo, que no entra en la cuesti¨®n de fondo, en ¡°la legalidad (o ilegalidad)¡± de la prostituci¨®n. El tribunal recuerda, de hecho, que es una decisi¨®n que corresponde al Poder Legislativo, que no ha legislado a¨²n sobre este asunto. El PSOE lleg¨® a manejar un borrador de ley ya en 2018 y el actual Gobierno de coalici¨®n trabaja una ley de trata en la que prev¨¦ perseguir a los proxenetas y a quienes se lucran de la explotaci¨®n de las mujeres, cuyo borrador a¨²n no se conoce. La directora del Instituto de la Mujer, Antonio Morillas, se?al¨® recientemente en una entrevista a InfoLibre que la prostituci¨®n ¡°es una forma de violencia contra las mujeres y una clara vulneraci¨®n de los derechos humanos¡±.

Otras actividades dentro del sindicato

¡°Hasta que Irene Montero no se siente con nosotras y nos escuche va a tener una visi¨®n sesgada de lo que es el trabajo sexual¡±, ha se?alado este lunes la secretaria general del sindicato, Conxa Borrell. ¡°Creo que Yolanda D¨ªaz es m¨¢s sensible, m¨¢s sensata, su feminismo es mucho m¨¢s abierto. Tenemos m¨¢s esperanzas puestas en Yolanda D¨ªaz¡±, ha asegurado sobre la ministra de Trabajo. ¡°En cuanto a Irene Montero, tiene que romper con muchos estigmas que tiene en cuanto a las trabajadoras sexuales¡±, ha a?adido. Y ha invitado a Montero a pasar un d¨ªa con ellas. ¡°Y que disfrute o se vaya horrorizada, pero no se puede tener solo la versi¨®n de la industria del rescate¡±, ha defendido, sobre las ONG que asisten a v¨ªctimas de la explotaci¨®n sexual.

El Supremo no contempla la sindicaci¨®n de prostitutas por cuenta ajena pero Conxa Borrell asegura que sus interlocutoras van a ser esas trabajadoras. Tambi¨¦n ha anunciado que buscar¨¢n reunirse ¡°con la patronal del sector¡±, que ha identificado como la Asociaci¨®n Nacional de Empresarios de Locales de Alterne (ANELA) y la Asociaci¨®n Nacional de Empresarios Mesalina (Asnem).

¡°Es una sentencia favorable a la libertad sindical¡±, se?ala Jes¨²s Lahera, catedr¨¢tico de Derecho al Trabajo de la Universidad Complutense de Madrid. Lahera explica que un aut¨®nomo sin empleador a cargo puede afiliarse a un sindicato general, pero no se pueden crear sindicatos solo con aut¨®nomos. Los estatutos de Otras incluyen otras categor¨ªas de trabajos sexuales que el Supremo admite sin objeciones: trabajadores de alterne (que incitan al consumo en establecimientos abiertos al p¨²blico mediante la provocaci¨®n del deseo sexual en el cliente), bailarines er¨®ticos, actores porno o personas que prestan servicios en centros de masajes. La intenci¨®n del sindicato es que haya un representante de cada uno de esos sectores para elaborar convenios espec¨ªficos.

¡°La cuesti¨®n es que puedes tener una relaci¨®n y prestaci¨®n laboral como camarera, baile o masaje y luego ejercer la prostituci¨®n fuera. Ese contrato no te avala la legalidad de esa actividad pero es muy dif¨ªcil de controlar¡±, se?ala Lahera. ¡°Las fronteras jur¨ªdicamente est¨¢n claras en una relaci¨®n laboral por cuenta ajena, lo que se puede hacer y lo que no. Pero en la realidad es muy complicado porque en la pr¨¢ctica se puede mezclar y tampoco tenemos ahora mismo una ley que proh¨ªba la prostituci¨®n¡±.

Las integrantes de Otras consideran la sentencia un espaldarazo para seguir implantando el sindicato en Espa?a. ¡°Ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil tejer redes en todo el territorio nacional, y afianzar delegaciones¡±, ha explicado Bel¨¦n Drake, secretaria de organizaci¨®n de Otras, que conf¨ªa en ampliar las tres delegaciones existentes hasta ahora, en Madrid, Barcelona y M¨¢laga. Ella, igual que Borrell, ha denunciado el ¡°acoso y derribo¡± al que aseguran que se han visto sometidas hasta ahora. ¡°Durante estos dos a?os y medio se ha dicho de nosotras cualquier cosa: proxenetas, explotadores de mujeres, se nos han pintado las fachadas de nuestras casas, se nos ha agredido en la calle, en pasillos de universidades¡­¡±, ha explicado Borrell.

¡°Con la prostituci¨®n no hay libertad para ninguna mujer¡±, se?ala la presidenta de Mujeres Juristas Themis, ?ngeles Jaime de Pablo. Es una de las organizaciones feministas que piden una ley por la abolici¨®n de la prostituci¨®n. Fueron dos de estas asociaciones ¡ªla Comisi¨®n de la Investigaci¨®n de Malos Tratos a Mujeres y la Plataforma 8 de Marzo de Sevilla¡ª las que denunciaron los estatutos en los tribunales. La Audiencia Nacional les dio la raz¨®n pero el Supremo ha acotado esa decisi¨®n. ¡°Tenemos una posici¨®n abolicionista desde hace mucho tiempo. Defendemos a mujeres que est¨¢n en situaci¨®n de prostituci¨®n y vemos la intensidad en la vulneraci¨®n de derechos¡±, a?ade la presidenta de Themis.

El sindicato, por su parte, ha sido muy cr¨ªtico con lo que han denominado el ¡°feminismo radical¡±. ¡°No se puede decir que el feminismo es abolicionismo. En el feminismo cabemos todas¡±, ha replicado Borrell. ¡°Estamos hasta las narices de que se nos trate como si fu¨¦semos basura. La salud mental de nuestras compa?eras est¨¢ muy tocada y es muy triste que esa violencia se reciba desde las instituciones, de esas instituciones que se hacen llamar Igualdad¡±, ha concluido.