Cinco vidas que ser¨ªan distintas con la ¡®ley trans¡¯: ¡°Me diagnosticaron disforia de g¨¦nero, como si tuviera una enfermedad¡±
Pelear para que reconozcan la filiaci¨®n de una hija, cambiar de colegio para evitar el acoso, sentirse un bicho raro, ser sometido a un exorcismo para ¡®curarse¡¯ de la homosexualidad. Estas son cinco historias que se habr¨ªan escrito de forma muy distinta con la nueva norma
Man¨¦ nunca fue la Mar¨ªa In¨¦s que recog¨ªa su partida de nacimiento. Pilu y Noelia han tenido que pelear con la Administraci¨®n para que su peque?a fuera reconocida como hija de ambas. Lucas ha cambiado hasta tres veces de colegio porque ni sus compa?eros ni algunos profesores le aceptaban como el joven que es. Zoe tuvo que aprender con youtubers cu¨¢l era el camino a seguir y tard¨® a?os en tomar una decisi¨®n porque todos los referentes que ve¨ªa eran ¡°bichos raros¡±. Los padres de Rub¨¦n le sometieron a un exorcismo con 21 a?os y luego le ingresaron en un centro evang¨¦lico de terapias de conv...
Man¨¦ nunca fue la Mar¨ªa In¨¦s que recog¨ªa su partida de nacimiento. Pilu y Noelia han tenido que pelear con la Administraci¨®n para que su peque?a fuera reconocida como hija de ambas. Lucas ha cambiado hasta tres veces de colegio porque ni sus compa?eros ni algunos profesores le aceptaban como el joven que es. Zoe tuvo que aprender con youtubers cu¨¢l era el camino a seguir y tard¨® a?os en tomar una decisi¨®n porque todos los referentes que ve¨ªa eran ¡°bichos raros¡±. Los padres de Rub¨¦n le sometieron a un exorcismo con 21 a?os y luego le ingresaron en un centro evang¨¦lico de terapias de conversi¨®n en Brasil para curarle de su homosexualidad. Estos son los testimonios de cinco vidas que ser¨ªan muy diferentes con la ley trans, que acaba de pasar el primer tr¨¢mite este martes en el Consejo de Ministros.
Man¨¦ Fern¨¢ndez (Gij¨®n, 57 a?os): ¡°Un m¨¦dico me llam¨® por el nombre de mujer que pon¨ªa en mi DNI a pesar de ver mi barba¡±
En su partida de nacimiento se pod¨ªa leer un nombre: Mar¨ªa In¨¦s Fern¨¢ndez. Pero Man¨¦ nunca fue Mar¨ªa In¨¦s y jam¨¢s se identific¨® con ese cuerpo de mujer que le acompa?aba. Hijo de emigrantes asturianos, creci¨® en un hogar de clase media-alta en Santiago de Chile, en medio del ambiente reaccionario de la dictadura de Pinochet. ¡°Sab¨ªa que me sent¨ªa hombre, pero no sab¨ªa c¨®mo llamarlo¡±, explica Man¨¦. Con tres a?os, su familia lo visti¨® de asturiana y llor¨®. Sent¨ªa celos de su hermano. Deseaba lucir una camisa y un pantal¨®n como ¨¦l y deshacerse de ese vestido que le hac¨ªa sentir inc¨®modo. ¡°No entend¨ªa esas diferencias, se lo preguntaba a mis padres, pero me dec¨ªan: ¡®Tu hermano y t¨² no sois lo mismo, ?c¨®mo te vamos a tratar igual?¡±, cuenta Man¨¦, que creci¨® siendo considerado una ni?a lesbiana. A los 16 a?os, un psiquiatra le comunic¨® que era transexual. ¡°Estos temas eran tab¨² en el r¨¦gimen y mis padres hac¨ªan como que no estaba pasando¡±, aclara.
Tras acabar la carrera de Enfermer¨ªa, con 22 a?os, se traslad¨® a Asturias, donde estudi¨® Psicolog¨ªa y empez¨® a sentirse ¡°libre¡±. Ah¨ª inici¨® su transici¨®n: ¡°Me diagnosticaron disforia de g¨¦nero, como si estuviera enfermo¡±, afirma. Despu¨¦s, empez¨® a hormonarse. Se sent¨ªa feliz cuando nac¨ªa vello en su cara e incluso cuando las primeras calvas empezaban a asomar en su cabeza. M¨¢s tarde, se someti¨® a una mastectom¨ªa. ¡°Antes me duchaba con camiseta y con la luz apagada, pero ahora por fin soy feliz con mi cuerpo¡±, cuenta.
Y recuerda que la discriminaci¨®n ha estado presente en muchos momentos: ¡°Una vez un m¨¦dico me llam¨® por el nombre de mujer que pon¨ªa en mi DNI, a pesar de ver mi barba¡±. En 2007, se registr¨® oficialmente como Man¨¦ Fern¨¢ndez. La ley trans incluye la libre autodeterminaci¨®n de g¨¦nero, es decir, que una persona pueda cambiar el nombre y el sexo en el documento de identidad solo con su voluntad y sin necesidad de informes m¨¦dicos o a?os de hormonaci¨®n. Como vicepresidente de la Federaci¨®n Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (FELGTB), Man¨¦ celebra que esta norma llegue al Congreso de los Diputados, porque significa que ¡°se puede seguir trabajando¡±. Y afirma que hay algo que tiene claro: ¡°Si hubiese llegado antes no habr¨ªa pasado tantos a?os invisibilizado. Ahora lo importante es que otras personas no sufran¡±.
Noelia Gonz¨¢lez y Pilu Velver (Madrid, 35 y 33 a?os): ¡°Mi hija no ha sido legalmente mi hija durante m¨¢s de un a?o¡±
Noelia Gonz¨¢lez y Pilu Velver llevaban cuatro a?os juntas cuando decidieron tener un hijo. ¡°No quer¨ªamos esperar a ser m¨¢s mayores para iniciar esta aventura¡±, cuenta Pilu. Accedieron a la reproducci¨®n asistida y en febrero del a?o pasado naci¨® la peque?a F¨¦nix. Sab¨ªan que lo que llegar¨ªa despu¨¦s no ser¨ªa f¨¢cil. Optaron por eludir el requisito al que siguen sometidas las parejas de mujeres para poder inscribir en el registro civil a los beb¨¦s como hijos o hijas de ambas: casarse. Si no lo cumplen, la ¨²nica opci¨®n que tiene la mujer no gestante es adoptar, el proceso en el que ha estado sumida Pilu hasta que la semana pasada se reconoci¨® su filiaci¨®n. ¡°Mi hija no ha sido legalmente mi hija durante m¨¢s de un a?o¡±, se?ala. La ley trans pretende revertir este obst¨¢culo y que puedan obtener la filiaci¨®n a partir de una declaraci¨®n seg¨²n un formulario oficial.
La pareja ten¨ªa claro que casarse no era una opci¨®n. ¡°No creemos en el matrimonio, porque supone una organizaci¨®n de las relaciones que no va con nosotras¡±, subraya Pilu. Lo que m¨¢s ¡°coraje¡± le daba era que fuera una imposici¨®n, y hacerlo solo por conseguir la filiaci¨®n no les parec¨ªa ¡°razonable¡±. As¨ª que Pilu inici¨® el proceso de adopci¨®n, que se vio postergado seis meses por la pandemia. La odisea continu¨® en septiembre, cuando les dieron cita para acudir al juzgado, donde ambas tuvieron que prestar declaraci¨®n antes de pasar a la Fiscal¨ªa. Adem¨¢s, se vieron obligadas a someterse a un an¨¢lisis psicosocial. ¡°La psic¨®loga y la trabajadora social nos dijeron que esa situaci¨®n era injusta. Me sent¨ª muy vulnerable¡±, apunta Pilu, que no ha tenido derechos sobre su hija y no pudo optar a una baja de maternidad cuando esta naci¨®. ¡°Que un momento tan importante en nuestra vida dependiera de otras personas y no de nuestra voluntad como pareja nos generaba incertidumbre e incluso miedo. Es una discriminaci¨®n legal que todo el Estado permite¡±, se?ala Noelia.
Zoe Fern¨¢ndez de la Mata (Brunete, Madrid, 22 a?os): ¡°Te sientes por detr¨¢s del resto, con una infancia y adolescencia fingidas¡±
¡°Yo llevaba un par de a?os de mucha incomodidad conmigo misma, de experimentar con mi cuerpo: me pon¨ªa piercings, me los quitaba, me te?¨ªa el pelo, me lo cortaba¡ No era el tipo de malestar que se pasa con un te?ido. Y empec¨¦ a barajar otras opciones¡±. Zoe Fern¨¢ndez tiene una voz muy dulce, 22 a?os y m¨¢s de la mitad del grado de Literatura cursado en la Universidad Complutense de Madrid. En 2019 inici¨® su transici¨®n para ser la mujer que es hoy. El proceso estuvo marcado por la confusi¨®n: ¡°No ten¨ªa ni idea de por d¨®nde empezar¡±. Ella reclama m¨¢s referentes que no hagan sentir a los menores trans ¡°como bichos raros¡±. En su caso, esa carencia de espejos en los que mirarse retras¨® su decisi¨®n: ¡°Cuando era peque?a sab¨ªa que quer¨ªa ser una chica pero ve¨ªa a la Veneno, a las prostitutas drogadictas que sal¨ªan en Callejeros y pensaba: no quiero ser eso, quiero ser como mis amigas, tener una vida normal¡±.
Aprendi¨® escuchando a youtubers trans, que hablaban de que se necesitaba un informe psicol¨®gico, acudir al endocrino, del ¡°infierno burocr¨¢tico¡± de cambiar el nombre y el sexo en el DNI. Lleva un a?o tomando estr¨®genos. La joven universitaria es muy cr¨ªtica con la disparidad que hay de tratamientos por comunidades e incluso por especialistas: ¡°Hace falta unificaci¨®n y falta mucha m¨¢s investigaci¨®n¡±. La futura ley trans prev¨¦ protocolos de salud con equipos multidisciplinares para acompa?ar a las personas trans y apuesta por investigar en innovaci¨®n tecnol¨®gica para la atenci¨®n sanitaria de este colectivo.
¡°Cualquier cambio es mejor que vivir con esto dentro y tener que estar guard¨¢ndolo¡±, se?ala. Con todo, asegura que el proceso que ha vivido con su familia y sus amigos ¡°no fue para nada hostil¡±, aunque tiene la sensaci¨®n de haberse perdido episodios de su vida: ¡°Hay cosas que viv¨ª en mi adolescencia como chico que echo de menos haber experimentado como chica. Te sientes por detr¨¢s del resto, que la infancia y la adolescencia que has tenido han sido fingidas¡±. Espera que ¡°todo ser¨¢ mucho m¨¢s f¨¢cil¡± para otros si prospera la ley, que incluye llevar la realidad trans como tem¨¢tica en las aulas con esos referentes que Zoe tanto ech¨® de menos: ¡°Es un gran avance para los ni?os, porque les va a permitir saber qui¨¦nes son y ubicar su identidad antes de que las hormonas la ubique por ellos, antes de que desarrollen los pechos, les cambie la voz o den el estir¨®n¡±.
Rub¨¦n Moreno (Valencia, 33 a?os): ¡°Nunca pens¨¦ que mi vida estaba hecha para salir del armario¡±
A Rub¨¦n Moreno jam¨¢s se le pas¨® por la cabeza contarle a sus padres que era gay. Nacido en el seno de una familia ultrarreligiosa de pastores evang¨¦licos, creci¨® con un destino grabado a fuego: ¡°Mi idea era estar todo el d¨ªa en la iglesia, casarme e intentar hacer feliz a esa persona dentro de mis posibilidades. Nunca pens¨¦ que mi vida estaba hecha para salir del armario¡±, cuenta. Fue un descuido lo que cambi¨® todo. Un d¨ªa, la familia de Rub¨¦n ley¨® una conversaci¨®n que el joven manten¨ªa por chat con un chico: ¡°Si mi familia se entera de que soy gay, me muero¡±. El mensaje no daba lugar a dudas. ¡°Mis padres me hicieron sentir sucio y me dijeron que los hab¨ªa defraudado¡±, apunta el hombre, que hab¨ªa asistido durante meses a cursos cristianos. Tras someterle a un exorcismo a los 21 a?os, decidieron ingresarle en un centro evang¨¦lico de terapias de conversi¨®n en Brasil. ¡°Un pastor me com¨ªa la cabeza y me comparaba la homosexualidad con la zoofilia o la pedofilia¡±, recuerda.
La futura ley trans prev¨¦ prohibir en Espa?a todo tipo de m¨¦todos o terapias destinados a modificar la orientaci¨®n o identidad sexual o la expresi¨®n de g¨¦nero de una persona. Se considerar¨¢ infracci¨®n ¡°muy grave¡± y estar¨¢ castigada con multas de hasta 150.000 euros.
Los padres le retiraron el dinero de la cuenta para que no pudiera regresar a Espa?a antes de lo previsto. Despu¨¦s de tres meses, el joven volvi¨® a casa de su familia en Valencia, donde reconoce que viv¨ªa con miedo: ¡°Mi entorno era religioso, mis amigos, mi familia... no ten¨ªa a d¨®nde ir¡±, aclara. Tras dos intentos de suicidio y un ingreso en un centro psiqui¨¢trico ¡ª ¡°atado con una camisa de fuerza¡±, recuerda¡ª, Rub¨¦n rompi¨® la relaci¨®n con su hogar. Cuenta que ahora ha empezado a enderezar su vida: ¡°He completado los estudios que abandon¨¦ a los 15, voy a empezar Farmacia este a?o, tengo pareja...¡±. Cree que la ley trans puede ser un avance, pero mantiene que queda mucho por hacer. ¡°Lo que hubiese agradecido de peque?o es que un tutor o un profesor se hubiera dado cuenta de lo que estaba pasando. Me hubiera salvado de todo lo que he vivido¡±, afirma.
Lucas S¨¢nchez (Alcal¨¢ de Henares, Madrid, 15 a?os): ¡°Una profesora me hizo llorar hasta el ¨²ltimo d¨ªa porque me trataba como mujer¡±
Lucas S¨¢nchez tiene 15 a?os. Le gusta ir al gimnasio, escuchar casi todo tipo de m¨²sica ¡ª¡±menos el reguet¨®n, por la connotaci¨®n machista¡±¡ª. Cursa 4? de la ESO con ¡°bienes, aprobados y alg¨²n notable¡±, y de mayor quiere estudiar una ingenier¨ªa de Imagen y Sonido. ¡°Cuando cumpl¨ª los 13, en diciembre de 2018, sal¨ª del armario como chico trans con mis padres¡±, explica por tel¨¦fono junto a su madre, Pilar S¨¢nchez. El acompa?amiento y la ayuda que encontraron en el grupo de Cogam de Familias Transformando les ayud¨® mucho a andar ese camino, pero, para llegar hasta ah¨ª, tuvo que cambiar dos veces de colegio. En el que curs¨® infantil, le pegaron en grupo ¡°por ser una persona distinta¡±. En su segundo colegio tambi¨¦n sufri¨® bullying y, en el que est¨¢ ahora, agresiones f¨ªsicas de algunos alumnos y verbales ¡°hasta de los profesores¡±. ¡°Me dec¨ªan que era mi culpa y que me merec¨ªa lo que me pasaba¡±, asegura. Despu¨¦s de consensuarlo con sus padres, lo anunci¨® en su clase. La respuesta no fue positiva. El tutor lo llev¨® a hablar con el director para preguntar si de verdad se sent¨ªa un hombre y si ten¨ªa que llamarle Lucas. Otra profesora, de baja durante el tiempo en el que el chico inici¨® el tratamiento hormonal que cambi¨® su aspecto (le agrav¨® el timbre de voz y facilit¨® la aparici¨®n de la barba), le sigui¨® considerando una chica: ¡°Me hizo llorar hasta el ¨²ltimo d¨ªa porque me trataba como mujer¡±.
La futura ley trans prev¨¦, entre otras medidas, incluir contenidos relativos al tratamiento ¡°de la diversidad sexo-afectiva y familiar de las personas LGTBI¡± en los temarios para hacerse docente y en los que trata el alumnado, un aspecto que, de existir, ya habr¨ªa mejorado la vida de Lucas, asegura su madre: ¡°El primer paso se da cuando la Administraci¨®n reconoce que son ciudadanos iguales que el resto y con los mismos derechos¡±.
Este joven est¨¢ a punto de conseguir su primer DNI como chico. Ha tardado casi dos a?os, en los que necesit¨® un informe psiqui¨¢trico y certificar que se estaba hormonando. Con la nueva norma habr¨¢ un plazo m¨¢ximo de tres meses entre el momento de la solicitud y la ratificaci¨®n, m¨¢s otro mes m¨¢s para conseguir el documento, y se elimina la necesidad de presentar informes. En el caso de Lucas S¨¢nchez, al ser menor de 16 a?os, tendr¨ªa que ir acompa?ado de sus padres, que no lo han dejado solo en ning¨²n momento. ¡°Estoy a gusto con mi cuerpo y conmigo mismo porque en los documentos me van a tratar como soy¡±, asegura.