La quinta ola perpet¨²a los da?os colaterales de la pandemia en enfermos de c¨¢ncer y cr¨®nicos
La Organizaci¨®n Europea del C¨¢ncer calcula que podr¨ªan quedar sin diagnosticar un mill¨®n de tumores en Europa a causa de la crisis sanitaria. Los m¨¦dicos lamentan que el auge de contagios haya vuelto a frenar la atenci¨®n a otras patolog¨ªas
En silencio absoluto, apenas interrumpido por el pitido intermitente de un monitor lejano y el susurro de alguna enfermera, el doctor Antoni de Lacy contiene la respiraci¨®n en su quir¨®fano. Sobre la camilla, un paciente con un tumor de recto. Por delante, lo que iba a ser una intervenci¨®n quir¨²rgica para extirparlo. Pero no. Lacy, curtido cirujano del Hospital Cl¨ªnic de Barcelona, no lo ve claro. El paciente tiene insertados cinco brazos laparosc¨®picos en el abdomen, uno de ellos con una c¨¢mara integrada y otros cuatro con aparejos quir¨²rgicos que permiten operar de forma menos invasiva. Lacy mira a las pantallas del quir¨®fano que reproducen la imagen del intestino en tiempo real y frunce el ce?o. Mueve esa especie de joysticks con soltura, coge un poco de tejido aqu¨ª, cauteriza all¨¢, aparta un ac¨²mulo amarillento de grasa y vuelve a parar. ¡°Este tumor es muy grande¡±, resopla. La intervenci¨®n es factible desde el punto de vista t¨¦cnico, pero la masa maligna es demasiado grande y, si quieren lograr una resecci¨®n total, que no queden c¨¦lulas que puedan reproducir el tumor, hay que dar quimioterapia antes. La intervenci¨®n se para. Lacy, entre el enfado y la desaz¨®n, lamenta: ¡°Estos son los da?os colaterales de la covid. Un paciente con un a?o de cuadro cl¨ªnico [sangre en heces] al que no se le detect¨® el tumor antes. Ahora vemos enfermos que se diagnostican m¨¢s tarde¡±.
Este paciente no es el ¨²nico, ni el primero ni el ¨²ltimo, asume Lacy. ¡°La covid ha sido un desastre. Se llega al diagn¨®stico m¨¢s tarde. No tenemos pacientes en estadios iniciales de la enfermedad. Los casos que nos llegan para operar ¨²ltimamente son tumores avanzados¡±, se queja. La presi¨®n asistencial del ¨²ltimo a?o, con los hospitales volcados en atender enfermos de covid y la atenci¨®n primaria desbordada con casos leves y el rastreo de positivos y contactos, ha entorpecido la accesibilidad al sistema de salud. Las consultas se retrasan y los diagn¨®sticos se demoran.
La Organizaci¨®n Europea del C¨¢ncer calcula que alrededor de un mill¨®n de casos de c¨¢ncer han podido quedar sin diagnosticar y, adem¨¢s, se han dejado de hacer 100 millones de pruebas de detecci¨®n precoz, como la de sangre en heces o las mamograf¨ªas, durante la crisis sanitaria, lo que provoc¨® diagn¨®sticos en etapas posteriores y una disminuci¨®n de la supervivencia general. ¡°El 30% de los pacientes con c¨¢ncer que oper¨¢bamos estaban diagnosticados por screening [las pruebas rutinarias]: los operabas y el 90% se quedaba curado con la cirug¨ªa. Estos pacientes, sin embargo, ya no los tenemos ahora. Pero la enfermedad est¨¢. Sigue ah¨ª¡±, apostilla Lacy.
Tras un an¨¢lisis que recopila estudios, informes y entrevistas con el sector oncol¨®gico, la Organizaci¨®n Europea del C¨¢ncer estima que los m¨¦dicos europeos vieron 1,5 millones de pacientes menos con c¨¢ncer en el primer a?o de pandemia en toda Europa y los retrasos en los tratamientos oncol¨®gicos a causa de la crisis sanitaria llegaron a afectar a uno de cada dos pacientes con c¨¢ncer ¡ªahora calculan que afecta a uno de cada cinco¡ª.
Rafael L¨®pez, jefe de oncolog¨ªa del Hospital de Santiago y presidente de la Fundaci¨®n para la Excelencia y la Calidad de la Oncolog¨ªa (ECO), alerta de que ¡°los da?os colaterales de la covid van a ser m¨¢s importantes que la propia pandemia¡±: ¡°El desastre es muy grande. Los ingleses calculan que la mortalidad en c¨¢ncer crecer¨¢ un 30%. La ¨¦poca m¨¢s dura fue a finales del a?o pasado, en la que ve¨ªas aut¨¦nticas monstruosidades, tumores tan avanzados que no pod¨ªas hacer nada. Eso ahora se ha reducido, pero los tumores avanzados los vamos a seguir viendo, van a ir apareciendo en los pr¨®ximos meses o a?os¡±.
Los efectos del par¨®n asistencial no son plenamente cuantificables, pero empiezan a brotar las primeras cifras del impacto. Seg¨²n un estudio de varias sociedades cient¨ªficas espa?olas, durante la primera ola, los nuevos diagn¨®sticos cayeron un 21% y las pruebas para detectar posibles tumores, como las citolog¨ªas, bajaron hasta un 30%. Una investigaci¨®n en Inglaterra se?ala tambi¨¦n reducciones en la incorporaci¨®n de pacientes al circuito oncol¨®gico, sobre todo durante el primer azote de la pandemia, que pueden provocar un importante exceso de muerte por c¨¢ncer en un a?o. Tambi¨¦n un estudio en Francia ha reportado retrasos en los tratamientos de pacientes reci¨¦n diagnosticados, sobre todo, en tumores de mama, pr¨®stata y en las neoplasias no metast¨¢sicas.
L¨®pez advierte que el auge de la quinta ola perpet¨²a las demoras y todos los da?os colaterales que subyacen de los retrasos en el diagn¨®stico y la atenci¨®n a una patolog¨ªa que es esclava del tiempo: cuanto m¨¢s tarde se aborde, peor pron¨®stico. ¡°Esta nueva ola significa m¨¢s retrasos en diagn¨®sticos y la sociedad nos va a juzgar por esto. No hemos sido capaces de adaptarnos. Es entendible que la primera ola nos pillara descolocados, pero no es de recibo estar en una quinta ola sin una estructura que mantenga el resto de patolog¨ªas¡±, lamenta L¨®pez.
El presidente de la Fundaci¨®n ECO alerta, adem¨¢s, de que algunos pacientes siguen teniendo miedo a acudir al hospital. No es el terror al contagio de la primera ola, pero persisten las reticencias. Salvador Morales, presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Cirujanos se?ala que estos temores, junto a la falta de pruebas de detecci¨®n precoz y las dificultades de acceso a una atenci¨®n primaria ¡°desbordada¡± alentaron los retrasos asistenciales: ¡°Un paciente me dijo que en el confinamiento tuvo un sangrado en heces, pero no vino al hospital por temor al virus. Hay que decirle a la gente que no tenga miedo y que busquen la f¨®rmula de acceder al sistema. Hay que retomar las pruebas diagn¨®sticas y apoyar a la atenci¨®n primaria¡±. En este mensaje coincide Enriqueta Felip, vicepresidenta de la Sociedad Espa?ola de Oncolog¨ªa M¨¦dica (SEOM): ¡°Atenci¨®n primaria est¨¢ colapsada, pero el circuito preferente para las sospechas de c¨¢ncer sigue existiendo. Si una persona tiene s¨ªntomas, tiene que consultar¡±.
Descompensados
Desde la puerta de entrada al sistema sanitario, la atenci¨®n primaria advierte de que los da?os colaterales de la covid van mucho m¨¢s all¨¢ del c¨¢ncer. Salvador Tranche, presidente de la Sociedad Espa?ola de Medicina Familiar y Comunitaria, insiste en que a las consultas llegan ¡°cuadros muy evolucionados que derivar¨¢n en una mayor mortalidad¡±. Y enumera tres grandes efectos colaterales que trajo la pandemia: la reducci¨®n de las actividades preventivas, como los cribados de c¨¢ncer, que retrasan el diagn¨®stico y el tratamiento; la afectaci¨®n sobre enfermedades tiempo-dependientes, ¡°con infartos y apendicitis muy evolucionadas o tumores sin posibilidad de abordaje quir¨²rgico¡±; y, en tercer lugar, la descompensaci¨®n de los enfermos cr¨®nicos. ¡°Encontramos cuadros cl¨ªnicos que no hab¨ªamos visto en a?os, con un deterioro de los niveles de control de patolog¨ªas como la diabetes o la insuficiencia respiratoria. Se ha descompensado, adem¨¢s, toda la patolog¨ªa mental y hay muchas demoras para pruebas diagn¨®sticas. Veo el futuro con mucha preocupaci¨®n porque estamos cansados y faltan recursos humanos¡±, se?ala Tranche.
El sistema ha aprendido a combinar la covid con la atenci¨®n r¨¢pida a las patolog¨ªas agudas y urgentes, pero suspende en la asistencia a los pacientes cr¨®nicos, arguye ?ngel Cequier, presidente de la Sociedad Espa?ola de Cardiolog¨ªa. Los pacientes con insuficiencia card¨ªaca, ¡°que necesitan un ajuste muy fino, se desestabilizan con m¨¢s facilidad¡±, apunta, y el control de la diabetes y la hipertensi¨®n, que requiere anal¨ªticas y visitas frecuentes, se ha perdido en muchos pacientes. ¡°El problema es ver c¨®mo vamos a recuperar la calidad y el seguimiento de los pacientes cardiovasculares. La covid tambi¨¦n puede desestabilizar estas dolencias y condiciona un incremento de la mortalidad. Vamos a pagar el impacto de la p¨¦rdida del continuum asistencial¡±, agrega Cequier. El cardi¨®logo avisa de que las barreras en el acceso a atenci¨®n primaria, ¡°que es quien identifica y da la alarma de una patolog¨ªa cardiovascular¡±, limitar¨¢n el diagn¨®stico; y la reducci¨®n de pruebas, como los cateterismos, repercutir¨¢ en el abordaje terap¨¦utico.
Una de las grandes paradojas que ha dejado la pandemia, sostiene Albert Goday, jefe de secci¨®n de Endocrinolog¨ªa del Hospital del Mar de Barcelona, es que ¡°la diabetes y la obesidad son los factores de curso cl¨ªnico m¨¢s desfavorables ante la covid¡±, pero estas y otras dolencias ¡°han quedado relegadas¡± dentro del sistema sanitario. Incluso pese a ser decisivas ante una infecci¨®n por coronavirus. Ante el aluvi¨®n de casos en la quinta ola en Catalu?a, los hospitales tuvieron que volver a suspender actividad quir¨²rgica y, en su hospital, se?ala Goday, ¡°el primer programa que se suspendi¨® fue la cirug¨ªa bari¨¢trica¡±, un procedimiento para tratar la obesidad cuando el paciente no responde a tratamiento. ¡°A una persona que llevaba dos a?os esperando esta intervenci¨®n, que hace un sprint final para intentar adelgazar y llegar lo mejor posible a la operaci¨®n, la tienes que llamar y decirle que no se va a operar. Esto es dur¨ªsimo. Hab¨ªa hecho mucho esfuerzo personal para cambiar de h¨¢bitos y tiene que seguir esperando. Es terrible¡±, lamenta el endocrin¨®logo. Y asume que los retrasos en intervenciones y pruebas suponen un aumento de peso en los obesos, parones en los tratamientos y empeoramiento de su situaci¨®n cl¨ªnica. ¡°Llegaremos m¨¢s tarde a tratarlos¡±.
Lo peor fue la primera ola, concuerdan los especialistas consultados. Pero de aquellos barros, estos lodos. La pandemia no ha dado tregua y el sistema no se ha recuperado. El retraso suma y sigue. ¡°Los intervalos sin olas son tan cortos que no hemos remontado. El continuum asistencial est¨¢ muy deteriorado¡±, avisa Cequier.
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