El asesinato de Jo?o Silveira y la violencia racista en Am¨¦rica Latina
La Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos advierte de que a pesar de las pol¨ªticas p¨²blicas a favor de la poblaci¨®n afro, la discriminaci¨®n sigue haciendo dif¨ªcil la vida de las comunidades negras en la regi¨®n
A Jo?o Alberto Silveira Freitas lo mat¨® el racismo. Dos hombres blancos que trabajaban como guardias de seguridad en un supermercado de Porto Alegre, en Brasil, lo asfixiaron. Beto, como le dec¨ªan sus amigos, ten¨ªa 40 a?os, era pap¨¢ de cuatro (una ni?a y tres ni?os) y muri¨® como muri¨® George Floyd, pero no con la rodilla de un polic¨ªa e...
A Jo?o Alberto Silveira Freitas lo mat¨® el racismo. Dos hombres blancos que trabajaban como guardias de seguridad en un supermercado de Porto Alegre, en Brasil, lo asfixiaron. Beto, como le dec¨ªan sus amigos, ten¨ªa 40 a?os, era pap¨¢ de cuatro (una ni?a y tres ni?os) y muri¨® como muri¨® George Floyd, pero no con la rodilla de un polic¨ªa encima, sino las de dos hombres que permanecieron por m¨¢s de cinco minutos sobre su cuerpo tirado en el piso. Sucedi¨® el 19 de noviembre pasado, en la v¨ªspera del D¨ªa de la Conciencia Negra, que se celebra en Brasil para redimir la resistencia de los negros contra la esclavitud.
La justicia brasile?a ya ha acusado a seis personas por el crimen de Silveira Freitas ¡ªa los dos hombres que le dieron la paliza y a otros cuatro empleados del almac¨¦n se?alados como c¨®mplices¡ª y la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha puesto su nombre en la lista de casos de violencia contra personas negras en Am¨¦rica. La Comisi¨®n se?ala que no se trata de un simple incidente, como quisieron mostrarlo las autoridades reci¨¦n ocurri¨® el crimen. Se trata de un patr¨®n que se repite por toda la regi¨®n.
En Colombia, a Anderson Arboleda la polic¨ªa lo mat¨® a golpes en la cabeza por estar en la calle cuando se hab¨ªa decretado confinamiento por la pandemia. Ten¨ªa 24 a?os y su muerte, se?ala la CIDH en un informe publicado este martes, demostr¨® que la violencia racial que ejercen las autoridades no son casos aislados. En los ¨²ltimos meses de 2020, la Comisi¨®n document¨® otros asesinatos de j¨®venes afrocolombianos. Harold Morales, un afrodescendiente de 17 a?os, falleci¨® tras recibir un disparo en la espalda por parte de un polic¨ªa; Juli¨¢n Gonz¨¢lez, de 27 a?os, fue baleado en el abdomen en una protesta.
La CIDH tambi¨¦n recuerda el caso de Alberth Sneider Centeno, l¨ªder de la comunidad gar¨ªfuna Triunfo de la Cruz, en Honduras. ?l y otros tres hombres, todos negros, todos afroind¨ªgenas, fueron secuestrados el 18 de julio del a?o pasado en lo que parec¨ªa ser un operativo policial. Ha transcurrido m¨¢s de un a?o y no se sabe nada de ellos, el Gobierno no ha hecho mucho para encontrarlos. La Comisi¨®n le pide al Estado hondure?o que investigue.
¡°La Comisi¨®n tambi¨¦n ha observado que debido a las condiciones de pobreza y pobreza extrema a las que han estado expuestas los afrodescendientes en la regi¨®n, son cada vez m¨¢s vulnerables a situaciones de violencia armada¡±, se?ala el documento, en el que aunque aplaude los esfuerzos de pa¨ªses como Colombia por la implementaci¨®n de programas de reparaci¨®n colectiva para grupos ¨¦tnicos, pide hacer un mayor esfuerzo. ¡°En Colombia, dentro de los 8 millones de colombianos registrados como v¨ªctimas del conflicto armado, m¨¢s de un mill¨®n pertenecen a comunidades negras, afrocolombianas, raizales y palenqueras, siendo este grupo ¨¦tnico racial el que m¨¢s reporta n¨²mero de v¨ªctimas¡±, recuerda el informe.
Las personas negras no solo son violentadas cuando hombres blancos las someten hasta matarlas, como en el caso de Jo?o Alberto Silveira Freitas, tambi¨¦n cuando son expuestas a la pobreza y la desigualdad solo por ser negras. La CIDH dice que con la pandemia de covid-19 se han profundizado las disparidades raciales y esto -se?ala- ha impactado en mayor medida a los afrodescendientes, que ¡°experimentan altos riesgos de contagio y muerte debido a factores como el lugar de residencia y el entorno f¨ªsico¡±. La Comisi¨®n reitera lo que comunidades en el Pac¨ªfico colombiano o en las favelas brasile?as han reclamado desde el inicio de la crisis sanitaria: ?c¨®mo garantizar el distanciamiento social cuando se vive en hacinamiento?, ?c¨®mo lavarse las manos si no hay agua? ¡°En el caso de Brasil, la CIDH observ¨® con preocupaci¨®n el impacto desproporcionado de la covid-19, particularmente por el n¨²mero elevado de casos en ¨¢reas geogr¨¢ficas de concentraci¨®n de esta poblaci¨®n ¨¦tnica-racial como favelas y comunidades quilombolas¡±.
Seg¨²n cifras citadas en el informe, en R¨ªo de Janeiro, donde 1,5 millones de personas viven en favelas, las condiciones de hacinamiento e insalubridad dificultan la implementaci¨®n de las medidas de aislamiento para la contenci¨®n de la pandemia; en la favela m¨¢s grande de R¨ªo, Rocinha, una de cada cuatro personas examinadas ya hab¨ªa sido contagiada en junio de 2020. En febrero de este a?o se hab¨ªan registrado 1.897 contagios y 192 muertes en comunidades quilombolas. El olvido al que han estado sometidas estas poblaciones tambi¨¦n mata. ¡°No es el ¡®ser afrodescendiente¡¯ lo que facilita el contagio de la covid-19; por el contrario, reafirma que es la discriminaci¨®n estructural y sistem¨¢tica enfrentada por la poblaci¨®n afrodescendiente hist¨®ricamente lo que la torna m¨¢s vulnerable a la infecci¨®n¡±, recalca la Comisi¨®n.
La CIDH recuerda que la mayor¨ªa de las zonas habitadas por afrodescendientes suelen ser ¨¢reas geogr¨¢ficas con niveles bajos de desarrollo que se evidencia sobre todo en el acceso a servicios p¨²blicos y a la educaci¨®n. En Hait¨ª, por ejemplo, una de cada dos personas de 15 a?os o mayor no sabe leer ni escribir. En otros lugares como Argentina a los afro los han querido negar. ¡°Se ha naturalizado la creencia de que no hay personas de este origen ¨¦tnicoracial, producto de la negaci¨®n hist¨®rica de ciudadanos de descendencia africana en la conformaci¨®n de la naci¨®n¡±, se?ala la comisi¨®n, que cuenta que entre 2008 y 2019 hubo m¨¢s de 5.000 denuncias de v¨ªctimas de racismo en ese pa¨ªs.
En el caso de las mujeres, adem¨¢s de la misma discriminaci¨®n racial que padecen los hombres, tienen poco espacio para que sus voces sean escuchadas. La Comisi¨®n se?ala que las afrodescendientes ¡°contin¨²an enfrentando profundos desaf¨ªos en el ejercicio de sus derechos civiles y pol¨ªticos y, en comparaci¨®n con el resto de las mujeres, est¨¢n notoriamente subrepresentadas en instancias de decisi¨®n como en los senados y parlamentos de la regi¨®n¡±. Tampoco tienen mucho lugar en los medios de comunicaci¨®n y cuando lo consiguen son estereotipadas bajo el r¨®tulo de ex¨®ticas. ¡°Estas representaciones impactan de forma agravada en su estigmatizaci¨®n, persecuci¨®n y criminalizaci¨®n¡±, dice la CIDH, que ve con preocupaci¨®n lo que pasa en Brasil, en donde -dice- los hechos de violencia letal contra las mujeres afrodescendientes han aumentado un 15%, mientras que los asesinatos de mujeres no afrodescendientes han disminuido en 8%.
Durante la ¨²ltima d¨¦cada, se?ala el informe de la Comisi¨®n, ha habido avances en pol¨ªticas p¨²blicas a favor de las personas afro, pero no han sido suficientes. La pobreza como consecuencia de la discriminaci¨®n hist¨®rica y estructural sigue haciendo dif¨ªcil la vida de las comunidades negras en Am¨¦rica Latina.
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