Primera demanda contra el Estado por la adopci¨®n forzada de hijos en Pa¨ªses Bajos
Trudy Scheele-Gertsen fue obligada a renunciar a su hijo en 1968 porque era madre soltera y pide que se reconozca lo ocurrido. Cerca de 15.000 mujeres holandesas pasaron por el mismo trance entre 1956 y 1984
Diez d¨ªas despu¨¦s de dar a luz a su hijo en febrero de 1968, Trudy Scheele-Gertsen, una joven holandesa de 22 a?os, sali¨® de la casa de acogida para madres solteras dirigida por monjas cat¨®licas donde lo hab¨ªa tenido. Aunque iba sin el beb¨¦, no pensaba abandonarlo. Estudiante de enfermer¨ªa, quer¨ªa recogerlo en cuanto consiguiera un empleo y una casa, pero no volvi¨® a verlo hasta pasados 48 a?os. Sus padres no la quer¨ªan de vuelta con el ni?o, que llam¨® Willem Jan, y a pesar de sus repetidas protestas fue forzada a darlo en adopci¨®n. Trudy tiene hoy 75 a?os y es una de las cerca de 15.000 mujeres ¨Ddenominadas madres a distancia¨D que pasaron por el mismo trance en Pa¨ªses Bajos entre 1956 y 1984. Este viernes ha demandado por la v¨ªa civil al Estado ante los tribunales por lo ocurrido: quiere que se reconozca que fue presionada por las autoridades para que renunciara a su peque?o. La Abogac¨ªa del Estado aduce que el caso ha prescrito y la presi¨®n ejercida pudo ser tambi¨¦n social y no solo por parte de la Administraci¨®n.
¡°Lo ocurrido es un trauma imborrable, y el reconocimiento de que no fue culpa nuestra es una forma de sobrellevarlo¡±, ha dicho Trudy Scheele-Gertsen emocionada ante los jueces. ¡°Nos descalificaron como personas por no ofrecer lo que se consideraba una familia estable al ni?o, y hay un sentimiento de culpa generalizado entre las que pasamos por esto. De soledad, porque la sociedad nos apart¨®, y es algo que sigue ocurriendo hoy. Por ejemplo, con las mujeres que son asaltadas y les culpan de lo que les ha pasado. Esto no debe prescribir¡±, ha a?adido, hecha ya un mar de l¨¢grimas. Ella tuvo acceso a?os despu¨¦s a su expediente completo, donde el servicio de Protecci¨®n de Menores ¡°cuenta una historia que no es la m¨ªa. Se asegura que no fui a ver al ni?o, y que estuve en una reuni¨®n y firm¨¦ los documentos renunciando a ¨¦l desde el principio; y no es verdad¡±, ha puntualizado. Los firm¨® a?os despu¨¦s, y para saber qu¨¦ pas¨® con su hijo debi¨® pedirle permiso cuando era ya mayor de edad para leer las notas correspondientes a su adopci¨®n. Ella se cas¨® y tiene otros tres hijos, y aunque se ha reencontrado con el primog¨¦nito, el dolor sigue vivo.
Su abogada, Lisa-Marie Klomp, ha alegado que el Estado es responsable de esta renuncia forzada porque ¡°ten¨ªa la obligaci¨®n de proteger a la madre, pero fue excluida por el hecho de estar soltera. Se abandon¨® a madre e hijo a trav¨¦s de Protecci¨®n de Menores, que impidi¨® que recuperase al ni?o con documentos y un relato que mi clienta no reconoce como suyo¡±, ha indicado. En 2017, la universidad holandesa de Radboud public¨® un estudio a instancias del Ministerio de Justicia donde cifraba en 15.000 los ni?os holandeses adoptados en su propio pa¨ªs entre 1956 y 1984. Sus conclusiones se?alaban que ¡°la presi¨®n de los m¨¦dicos, familias de las madres solteras, asistentes sociales y otras instancias del sector pod¨ªa ser tan fuerte que imped¨ªa mantenerlos juntos¡±.
Historias no escuchadas
Las tres juezas del tribunal han invitado a otras madres presentes a que tomaran la palabra, y la sala ha enmudecido ante una historias que no se hab¨ªan escuchado de esta manera en p¨²blico. ¡°Estas madres, que no fantasean, piden reconocimiento por algo que no debe prescribir¡±, ha dicho Will van Sebille, que tuvo a su hijo en 1967, a los 17 a?os, y despu¨¦s lo adoptaron sin que ella pudiera decidir. ¡°Soy una de las hijas adoptadas y estoy aqu¨ª tambi¨¦n en nombre de mi madre. Creo que puede hablarse de violencia institucional en lo ocurrido¡±, ha a?adido Eug¨¦nie Smits van Waesberghe, adoptada en 1966 y experta en educaci¨®n especial. Entre sollozos, otras madres han hecho hincapi¨¦ en los errores de sus expedientes, y en que se insist¨ªa en su incapacidad para atender a unos hijos por los que pelearon sin ¨¦xito.
Mette van Asperen, abogada del Estado, ha alegado la prescripci¨®n del caso y tambi¨¦n que no se le puede echar la culpa a la Administraci¨®n porque hubo presiones de todo tipo. ¡°Hay adem¨¢s una investigaci¨®n ministerial en marcha sobre todas las madres en estas circunstancias, y se ha admitido que lo ocurrido es una p¨¢gina negra de la historia del pa¨ªs¡±. El instituto holand¨¦s Clara Wichmann ¨Dque fue una de las primeras juristas de Pa¨ªses Bajos¨D apoya este caso y representa a otras mujeres en la misma situaci¨®n que la demandante. Tambi¨¦n la secunda la Fundaci¨®n de Madres a Distancia, que sostiene que en el pasado se evitaba de forma sistem¨¢tica que las madres solteras pudieran tener la tutela de sus hijos. El fallo ser¨¢ p¨²blico en diciembre.
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