La Palma, con el miedo de que el volc¨¢n sepulte de nuevo a sus difuntos

La lava no da tregua. Ni siquiera a los muertos. Fernanda Fern¨¢ndez (83 a?os) vive con el miedo en el cuerpo desde que el volc¨¢n de La Palma entr¨® en erupci¨®n el pasado 19 de septiembre. Adem¨¢s de los da?os que las coladas est¨¢n causando en su isla, reza todos los d¨ªas porque el magma no sepulte el cementerio de Los ?ngeles, com¨²nmente llamado de Las Manchas. ¡°La mitad de mis familiares por parte de padre est¨¢ enterrada ah¨ª¡±, y enumera una larga lista de difuntos. ¡°Mi abuelo, mi abuela, mi t¨ªa Mar¨ªa, su...

La lava no da tregua. Ni siquiera a los muertos. Fernanda Fern¨¢ndez (83 a?os) vive con el miedo en el cuerpo desde que el volc¨¢n de La Palma entr¨® en erupci¨®n el pasado 19 de septiembre. Adem¨¢s de los da?os que las coladas est¨¢n causando en su isla, reza todos los d¨ªas porque el magma no sepulte el cementerio de Los ?ngeles, com¨²nmente llamado de Las Manchas. ¡°La mitad de mis familiares por parte de padre est¨¢ enterrada ah¨ª¡±, y enumera una larga lista de difuntos. ¡°Mi abuelo, mi abuela, mi t¨ªa Mar¨ªa, sus dos hijos, sus hermanas Leonor y Catalina...¡±. Ese camposanto se encuentra ahora mismo hundido en ceniza. La lava lo acecha a unos 200 metros, con la sola protecci¨®n de la monta?a Cogote. Este domingo, la Unidad Militar de Emergencias acudi¨® al recinto a limpiar parcialmente las cenizas.

Fernanda Fern¨¢ndez no es m¨¢s que un ejemplo de la pena que arrastran centenares de palmeros para los que velar a sus muertos en fechas se?aladas como la de este lunes supone algo m¨¢s que una tradici¨®n. En La Palma hay una veintena de cementerios. El de Las Manchas es el mayor de todos los de la zona, con m¨¢s de 5.000 tumbas y un millar de metros cuadrados de superficie. Es, adem¨¢s, el ¨²nico de la isla con crematorio, ahora inutilizado, lo que est¨¢ complicando a¨²n m¨¢s la vida de los isle?os. Los que se lo pueden permitir, env¨ªan los cad¨¢veres a Tenerife.

Otros a?os, Fern¨¢ndez habr¨ªa ido a poner flores a sus allegados. ¡°Yo tengo que ir all¨¢... Si pudiera habr¨ªa ido en un d¨ªa se?alado como hoy¡±. Ha ido, eso s¨ª, a depositar flores al cementerio de San Pedro y est¨¢ esperando a que su hijo la lleve al de Bre?a Alta, donde se encuentra enterrado su marido.

¡°En la poblaci¨®n palmera, como en tantas otras, sigue arraigada la tradici¨®n de ir a poner flores a los cementerios. Sobre todo el d¨ªa de los difuntos¡±, explica Carmen Linares, decana del Colegio Oficial de Psicolog¨ªa de Santa Cruz de Tenerife y coordinadora de la atenci¨®n psicol¨®gica de emergencia en la isla. ¡°Nos dimos cuenta del problema a ra¨ªz de la gente que nos ven¨ªa explicando esta preocupaci¨®n¡±, explica.

Linares se percat¨® de que hab¨ªa que dar una alternativa a estas personas ¡°para evitar el sufrimiento que supone no poder ir al cementerio¡±. Decidieron actuar en dos v¨ªas distintas.

La primera, el aspecto ¡°m¨¢s fuerte¡± del proceso, consiste en trabajar la parte ¡°m¨¢s espiritual¡±. ¡°La persona no est¨¢ ah¨ª, en realidad¡±, relata. ¡°Est¨¢ en todas las vivencias, en todos los momentos que compartiste con ella. Ah¨ª es donde se ha de quedar la persona, para que ning¨²n acontecimiento natural, como que la lava del volc¨¢n sepulte el cementerio, lo pueda arrebatar¡±, contin¨²a. Este planteamiento, explica la psic¨®loga, no ser¨¢ ¡°generalizado¡±. ¡°Cada caso es distinto, tenemos que tener en cuenta aspectos importantes como las creencias de cada uno o c¨®mo de arraigadas las tenga¡±.

Este trabajo puede no ser suficiente, por ello, se ha previsto dar una alternativa a ese lugar de culto, para que los dolientes puedan depositar ¡°un ramo de forma simb¨®lica¡±, o dar asistencia para que monten en su propia casa un peque?o altar que les permita amortiguar el dolor.

En este sentido, el Ayuntamiento de Los Llanos de Aridane ha anunciado que tiene previsto celebrar eucarist¨ªas en una carpa instalada en una plaza del municipio para aquellos que no puedan acudir a Las Manchas.

El sacerdote Alberto Hern¨¢ndez es el p¨¢rroco de La Laguna y Todoque. El primer barrio est¨¢ evacuado; el segundo, arrasado. Lleva d¨ªas escuchando las mismas preguntas de sus feligreses, al final de la misa: ¡°?Podremos ir al cementerio? ?Podr¨¦ llevar unas flores a mi madre, a mi marido, a mi hermano, a mi hija...?¡±. El religioso tambi¨¦n es de la opini¨®n de que hace falta un acto ¡°simb¨®lico¡± que ¡°pueda canalizar ese deseo de estas personas ya maltratadas de sobra por la erupci¨®n, que no se queden tambi¨¦n con la pena por no haber cumplido con la memoria anual de sus seres queridos difuntos¡±.

Y una vez que pase el d¨ªa de los difuntos no queda otra que seguir esperando. ¡°Rezo todos los d¨ªas para que no llegue¡±, se lamenta Fernanda Fern¨¢ndez. ¡°Cada vez que veo las noticias por la televisi¨®n me dan ganas de llorar. Ya nos pas¨® un volc¨¢n y nos libramos. Espero que no sea este el que les pase por encima¡±.