La dolorosa lista de quienes necesitan un hogar tras perderlo por el volc¨¢n: ¡°Mi casa era mi mundo¡±
Al menos 159 familias se han quedado sin su vivienda en La Palma tras el paso de la lava. Un equipo de 15 trabajadoras sociales ha dise?ado el baremo para priorizar a las m¨¢s vulnerables. Por ahora se van a repartir 18 pisos
Jos¨¦ Carlos Gonz¨¢lez, de 65 a?os, se jubil¨® hace unos meses. Era profesor de Formaci¨®n Profesional. Lo intenta, pero es incapaz de recordar el nombre oficial del grado que impart¨ªa. Est¨¢ como desorientado, tiene los ojos encharcados y acumula restos de ceniza en las orejas. ¡°Llevo d¨ªas llorando como un machango (Canarismo que significa un mu?eco, aunque tambi¨¦n se utiliza para llamar a alguien tonto o payaso), pero el baj¨®n de ayer [por el mi¨¦rcoles] fue demasiado y he tenido que venir al psic¨®logo¡±, cuenta en la puerta de la Casa Massieu, la oficina de atenci¨®n a los damnificados que se ha montado en el sur del municipio de Los Llanos de Aridane, en La Palma. Tiene una obsesi¨®n: cada noche cuando se acuesta recorre mentalmente cada rinc¨®n de su casa, las estanter¨ªas de madera que tall¨® ¨¦l mismo, la cuna de su nieto, los objetos de su sal¨®n. Hace tres semanas que la lava tritur¨® su vivienda, de 380 metros cuadrados. El trabajo de toda una vida. ¡°Mi casa era mi mundo, con mis aguacates. El maldito volc¨¢n ha acabado con todo en un momento¡±. Como ¨¦l, 300 familias han pasado ya por este lugar para solicitar una nueva vivienda al Gobierno canario, bien porque han perdido su casa o porque han sido evacuadas. Otras muchas m¨¢s han acudido a esta oficina desde donde se centralizan tambi¨¦n otro tipo de ayudas, desde las econ¨®micas al apoyo psicol¨®gico.
La recepci¨®n de los que llegan a contar su historia se hace con mimo. El centro de operaciones es un antiguo caser¨®n con un patio interior por el que suben escaleras y pasajes de madera. Todo muy amplio y con mucha luz natural. En la sala de espera, rostros de derrota, de falta de energ¨ªa vital. Las trabajadoras sociales salen a recibirles y les acompa?an hasta habitaciones donde podr¨¢n hablar sin que nadie les escuche. Lo primero siempre es preguntarles c¨®mo est¨¢n y, si rompen a llorar o no pueden expresarse, hay un grupo de psic¨®logas que les atienden all¨ª mismo. Esther Cabrera, de 60 a?os, es una de las trabajadoras sociales. ¡°Est¨¢n en una situaci¨®n inestable de indefensi¨®n. Ves en su mirada que cuando tienen que hablar les cuesta, tienen que respirar. Intentamos que se cree una conversaci¨®n, que no se convierta en un interrogatorio¡±. Su compa?era Carolina Torrero, de 48, cuenta que muchos de los que llegan ¨Dya han entrevistado a 300 familias de entre el total de 7.000 personas evacuadas¨D construyeron sus casas con sus manos. ¡°Estaban asentados y empezaban a disfrutar de la jubilaci¨®n. Se han quedado descolocados¡±.
Ese recorrido mental que hace Jos¨¦ Carlos tiene una explicaci¨®n. ¡°Es la negaci¨®n del duelo, son incapaces de despedirse de ello y lo recorren mentalmente. No pueden aceptarlo, les duele demasiado¡±, explica Laura Uriarte, psic¨®loga de la oficina. Para levantarles el ¨¢nimo les cuenta c¨®mo sus antepasados levantaron casas despu¨¦s de antiguas erupciones, les recuerda que hacer muebles de madera va con ellos, que es casi un rito familiar que ha pasado por varias generaciones. ¡°Al fin y al cabo, viven en una isla volc¨¢nica¡±, reflexiona.
Un equipo de 15 trabajadoras sociales se cre¨® ex profeso para hacer frente a esta situaci¨®n y se le encomend¨® dos misiones contra reloj. Por un lado, entrevistar a todas las familias que hubiesen perdido su vivienda habitual ¨Dno segundas viviendas o destinadas a uso tur¨ªstico¨D para crear una ¡°ficha social¡± en la que se recogiese toda la informaci¨®n sobre su situaci¨®n previa y actual: las caracter¨ªsticas de su casa, si perdieron alg¨²n otro bien como una finca agr¨ªcola (el 30% de los ingresos de la isla provienen de ese sector), la sede de un negocio propio, veh¨ªculos... o cuestiones relacionadas con sus deseos, como d¨®nde les gustar¨ªa que se ubicase su casa definitiva. Un cuestionario de unos 10 folios y con una duraci¨®n de una hora. La otra tarea era el dise?o de un baremo que otorgase una puntuaci¨®n a cada una de esas casu¨ªsticas.
El Gobierno de Canarias ya tiene lista la gu¨ªa que establece las prioridades para la entrega de las 18 primeras viviendas a los vecinos de La Palma que han perdido sus casas por la erupci¨®n del volc¨¢n. ¡°La idea es que con datos muy objetivos podamos medir la necesidad de cada familia, el baremo ya ha sido revisado por la comisi¨®n t¨¦cnica¡±, explica a este peri¨®dico Candelaria Delgado, presidenta del Colegio de Trabajo Social de Santa Cruz de Tenerife, el ¨®rgano encargado de realizar esta tarea. No son apartamentos definitivos: se entregar¨¢n a finales de la pr¨®xima semana en r¨¦gimen de alquiler ¨Dcon una bonificaci¨®n del 90% al 100%¨D por un periodo de tres a?os, hasta que se levanten las viviendas permanentes. Se trata de edificios que nunca han sido habitados, comprados por el Gobierno de Canarias ¨Da trav¨¦s de la empresa p¨²blica de vivienda Visocan¨D a bancos, fondos de inversi¨®n y particulares. Trece de las viviendas est¨¢n en el municipio de Tazacorte, en el suroeste de la isla, y cinco en Fuencaliente, al sur.
El baremo consiste en un total de 600 puntos que se dividen en tres bloques, el de mayor peso es el que se refiere a la vivienda. Se valora si esa familia tiene una alternativa habitacional, si ha encontrado un alquiler y cu¨¢ntos meses puede hacer frente al pago, o si ha tenido que acudir a uno de los hoteles puestos a disposici¨®n de los damnificados por el Gobierno canario. En este apartado, se tendr¨¢ en cuenta, por ejemplo, si la alternativa que se ha encontrado de vivienda es inestable porque el pr¨¦stamo tiene un l¨ªmite de tiempo o si hay hacinamiento de varias familias en una misma vivienda, entre otras situaciones. Todo punt¨²a. En segundo lugar, se analizan los ingresos de la unidad familiar, datos que se cruzan con otras administraciones como la Agencia Tributaria. En tercer y ¨²ltimo lugar, se hace una radiograf¨ªa de la situaci¨®n social, si hay alguna persona dependiente, con discapacidad funcional, el n¨²mero de hijos, si hay alguna mujer embarazada, si la familia tiene alguna persona mayor a su cargo, o si se trata de una v¨ªctima de violencia machista, entre otros aspectos.
De momento, se han detectado 159 familias que han perdido su ¨²nica vivienda tras haber sido engullida por la lava. Un n¨²mero que, seg¨²n indic¨® esta semana el consejero de obras p¨²blicas, Sebasti¨¢n Franquis, se incrementar¨¢ en las pr¨®ximas semanas. Adem¨¢s de las 18 primeras viviendas, se comprar¨¢n 46 en Fuencaliente y otras 29 en Los Llanos, a las que se sumar¨¢n otras 23 en El Paso y siete que son propiedad del Instituto Canario de Vivienda. Un total de 125 se entregar¨¢n antes de final de a?o. Adem¨¢s, se van a instalar 200 viviendas modulares prefabricadas de madera en un terreno cedido por el Ayuntamiento de El Paso. Para costear estas adquisiciones, el Ejecutivo canario ha destinado 10 millones de euros a los que se suman los 224 transferidos por el Gobierno central (de los que 20 se destinar¨¢n a vivienda).
Otra compa?era del equipo de trabajadoras sociales, Maeva P¨¦rez, de 40 a?os, est¨¢ sorprendida porque est¨¢ viendo que muchos est¨¢n tremendamente dolidos por lo que han perdido sus vecinos. ¡°Esta parte de comunidad rota les afecta, tienen un v¨ªnculo emocional muy fuerte, es una forma de vivir que caracteriza a esta isla¡±. Maeva hace algunas pausas y respiraciones. Ellas tambi¨¦n empiezan a notar el desgaste. Casi todos expresan que quieren vivir con sus mismos vecinos. ¡°El territorio es limitado y no est¨¢ claro si se va a poder construir encima de la lava. Ahora nos adelantamos y les preguntamos en qu¨¦ escenario se ven cuando llegue la fase de reconstrucci¨®n, es como una carta a los Reyes Magos¡±, apunta la jefa, Candelaria Delgado. Elena Jer¨®nimo es la coordinadora del equipo de trabajadoras sociales. ¡°Aqu¨ª contribuimos a aliviar su dolor, a mirar al futuro con esperanza, a dise?ar y so?ar una nueva realidad donde se pueda seguir disfrutando de una isla m¨¢gica y prospera¡±.
Jos¨¦ Carlos y su esposa est¨¢n en casa de un familiar que, hasta ahora, alquilaba a turistas. Est¨¢ tan sobrepasado que lleva un zapato de cada. No se dio cuenta al salir. ¡°Yo pido que me den una casa terrera ¨Dcomo se llama en la zona a las viviendas de una planta con zona de jard¨ªn¨D, no de 400 metros, pero peque?ita. No me veo viviendo en un piso, y mi mujer hace su vida con las vecinas, somos como una familia... si no me queda otra tendr¨¦ que aceptar uno de esos pisos¡±, se lamenta.
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