Restricciones: ?deben ser para todos o solo para los no vacunados por covid?
Epidemi¨®logos, expertos en salud p¨²blica y bio¨¦tica eval¨²an la conveniencia de imponer medidas como en otros pa¨ªses europeos golpeados por la nueva ola de covid
Los 47 millones de espa?oles se han igualado en muchas cosas durante la pandemia. Todos han pasado por un confinamiento domiciliario m¨¢s propio de un guion de Hollywood que de las noticias del telediario. Han caminado por calles sin bares, visto playas sin turistas y cambiado los dos besos de toda la vida por un saludo a metro y medio de distancia. Las mascarillas y el gel hidroalcoh¨®lico han pasado a ser de uso diario, incluso para quienes los miraban con recelo. Han sido, en resumen, meses de sufrimiento y sacrificios compartidos frente a un virus que ya se ha llevado 90.000 vidas en el pa¨ªs...
Los 47 millones de espa?oles se han igualado en muchas cosas durante la pandemia. Todos han pasado por un confinamiento domiciliario m¨¢s propio de un guion de Hollywood que de las noticias del telediario. Han caminado por calles sin bares, visto playas sin turistas y cambiado los dos besos de toda la vida por un saludo a metro y medio de distancia. Las mascarillas y el gel hidroalcoh¨®lico han pasado a ser de uso diario, incluso para quienes los miraban con recelo. Han sido, en resumen, meses de sufrimiento y sacrificios compartidos frente a un virus que ya se ha llevado 90.000 vidas en el pa¨ªs.
La situaci¨®n empez¨® a cambiar a medida que avanzaba la campa?a de vacunaci¨®n y se hac¨ªa evidente que una parte de los ciudadanos ¡ªalgo menos de cuatro millones de personas hasta ahora¡ª no se ha vacunado. Un escenario que podr¨ªa cambiar a¨²n m¨¢s si Espa?a sigue la senda marcada por otros pa¨ªses europeos, que han empezado a imponer restricciones dirigidas solo a este grupo.
Austria confin¨® el pasado lunes a los no inmunizados y, aunque en las ¨²ltimas horas ha extendido la medida a toda la poblaci¨®n ante el empeoramiento de los indicadores de la pandemia, volver¨¢ a aplicarla de forma selectiva tras los 20 d¨ªas de confinamiento general. Alemania tambi¨¦n ha dado pasos en el mismo sentido, Rumania ha impuesto un toque de queda para los no vacunados y Letonia incluso ha aprobado una ley que permite a las empresas despedir a quienes rechacen inocularse las dos dosis.
Son solo cuatro ejemplos destacados de una corriente que coge fuerza a medida que empeora la situaci¨®n epidemiol¨®gica en pa¨ªses cuya cobertura vacunal sigue siendo baja. Seg¨²n el repositorio de la Universidad de Oxford OurWorldinData, apenas el 67% de los alemanes han completado la pauta, porcentaje que desciende al 64% de austr¨ªacos, 61% de letones y se desploma al 28% de rumanos. En Espa?a, seg¨²n la misma fuente, el porcentaje asciende al 81% de la poblaci¨®n total (el 91% de quienes pueden recibirla, ya que a¨²n no hay vacuna aprobada para los ni?os menores de 12 a?os) y los expertos apuntan a que son esos puntos porcentuales de diferencia los que explicar¨ªan la mejor situaci¨®n que vive el pa¨ªs. La circulaci¨®n del virus est¨¢ en ascenso, s¨ª, pero frente a incidencias que superan el millar de casos por 100.000 habitantes a 14 d¨ªas, Espa?a est¨¢ en 112, seg¨²n los datos publicados este viernes por el Ministerio de Sanidad.
¡°La situaci¨®n en Espa?a es distinta y, por tanto, no ser¨ªa proporcional aplicar ahora este tipo de medidas. Pero en el futuro, en una situaci¨®n parecida, considero que la opci¨®n de imponer limitaciones de movilidad o acceso seg¨²n estar o no vacunado es justificable ¨¦ticamente¡±, explica Federico de Montalvo, presidente del Comit¨¦ de Bio¨¦tica de Espa?a y miembro de la Ponencia de Vacunas, el grupo de expertos que marca las l¨ªneas maestras de la exitosa estrategia de vacunaci¨®n seguida en Espa?a.
¡°Llegado el caso, no tiene por qu¨¦ recibir el mismo trato quien ha llevado a cabo una conducta con un impacto positivo en la comunidad que quien ha decidido no hacerlo. No le castigo, pero no le tengo por qu¨¦ tratar igual al gestionar una situaci¨®n de crisis. En el documento de la Estrategia de Vacunaci¨®n se dice que la vacuna es ¡®no obligatoria¡¯, no que sea voluntaria, y eso tiene una intenci¨®n: recoger la consideraci¨®n de que no vacunarse no es tan aceptable como hacerlo¡±, sigue De Montalvo.
Esta diferenciaci¨®n adquiere importancia en el momento en el que vuelve a estar sobre la mesa la posibilidad de nuevas restricciones: ¡°La limitaci¨®n de derechos no tiene por qu¨¦ ser la regla general, que es en lo que a veces caemos por la din¨¢mica de la pandemia. Es la excepci¨®n. Por lo tanto, no tengo por qu¨¦ limitar igual a todos, sino a aquellas personas que suponen un mayor riesgo¡±, contin¨²a. ¡°Todos lo suponemos un poco, pero la evidencia muestra que las vacunas reducen mucho las posibilidades de contraer la infecci¨®n y que, por tanto, es m¨¢s probable que la vida de los no vacunados est¨¦ en riesgo y tambi¨¦n puedan contagiar m¨¢s a otras personas¡±, concluye el presidente del Comit¨¦ de Bio¨¦tica de Espa?a.
Elena Vanessa Mart¨ªnez, presidenta de la Sociedad Espa?ola de Epidemiolog¨ªa (SEE), se muestra mucho m¨¢s cauta al abrir este debate. ¡°En primer lugar, creo que tenemos la suerte de no enfrentarnos a algunas situaciones. La aceptaci¨®n de las vacunas es muy elevada y esto en parte es gracias a que la vacunaci¨®n se ha presentado siempre como algo voluntario y positivo¡±, afirma.
¡°Adem¨¢s, no creo que sea bueno focalizar contra ning¨²n grupo. Quienes no se han vacunado son solo una peque?a parte de la poblaci¨®n. Muchos no son antivacunas, sino que hay razones socioecon¨®micas, laborales o similares. Seguimos teniendo poblaciones muy vulnerables, que no logramos que entren en contacto con el sistema sanitario, y me parecer¨ªa un error infligirles un nuevo castigo¡±, a?ade Mart¨ªnez, que ve ¡°una senda peligrosa dar en salud un trato distinto a las personas seg¨²n unos comportamientos que muchas veces obedecen a condicionantes que no dependen de ellas¡±.
Medidas para proteger a la poblaci¨®n
Para esta experta, ¡°las medidas tienen que estar centradas en proteger a la poblaci¨®n y hay otras m¨¢s efectivas como las que se han ido relajando en los ¨²ltimos meses¡±. ¡°Aqu¨ª se han mantenido las mascarillas, por ejemplo, mientras en el norte de Europa se quitaron hace meses y ahora vuelven¡±, ilustra.
Quique Bassat, epidemi¨®logo e investigador Icrea en el instituto ISGlobal, califica de ¡°coercitivas para empujar a la poblaci¨®n a vacunarse¡± las medidas adoptadas en otros pa¨ªses, aunque duda de ¡°si tendr¨ªan mucho efecto en Espa?a porque al porcentaje de poblaci¨®n en el que ya puedes influir es muy reducido¡±. ¡°Tenemos un 9% de poblaci¨®n vacunable que no lo ha hecho. No s¨¦ si se ha hecho un buen an¨¢lisis de su composici¨®n, pero imagino que hay una parte que son abiertamente antivacunas y no los vas a convencer. Quiz¨¢ s¨ª haya otro grupo de ap¨¢ticos sobre los que medidas concretas s¨ª podr¨ªan funcionar¡±, apunta.
Antoni Trilla, jefe de Medicina Preventiva de Salud P¨²blica, considera importante ¡°no discriminar¡±. ¡°El certificado europeo tiene la virtud de que no puede considerarse discriminatorio, porque puedes hacer lo mismo si tienes un test negativo, y pone el foco en lo fundamental: reducir el riesgo de contagio. Si acaso, si no quieres estar haci¨¦ndote la prueba cada tres d¨ªas, el certificado puede considerarse un incentivo a vacunarse y eso es positivo¡±, afirma.
Ildefonso Hern¨¢ndez, portavoz de la Sociedad Espa?ola de Salud P¨²blica y Administraci¨®n Sanitaria (SESPAS), ve estas medidas como una ¨²ltima opci¨®n. ¡°Yo agotar¨ªa antes todos los recursos de convencimiento respecto a la vacunaci¨®n y medidas de prevenci¨®n. Y har¨ªa una buena evaluaci¨®n del balance beneficio-riesgo de cada nueva medida a implementar, no vayan a obtenerse efectos contraproducentes como incrementar el rechazo a las vacunas¡±, concluye.