Vigiladas y con denuncia: El doble error del sistema con los asesinatos machistas de Eva, Katia y Warda
43 mujeres han muerto a manos de sus parejas o exparejas en 2021. La mayor¨ªa no denunciaron, pero las instituciones fallaron tambi¨¦n a las nueve que s¨ª que lo hicieron. La violencia de g¨¦nero acab¨® con la vida de siete menores, la ¨²ltima el 30 de diciembre
Se llamaban Warda, Katia y Eva. Son tres de las 43 asesinadas en este 2021 por sus parejas o exparejas. Todos los casos son terribles y dejan un profundo dolor social. Pero hay veces que se encienden todas las alarmas porque las mujeres pidieron protecci¨®n y no fueron protegidas, como les pas¨® a ellas. Warda Ouchen, que ten¨ªa 28 a?os y estaba embarazada de tres meses, hab¨ªa denunciado en dos ocasiones y lleg¨® a tener una orden de alejamiento que ya no e...
Se llamaban Warda, Katia y Eva. Son tres de las 43 asesinadas en este 2021 por sus parejas o exparejas. Todos los casos son terribles y dejan un profundo dolor social. Pero hay veces que se encienden todas las alarmas porque las mujeres pidieron protecci¨®n y no fueron protegidas, como les pas¨® a ellas. Warda Ouchen, que ten¨ªa 28 a?os y estaba embarazada de tres meses, hab¨ªa denunciado en dos ocasiones y lleg¨® a tener una orden de alejamiento que ya no estaba en vigor. Fue asesinada junto a su hijo de siete a?os en Sa Pobla (Mallorca) el 17 de mayo. La orden de Katia Carolina, de 35 a?os, s¨ª estaba vigente. Pero su expareja la mat¨® en la madrugada del 23 de mayo en Zaragoza. Eva Jaular y su beb¨¦ de 11 meses tambi¨¦n contaban con una orden de alejamiento en vigor que deb¨ªa protegerles de la violencia de su ex. ?l se la salt¨® y ella llam¨® a la Guardia Civil. Los agentes acudieron al domicilio en Lia?o de Villaescusa (Cantabria) pero no detuvieron al agresor, seg¨²n apuntan fuentes del caso. La mujer y la beb¨¦ fueron asesinadas el 17 de diciembre.
Tras casi dos a?os de pandemia, y despu¨¦s de un 2020 que dej¨® la tasa m¨¢s baja de asesinadas hasta la fecha, 2021 repite como el a?o con menos asesinatos machistas de la serie hist¨®rica, una reducci¨®n para la que los expertos piden margen para poder analizar y explicar.
Desde 2003 han sido asesinadas 1.125 mujeres por sus parejas o exparejas. Los hijos e hijas tambi¨¦n son v¨ªctimas: desde 2013, 336 se han quedado hu¨¦rfanos y han perdido la vida 46 menores, la ¨²ltima una ni?a de tres a?os a la que mat¨® presuntamente su padre en Madrid este jueves 30 de diciembre para despu¨¦s suicidarse. Fue la madre de la ni?a y exmujer del hombre la que dio la voz de alarma porque no se la devolvi¨®. Es lo que se conoce como violencia vicaria dentro del maltrato machista: atacar a alguien por persona interpuesta. En el caso m¨¢s extremo, se consuma matando a los ni?os para hacer el mayor da?o posible a la madre. El t¨¦rmino violencia vicaria se ha popularizado en este segundo a?o pand¨¦mico tras el caso de Anna y Olivia, las ni?as a las que mat¨® su padre en Tenerife. El cuerpo de la mayor fue hallado en una bolsa de deporte en el fondo del mar por el buque que llevaba semanas rastreando el oc¨¦ano. El cuerpo de Anna, la peque?a, no ha sido encontrado.
Las mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas, y los ni?os y ni?as asesinados en ese contexto son los casos que se contabilizan oficialmente hasta ahora. En 2022, entrar¨¢n en la estad¨ªstica tambi¨¦n el resto de feminicidios, los que se producen m¨¢s all¨¢ de una relaci¨®n sentimental, como cuando una mujer es asesinada tras ser violada o cuando un maltratador mata a su suegra adem¨¢s de a su esposa.
El an¨¢lisis de los datos actuales muestra dos variables que los especialistas siguen analizando para buscar soluciones. ?Por qu¨¦ la mayor¨ªa de las asesinadas no hab¨ªan denunciado? El 79% no lo hizo en 2021, un porcentaje similar al de a?os anteriores. Y, sobre todo, ?por qu¨¦ el sistema es incapaz en algunas ocasiones de proteger a las que s¨ª lo hicieron y estaban bajo el radar de jueces y polic¨ªas?
¡°Evidentemente, es un fallo del sistema que tenemos que analizar no solo el poder ejecutivo, tambi¨¦n el poder judicial¡±, admiti¨® recientemente la delegada del Gobierno contra la Violencia de G¨¦nero, Victoria Rosell, sobre el caso de Cantabria, en el que la Guardia Civil ha abierto una investigaci¨®n para saber por qu¨¦ los agentes no se llevaron detenido al presunto asesino cuando la mujer avis¨®. Nueve de las asesinadas hab¨ªan denunciado en 2021. A siete se les hab¨ªan decretado medidas de protecci¨®n. Cinco ten¨ªan esas medidas en vigor cuando las mataron, seg¨²n datos oficiales. Ah¨ª es donde est¨¢ el doble error de las instituciones: algo falla cuando no las ven, pero es a¨²n m¨¢s grave cuando las tienen delante porque ellas han dado la voz de alarma y aun as¨ª las matan.
Denuncias ¡°tras muchos a?os de violencia¡±
¡°Las mujeres que se acercan al sistema no pueden ser invisibilizadas por ¨¦l¡±, resume Miguel Lorente, forense y exdelegado del Gobierno contra la Violencia de G¨¦nero. ¡°Sobre todo sabiendo que lo hacen despu¨¦s de muchos a?os de violencia [la media supera los ocho a?os antes de denunciar], con muchos miedos, inseguridades y culpabilizaciones¡±. Todo el sistema edificado durante a?os para conseguir proteger a las mujeres ¨Duna ley de 2004, un sistema policial y judicial especializado, recursos sociales, cribado sanitario¨D va incorporando cambios y mejoras que, en muchos casos, recaen sobre las espaldas de las v¨ªctimas.
Se sabe que la separaci¨®n es un factor de riesgo porque el an¨¢lisis judicial de las sentencias de asesinatos machistas detect¨® que ocurre en un amplio porcentaje de los casos. Se incluyeron preguntas espec¨ªficas sobre los menores en los cuestionarios policiales despu¨¦s de que las hijas de Itziar Prats, Nerea y Martina, fueran asesinadas en 2018 por su padre, tambi¨¦n por violencia vicaria, pese a que ella lo denunci¨®. Cuando Prats acudi¨® a comisar¨ªa, el protocolo policial no inclu¨ªa preguntas sobre el peligro que pod¨ªan estar corriendo sus hijas. El Estado le acaba de dar la raz¨®n y ha admitido un ¡°fallo en cadena¡± de polic¨ªas, fiscales y jueces.
¡°Es importante poner el foco en la falta de credibilidad que tienen muchas veces las mujeres y en la baja percepci¨®n del riesgo¡±, alerta Marisa Soleto, directora de la Fundaci¨®n Mujeres. ¡°Si la Guardia Civil va a una casa donde una mujer denuncia un peligro, se marcha sin hacer detenciones y despu¨¦s se produce un asesinato, est¨¢ claro que alguien no se ha cre¨ªdo ese riesgo¡±.
?Se valora bien el riesgo?
¡°Debemos plantearnos si estamos valorando adecuadamente el riesgo¡±, coincide Teresa Peramato, fiscal de Sala de Violencia sobre la Mujer. Peramato prefiere no valorar de forma espec¨ªfica ning¨²n caso concreto, pero s¨ª resalta que, cuando hay una orden de protecci¨®n en vigor y se produce un quebrantamiento ¨Dcomo supuestamente ocurri¨® en el caso de Cantabria antes de que Eva y su hija fueran asesinadas¨D, la experiencia demuestra que existe ¡°un riesgo mayor que debe alertar a los profesionales¡± y que se deben tomar medidas m¨¢s contundentes.
Esas medidas pueden ser, por ejemplo, las pulseras telem¨¢ticas que se colocan a los maltratadores. En Espa?a la llevan 2.556 hombres por decisi¨®n judicial. El dispositivo pita cuando el agresor se acerca a su v¨ªctima a menos de la distancia decretada, lanza un mensaje por la pantalla ¨D¡°Agresor cerca¡±¨D y alerta tanto a la polic¨ªa como al servicio que las gestiona, Cometa. Ninguna mujer con este dispositivo ha sido asesinada. Aunque 2021 es un a?o con r¨¦cord de pulseras, existen a¨²n dispositivos sin poner (hay unas 3.000 y la previsi¨®n es llegar a 8.000 en 2023). Se decreta su uso en apenas uno de cada nueve casos con ¨®rdenes de alejamiento. Los jueces no siempre las ponen y los fiscales y abogados no siempre las piden.
Peramato insiste en dos reclamaciones. Pide ¡°el auxilio de los expertos¡±, que se elaboren informes periciales en los juzgados por parte de forenses y psic¨®logos que permitan conocer con m¨¢s detalle el riesgo real de cada caso. ¡°Si no contamos con esos informes corremos el peligro de equivocarnos¡±, lamenta. Espa?a solo dispone de 24 unidades de valoraci¨®n forense, que dan cobertura a 8,3 millones de habitantes, seg¨²n recoge el Ministerio de Justicia en un informe publicado en 2020.
Existen m¨²ltiples trabajos e informes que analizan la violencia machista. Lorente reclama uno espec¨ªfico sobre estos casos en los que las instituciones fallaron tras la denuncia de las mujeres: ¡°A lo mejor nos muestran elementos comunes ¨²tiles para quienes puedan tomar medidas; para ser eficaces en la prevenci¨®n debes conocer muy bien el problema¡±. La fiscal comparte que disponer de un an¨¢lisis cualitativo de estos casos dar¨ªa m¨¢s informaci¨®n a los profesionales para determinar ¡°los factores precipitantes de riesgo y tener un porcentaje de aciertos mayor¡±.
?Y qu¨¦ se puede hacer cuando no denuncian?
Respecto a las mujeres que son asesinadas y que nunca denunciaron, los tres especialistas consultados subrayan un aspecto que es objeto de estudio y vigilancia por parte de las instituciones desde hace a?os: existen m¨¢s formas de detectar el riesgo y llegar hasta ellas. ¡°La experiencia nos dice que esas mujeres han debido sufrir alg¨²n episodio que puede servir de pista¡±, subraya Soleto.
Una visita al m¨¦dico con un cuadro de ansiedad o alguna herida, alg¨²n comportamiento que haya llamado la atenci¨®n en el centro escolar de sus hijos, alguna petici¨®n en servicios sociales¡ o el aviso de sus allegados.
Un informe presentado recientemente por el Instituto Andaluz de la Mujer recoge que seis de cada 10 andaluces conocen en su entorno familiar o amistoso a alguna v¨ªctima de violencia machista. Pero las denuncias que llegan desde el entorno no suponen ni el 2% del total.
Lorente reclama mayor conciencia social: ¡°Si entendi¨¦ramos que la violencia de g¨¦nero no es solo un tema judicial y policial, la gente se implicar¨ªa m¨¢s¡±. Y a?ade: ¡°La disquisici¨®n no es si denunciar o no denunciar, tambi¨¦n se puede hablar con servicios sociales, dirigirse a ella, decirlo a su familia, hacer algo distinto a la pasividad absoluta¡±.
Peramato insiste, no obstante, en que las denuncias deben de ser siempre el objetivo final: ¡°Nadie puede ponerle l¨ªmites a un agresor m¨¢s que la justicia¡±, recuerda. Aunque se cometan fallos en algunos casos, solo si los agresores son denunciados ¡°se podr¨¢ proteger a las v¨ªctimas al m¨¢ximo de sus posibilidades y se podr¨¢n hacer labores de prevenci¨®n para evitar que vuelva a cometer esos hechos. Es importante que todos los agresores sepan que la justicia tiene efectos. Es un aviso a navegantes: Cuando se condena a un agresor estamos diciendo a la sociedad que no toleramos¡±.