Pulm¨®n, coraz¨®n¡ las otras caras de la artritis reumatoide
La inflamaci¨®n de las articulaciones es el principal quejido de esta patolog¨ªa. Sin tratamiento, la evoluci¨®n de la artritis reumatoide puede provocar tambi¨¦n da?o en otros ¨®rganos, e incluso comprometer la vida quienes sufren esta enfermedad. Pero el diagn¨®stico precoz y el arsenal terap¨¦utico permiten a los pacientes llevar una vida activa
Hay enfermedades de las que o¨ªmos hablar con frecuencia, pero de las que desconocemos casi todo: desde c¨®mo se manifiestan a cu¨¢l es su impacto en la vida de quienes la padecen. Una de ellas es la artritis reumatoide (AR). No solo la confundimos a menudo con la artrosis, sino que el apellido reumatoide nos lleva a pensar que se trata de un trastorno ligado a la tercera edad.
Ni una cosa ni la otra. La artritis reumatoide es una enfermedad inflamatoria cr¨®nica que puede presentarse a cualquier edad. No se conoce con exactitud su causa, y sus signos m¨¢s caracter¨ªsticos son la inflamaci¨®n y el deterioro en las articulaciones del cuerpo. ¡°La inflamaci¨®n articular se produce porque unas c¨¦lulas del sistema inmunitario, los linfocitos, atacan la membrana que recubre las articulaciones (membrana sinovial)¡±, expone el doctor Jos¨¦ Andr¨¦s Rom¨¢n Ivorra, jefe del Servicio de Reumatolog¨ªa del Hospital Universitario La Fe de Valencia.
A medida que la enfermedad avanza, si no se trata adecuadamente y la inflamaci¨®n se mantiene a lo largo del tiempo, puede ir disminuyendo la calidad de vida, la funci¨®n f¨ªsica de quienes la sufren e, incluso, poner en peligro su vida.
Aunque afecta preferentemente a las articulaciones de forma sim¨¦trica ©¤por ejemplo, ambas mu?ecas o ambas rodillas©¤ se trata de una enfermedad autoinmune sist¨¦mica, que tambi¨¦n puede da?ar los ¨®rganos internos, advierte el especialista.
As¨ª, por tanto, la artritis reumatoide tiene manifestaciones articulares y extraarticulares (ver gr¨¢ficos). Seg¨²n su impacto en los pacientes, podemos dividir estas ¨²ltimas ©¤las m¨¢s desconocidas por la poblaci¨®n general©¤ en dos subtipos, explica el doctor Rom¨¢n Ivorra:
- Reducen la calidad de vida relacionada con la salud. Adem¨¢s de las lesiones articulares y tendinosas, que ocurren en pacientes con enfermedad descontrolada, se pueden producir manifestaciones como el S¨ªndrome de Sj?gren secundario. ¡°Provoca sequedad de piel y mucosas (ojo seco y queratitis, sequedad de boca y enfermedad periodontal severa). Es importante detectarlo, porque corre el riesgo de transformaci¨®n en linfoma¡±.
- Reducen la esperanza de vida. En este apartado se encuentran las dos principales causas de muerte en la AR. En primer lugar, la enfermedad cardiovascular ©¤como el infarto de miocardio o el ictus©¤ ya que no tratar de forma adecuada el estado inflamatorio propio de la artritis reumatoide va a incrementar el riesgo de padecer alg¨²n evento cardiovascular. En segundo lugar, la enfermedad pulmonar intersticial difusa (EPID), ¡°una inflamaci¨®n de la pared de los bronquios y de los alveolos que, en un porcentaje nada despreciable, conduce a fibrosis pulmonar¡±, explica el experto. Se produce sobre todo en pacientes mayores de 50 a?os, fumadores y con determinados biomarcadores positivos.
No se cura, pero se puede tratar
La artritis reumatoide es una enfermedad cr¨®nica incurable. Pero eso no quiere decir que no existan opciones terap¨¦uticas que puedan modificar el curso de la enfermedad. Hasta hace unos a?os, cuando no se dispon¨ªa de los tratamientos actuales, era muy frecuente en su evoluci¨®n la deformidad de las articulaciones, que a menudo invalidaba al paciente para realizar las actividades cotidianas. Asimismo, el avance de la artritis tambi¨¦n pod¨ªa provocar ese da?o sist¨¦mico ©¤en pulmones, coraz¨®n, ri?ones¡©¤ y poner en riesgo la vida del paciente.
Hoy, la realidad es otra. el arsenal terap¨¦utico del que disponemos ha logrado cambiar la historia natural de la enfermedad. Por ello, los pacientes con artritis reumatoide pueden aspirar a estar en remisi¨®n (sin inflamaci¨®n) y a llevar una vida activa.
Pero ello solo ser¨¢ posible si existe un diagn¨®stico precoz. Los dos primeros a?os del curso de la enfermedad se han revelado claves a la hora de mejorar el pron¨®stico de los pacientes. Por una parte, se trata de conseguir evitar la discapacidad funcional provocada por la inflamaci¨®n de las articulaciones. Pero, tambi¨¦n, en las personas con artritis reumatoide es esencial diagnosticar precozmente las posibles complicaciones extraarticulares.
As¨ª, por ejemplo, en el caso de la EPID ¡°es fundamental el diagn¨®stico precoz, en la fase inflamatoria, para frenar las consecuencias de este proceso y evitar que lleguen a un estado de fibrosis pulmonar, cuya esperanza de vida se reduce considerablemente¡±, explica el doctor Rom¨¢n Ivorra. En este sentido, esta enfermedad se puede sospechar en pacientes con artritis reumatoide, generalmente mayores de 40 a?os, fumadores y con biomarcadores FR y ACPA positivos, que noten disnea (sensaci¨®n de falta de aire) o tos cr¨®nica. El reumat¨®logo le podr¨¢ realizar unas pruebas diagn¨®sticas para conocer si padece esta complicaci¨®n y valorar su actividad y extensi¨®n. ¡°Hoy disonemos de opciones terap¨¦uticas para frenar su avance y evitar que la inflamaci¨®n progrese a fibrosis pulmonar¡±, concluye el doctor.
Datos y retrato robot
• La artritis reumatoide afecta a entre el 0,3 y el 1% de la población, lo que significa que actualmente habría en todo el planeta entre 100 y 200 millones de personas que padecen este trastorno.
• En España, según las encuestas epidemiológicas más actuales, la AR afecta aproximadamente al 0,5% de la población adulta, es decir, más de 200.000 afectados.
• Cada año se diagnostican unos 10.000-20.000 nuevos casos.
• El trastorno es tres veces más frecuente en las mujeres que en los varones.
• La edad de inicio de la enfermedad se sitúa entre los 40 y los 60 años, aunque puede aparecer en cualquier período de la vida, sin excluir la infancia ni la adolescencia.
• La enfermedad es más frecuente en quienes tienen cierta predisposición genética a padecerla, pero no significa que sea hereditaria ni que, necesariamente, los descendientes de una persona con AR tengan un riesgo elevado de desarrollarla
• También es más frecuente entre las personas que presentan una proteína plasmática conocida como factor reumatoide, aproximadamente el 5% de la población general.
Fuente: conartritis.org