Condenadas dos hermanas que criaban ilegalmente 52 yorkshires hacinados en Valladolid
La Polic¨ªa detect¨® que los perros se encontraban en p¨¦simas condiciones de salubridad y que las mujeres no ten¨ªan licencia
La vida de 52 perros yorkshire cambi¨® el 23 de abril de 2020. Los c¨¢nidos sufr¨ªan, hacinados entre excrementos y suciedad, en un local de Valladolid que dos hermanas ten¨ªan alquilado. El hedor y los ladridos eran tan recurrentes que los vecinos avisaron a la Polic¨ªa que, tras sortear los intentos de las mujeres por obstaculizar su trabajo, encontraron a los animales ¡°con aspecto descuidado¡± escondidos en cajas, jaulas y cubos. Los ejemplares recibieron atenci¨®n veterinaria y han ido siendo adoptados, mientras que las acusadas han sido condenadas a nueve y 11 meses de c¨¢rcel, inhabilitaci¨®n de varios a?os para el cuidado animal y el pago de 14.500 euros al Ayuntamiento, que asumi¨® el pago de los cuidados y la estancia en el centro de atenci¨®n municipal.
La sentencia del juzgado de lo penal 3 de Valladolid recoge un proceso que evidenci¨® la desatenci¨®n que sufr¨ªan los yorkshires, de los cuales 17 eran cachorros. Este dato desmont¨® la defensa de las dos hermanas, de iniciales A.I.G.C. y M.G.C., que sosten¨ªan que las mascotas las hab¨ªan heredado de su padre, que s¨ª ten¨ªa permiso para criarlos, cuando este muri¨® en 2016.
?l ten¨ªa las camadas en Cigu?uela, una localidad vallisoletana, pero al fallecer ellas asumieron la custodia y defendieron ante el magistrado que s¨ª hab¨ªa ventilaci¨®n suficiente y que no criaban a los yorkshires, algo que se desestim¨® al detectar a los ejemplares j¨®venes. Los agentes personados en el local, ubicado en la calle de Santa Clara y donde se amontonaban los 52 perros en 60 metros cuadrados, explicaron as¨ª lo que se encontraron: ¡°Se advirti¨® un fuerte hedor a excrementos, suciedad generalizada, falta de luz natural y ruidos compatibles con la existencia de animales en el interior en alguna de las dependencias existentes¡±.
A su paso, tras esperar m¨¢s de dos horas a que las due?as del lugar les abrieran la puerta, localizaron a los canes ¡°completamente descuidados, hacinados uno encima de otro en una de las dependencias, la inmensa mayor¨ªa de ellos tapados para ocultar su presencia, en peque?as jaulas y transportines y algunos en cubos de pl¨¢stico y cajas de cart¨®n, estas deshechas en su parte inferior por la acumulaci¨®n de heces y or¨ªn¡±.
Los an¨¢lisis m¨¦dicos a los que se expusieron los yorkshires revelaron que ten¨ªan ¡°nudos y excrementos¡± en el pelo, por lo que fueron rasurados, deformidades en sus extremidades por la escasez de espacio para moverse y el casi nulo contacto con la calle y falta de paseos, dermatitis derivada de ¡°falta de aseo¡±, da?os en los ojos, sarro y dolencias en los dientes por no ser higienizados, hipersensibilidad luminosa por habitar un espacio umbr¨ªo y dificultades motrices por falta de ¡°h¨¢bito de movimiento¡±.
Tanto la veterinaria municipal como una con la que el Consistorio mantiene un convenio detectaron graves lesiones en los 52 perros, incluso con una hembra de ocho a?os sin apenas dientes, lo que revelaba que el estado del grupo no era circunstancial.
El pronunciamiento judicial insta a comparar las p¨¦simas condiciones que padec¨ªan los animales con c¨®mo estar¨ªa un humano en ese caso: ¡°Imaginemos a una persona a la que se proporciona agua y comida pero, al menos durante mes y medio reconocido por las acusadas, se le deja encerrada en un espacio en el que no puede moverse, sin posibilidad de hacer uso de instalaciones sanitarias, sin poder asearse durante ese periodo de tiempo, sin salir a la calle, sin luz natural, sin ventilaci¨®n, sin asistencia m¨¦dica. Nadie dudar¨ªa de calificar de inhumanas, o subhumanas, las condiciones del encierro sufrido¡±. Las dos hermanas, seg¨²n el propietario del inmueble arrendado, llevaban meses sin pagar la renta, lo cual ratifica que esta actividad irregular acontec¨ªa desde mucho antes que lo sostenido por ellas ante el tribunal.
Las condenadas insistieron en que los yorkshires recib¨ªan observaci¨®n veterinaria, aunque no revelaron la identidad de ese supuesto especialista. Ambas presentaron ante el juez ¡°meros cuadernillos personales¡± con un ¡°hipot¨¦tico control de animales sin identificar y sin nombre, lo que hace inviable imaginar el control de 50 animales a simple vista para saber a cu¨¢l de ellos hab¨ªa que administrarle vacunas o no¡±. Este registro casero apenas recibi¨® credibilidad, si bien el magistrado s¨ª ha considerado que A.I.G.C. acusaba el conocido como ¡°s¨ªndrome de No¨¦¡±, que propicia la obsesi¨®n y acumulaci¨®n de animales, como en este caso.
Por eso, a ella le impone nueve meses de prisi¨®n y dos a?os y cinco meses de inhabilitaci¨®n, contra 11 meses de c¨¢rcel y dos a?os y nueve meses de inhabilitaci¨®n para la otra hermana por la comisi¨®n del art¨ªculo 337 del C¨®digo Penal, que alude al maltrato animal. Ambas deber¨¢n pagar al Ayuntamiento de Valladolid 14.559,67 euros por el pago veterinario y la atenci¨®n posterior. Los perros finalmente fueron requisados y, tras sanarlos y cuidarlos en el centro de atenci¨®n municipal, fueron encontrando hogares adoptivos. Los primeros movimientos que hac¨ªan, una vez recuperada la libertad, eran circulares: se hab¨ªan acostumbrado a no poder caminar.
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