El jueves 30 de diciembre de 2021, en un cuarto piso de una calle del madrile?o barrio de Lavapi¨¦s, Julien Charlon asesin¨® a su hija, y luego se suicid¨®. La ni?a ten¨ªa tres a?os. Apenas a seis metros, tambi¨¦n en un cuarto del bloque de enfrente, Julia, la madre, la expareja de Charlon, la esperaba. Estaban divorci¨¢ndose y ese d¨ªa el padre ten¨ªa que volver a llevar a la ni?a con ella. No lo hizo. Aquella tarde no solo cambi¨® el mundo para Julia, para siempre, literalmente, sino que empez¨® un camino que nunca pens¨® que tendr¨ªa que transitar.

Uno en el que, dice, ¡°pesan ideas falsas sobre los hombres que hacen esto¡±. Charlon era conocido en el barrio por su implicaci¨®n en causas sociales, un hombre envuelto en la imagen de alguien concienciado con la pobreza, la inmigraci¨®n, la ecolog¨ªa. Trabajaba en La Casa Encendida, con ni?os, con personas con discapacidad. Un hombre feminista.

En ese camino, Julia tambi¨¦n se encontr¨® con que existe la idea de que ¡°a la clase media no le ocurren estas cosas¡±, como si la violencia vicaria no atravesara todos los estratos sociales, culturales y econ¨®micos. ¡°Da la impresi¨®n de que esto fuese un hecho aislado, y no lo es, es parte de algo que le puede ocurrir a cualquiera, a cualquier mujer¡±. Ni ella ni nadie de su entorno imaginaron nunca que les podr¨ªa suceder algo as¨ª. La violencia machista llevada a su extremo.

Tambi¨¦n en el camino descubri¨® que en su barrio ¨Duno de los m¨¢s comprometidos de Madrid con cuestiones como la igualdad o la inclusi¨®n y donde han nacido infinidad de movimientos sociales¨D ¡°parece que nada hubiese pasado¡±.

Y sobre todo, se dio cuenta de que si no se cumple con un perfil, obsoleto, de v¨ªctima, lo que viene despu¨¦s se convierte en ¡°un infierno¡±. M¨¢s bien lo multiplica. Mensajes, llamadas, visitas y negativas. Negativas y dilaciones. Julia tuvo que contratar una abogada: ¡°Para luchar contra el Estado, ?por qu¨¦ tengo que luchar yo en contra del Estado, cuando deber¨ªa ser el Estado el que me tiene que proteger? A nivel ps¨ªquico y emocional, te funde¡±.

Julia se vio en un instante inmersa en un laberinto burocr¨¢tico complicado por diversas cuestiones. Las competencias directas de atenci¨®n a v¨ªctimas en torno a la violencia machista est¨¢n en manos de las autonom¨ªas y depende de cada uno de estos territorios lo f¨¢cil o lo d¨ªficil que sea acceder a esa atenci¨®n.

En el relato de Julia se ven las grietas y los vac¨ªos que a¨²n tienen las administraciones en torno a la violencia vicaria, muchos reconocidos por las propias administraciones y, algunos de ellos, el origen de modificaciones legislativas que entrar¨¢n en vigor el pr¨®ximo 7 de octubre. La violencia vicaria es un concepto acu?ado hace apenas una d¨¦cada: se nombr¨® por primera vez en un documento oficial en 2017, en el Pacto de Estado contra la violencia de g¨¦nero, y sobre ella se comenz¨® a hacer cambios legislativos en 2020.

Este es el relato de los 276 d¨ªas que Julia, que no se llama Julia pero que prefiere usar ese nombre, lleva en ¡°esa pelea¡±. La pelea que da mientras ya no est¨¢ su hija.

DICIEMBRE DE 2021

D¨ªa 30.

• Julia no habla del momento: ¡°Es imposible¡±. S¨ª lo hace sobre el primer instante en el que sinti¨® la violencia alrededor de aquel agujero negro. Fue justo despu¨¦s de que se abriera, y fue por una de las profesionales del Summa 112 que la atendi¨®.

Me dijo que no me pod¨ªa dar nada para tranquilizarme: ¡®Tienes que vivir el hecho en s¨ª conectado con la realidad¡¯. No hay persona que pueda enfrentar eso, es como si te cortan las piernas de repente y te dicen que te enfrentes al dolor sin medicaci¨®n. Insist¨ª y consegu¨ª que me dieran algo, pero me sujetaban, me estaban sujetando¡±.

D¨ªa 31.

• Le piden que vaya a prestar declaraci¨®n a la Jefatura Superior de Polic¨ªa de Madrid. Cuando llega, le entregan unos folios grapados. Es el dosier de informaci¨®n de la Ley 35/1995, de 11 de diciembre, de ayudas y asistencia a las v¨ªctimas de delitos violentos y contra la libertad sexual.

Papeles en los que se supone que vienen mis derechos. Donde dice que, aunque el culpable no sea hallado, me corresponde cierta indemnizaci¨®n. Me cuentan que tengo derecho a asistencia psicol¨®gica, a la de un abogado y que voy a tener una indemnizaci¨®n con las propiedades de mi expareja y una estatal. Entonces, contacto con mi abogada¡±.

ENERO DE 2022

• Asegura que le hab¨ªan explicado que ten¨ªa derecho a ayudas del Ayuntamiento de Madrid, de la Comunidad y del Gobierno central, adem¨¢s de los bienes de su expareja. La realidad es que hab¨ªa comenzado un camino enmara?ado de protocolos, burocracia y vac¨ªos legales.

Hasta que no se cerrara la investigaci¨®n, ni siquiera ten¨ªa la consideraci¨®n de v¨ªctima. Era muy doloroso, ten¨ªa la sensaci¨®n de que al quedar suspendido ese t¨ªtulo de forma oficial, parec¨ªa que se estaba dudando de si era o no una v¨ªctima de la violencia machista. Sin esa acreditaci¨®n, no puedes acceder a nada¡±.

• Ni siquiera acceder a aquella casa, en la que ella hab¨ªa vivido ocho a?os, donde a¨²n ten¨ªa cosas que quer¨ªa recuperar.

?La abogada gratuita a la que se supone que ten¨ªa derecho? No aparec¨ªa¡±.

• Julia hab¨ªa contratado a una letrada especializada en violencia machista que durante ese mes se puso a hacer gestiones procesales en el juzgado. Y estaba pagando a su psic¨®loga.

Sin esta ayuda no podr¨ªa haber sobrevivido¡±.

D¨ªa 1. Sin noticias para Julia.

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D¨ªa 7.

• Julia recibe la primera llamada de la delegada del Gobierno contra la Violencia de G¨¦nero, Victoria Rosell.

Me dice que voy a tener derecho a asistencia psicol¨®gica y al abogado. Tambi¨¦n el alquiler del piso al que me mude, porque me veo expulsada de mi barrio y de mi casa, y una ayuda al alquiler¡±.

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D¨ªa 10.

• Julia se muda.

Me vi obligada a alquilar una vivienda en un barrio cercano al m¨ªo. Mi casa est¨¢ enfrente de donde se cometi¨® el crimen¡±.

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FEBRERO DE 2022

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D¨ªa 15.

• A mediados de febrero, el procedimiento judicial se encontraba en un Juzgado de Instrucci¨®n y no en un Juzgado de Violencia Sobre la Mujer. No hab¨ªa habido ning¨²n avance.

D¨ªa 16.

• La abogada de Julia, tras m¨²ltiples llamadas a distintas personas del Ayuntamiento de Madrid, se pone en contacto con el punto municipal de violencia y les explica la situaci¨®n. Intenta evitar que su clienta tenga que desplazarse hasta all¨ª y trata de que al menos la entrevista pueda ser telef¨®nica. Env¨ªa sus datos y advierte del objetivo de la entrevista: informaci¨®n y tramitaci¨®n de las ayudas p¨²blicas. Finalmente, Julia es obligada a ir presencialmente.

D¨ªa 17.

• La abogada de Julia se pone en contacto con Victoria Rosell.

Le cuenta lo que ocurre y le pregunta qu¨¦ hacemos. Pero nadie sabe qu¨¦ hacer, ya que las competencias territoriales sobre este materia est¨¢n transferidas. Yo no sab¨ªa nada del Ministerio de Igualdad, del Ayuntamiento ni de la Comunidad de Madrid, que hab¨ªan hecho los tres d¨ªas de luto. Todo el mundo hab¨ªa desaparecido. A fuerza de insistir mi abogada, me dice que no hay otra v¨ªa que ir al punto municipal del observatorio regional de la violencia de g¨¦nero. Y que all¨ª me dar¨ªan el t¨ªtulo. Victoria Rosell me dice que ella misma va a llamar a la directora general de Igualdad para insistir que mi caso no deber¨ªa exigir entrevista¡±.

• Desde el Ministerio de Igualdad se ponen en contacto con la directora general de Igualdad de la Comunidad de Madrid, Patricia Reyes, para que d¨¦ la orden de emitir dicho t¨ªtulo.

La Comunidad de Madrid hace o¨ªdos sordos. Mi abogada se pone en contacto con ella y con diferentes personas del gabinete jur¨ªdico de la CAM varias veces. Finalmente, despu¨¦s de unos d¨ªas confirman que me van a dar el t¨ªtulo, que hablemos con las del punto de violencia o nos acerquemos, que ella va a llamar previamente para que se haga. Mi abogada llama a esa oficina para hacer la gesti¨®n y vuelve a insistir en que no tuviese que ir, pero dicen que eso no se puede hacer. Mi abogada vuelve a escribirles un correo con la petici¨®n de ahorrarme esa visita, ellas insisten. Mi abogada cuestiona el protocolo y advierte de que es incre¨ªble que haya que acudir presencialmente y no se pueda realizar la entrevista por tel¨¦fono¡±.

D¨ªa 18.

• Julia llega a esa oficina. Le dicen que seg¨²n el protocolo ten¨ªa que pasar sola, con una asistente social y una psic¨®loga. Ella, que fue acompa?ada de su madre y de su abogada, pidi¨® pasar con ellas. Las t¨¦cnicas de esa oficina sab¨ªan que Julia no quer¨ªa estar sola en ning¨²n momento porque su abogada lo hab¨ªa avisado.

No me dejaron, pas¨¦ sola. Volver a contarlo todo, otra vez. Lo primero que me dicen es que no voy a tener ninguna ayuda, con estas palabras. Por mi perfil y mis condiciones: tengo una vivienda, estudios superiores y no ten¨ªa orden de alejamiento. Y que si quiero puedo dejar de trabajar, que si lo hago de por vida puedo tener una pensi¨®n de 300 o 400 euros. Le pregunto por el tema de la vivienda y me dicen que tengo que apuntarme en una lista y que tardan casi dos a?os en dar una de esas viviendas de protecci¨®n oficial, pero que tampoco me lo van a dar, porque ya tengo una casa¡±.

• Despu¨¦s, hicieron pasar a su abogada y a su madre para volver a contarles lo mismo, que Julia no iba a recibir ayuda alguna.

Ni sensibilidad ni cuidado. Me dicen que si quiero puedo ir all¨ª para la asistencia psicol¨®gica, despu¨¦s de haberme tratado as¨ª. Y me repiten que no, que el t¨ªtulo no. Ah¨ª mi abogada les dijo que hab¨ªamos hablado con Patricia Reyes, y entonces ya s¨ª: ¡®Ah, bueno, vamos a consultarlo¡¯, y empezaron para arriba y para abajo como si fuera todo asuntos de palacio¡±.

• Le confirman que se lo tramitan, pero le advierten de que va a tardar.

Como un mes. ¡®Que yo s¨ª, yo lo hago r¨¢pido, que es darle a un botoncito, pero luego tienen que dar el visto bueno desde arriba¡¯, me dice la trabajadora social. Pero, ?c¨®mo que el visto bueno si fuimos porque nos envi¨® directamente Patricia Reyes? ?Qu¨¦ est¨¢ pasando aqu¨ª?, pens¨¦, ?qu¨¦ es esto, una mafia?¡±.

• La abogada volvi¨® a llamar a la directora de Igualdad de Madrid y Julia escribi¨® a Rosell. Ambas dejaron caer que ese mal funcionamiento ten¨ªa que ser conocido de forma p¨²blica.

Solo hay dos puntos municipales en toda la ciudad de Madrid. En ellos se siguen manejando esos perfiles: mujer con orden de protecci¨®n, clase muy baja, sin vivienda, sin estudios y sin trabajo. Parece m¨¢s bien un mecanismo disuasorio. ?Cu¨¢ntas mujeres en situaciones como la m¨ªa u otras han pasado por ah¨ª y se les ha denegado la ayuda? Le cuento a Rosell y ella se pone en contacto otra vez con Patricia Reyes. Entonces, Reyes escribe un correo para que me den el t¨ªtulo habilitante a la mayor brevedad posible. ?C¨®mo que s¨ª, que me lo den, como si me estuviese haciendo un favor? Esto es as¨ª todo el rato, se pasan la responsabilidad unos a otros. Rosell me dice que lo siente mucho, pero que eso es cosa del Ayuntamiento y de la Comunidad, y que a nivel estatal se va a resolver todo muy bien, que ella lo va a tramitar¡±.

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MARZO DE 2022

D¨ªa 1.

• Cuando tuvo que pedir la baja m¨¦dica, solicit¨® al centro de salud que le correspond¨ªa, el de Lavapi¨¦s, que la atendiesen a distancia porque era el centro donde estaba la pediatra de su hija, donde hab¨ªa acudido a charlas sobre maternidad y a revisiones de su embarazo.

La doctora se neg¨® a darme la baja a distancia y me oblig¨® a presentarme en el centro¡±.

D¨ªa 2. Sin noticias para Julia.

D¨ªa 3.

• Se entera de que no le corresponde ninguna de las ayudas de la Comunidad de Madrid, ni siquiera una vez tenga el t¨ªtulo. No cumple el perfil.

La trabajadora social del punto me dice que s¨ª hay unas ayudas, pero tambi¨¦n letra peque?a. Que por supuesto yo puedo ir all¨ª a contarle toda mi desgracia, que eso s¨ª, pero las ayudas no¡±.

• Es entonces cuando, a trav¨¦s de una amiga, Julia se pone directamente en contacto con una de las asesoras del gabinete del Ministerio de Igualdad.

D¨ªa 4. Sin noticias para Julia.

D¨ªa 5.

• Se cierra la investigaci¨®n.

D¨ªa 6. Sin noticias para Julia.

D¨ªa 7.

• Primera reuni¨®n en el Ministerio de Igualdad.

Me re¨²no con una de las asesoras de la ministra Irene Montero y le cuento todo lo que he estado sufriendo. Me dice que me va a echar una mano con el tema de las ayudas. ?C¨®mo se hace eso? No lo sabe. Hacemos una lista de mis peticiones: ayuda del alquiler por desplazamiento forzoso, gastos funerarios, ayuda para gastos judiciales, exenci¨®n de aut¨®nomos, pago del psic¨®logo y la indemnizaci¨®n estatal¡±.

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D¨ªa 10.

• Tras el cierre de la investigaci¨®n y varios escritos de la abogada solicitando que se le permita a Julia el acceso a la vivienda donde suceden los hechos para recoger pertenencias que necesita urgentemente, le permiten ir.

Cosas b¨¢sicas como las llaves de mi coche o el cargador de mi ordenador, donde tengo la firma digital. En la casa de mi expareja he vivido durante ocho a?os y, como es normal, tengo muchas otras cosas que me pertenecen. La v¨ªctima no debe depender una vez m¨¢s de que se resuelvan asuntos que tienen que ver con su maltratador y asesino¡±.

• El Juzgado no atiende las peticiones de la abogada de Julia y entrega las llaves a la familia de Julien Charlon. La abogada se pone en contacto con los letrados de la parte contraria para acordar fecha y hora y poder acceder a la vivienda. Cuando Julia llega al piso se encuentra con que lo est¨¢n vaciando entre la hermana y los amigos del asesino de su hija.

Llev¨¢ndoselo todo sin saber qu¨¦ es de qui¨¦n. Mis cosas: la televisi¨®n, mis llaves del coche, mis cargadores, mis t¨ªtulos, las escrituras del piso¡­ Me qued¨¦ totalmente en shock. Llam¨¦ inmediatamente a Vicky Rossell, que avis¨® a la polic¨ªa. Se presentaron casi de inmediato varias lecheras. Despu¨¦s de cuatro horas, la polic¨ªa se qued¨® con las llaves y las personas que estaban all¨ª tuvieron que volver a subir los objetos¡±.

• Fue entonces cuando su abogada pidi¨® la averiguaci¨®n patrimonial y el embargo de los bienes del asesino al juzgado.

Pod¨ªan haber vendido los bienes y haberse deshecho de todas las cosas tranquilamente. Me parece un maltrato psicol¨®gico y f¨ªsico que la justicia le haya dado las llaves a la familia de mi expareja antes que a m¨ª. Los bienes tendr¨ªan que estar sujetos a embargo inmediato por parte de la justicia y haberse hecho un inventario por parte de la polic¨ªa. En ese momento, mi abogada pone una orden de embargo de la casa y los bienes de mi expareja. La familia del asesino no ha hecho ning¨²n gesto de ceder esos bienes, todo lo contrario, insisten en desvalijar la vivienda¡±.

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D¨ªa 12.

• Desde el gabinete de Igualdad le hab¨ªan enviado dos correos.

Con los links para que yo misma, a trav¨¦s de mi firma digital, pueda realizar desde casa los papeles de la indemnizaci¨®n estatal y la petici¨®n de la cuota de exenci¨®n de aut¨®nomo. Faltaban el resto de las ayudas que me hab¨ªan prometido: el alquiler, el psic¨®logo, el pago para gastos jur¨ªdicos y funerarios y la de pago ¨²nico de la Comunidad de Madrid¡±.

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D¨ªa 17.

• Julia env¨ªa la solicitud para la exenci¨®n a mujeres v¨ªctimas de violencia de la cuota de aut¨®nomos.

D¨ªa 18.

• Julia recibe el t¨ªtulo que la habilita como v¨ªctima de violencia machista. Tiene que volver a desplazarse al punto para recogerlo.
• Hasta ese momento, hab¨ªa pedido la indemnizaci¨®n estatal de la Ley 35/1955, gestionada por el Ministerio de Seguridad Social, ayuda para los gastos funerarios y la exenci¨®n de la cuota de aut¨®nomos.
• Tambi¨¦n la ayuda de la Comunidad de Madrid para v¨ªctimas de violencia machista, que estaba en al aire. Le hab¨ªan comunicado que se la iban a dar, pero tambi¨¦n que no cumpl¨ªa el perfil. Tambi¨¦n le hab¨ªan dicho que le correspond¨ªa la ayuda para gastos jur¨ªdicos, pero tampoco sobre esto ten¨ªa noticias. Ni de la del Ayuntamiento de Madrid para el alquiler del piso. Nadie le aclaraba d¨®nde solicitar estas ayudas.

Y la psic¨®loga¡­ Me hab¨ªan prometido ayuda psicol¨®gica. Yo quer¨ªa, necesitaba, que fuera con mi psic¨®loga. Llevo mucho tiempo con ella, es mi persona de confianza. Explico por qu¨¦ necesito que sea ella y me dicen que no me preocupe, que va a ser la misma ministra [Irene Montero] la que haga la gesti¨®n, que va a llamar al Colegio de Psic¨®logos de Madrid para arreglar esto. La Ley de Violencia asegura la asistencia jur¨ªdica y psicol¨®gica con la abogada y la psic¨®loga que te toque, cuando puede resultar ser alguien que no te ayuda en un momento en el que tu vida est¨¢ en peligro¡±.

D¨ªa 19. Sin noticias para Julia.

D¨ªa 20.

Todo el rato estoy en contacto con el gabinete de la ministra. ¡®No, es que la ministra ahora est¨¢ con el 8 de marzo, en Nueva York, en Chile, ha explotado la guerra de Ucrania. Vamos a darle este tr¨¢mite a ?ngela Rodr¨ªguez, la secretaria de Igualdad¡¯. Unas semanas despu¨¦s, ella tambi¨¦n ¡®est¨¢ muy liada¡¯. Se me empezaron a hinchar los ovarios, de verdad, empezaba a doler de verdad¡­ Me dicen que le pida un informe a mi psic¨®loga, se lo doy y tampoco hay una respuesta clara sobre este tema¡±.

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D¨ªa 24.

• Pasaban las semanas y nadie sab¨ªa c¨®mo seguir gestionando lo que Julia ten¨ªa que pedir: ni qu¨¦ exactamente, ni a qui¨¦n.

Un d¨ªa, con el ordenador abierto con las ayudas, hablando con una de las mujeres del gabinete, le voy diciendo: ¡®?Esto puedo? Ah, pues no lo s¨¦. ?Y esto? Eso creo que s¨ª. Pues pido esta¡¯. Esa era la ayuda a v¨ªctimas de delitos indirectos, que gestiona el Ministerio de Migraciones, Seguridad Social e Inclusi¨®n. Pido tambi¨¦n una ayuda de gastos funerarios que gestiona ese mismo ministerio. Todo eso, todas esas llamadas y gestiones son una desesperaci¨®n incre¨ªble. Yo estoy de baja, soy aut¨®noma, y estoy pag¨¢ndome este piso¡±.

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D¨ªa 30.

• A Julia le llega la resoluci¨®n de la ayuda estatal, firmada por la Direcci¨®n General de Ordenaci¨®n de la Seguridad Social, a cargo de Borja Su¨¢rez, que depende del Ministerio de Inclusi¨®n de Jos¨¦ Luis Escriv¨¢.

B¨¢sicamente, dice que como yo no era dependiente de mi hija, el Estado no se hace cargo. Leo lo que pone en la resoluci¨®n: ¡°Sin entrar a valorar otras consideraciones y dada la minor¨ªa de edad de la v¨ªctima, no consta acreditada la convivencia de la interesada a expensas de la v¨ªctima, por lo que no se puede presuponer la dependencia econ¨®mica de la madre con respecto a su hija fallecida¡±. Me produjo much¨ªsimo dolor, porque sab¨ªa que alguien, en alguna oficina, hab¨ªa visto mi petici¨®n y hab¨ªa decidido denegarla y responderme con ese p¨¢rrafo. ?El porqu¨¦? La Ley 35/1995¡å.

• La del 11 de diciembre, de ayudas y asistencia a las v¨ªctimas de delitos violentos y contra la libertad sexual. La primera que Julia ley¨® en aquellas hojas grapadas que le entreg¨® la polic¨ªa al d¨ªa siguiente del asesinato de su hija.
• Esta ley, en su exposici¨®n de motivos, distingue claramente entre el concepto legal de ayudas p¨²blicas y la figura de la indemnizaci¨®n. Y dice que ¡°no cabe admitir que la prestaci¨®n econ¨®mica que el Estado asume sea una indemnizaci¨®n¡±, ya que el Estado no puede ser el que sustituya las indemnizaciones que debe el culpable del delito ¡°ni, desde otra perspectiva, es razonable incluir el da?o moral provocado por el delito¡±.

El da?o moral provocado por el delito¡­ Vale, entonces, me deniegan esto porque consideran que ¨¦l es quien tiene que indemnizarme, el muerto es el que tiene que indemnizar. Pero eso no es real, a d¨ªa de hoy ¨¦l tiene propiedades y yo me tengo que meter en un proceso judicial para que eso sea real. Con lo cual, ni ayudas del Ayuntamiento, ni ayudas de la Comunidad, ni indemnizaci¨®n estatal, ni bienes de nadie. Yo veo esto y pienso que el Estado me est¨¢ diciendo que la violencia de g¨¦nero no es problema del Estado¡±.

• Cuando Julia recibe esa carta, vuelve a ponerse en contacto con Rosell.

Le mando directamente por WhatsApp la resoluci¨®n, me dice que es indignante y que se va a poner en contacto con mi letrada. ?Cu¨¢ntas mujeres han pedido esto ya? Empiezo a investigar a otras mujeres en mi situaci¨®n. Se las han denegado. Exploto ya con una rabia tremenda, esa es la verdad. Pido una reuni¨®n en el Ministerio, con la Comunidad y el Ayuntamiento, que esto se va a hacer p¨²blico¡±.

D¨ªa 31. Sin noticias para Julia.

ABRIL DE 2022

D¨ªa 1.

• Julia env¨ªa una carta al Ministerio de Igualdad contando la situaci¨®n hasta ese momento. La carta arrancaba as¨ª:

Despu¨¦s de tres meses de haber sido v¨ªctima de un terrible crimen, no solo no he recibido las ayudas que el Estado se supone garantiza en estos casos, sino que tampoco he logrado que alguien pueda explicarme con claridad los mecanismos de acceso y en qu¨¦ consisten. El periplo en el que me he visto inmersa durante este tiempo me parece una verg¨¹enza para el sufrimiento humano y un maltrato a nivel institucional. Quiero poner de manifiesto la desprotecci¨®n a la que nos vemos empujadas las v¨ªctimas de violencia machista¡±.

• Tras la carta, se programa una reuni¨®n con Julia y el gabinete del Ministerio para el 7 de abril. Queda pendiente concretar hora.
• Ese mismo d¨ªa, Igualdad env¨ªa una enmienda en el marco de la ley del solo s¨ª es s¨ª a los grupos parlamentarios para que las v¨ªctimas de violencia vicaria puedan tener acceso a las ayudas estatales para v¨ªctimas de delitos violentos. Esas que le hab¨ªan denegado a Julia.

Esta enmienda propuesta por el Ministerio supedita la indemnizaci¨®n a que se pruebe que el crimen se ha llevado a cabo para hacer da?o a la mujer, dejando en manos de la justicia la interpretaci¨®n de ese hecho. En ese vac¨ªo interpretativo pueden colarse todo tipo de argumentaciones sobre las intenciones del asesino, m¨¢s a¨²n cuando no est¨¢ vivo. Teniendo en cuenta que sabemos que esta interpretaci¨®n puede estar atravesada por sesgos patriarcales¡±.

• Julia cree que lo hacen porque hasta ahora no se hab¨ªan dado cuenta de que la ayuda que deber¨ªa dar el Estado nunca llega. No es solo su caso, tambi¨¦n le han sido denegadas las ayudas a otras v¨ªctimas de violencia vicaria y de violencia sexual desde el a?o 1995.

?D¨®nde est¨¢ ese dinero p¨²blico? En todos los casos, la respuesta es la misma: que se haga cargo el que comete los hechos y denegada por no ser dependiente de la hija. Proponen la enmienda a matacaballo, pero, ?cu¨¢ntas mujeres y ni?os llevan asesinados ya? ?Cu¨¢ntas mujeres han pasado por lo mismo y estos organismos que se encargan de proteger los derechos de las mujeres han hecho o¨ªdos sordos? No soy la primera. Esto es un problema global, de Estado, comunidades y ayuntamientos¡±.

D¨ªa 2.

• Cuando Julia tiene que volver a pedir la baja m¨¦dica, solicita una vez m¨¢s al centro de salud que le correspond¨ªa, el de Lavapi¨¦s, que la atendiesen a distancia.

La doctora se neg¨® otra vez y me oblig¨® a presentarme¡±.

D¨ªa 3.

• La abogada de Julia responde a la resoluci¨®n de la ayuda estatal.

D¨ªa 4.

• Al no tener noticia de la ayuda para la exenci¨®n de aut¨®nomos, Julia acude a la Tesorer¨ªa General de la Seguridad Social.

Cuando llego, la funcionaria me mira y me dice que eso qu¨¦ es, el t¨ªtulo de v¨ªctima, que eso no sirve. Le vuelvo a explicar la situaci¨®n y me dice que no tiene ni idea de a qu¨¦ ayuda me refiero. Que lo va a consultar y me llama en unos d¨ªas¡±.

• En esa oficina dicen no tener conocimiento de ninguna ayuda para casos como el suyo y que como est¨¢ de baja m¨¦dica no pueden aplicarle ninguna exenci¨®n del pago. La funcionaria le env¨ªa un correo donde le incluye el art¨ªculo de la legislaci¨®n relativo a su situaci¨®n: el 21.5 de la ley de 2004.

Pone claramente que solamente es en el supuesto de que cesen su actividad por hacer efectiva su protecci¨®n. No les parece suficiente mi caso, solo te dan la ayuda si tienes una orden de protecci¨®n. Otra vez la misma historia, el mismo perfil de v¨ªctima: mujer con orden de alejamiento¡±.

• Julia pregunta a la asesora de la ministra la hora a la que ser¨¢ la reuni¨®n del jueves 7 de abril: a las 16.00.

D¨ªa 5.

• Julia recibe una llamada de Jamel Hichov, la mano derecha de Ana Fern¨¢ndez, la directora de Pol¨ªticas de Igualdad y contra la Violencia de G¨¦nero del Ayuntamiento de Madrid. Le dice que lo han llamado desde el Ministerio de Igualdad para ver la forma de ayudarla desde ah¨ª, pero que no sabe muy bien c¨®mo.

A ver, cu¨¦ntame qu¨¦ ha pasado¡¯. Otra vez¡­ Lo hice. Volvi¨® con lo del punto de violencia. Se le ocurre la ayuda al alquiler del Ayuntamiento, pero sabe que no cumplo el perfil. Me propone otro protocolo: ir a una asistente social y contarlo todo otra vez para que me eval¨²en. Le dije que vale, si ¨¦l se ven¨ªa conmigo, porque todo es ¡®vale, vamos a hacer esto, te lo evaluamos, te decimos que no cumples el perfil¡¯. Entonces me dice que claro, que seguramente me lo vayan a denegar. ?Para qu¨¦ me ofreces esa ayuda si me est¨¢s diciendo que me lo van a denegar? Me enfad¨¦. ?Por qu¨¦ desde el propio ayuntamiento no se gestiona esta ayuda? ?Por qu¨¦ la directora de asuntos sociales no habla con la directora de violencia de la Comunidad de Madrid? ?Por qu¨¦ me tiene que llamar un portavoz para decirme nuevamente que no existen ayudas y que tengo que acudir a un sitio para que me las vuelvan a denegar? Las ayudas deber¨ªan gestionarse de manera inmediata. Esto ¨²ltimo fue lo que le respond¨ª a Jamel Hichov y ¨¦l me contest¨® que lo iba a consultar con Ana Fern¨¢ndez, su jefa¡±.

• Hichov no volvi¨® a aparecer y Julia tampoco tuvo nunca noticias de Ana Fern¨¢ndez, la responsable en Madrid de los puntos municipales de violencia.

Pasan dos semanas y nadie me llama. Pasan unas semanas de agon¨ªa en las que me veo persiguiendo a la gente, mientras espero llamadas que nunca llegan. Todo son llamadas y favores que aunque hechos con buenas intenciones nunca llegan¡±.

D¨ªa 6.

• Julia env¨ªa un peque?o resumen al Ministerio de Igualdad, con los puntos m¨¢s importantes de lo sucedido hasta ese momento de cara a la reuni¨®n del d¨ªa siguiente.

Les se?alo que todo lo que me ha ocurrido me ha llevado a identificar fallos estructurales en la atenci¨®n a v¨ªctimas de violencia y fallos en la aplicaci¨®n de las leyes y protocolos existentes para los que es necesaria una intervenci¨®n inmediata¡±.

• Victoria Rosell responde por WhatsApp dando ¨¢nimos a Julia y explicando que no cree poder ir a la reuni¨®n al d¨ªa siguiente, aunque espera poder verla ¡°aunque sea un ratito¡±.

D¨ªa 7.

• Julia recibe la resoluci¨®n de la ayuda a mujeres aut¨®nomas v¨ªctimas de violencia que hab¨ªa solicitado: denegada.

Porque no es que yo no pudiese asistir a mi centro de trabajo por una orden de alejamiento, por ejemplo, sino que estaba de baja, y no puedo estar de baja si pido esa ayuda. Escribo al Ministerio de Igualdad a ver si puede echar una mano, me dicen que van a intentar solucionarlo¡±.

• Segunda reuni¨®n con el Ministerio, a las 16.00: cancelada por una negociaci¨®n con otros partidos. Al d¨ªa siguiente inician las vacaciones de Semana Santa. La reuni¨®n se pospone hasta el 19 de abril.

D¨ªa 8. Sin noticias para Julia.

D¨ªa 9. Sin noticias para Julia.

D¨ªa 10.

• Un mes despu¨¦s de que Julia llegase a aquella casa y se encontrase a la hermana y los amigos de su expareja vaci¨¢ndola, su abogada logr¨® hablar con Teresa Peramato, fiscal de Sala Delegada de Violencia contra la Mujer en Madrid.

A fuerza de insistir, despu¨¦s de meses, la Fiscal¨ªa pide que mi caso pase a un juzgado de violencia contra la mujer. ?Por qu¨¦ tenemos que estar mi abogada o yo insistiendo en algo tan obvio? No dejo de preguntarme qu¨¦ hubiera hecho en mi lugar otra mujer sin recursos y cuyo dolor ps¨ªquico lo ocupe todo¡±.

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D¨ªa 18.

• Julia vuelve a enviar un texto al ministerio, a la Delegaci¨®n del Gobierno y a la Comunidad de Madrid: una cronolog¨ªa detallada de lo ocurrido hasta ese momento.

Para que se enterase todo el mundo, para no tener que volver a contar una y otra vez lo que hab¨ªa pasado, cada paso. Y para que no pudiesen devolverse m¨¢s la pelota unos a otros¡±.

D¨ªa 19.

• Se produce la segunda reuni¨®n en el Ministerio de Igualdad con el equipo t¨¦cnico.

La llamada para gestionar las ayudas con el Colegio de Psic¨®logos todav¨ªa no se hab¨ªa hecho. Les cuento tambi¨¦n que Madrid no va a ayudar en nada y les pregunto c¨®mo puede estar pasando esto. Me dicen que no me preocupe, que vamos a hacer un recurso de alegaciones para la ayuda del Ministerio de Seguridad Social que mi abogada ya sab¨ªa c¨®mo hacer porque se hab¨ªa puesto en contacto con la abogada de otra mujer a la que le hab¨ªa sucedido exactamente lo mismo. Se comprometieron a hacer una llamada al director general de Clases Pasivas, que es donde se registran esas ayudas¡±.

D¨ªa 20.

• El Ministerio de Igualdad llama al de Inclusi¨®n y elabora un escrito a trav¨¦s de la Delegaci¨®n del Gobierno contra la Violencia de G¨¦nero en defensa de Julia. Desde Inclusi¨®n responden que lo est¨¢ valorando la Abogac¨ªa del Estado.

El Ministerio de Seguridad Social pone en tela de juicio ante un abogado del Estado si soy merecedora de esa indemnizaci¨®n. En resumidas cuentas, si la violencia de genero es un tema del que el Estado deba hacerse cargo¡±.

D¨ªa 21.

• La abogada de Julia formula un escrito de alegaciones contra la denegaci¨®n de las ayudas p¨²blicas de ese ministerio y desde el Ministerio de Igualdad llaman tambi¨¦n al Colegio de Psic¨®logos de la Comunidad de Madrid.

D¨ªa 22.

• Julia recibe la resoluci¨®n de la ayuda funeraria que hab¨ªa pedido: denegada.

Fue mi madre quien se hizo cargo por c¨®mo estaba yo en ese momento. As¨ª que, como no lo pagu¨¦ directamente yo, no hay ayuda. El absurdo de la denegaci¨®n sistem¨¢tica de las ayudas de la Ley 35/1995 es inaudito, no se argumentan apenas las resoluciones, se desestiman sin m¨¢s, lo cual nos indigna a m¨ª y a mi abogada¡±.

• Julia vuelve a pedir que se re¨²nan el Ministerio, la Comunidad y el Ayuntamiento. Se fija para el 18 de mayo.

D¨ªa 23.

• Se producen las primeras jornadas sobre violencia vicaria, en Extremadura, en las que participan Victoria Rosell, varias juezas, Fiscal¨ªa, trabajadoras sociales, abogadas y v¨ªctimas supervivientes de violencia de g¨¦nero y vicaria.
• En esas jornadas, recuerda Julia, no se hace menci¨®n a su carta ¡ªla que conten¨ªa un relato de las carencias estructurales que hab¨ªa encontrado¡ª ni nadie se pone en contacto con ella.

La violencia institucional es evitable, no es necesaria, se puede contener o al menos suavizar: el entramado administrativo, las vueltas de aqu¨ª para all¨¢, la complejidad de los procesos, los tiempos...¡±.

• Para cuando iban a darse esas jornadas, Julia escribe un mensaje.

A todas, y les digo que vamos a estar pendientes de esas jornadas para que se cuente la verdad de lo que est¨¢ ocurriendo. Lo que estoy sufriendo es un tema de voluntad pol¨ªtica. Si a m¨ª me dan los t¨ªtulos, si el Colegio de Psic¨®logos me da una ayuda para pagar a mi psic¨®loga, eso es un tema de voluntad pol¨ªtica. Cuando quieren, las cosas s¨ª pueden cambiar¡±.

D¨ªa 24. Sin noticias para Julia.

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D¨ªa 27.

• En la Comunidad, M¨¢s Madrid se re¨²ne con Patricia Reyes para ver qu¨¦ est¨¢ sucediendo.

Ella contesta algo as¨ª como que la estaban acorralando, asegura que pod¨ªa pedir la ayuda de la Comunidad para v¨ªctimas de violencia machista, la que se conoce como la de pago ¨²nico. La abogada del punto de violencia me hab¨ªa dicho claramente que yo no ten¨ªa derecho a nada, palabras textuales: ¡°Ya habl¨¦ contigo sobre esta ayuda. No te aconsejo solicitarla porque en mi opini¨®n no cumples el perfil para esta ayuda: mujeres fundamentalmente mayores, con baja preparaci¨®n, con circunstancias sociales precarias, en definitiva gente cuya empleabilidad es muy dif¨ªcil¡±. As¨ª que le escribo y me contesta en un correo que efectivamente no la pod¨ªa pedir porque no cumpl¨ªa el perfil. Reenv¨ªo ese correo a una de las asesoras del Ministerio de Igualdad y me dicen que en la reuni¨®n que tengan se lo van a decir. En la reuni¨®n, efectivamente, Patricia Reyes bajo presi¨®n se compromete a tramitarla personalmente¡±.

D¨ªa 28. Sin noticias para Julia.

D¨ªa 29.

• Tiene lugar la reuni¨®n entre Ayuntamiento, Comunidad y Ministerio. Julia no asiste.

Era mejor que se reuniesen ellas para asegurar que en lugar de hacer el parip¨¦ delante de m¨ª se pusieran realmente a trabajar. Se comprometen a ¡®mover¡¯ la ayuda ¨²nica de la Comunidad de Madrid. Me dicen que me olvide de los tr¨¢mites: lo gestionar¨¢n el ministerio y la subdirecci¨®n de Igualdad de la Comunidad. El ayuntamiento se compromete a ¡®ver¡¯ las ayudas del alquiler. E Igualdad, a hablar con la Seguridad Social¡±.

• Acuerdan volver a reunirse en unas semanas para avances, ya con Julia. El 18 de mayo.

D¨ªa 30. Sin noticias para Julia.

MAYO DE 2022

D¨ªa 1.

• Julia pide por tercera vez que la baja m¨¦dica se la den a distancia. Y por tercera vez recibe una respuesta negativa.

A pesar de que le expliqu¨¦ la situaci¨®n, se neg¨® rotundamente. Cambi¨¦ de centro¡±.

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D¨ªa 17.

• Avisan a Julia de que la reuni¨®n del 18 de mayo para ver avances con Ayuntamiento, Comunidad y ministerio se cancela sin fecha alternativa.

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D¨ªa 22.

Le ped¨ª a mi abogada el tel¨¦fono de Patricia Reyes. La llam¨¦ y le dije que no iba a cejar, que no iba a dejar de insistir, por mi hija y por todas las mujeres que estaban pasando por lo mismo, que iba a contar la verg¨¹enza del trato en los puntos municipales y la Comunidad con las ayudas. Un d¨ªa despu¨¦s, ten¨ªa un correo de la abogada del punto dici¨¦ndome que hab¨ªan cambiado los requisitos de la ayuda de la Comunidad y que ya pod¨ªa solicitarla¡±.

• No fue tan f¨¢cil. Julia es aut¨®noma y como quer¨ªa volver a trabajar en ese r¨¦gimen en alg¨²n momento, no pod¨ªa acceder a esa ayuda.

Necesito un informe del SEPE que diga que no soy una persona empleable. Cuando t¨² sufres un trauma, la rutina es lo que te facilita la recuperaci¨®n. Yo estoy de baja, pero en alg¨²n momento de mi vida me gustar¨ªa volver a trabajar porque amo mi trabajo. ?Por qu¨¦ tengo que dejarlo? Siento que el Estado te obliga a hacerlo, a convertirte en una mujer pobre, dependiente, en lugar de fortalecer y promover tu autonom¨ªa y reconstruir tu vida. No, te ayuda solo si est¨¢s en la miseria. Al final se lo pido a mi mutua y tengo un mensaje de Patricia Reyes que dice: ¡®Voy a tramitarla. Ya he llamado a la subdirecci¨®n para que te la tramiten¡¯. Todo es as¨ª, de esa forma¡±.

D¨ªa 23.

• Julia recibe una respuesta del Ministerio de Seguridad Social despu¨¦s de la carta que la Delegaci¨®n del Gobierno le hab¨ªa enviado a petici¨®n del de Igualdad.

Que me falta un papel porque lo he hecho mal, que he pedido la ayuda como v¨ªctima indirecta, pero que yo soy v¨ªctima directa. Que tengo que volver a hacerlo todo. De verdad, sent¨ªa que me estaban tomando el pelo¡±.

• La abogada de Julia vuelve a tramitar la solicitud como v¨ªctima directa.

En el escrito de alegaciones se solicitaba la concesi¨®n por ambas v¨ªas; directa e indirecta. Lo mires por donde lo mires es algo completamente contradictorio, irreverente y carente de sentido com¨²n¡±.

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JUNIO DE 2022

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D¨ªa 22.

Parece que desde el ministerio logran hacer un convenio para poder trabajar con el Colegio de Psic¨®logos en casos como el m¨ªo¡±.

D¨ªa 23.

• Reuni¨®n en el Ministerio de Igualdad con Patricia Reyes, Ana Fern¨¢ndez, la directora de los puntos de violencia y el gabinete del ministerio.

Patricia Reyes afirma, una vez m¨¢s, haber puesto en marcha ¡®el operativo¡¯ para la ayuda de pago ¨²nico y que en un mes me conceder¨¢n la ayuda. Parece que desligar¨¢n la concesi¨®n de haber interpuesto denuncia y de los recursos econ¨®micos. Dice que no es necesario hacer ninguna reforma dentro de la Ley de Violencia de G¨¦nero de la Comunidad de Madrid para incluir la violencia vicaria porque ella lo tiene todo controlado. El gabinete del ministerio no pregunta nada m¨¢s sobre el plan de Patricia Reyes respecto a la violencia vicaria. Por otro lado, la ayuda del Ministerio de Inclusi¨®n Social sigue sin desbloquearse, pero est¨¢n trabajando en ello¡±.

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JULIO DE 2022

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D¨ªa 6.

• Julia recibe una notificaci¨®n de la Subdirecci¨®n de Clases Pasivas del Ministerio de Inclusi¨®n en la que dan por finalizado el procedimiento y lo pasan a la Abogac¨ªa del Estado.

?Qu¨¦ es lo que est¨¢ sucediendo en el Ministerio de Inclusi¨®n? ?Qu¨¦ est¨¢n evaluando? ?Por qu¨¦ se trata as¨ª a las v¨ªctimas de violencia? ?Por qu¨¦ si tengo los t¨ªtulos de v¨ªctima vuelven a ¡®evaluarme¡¯? No solo soy v¨ªctima de violencia vicaria, sino tambi¨¦n de la violencia institucional del Estado¡±.

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D¨ªa 15.

• El gabinete del Ministerio de Igualdad se pone en contacto con Julia para pedirle que est¨¦ atenta porque la llamar¨¢n del Colegio de Psic¨®logos para tramitar su ayuda.

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AGOSTO DE 2022

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D¨ªa 15.

• Julia informa de que a¨²n nadie la ha llamado por la cuesti¨®n del Colegio de Psic¨®logos. Le dicen que ¡°es muy extra?o, que se van a poner en contacto¡±. Poco despu¨¦s, a trav¨¦s de su psic¨®loga, la administraci¨®n del Colegio le dice que la ayuda se la dar¨¢n desde ese momento y no desde enero, cuando tuvo que iniciar de manera intensiva la terapia. Aunque Julia explica que la ayuda acordada era desde que sufri¨® la violencia, en el Colegio aseguran que no le dar¨¢n ninguna ayuda retroactiva.

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D¨ªa 21.

• El gabinete del ministerio avisa a Julia de que Patricia Reyes est¨¢ firmando la ayuda de pago ¨²nico.

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D¨ªa 29.

• Julia recibe la ayuda de pago ¨²nico de la Comunidad de Madrid: 2.800 euros. Nadie le informa de si este pago se lo dan solo a ella o realmente la normativa de las ayudas ha sido modificada por la Comunidad de Madrid para el acceso de todas las v¨ªctimas, que es lo que Julia est¨¢ reclamando.

Me pregunto c¨®mo se rehace una vida entera con 2.800 euros cuando has tenido que abandonar hasta tu hogar y dejar tu trabajo, contratar a una abogada para defenderte del Estado y tomar terapia intensiva psicol¨®gica para sobrevivir¡±.

D¨ªa 30. Sin noticias para Julia.

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SEPTIEMBRE DE 2022

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OCTUBRE DE 2022

D¨ªa 1. Sin noticias para Julia.

D¨ªa 2.

Hasta hoy, de todo lo que se le inform¨® que tendr¨ªa el 31 de diciembre de 2021, Julia solo ha conseguido el t¨ªtulo habilitante como v¨ªctima de violencia de g¨¦nero y la ayuda de pago ¨²nico de la Comunidad. La ayuda psicol¨®gica no se ha resuelto, aunque seg¨²n le ha asegurado el Ministerio de Igualdad a Julia, el Colegio de Psic¨®logos de Madrid tiene en su poder el dinero desde el 8 de septiembre para otorgar esta ayuda. La propiedad del criminal sigue en el litigio a causa de una familia que la reclama y la ayuda estatal sigue bloqueada. Dice ella que le faltan ¡°las fuerzas para esta lucha, que se vuelve infinita¡±, y que est¨¢ impidiendo que pueda ¡°centrarse en salir adelante¡±.

Mientras, las administraciones responden de manera dispar. Las que tienen la responsabilidad directa, las que ostentan las competencias en la atenci¨®n a las v¨ªctimas, el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid, son ¡°conscientes de la necesidad de agilizar todo lo posible los procedimientos y actuaciones para proteger y apoyar a todas las v¨ªctimas de violencia de g¨¦nero con la mayor celeridad¡±, entienden ¡°la frustraci¨®n de la v¨ªctima¡± y reconocen ¡°que este caso pone de manifiesto que hay margen de mejora en los canales de atenci¨®n¡±.

Tambi¨¦n aseguran que han ¡±puesto a su disposici¨®n [de Julia] todos los recursos de los que se dispone para atenderla con diligencia y desde el primer momento¡±. Niegan no haber actuado ¡°con sensibilidad¡± y responsabilizan de los posibles fallos a la normativa estatal, la ley de 2004, que, aseguran, no les da margen para hacer de otra forma las cosas. ¡°En el Comit¨¦ de Crisis por el asesinato de la ni?a [mecanismo que se activa cuando hay un asesinato por violencia de g¨¦nero en la ciudad de Madrid] se concluy¨® que era necesario mejorar la coordinaci¨®n entre administraciones para evitar a las v¨ªctimas la penosa labor de solicitar atenci¨®n en diferentes ventanillas¡±, responde por escrito el Ayuntamiento.

De esa cuesti¨®n tambi¨¦n habla el Ministerio de Igualdad, la parte de la estructura que legalmente no tiene capacidad directa de atenci¨®n a las v¨ªctimas, como ocurre en otras ¨¢reas como Educaci¨®n o Sanidad, donde las competencias est¨¢n transferidas a las autonom¨ªas. ¡°Sabemos del dolor de todas las v¨ªctimas, y el hecho de que muchas veces las instituciones no llegan a tiempo, o en el tiempo que deber¨ªan. Desde el inicio, nuestro trabajo siempre ha sido mejorar todos los mecanismos de protecci¨®n, de prevenci¨®n y de acompa?amiento, y esa seguir¨¢ siendo nuestra tarea prioritaria¡±, explican.

A?aden tambi¨¦n que se han hecho algunas modificaciones legislativas para incluir la violencia en el ordenamiento jur¨ªdico, cambios que afectan directamente a casos como el de Julia. Dos de ellas en la Ley de Protecci¨®n Integral a la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia, que incluyen un reconocimiento espec¨ªfico de la violencia vicaria.

Y otra en la reci¨¦n aprobada ley del solo s¨ª es s¨ª, que entra en vigor el 7 de octubre y que establece que ¡°podr¨¢n acceder a estas ayudas [las de v¨ªctimas de delitos violentos y contra la libertad sexual] las personas que sufran lesiones corporales graves o da?os graves en su salud f¨ªsica o mental como consecuencia directa del delito, incluidas las v¨ªctimas de la violencia vicaria, cuando su familiar o allegado menor de edad fallezca como consecuencia del delito¡±.

En esas mejoras, y de ¡°forma prioritaria¡±, seg¨²n cuenta Julia, deber¨ªan estar los procesos del Ministerio de Seguridad Social. Fuentes de esa administraci¨®n aclaran que ¡°la violencia vicaria no ha producido modificaciones expresamente¡± en la ayuda que se concede a las v¨ªctimas de delitos violentos, pero ¡°s¨ª que se introdujeron modificaciones en la ley para atender a la especial situaci¨®n de las v¨ªctimas de violencia de g¨¦nero¡±.

Por lo anterior, arguyen, ¡°para tener derecho a los distintos tipos de ayudas contempladas, se han de cumplir todos los requisitos establecidos en la norma, cosa que se prev¨¦ de dif¨ªcil cumplimiento en estos supuestos de violencia vicaria, requiriendo de una modificaci¨®n normativa para su adaptaci¨®n, que est¨¢ siendo objeto de estudio¡±. Ahora, seg¨²n ese ministerio, est¨¢n en tr¨¢mite cuatro ayudas para Julia ¡ªa pesar de que oficialmente ya se le han denegado algunas¡ª, que son las ayudas por gastos funerarios y por fallecimiento ¨Dcomo v¨ªctima indirecta¨D y por incapacidad temporal y por lesiones invalidantes, como v¨ªctima directa.

Julia sigue peleando

Mientras tanto, Julia sigue peleando. Su relato, su insistencia por entender los entresijos de la burocracia e intentar desenredarlos dejan al descubierto los vac¨ªos legales que a¨²n hay en torno a la violencia vicaria. Para ella, esto no tendr¨ªa que haber sucedido. Dice que es el Estado el que debe ¡°amparar, proteger y ayudar a las v¨ªctimas¡±, y no las v¨ªctimas las que tienen que ¡°pelearse¡± con el Estado para que el Estado, ¡°esencialmente patriarcal¡±, las proteja. Dice tambi¨¦n que entiende el tema ¡°de las competencias¡±, pero que 10 meses la han hecho ver que ¡°todo es cuesti¨®n de voluntad pol¨ªtica¡±. Y que a pesar de toda la voluntad que se haya puesto, ¡°esto no puede funcionar con promesas que no llegan a cumplirse¡±. ¡°Como si te estuviesen haciendo un favor¡±, a?ade.

Cree que ¡°lo m¨ªnimo es que cada administraci¨®n sepa cu¨¢les son sus capacidades y fallos estructurales, no para sorprenderse de que existan, sino para ponerse manos a la obra para resolverlos¡±.

Ella ya conoce exactamente cu¨¢les son esos fallos. Y pide que cambie la estructura burocr¨¢tica y administrativa que los permite. No solo por ella o por su hija, sino ¡°por todas las mujeres que han pasado y pasar¨¢n por lo mismo¡±.