El dif¨ªcil camino para que no se repitan los gritos del El¨ªas Ahuja: ¡°Sois unas pedazo de mierdas. ?Putas!¡±
Aunque muchos colegios mayores cuentan desde hace a?os con protocolos antiacoso y antinovatadas, el avance es lento. La lucha contra estos comportamientos requiere compromiso
Silencio. Medianoche del pasado domingo. Un joven universitario del colegio mayor masculino El¨ªas Ahuja de Madrid ¨Duno de los m¨¢s elitistas de Espa?a¨D, vestido con una camisa blanca, levanta la persiana de la habitaci¨®n de un s¨¦ptimo piso. Embravecido, se asoma y como si fuera una jirafa, saca el cuello por la ventana para vociferar: ¡°?Putas, salid de vuestras madrigueras como conejas! ?Sois unas putas ninf¨®manas! ?O...
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Silencio. Medianoche del pasado domingo. Un joven universitario del colegio mayor masculino El¨ªas Ahuja de Madrid ¨Duno de los m¨¢s elitistas de Espa?a¨D, vestido con una camisa blanca, levanta la persiana de la habitaci¨®n de un s¨¦ptimo piso. Embravecido, se asoma y como si fuera una jirafa, saca el cuello por la ventana para vociferar: ¡°?Putas, salid de vuestras madrigueras como conejas! ?Sois unas putas ninf¨®manas! ?Os prometo que vais a follar todas en la capea!¡± El chaval se dirige a las universitarias del colegio mayor de enfrente, Santa M¨®nica, separado por apenas 100 metros. Ellas, avisadas d¨ªas antes ¨D¡°La Granja [como se conoce a esta acci¨®n] ser¨¢ el domingo a las doce de la noche¡å¨D, salen tambi¨¦n a los balcones rojos de sus habitaciones para ver qu¨¦ tienen preparado los chicos. El joven termina: ¡°?Vamos, Ahuja!¡±. De pronto, m¨¢s de un centenar de chicos levantan las persianas de 34 habitaciones, encienden las luces y responden como jaur¨ªa. ¡°Uh, uh, uh¡±. A 200 metros de aqu¨ª, en la biblioteca del colegio mayor Mendel, Alba, una estudiante de Historia de 20 a?os, corre a la ventana: ¡°Flipamos todos¡±, cuenta. ¡°Dijimos: ¡®Qu¨¦ fuerte¡¯, estaban todos compenetrados y gritando esas cosas tan machistas¡¡±. No era la primera vez.
Horas despu¨¦s, un v¨ªdeo de un minuto y tres segundos con esa secuencia comienza a circular por Instagram, Twitter y, sobre todo, TikTok. La m¨¢s de una treintena de universitarios consultados por los alrededores de la boca de metro de Ciudad Universitaria y de los colegios mayores coinciden en que se han enterado gracias a Cecilio G. El cantante de trap barcelon¨¦s, con m¨¢s de 700.000 seguidores en Twitter, sube el v¨ªdeo a su cuenta a las 16.07 del lunes: ¡°Pero qu¨¦ locura es esta¡±. El s¨¢bado ya hab¨ªa tenido dos millones de visionados. La misma grabaci¨®n circula por una cuenta de TikTok de una m¨®nica ¨Das¨ª se conoce a estas colegialas¨D y por los grupos de WhatsApp. La viralidad era cuesti¨®n de horas.
¡°El primer problema es que no manejan las redes, lo han grabado y se ha difundido por el orgullo del colegio, de la acci¨®n. Y su primera reacci¨®n es: ¡®No hemos hecho nada, esto es una fiesta¡¯. Esto tiene que tener consecuencias para que se den cuenta¡±, reflexiona Rosa de Lafuente, vicerrectora de Estudiantes de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), de la que depende el Ahuja.
El plan del centro trazado hasta la fecha es una petici¨®n p¨²blica de perd¨®n a las chicas a trav¨¦s de una carta. ¡°Lo que fue una broma de mal gusto se fue de las manos. Somos conscientes de que el mero arrepentimiento no es suficiente, pero s¨ª creemos que es el primer paso que debemos dar¡±, se lee en una misiva dirigida a las estudiantes del Santa M¨®nica, firmada por el consejo colegial del El¨ªas Ahuja y difundida por la Orden de San Agust¨ªn, que gestiona tanto el centro masculino como el femenino. ¡°Adem¨¢s, vamos a asumir las responsabilidades de nuestros actos. Pero nos parece relevante matizar que no todos los colegiales participaron, que los que lo hicieron est¨¢n arrepentidos y que todos nos comprometemos a cambiar nuestras conductas y las de los que nos rodean¡±, a?aden los alumnos. En las pr¨®ximas fechas, sin se?alar ninguna, se celebrar¨¢n unas ¡°conferencias de respeto y tolerancia¡± para todos los universitarios. Tambi¨¦n han hablado de unos cursos sobre agresiones sexuales, pero a¨²n no hay nada cerrado.
La Fiscal¨ªa de Madrid ha abierto una investigaci¨®n por los c¨¢nticos de la Granja. ¡°Otros a?os eran mucho peores, solo que esta vez ha salido en la tele. Esto es una costumbre¡±, asegura una persona que trabaja para el Santa M¨®nica. ?ngela Ruiz, de 28 a?os, periodista, se retrotrae a ocho a?os atr¨¢s: ¡°Los insultos de ¡®m¨®nicas putas¡¯ eran todos los d¨ªas. No pod¨ªas estar en sujetador y toalla en la habitaci¨®n, porque te ve¨ªan y te gritaban puta¡±.
¡°Yo entiendo que lo m¨¢s f¨¢cil es llevarlo por el tema de g¨¦nero, pero eso no explica lo que ha pasado, porque entre chavales [varones] hay unas agresiones muy duras¡±, se lamenta la vicerrectora De Lafuente, que ha abierto un expediente, aunque la UCM solo puede castigar a quienes estudien en sus aulas. Conf¨ªa en que el resto de universidades apliquen la pena a sus implicados. De Lafuente reclama unas medidas m¨¢s contundentes al Ahuja y en general a los colegios: ¡°No vale que los directores de los colegios hagan un cursito. Tiene que haber una intervenci¨®n psicosocial en serio durante todo el curso, en la que trabajen en valores y pr¨¢cticas¡±. En el comunicado de disculpa de la direcci¨®n del Ahuja, colgado el mi¨¦rcoles en su red, no se habla de sexismo, y el texto del Santa M¨®nica, que hasta el viernes no reaccion¨® como centro, pasa de puntillas por la vejaci¨®n: ¡°Lamentamos que estudiantes universitarios no respeten los derechos inherentes a la igualdad y la dignidad de todo ser humano¡±. El alumno que vociferaba ha sido expulsado y le han dado 15 d¨ªas para presentar alegaciones. La intenci¨®n del centro es que no vuelva.
Las colegialas que dan la cara ante los medios, sin embargo, no se sintieron insultadas como su direcci¨®n cuando escucharon a los colegiales del Ahuja. ¡°Sois unas pedazo de mierdas. ?Putas!¡±, se escucha en otro v¨ªdeo, subido a las redes el a?o pasado. Ellas dicen que el pasado domingo respondieron en ese tono falt¨®n, pero la grabaci¨®n p¨²blica de sus c¨¢nticos no se oye bien. El centenar que insulta son sus amigos, hermanos o primos, enumeran, y en ese ¡°contexto¡± no les resulta ofensivo. Al rev¨¦s, las m¨®nicas relatan que los ahujos son tan galantes que las acompa?an a la puerta de madrugada para que no les ocurra nada, se sienten protegidas. Llevar¨¢n, aseguran, a sus hijos a estos colegios hermanados de San Agust¨ªn, como sus padres han hecho con ellas.
Pedro Sainz de Baranda, de 38 a?os, fue alumno del El¨ªas Ahuja en 2001, pero a su hijo lo matricular¨ªa en el P¨ªo XII, que dirige ¨¦l. El viernes, ante la pol¨¦mica, sali¨® a dar un paseo con el carrito de su hijo por los alrededores de su antigua residencia. ¡°En mi ¨¦poca no pasaba esto¡±, cuenta. ¡°No es una tradici¨®n, como se ha dicho¡±. ¡°Esto hay que condenarlo inmediatamente. No puede pasar. Si hubiera pasado en mi ¨¦poca, estabas en la calle¡±.
¨D?Qu¨¦ har¨ªa como director?
¨DExpulsar¨ªa a todos.
¡°Cada residencia tiene un reglamento. Cuando vienen los padres para hacer la matr¨ªcula, siempre les digo: ¡®No puedo garantizar que no haya novatadas por ah¨ª, pero s¨ª les garantizo que act¨²o¡±, afirma Sainz de Baranda. Hace unos meses orden¨® fregar a un chaval 15 d¨ªas por su comportamiento con un cocinero. En su colegio se hacen charlas de igualdad con pol¨ªticos de toda ¨ªndole.
La gallega Loreto Gonz¨¢lez-Dopeso, psic¨®loga y presidenta de la asociaci¨®n No M¨¢s Novatadas, que recibe las denuncias de alumnos vejados de toda Espa?a, sostiene: ¡°En las novatadas, un grupo de veteranos induce a los nuevos a hacer un tipo de cosas para te¨®ricamente ganarse la integraci¨®n en el grupo. Desde luego lo del Ahuja, si no es una novatada, es una posnovatada. Hay una sensaci¨®n de pertenencia: ?Somos los ahujos!¡±. En 2021 se aprob¨® con el ministro Manuel Castells una Ley de Convivencia Universitaria que, por primera vez, tipifica las novatadas y prev¨¦ la expulsi¨®n cuando hay menoscabo de la dignidad. ¡°El debate es ese: ?qu¨¦ puede menoscabar? ?Actos sexistas o tener que ir peinado de la misma manera todo el mes?¡±, se pregunta Gonz¨¢lez-Dopeso. ¡°La ley es necesaria porque fundamentalmente ampara a las v¨ªctimas, pero eso no es suficiente. Hay que hacer campa?as de sensibilizaci¨®n ¨Dtambi¨¦n con el personal de los colegios¨D, hay que actuar desde secundaria, hay que implicar a los estudiantes m¨¢s concienciados para que los nuevos tengan referentes...¡±, propone.
Gonz¨¢lez-Dopeso, coautora del libro Las novatadas. El maltrato como diversi¨®n (Aula Magna, 2021), distingue tres tipos de ¡°bromas¡±. En los colegios masculinos son sobre todo f¨ªsicas: dar un pu?etazo al novato en el brazo cada vez que no responde de la forma que se espera, flexiones con un alumno sentado encima o saltar un seto con el torso desnudo. Las ¡°gracietas¡± femeninas son, por contra, psicol¨®gicas, de sometimiento: tener que repetir frases que autodescalifican, vejaciones como pasearse por la calle con test¨ªculos pintados en la cara o presentarte sin depilar. Y las novatadas de ¨ªndole sexual se producen en encuentros mixtos: por ejemplo, poner a una chica una guinda en la entrepierna para que un chico se la coma; simular ellos el coito con una farola o una estatua o disfrazarse ellas de gallina para deambular con una petici¨®n escrita: ¡°Emp¨®llame¡±.
Resultan dif¨ªcil de catalogar las pr¨¢cticas de car¨¢cter pol¨ªtico que se han repetido en el Ahuja. Se ha hecho viral un v¨ªdeo de hace una decena de a?os. ¡°En esa residencia han pasado cosas m¨¢s graves y no han tenido ni la mitad de la repercusi¨®n, como los c¨¢nticos nazis de hace a?os. Ah¨ª se ha cantado a favor de un dictador como Hitler. Los colegios mayores se han ido de madre siempre. Estas burradas no tienen ning¨²n sentido¡±, razonan los madrile?os Sebas y Rodrigo, de 20 y 21 a?os, estudiantes de tercero del grado en Administraci¨®n de Sistemas y Redes. La embajadora de Alemania conden¨® el viernes en Twitter las im¨¢genes, que se han borrado de YouTube.
Contra esta p¨¦sima imagen llevan a?os luchando muchas universidades, el Consejo de Colegios Mayores Universitarios de Espa?a y el Consejo de Colegios Mayores de Madrid. Por eso Juan Mu?oz, director de uno de ellos, el Chaminade, en la capital, y presidente del consejo nacional, anda estos d¨ªas alica¨ªdo. Tambi¨¦n la vicerrectora. De un plumazo se ha ca¨ªdo el trabajo de muchos a?os. ¡°Todo el mundo est¨¢ en esto. La Complutense sac¨® un protocolo de acoso clar¨ªsimo y nos adaptamos todos a ¨¦l. El Chaminade, por ejemplo, pero lo tienen much¨ªsimos colegios ya, aprob¨® un protocolo hace cuatro a?os que est¨¢ colgado en la web y se entrega a los que llegan. Tenemos un comit¨¦ para el acoso sexual, acompa?amos a las v¨ªctimas, hacemos actividades de concienciaci¨®n y orientaci¨®n...¡±, enumera Mu?oz. Y concluye: ¡°Claro que tenemos un problema, pero lo tiene la sociedad en su conjunto¡±.
Los colegiales de primero del Mendel, el centro mixto contiguo al Ahuja con el que hay pique, celebran que no ha habido novatadas, sino planes conjuntos durante dos semanas entre veteranos y novatos, pero siguen vivos ritos cuestionables. ¡°Cada uno tiene sus costumbres. Nosotros tambi¨¦n cantamos c¨¢nticos contra ellos¡±, confiesan dos estudiantes del Mendel en referencia al Ahuja. Uno de ellos es entonar la canci¨®n Libre, de Nino Bravo, con la siguiente letra: ¡±M¨¢s all¨¢ del Mara [la calle que da a la residencia del Ahuja] hay un lugar, donde para entrar hay que ser subnormal. A sus novias follamos, de sus cuernos gozamos, menudo cabez¨®n ten¨ªa el cabr¨®n¡±.
Gonz¨¢lez-Dopeso alerta: ¡°La libertad en las novatadas est¨¢ muy manipulada y existe una fort¨ªsima presi¨®n grupal¡±. Jaime, Enrique, Miguel, madrile?os de 18 a?os, son novatos. Est¨¢n fumando un cigarro por los alrededores de un parque situado junto al Ahuja.
¨D?Lo habr¨ªas hecho?
¨DYo s¨ª.
¨DYo no.
El del s¨ª responde: ¡°?Vamos t¨² y yo con toda esa gente y lo gritas o no lo gritas?¡± El del no cede: ¡°Bueno, s¨ª. Lo gritamos¡±. El del s¨ª explica que si no lo hacen, estar¨ªan excluidos. ¡°Pasa con esto y con todo¡±.
"Viven en una burbuja, son todos iguales¡±
Los antiguos alumnos del Ahuja creen que el colegio ha virado radicalmente en los últimos 20 años. Explican que José María Torrijos, director en los noventa y principios de 2000, trabajó mucho la parte cultural y deportiva, y que había, sobre todo, mucha interacción con el resto de las residencias. Esto, recalcan, no sucede ahora. “Viven en una burbuja, son todos iguales”, explica uno. El actual director es Manuel García Artiga, el “padre Manolo”. García, según narra un antiguo colegial, se ha apoyado en alumnos para gestionar el centro. “No ha profesionalizado la residencia”, señala uno. “Lo que ha pasado se veía venir”, opina otro.
Fuentes de otros colegios mayores aseguran que el Elías Ahuja tiene una altísima demanda y critican la gestión comunicativa de la residencia, que durante casi cuatro días ha guardado silencio. De hecho, en su cuenta de Instagram hablaba el lunes de unas convivencias en San Lorenzo de El Escorial, como si nada hubiera pasado unas horas antes, pese a que el director estaba presente.
Por el Ahuja, que tiene un coste de 1.200 euros al mes e incluye dos limpiezas semanales de la habitación y cambio de sábanas y toallas —en el caso de las chicas solo es una vez a la semana y sin cambio de ropa de cama—, han pasado ya más de 3.000 alumnos, entre ellos el exlíder del PP Pablo Casado o el director del colegio mayor Medel de Madrid, Abel Izquierdo.