La entrevista en un tabloide con un violador en serie prende la mecha del Me Too en Serbia
Feministas serbias impulsan importantes movilizaciones para protestar contra la violencia sexual y la pasividad de su Gobierno
Al menos tres veces en las ¨²ltimas semanas, cientos de personas, la mayor¨ªa mujeres j¨®venes, han caminado por las calles del centro de Belgrado armadas con pitos y timbales al grito de ¡°?Revoluci¨®n Feminista!¡±. Esta ha sido la reacci¨®n de los movimientos feministas serbios, empoderados en los ¨²ltimos dos a?os, a la publicaci¨®n morbosa en Informer, un tabloide sensacionalista, de una entrevista con un violador en serie reci¨¦n salido de la c¨¢rcel despu¨¦s de haber cumplido 15 a?os de condena. Desde la eclosi¨®n del movimiento Me Too hace cinco a?os, en varios pa¨ªses del mundo ha habido ...
Al menos tres veces en las ¨²ltimas semanas, cientos de personas, la mayor¨ªa mujeres j¨®venes, han caminado por las calles del centro de Belgrado armadas con pitos y timbales al grito de ¡°?Revoluci¨®n Feminista!¡±. Esta ha sido la reacci¨®n de los movimientos feministas serbios, empoderados en los ¨²ltimos dos a?os, a la publicaci¨®n morbosa en Informer, un tabloide sensacionalista, de una entrevista con un violador en serie reci¨¦n salido de la c¨¢rcel despu¨¦s de haber cumplido 15 a?os de condena. Desde la eclosi¨®n del movimiento Me Too hace cinco a?os, en varios pa¨ªses del mundo ha habido movilizaciones feministas provocadas por alg¨²n caso relacionado con la violencia sexual, y Serbia no es la excepci¨®n.
¡°Cuando vimos la entrevista, nos indignamos profundamente. Y decidimos convocar a trav¨¦s de nuestra p¨¢gina una concentraci¨®n delante de la sede de Informer. Fue una sorpresa que viniera tanta gente¡±, explica Jelena Riznic, una de las creadoras del grupo online Solidaridad de las Mujeres, que lleva dos a?os activo. En la concentraci¨®n intervienen varias personas que realizan peticiones que van m¨¢s all¨¢ de la retirada del v¨ªdeo de la entrevista del portal del peri¨®dico, donde ya suma m¨¢s de medio mill¨®n de visualizaciones, y giran sobre todo alrededor de las violencias sexuales contra las mujeres.
En la protesta, el ambiente es ruidoso y festivo. ¡°Exclusiva: sois una mierda¡±, reza una pancarta dirigida contra el rotativo sensacionalista. Con el reciente asesinato de una mujer y de su hija a manos de su pareja, los feminicidios en lo que va de 2022 en Serbia ascienden a 25. ¡°Estamos hartas de andar con miedo por la calle, sobre todo por la noche, de no sentirnos seguras si no nos acompa?a alg¨²n hombre. Mi madre tiene historias [de violencia sexual], yo tambi¨¦n, y no quiero que mis hijas las tengan tambi¨¦n¡±, comenta Tiana, una gestora de proyectos que es la primera vez que asiste a una movilizaci¨®n feminista.
Las protestas han contado con el importante apoyo de algunas asociaciones de mujeres con un m¨¢s largo recorrido, como el Centro de las Mujeres Aut¨®nomas, creado en 1993, y que proporciona apoyo legal y psicol¨®gico a las mujeres v¨ªctimas de todo tipo de violencia. ¡°El problema no es entrevistar a un violador, sino el c¨®mo se hizo: convertirlo en una celebridad medi¨¢tica, no proporcionar ning¨²n contexto¡±, protesta Vania Macanovic, una de las responsables del centro. ¡°Existe un ¨®rgano regulador de los medios, pero no hace su trabajo. La violencia contra las mujeres es habitual y se suele banalizar. Los realities est¨¢n muy de moda y en alguno se han emitido agresiones contra mujeres participantes¡±, apostilla.
La actual ¡°revoluci¨®n feminista¡± serbia no habr¨ªa germinado sin la denuncia p¨²blica hecha el a?o pasado por dos conocidas actrices contra un c¨¦lebre director y profesor de teatro, Miroslav Aleksic, por haberlas agredido sexualmente varios a?os antes. Tras su testimonio, otras v¨ªctimas interpusieron tambi¨¦n demandas, y Aleksic se halla a la espera de juicio. ¡°Nuestro grupo se cre¨® a partir de ese caso¡±, comenta Riznic. ¡°Las actrices y las periodistas que destaparon el caso han realizado una labor muy importante. Hasta ahora, no se sol¨ªan perseguir las denuncias de violaciones cometidas a?os atr¨¢s. Esperemos que esta vez sea realmente diferente¡±, dice Macanovic.
El riesgo de involuci¨®n en materia de derechos se hizo evidente el pasado verano, cuando el Ejecutivo prohibi¨® la celebraci¨®n del D¨ªa del Orgullo Gay escud¨¢ndose en ¡°motivos de seguridad¡±. Sin embargo, la determinaci¨®n de los organizadores en realizar el evento igualmente y la presi¨®n de la sociedad civil obligaron al Gobierno a hacer marcha atr¨¢s y autorizarlo en el ¨²ltimo momento. ¡°Fue una victoria importante. Sab¨ªamos que si ced¨ªamos, el siguiente objetivo ser¨ªan los derechos de las mujeres. Es peligroso que el Gobierno d¨¦ tanto poder a la Iglesia¡±, desliza Macanovic.
La sociedad serbia es profundamente patriarcal, y la igualdad de g¨¦nero a¨²n es un objetivo lejano. Por ejemplo, existe una importante brecha salarial entre mujeres y hombres, que muy raramente suelen solicitar bajas de paternidad. El actual Gobierno, liderado por el presidente Alexander Vucic, es populista y de derechas, y no figura en su agenda una expansi¨®n de los derechos de las mujeres. ¡°Su sensibilidad en este asunto es cero. El hecho de que la primera ministra sea una mujer lesbiana no ha significado ning¨²n tipo de progreso. Es puro marketing. Nunca hab¨ªamos tenido tantas mujeres en el Parlamento, pero la mayor¨ªa son muy conservadoras¡±, lamenta Macanovic.
Seg¨²n Stacha Zajovic, fundadora de la organizaci¨®n pacifista y feminista Mujeres de Negro, el machismo de la sociedad serbia est¨¢ muy relacionado con su reciente pasado. ¡°Este pa¨ªs est¨¢ dominado por una mentalidad nacionalista y militarista. Es dif¨ªcil que se luche contra la violencia sexual cuando este es uno de los pocos pa¨ªses que no reconoce la violaci¨®n como un crimen de guerra¡±, espeta Zajovic en relaci¨®n con los miles de violaciones perpetradas por los paramilitares serbios durante la guerra de Bosnia en los a?os noventa. De hecho, Mujeres de Negro se hizo dio a conocer por sus vigilias de denuncia del genocidio en la localidad bosn¨ªaca de Srebrenica en 1995, nunca reconocido por el nacionalismo serbio.