El machismo y la ret¨®rica del cazador
La ¡®performance¡¯ del El¨ªas Ahuja es un acto de afirmaci¨®n de la cultura de la violaci¨®n, la simbolog¨ªa es un pu?etazo en la cara
Era una performance muy estudiada. El guion estaba escrito y la coreograf¨ªa pensada y sincronizada al segundo. Nada era espont¨¢neo en el ritual guerrero de los chicos del colegio mayor El¨ªas Ahuja de Madrid, que comienza cuando su primer actor vocifera en la ¨²nica ventana entonces iluminada: ¡°Putas, salid de vuestra madriguera como conejas, sois una putas ninf¨®manas, os prometo que vais a follar todas en la capea¡±. Tras la arenga inicial, el grito: ?Vamos, Ahuja!¡±. Es entonces cuando los j¨®venes cazadores, agazapados tras las persianas, se muestran, se iluminan y se identifican como manada. Todo discurre como un ritual inici¨¢tico en el que el terror sexual es lo que da sentido y cohesi¨®n al grupo y se representa con la ret¨®rica del cazador que, ¨¢vido de sangre, ah¨ªto de testosterona, sale en busca de presas.
Se ha dicho, a modo de disculpa, que es un mero divertimento, un acto intrascendente, teatral. Cierto, no salieron a violar a las chicas del Santa M¨®nica, pero fue un acto de afirmaci¨®n de la cultura de la violaci¨®n. Si lo ocurrido tiene importancia es precisamente por la carga simb¨®lica de lo que exhibe y lo que ensalza. Y no es una simbolog¨ªa sutil, el¨ªptica. Es un pu?etazo en la cara. Lo primero que hace es caracterizar a las presas: zorras, lobas, ninf¨®manas, conejas escondidas en la madriguera. Animales da?inos, seres despreciables a los que se puede perseguir sin remordimiento. Construye una categor¨ªa en la que ubicar, no solo a las chicas del colegio de enfrente, sino a cualquier chica. A las mujeres en general.
Si esta es la actitud de fondo, el marco mental en el que se mueven estos chicos que se est¨¢n preparando para formar parte de las ¨¦lites econ¨®micas y pol¨ªticas del pa¨ªs, ?qu¨¦ har¨¢n cuando ocupen puestos de poder con mujeres a su cargo? ?C¨®mo se comportar¨¢n cuando sean nombrados directores, gerentes, jefes de equipo y se relacionen con mujeres en posiciones subordinadas? La raz¨®n por la que este episodio ha causado tanta conmoci¨®n no es solo por el machismo burdo que representa, sino por la osad¨ªa y la desfachatez con la que se manifiesta. Representa al nuevo machismo desacomplejado que crece y se expresa espoleado por una extrema derecha que ha puesto la igualdad de las mujeres y la lucha del feminismo en su punto de mira.
Hay mucho que hacer en el terreno de la educaci¨®n sexual y sentimental de los j¨®venes. Si dejamos que la primera noci¨®n de sexualidad que tienen los ni?os sea a trav¨¦s de una pornograf¨ªa de corte violento y machista, no podemos extra?arnos de que muchos j¨®venes consideren que esa es la forma natural de relacionarse con las chicas. La reacci¨®n de algunas de las estudiantes del colegio mayor Santa M¨®nica revela que tambi¨¦n hay mucho que hacer en el terreno de la educaci¨®n sentimental de las adolescentes. Esas chicas ni siquiera son capaces de ver que el papel que les han asignado en esta obra es el de v¨ªctimas de una cacer¨ªa. El hecho de quitar importancia a los insultos y catalogar lo ocurrido como una broma inocua indica lo lejos que est¨¢n de poder identificar las situaciones de violencia simb¨®lica y las relaciones t¨®xicas de la cultura machista. Sin una conciencia clara del peligro que esta cultura representa para ellas, es muy probable que cuando uno de esos chicos quiera controlarla, la fuerce a tener relaciones sexuales o le pegue por celos, lo interprete como una muestra de amor.
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